"El arte de gobernar consiste en desposeer de la mayor cantidad de dinero posible a una clase de ciudadanos para transferirla a otra" (Voltaire).
¿Soberanía del pueblo? No. Imperio de la plebe.
¿Rebelión de las masas? No. Eso fue antes. Ahora estamos en plena rebelión de la chusma.
Humanismo, igualitarismo, inmigración, solidaridad: los cuatro jinetes del Apocalipsis.
Smartphones: instrumentos de observación antropológica que sirven para medir los índices de imbecilidad de la especie humana.
Autonomías: tribalismos.
Españoles: gente maleducada, maledicente y quejica que se agolpa en los bares, en los estadios y en las manifestaciones.
S. Dragó
Estoy de acuerdo con todas esas definiciones aunque aún hay algunos hispanos que son tratados como plebe pero no son chusma, que no son esclavos de los móviles, y que gustan de huir de las multitudes.
ResponderEliminarDON MARTÍN
EliminarEn sí todas esas definiciones guardan una enorme dosis de verdad de la verdadera.
Afortunadamente quedan muchas excepciones a esa masa tildada de chusma, sin cerebro, y que es mucho más individualista que rebaño.
ResponderEliminarDON PERDO.
EliminarSí, aún quedamos algunos que no vivimos pendientes de un movil ni nos unimos a las manifas por pasar el rato o por lo último que pregonan los medios.
No anda descaminado el Dragó : la mayoría de la manifas que se producen en el país, especialmente en Cataluña, son de chusma adoctrinada y dirigida por facciosos que buscan su propio beneficio.
ResponderEliminarY lo de que somos gente maleducada y maledicente es algo comprobable si se compara con las masas de ciudadanos franceses.
DOÑA MARTA.
EliminarEstoy de acuerdo. En calle de Paris o de Grenoble apenas se oye el ruído de las personas hablando, y aquí a gran distancia se sabe que viene un grupo de españoles porque hablan gritando.
El español que disfrutaba durante siglos de fama de individualista y anarquista de todo, es hoy más gregario que las abejas en su panal.
ResponderEliminarDON ALBERT
EliminarSospecho que la fama de "individualismo del español" es más un mito inventado por los literatos y que no coincide hoy con ninguna realidad.