19 noviembre 2017

Baroja en Barcelona


Con su chapela a modo de yelmo y la pluma como espada, la emprendía contra la cursilería, la burguesía, la riqueza, la pobreza, la monarquía, el lirismo, la tibieza y también, esto es lo que nos ocupa, contra los nacionalismos periféricos. Y no lo hacía con figuras retóricas o sutiles giros de la sintaxis.

Después de la Semana Trágica de Barcelona y en pleno éxito de 'Zalacaín el aventurero', Baroja lanzó una serie de artículos en los que machacaba a los intelectuales catalanes. Le parecían un bloque de fariseos afectados. Sus palabras cayeron en una tierra sensible y provocaron una tormenta de proporciones catastróficas.
El nacionalismo de la época reaccionó, como hoy, con el linchamiento.
La prensa se llenó de respuestas furibundas. Pompeyo Gener Babot, uno de los fundadores del imperio de los publicistas barceloneses, tildó a Baroja de “ogro finés injerto en un godo degenerado”. 'La Publicidad' calificó su oratoria como una calamidad “ni brillante ni original, sino llena de lugares comunes, de tópicos de mitin y de vulgares frases efectistas”, y el diario 'Poble Catalá' fue mucho más allá: desafió a Baroja a repetir sus palabras a la cara de los catalanes en Barcelona.
Grave error.
Pío Baroja organizó una conferencia en la Casa del Pueblo de Barcelona. Marchó para allá en tren y se hospedó en un hotel, donde empezó a tomar notas para su conferencia. El 25 de marzo de 1910, en medio de una tensa expectación, Pío Baroja se subió al estrado y respondió a quienes lo atacaban.

Se dirigió a los barceloneses con estas palabras: “Señores, no sé si tenéis alguna opinión, buena o mala, acerca del que escribe estas líneas; si la tenéis, no intentaré yo modificarla; si no la tenéis, os diré que yo soy un hombre ingenuo y sincero, poco social, poco político y un tanto vago”.

Primero se lanzó contra los intelectuales. Dijo que el drama catalán parecía estar escrito por noruegos, que los versos estaban confeccionados en el bulevar de Montmartre y se refirió a las “comedias lacrimosas” catalanas como un “mar de merengue internacional”. Dijo que, en la cultura catalana, había de todo salvo catalán, y añadió que no existía en ella “nada alto, nada fuerte, nada digno del país”.


16 comentarios:

  1. Aquella burguesía catalana nacionalista de 1910 era más cacique que todas las demás de España. Y al buen Baroja las chulerías de las variadas burguesías de la época le repateaban. Imagino que disfrutó cantando las palinodias a los de Barcelona.

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    1. DON SANCHO.
      Así es. Ejerció de médico en Cestona en cuyo balneario se agrupaban cada año los burgueses más ricos de España, incluídos ministros de la Monarquia, y cuando trataba con ellos poco menos que lo miraban como a un asalariado suyo. De ahí que no quisiera verlos ni en pintura, a los burgueses-caciques nacionales.

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  2. Baroja, junto con Azorín, era un ácrata que repudiaba a los políticos de todo tipo y por ello se mantenía alejado de ellos. Pero también denostaba a los caciques de la burguesía que explotaban a los obreros. Y si para colmo esos caciques eran separatistas, iba a por ellos.

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    1. DON LUCRECIO.
      Leyendo sus Memorias se ve que no era de ningún signo político, un intelectual fruto de la Ilustración. Y con esa mentalidad le resultaba doloroso el abismo social y económico existente en las clases de España, en donde aún no existía la clase Media o al menos esa clase media estaba formada por muy pocos profesionales liberales.

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  3. Qué imaginación la del periodista catalán que calificó al escritor de "Ogro finés injerto en godo".
    Cursilada total.

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    1. DON CABALLERO.
      Salvando a honrosas excepciones, en aquel principio de siglo los periodistas eran cursis profesionales. Y aún hoy hay blogueros que siguen con aquel estilo grandilocuente y vacío.

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  4. Muy hábil separando a los catalanes del pueblo de los intelectuales catalanes.

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    1. DON ÚLTIMO.
      Era lo normal. Porque aquella Cataluña de principio de XX estaba formada por ricos dueños de enormes fincas y de enormes empresas textiles por un lado, y de campesinos semi-esclavos y obreros explotados y derecho laboral alguno, de otro lado.
      Baroja como ente liberal que era difilmente podía congeniar con los primeros.

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  5. Mira que decirle el equivalente de "no hay huevos" para ir a Barcelona.
    Zurrar a tanto pijo siempre es una gran idea y un bien social.

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    1. SEÑOR OGRO
      Exactamente eso que citas le dijeron. Y como buen guipuchi allá se fué a darles en el casco a los pijos catalufos nacionalistas.

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  6. Baroja es recordado universalmente y su obra sigue presente, de quienes lo atacaron, seguramente nadie recuerde su nombre.

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    1. DON TRECCE.
      Sin duda, ni los nietos de los que le atacaron saben cómo se llamaban. En tanto que Don Pío pasó a la historia de la Literatura.

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  7. A su orgullo le duele mucho, pero está comprobado que a los catalanes cuando mejor les va es cuando les gobiernan otros. Sólo hay que ir a la historia para comprobarlo, el condado de Barcelona lo pusieron en marcha los Francos, luego hasta que no se unieron con los aragoneses no fueron nada, durante los Austrias fueron de capa caída y con la llegada de los Borbones y el centralismo levantaron cabeza, en el XIX cara abajo y solo salieron adelante con el asunto ese del arancel Cambó... en la república lo destrozaron todo y tuvo que venir Franco para darles un gran empujón, y desde los años 80 con la entrada de Pujol cada día vamos a peor....

    Es muy duro para los catalanes admitir esto, pero desde fuera se ve muy claro. Sus líderes siempre pecan de lo mismo, de ser los más caciques, los más inútiles y los mas chorizos... eso sí, en catalán, pero dando por ahí al pueblo.

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    1. DON CSC.
      Con una frase lo describes perfectamente :
      Sus líderes siempre pecan de lo mismo, de ser los más caciques, los más inútiles y los mas chorizos... eso sí, en catalán, pero dando por ahí al pueblo.

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