Hasta ocho países para alcanzar el mismo corazón de la capital de España. En total, 21 días sobre raíles, batiendo en un 40% el trayecto del mítico Transiberiano (9.289 kilómetros).
Aquí, por las fechas en las que hará su entrada y por los muchos juguetes que trae en sus vagones azules, será recibido como el tren de los Reyes Magos. En total, 30.560 metros cúbicos de mercancías, con un peso superior a las 1.000 toneladas.
Todo es desmesurado en el Yixin'Ou, concebido por los capitostes chinos para inaugurar lo que sería la rama española de la nueva ruta de la seda del siglo XXI. Habrá tantos relevos de maquinistas que dejarán en poca cosa al célebre Pony Express (el sistema de correo del salvaje Oeste en el que jinetes sucesivos se turnaban para hacer posible el milagro de llegar a tiempo).
18 de noviembre. Estación de Yiwu, la ciudad donde converge el "todo a un euro" del sureste de China. 11.00 horas. Una locomotora naranja, engalanada con cintas rojas, arranca con un estirón que pone en movimiento una caravana de 40 vagones azules entre los aplausos de las autoridades locales. Lento y majestuoso, en poco más de cinco minutos, el gusano de medio kilómetro se esfuma rumbo a su destino final: la estación Madrid-Abroñigal. El gran viaje había comenzado.
En los últimos meses, en su afán por hacer renacer de sus cenizas la ruta medieval que tiene en Marco Polo a su viajero más célebre, el líder se ha comprometido a invertir 32.000 millones de euros en infraestructuras ferroviarias. Su objetivo: fortalecer el dominio chino del comercio, lastimado desde el siglo XV, cuando aún funcionaba la Ruta de la Seda original.
A la estela de la locomotora viajan 40 contenedores High Cube, con unas dimensiones de 12 metros de largo por 2,35 de ancho y 2,69 de alto, hasta los topes de productos made in China. Y del total del tren, 30 de esas inmensas cestas de Navidad terminarán en el polígono de Cobo Calleja de Fuenlabrada (Madrid), el mayor centro empresarial chino de Europa. Allí, los comerciantes aguardan la llegada de toneladas de regalos, adornos y, sobre todo, juguetes para la campaña navideña.
Luego, cientos de exportadores se encargan de enviarlos a polígonos occidentales. Una vez que dejó Yiwu atrás, el tren comenzó a devorar 4.645 kilómetros por el inhóspito interior de China: Lanzhou, Xian, Urumqi... Debe de soportar las esperas en las aduanas, las paradas para sustituir las locomotoras cada 800 kilómetros y sobre todo, los tres cambios de ancho de vía que el Yixin'Ou sufrirá en su maratón euroasiático. El primero llegó el fin de semana pasado. Tras cruzar China, el tren llegó al paso de Dostyk-Alashankou en Kazajistán, donde suele realizarse una parada de casi tres días. Allí, gigantescas grúas trasladaron, uno a uno, los 40 contenedores a vagones con el ancho adecuado. Los otros dos cambios se realizarán en la frontera con Polonia y, el próximo sábado, cuando el tren llegue a España a través de Irún.
Con su nuevo ancho de vía, el Yixin'Ou reanudó su camino con 3.412 kilómetros por los áridos parajes de Kazajistán. Culminados los 3.412 kilómetros de Kazajistán, el Yixin'Ou cruzó la frontera rusa en Ilezk a finales de semana. En Rusia le aguardaba un trayecto de 1.497 kilómetros por vías avejentadas. Luego, en Bielorrusia, otros 587 kilómetros de trayecto. Todo con unas temperaturas que se desplomaron a -30ºC a su paso por Omsk, al sureste de Siberia, lo que desafió la destreza de los conductores. La seguridad se extrema para evitar robos en estas regiones sin ley.
Hay guardas armados a bordo. Además, los contenedores cuentan con el llamado "sello GSM": un precinto que dispara una alarma si alguien lo manipula indebidamente. Este domingo, estaba previsto que el tren cruzara la frontera de Bielorrusia por el paso de Krasnoye. Veinte horas más tarde se aguardaba su llegada a Polonia (Brest-Malaszewicze), justo después de rebasar los 10.000 kilómetros de viaje.
Aún tendrán que recorrer 3.000 kilómetros (Polonia, Alemania, Francia...) hasta llegar al corazón de Madrid. El Yixin'Ou español sigue los pasos de un exitoso precedente ferroviario euroasiático. Nada se desaprovecha en estos trayectos. A la vuelta, estos mismos trenes cargan bienes de valor añadido: "Esperamos que se exporten productos alimenticios, que es lo que más interesa allí: jamones, vinos, aceites...", dice Daniel Campos, socio de CoboCalleja.info, la web oficial del polígono.
El tren tiene infinitas ventajas como método de transporte. Es más rápido que el barco, que puede tardar más de un mes en llegar. Y sale más barato que los envíos aéreos. "Además, está la ventaja de que llega a Madrid, que no tiene puerto, y atraviesa varios países europeos donde se pueden enviar mercancías", explica Adrián Díaz, fundador de la empresa Sede en China, dedicada al comercio exterior, con oficina en Yiwu. El empujón definitivo al proyecto Yixin'Ou llegó el 20 de septiembre. Ese día, Mariano Rajoy visitó en Pekín a Xi Jinping, quien le animó a participar activamente en la construcción y la operación del tren para aumentar los niveles de cooperación y comercio bilateral.
"Cuando llegue el tren, organizaremos una ceremonia de bienvenida en Madrid", asegura Fang Xudong sobre una fiesta a la que, se rumorea, acudirá el alcalde de Yiwu. Fecha clave en el proceso fue también el 1 de noviembre. Una delegación de autoridades de Yiwu visitó a los empresarios del polígono madrileño. Uno a uno, les explicaron las bondades del nuevo tren y, a los dubitativos, les convencieron con una oferta de lanzamiento. "Sólo pedían 2.500 dólares por contenedor... Un precio muy competitivo", asegura Daniel Campos.
En total, 30 de los 40 contenedores que salieron de Yiwu (300 kilómetros al sur de Shanghái) tienen España como destino. En la ciudad de Yiwu, donde empezó el viaje, entre los que despidieron con aplausos al Yixin'Ou se encontraba uno de los primeros clientes españoles del tren. Se trata de Carlos Santana, responsable para Zhejiang de Mundiver, una empresa de importación y exportación.
Tras cruzar a este lado de los Pirineos, la compañía Transfesa lidiará con el último tramo, entre Irún y Madrid-Abroñigal, con su propia locomotora. De momento, el Yixin'Ou es un tren en pruebas. Aunque, si se cumplen las previsiones, podría crearse una línea regular Yiwu-Madrid en la primavera de 2015. Este sábado, está prevista su llegada a la estación de Irún. Allí, de nuevo, se cambiará la maquinaria. Y, tres días después, la gigantesca caravana que partió de Yiwu llegará a su destino final: Madrid-Abroñigal.
Habrán tenido que completar una aventura asombrosa (13.052 kilómetros sobre raíles) para llegar a su destino.
G. Suarez
Madrid-Abroñigal |
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