20 julio 2008
VIKINGOS en San Sebastián :años 800
LOS VIKINGOS
En el año 844 entran en escena los normandos o VIKINGOS, con sus temibles correrías por los Países Bajos, Francia, Aquitania, Inglaterra, Irlanda y zona Vascona, además de Sevilla y Córdoba.
Habian subido por el Garona hasta Toulouse y arrasado Burdeos y Saintes donde muere el conde aquitano Guillermo.
Los campos se despoblaron en las cercanías de los ríos, los campesinos trabajan llevando consigo las armas y los obispos abandonan las diócesis y desaparecen.
Una temible flota de CIEN NAVÍOS arrasa Lisboa, conquistan Cadiz y remontan las aguas de Sevilla, amenazando a Córdoba.
Abderrahman II pide ayuda al rey de Tudela, Muza Ben Muza (yerno de Iñigo arista), el cual acude a Sevilla y les monta una emboscada.
Según Ibn Kutiya “ Muza vino con un gran ejército y al llegar a Carmona acampó junto a Morón y desbarató un ejercito de 16.000 vikingos, poniendo en fuga a la flota normanda.
Muza ben Muza, triunfante, dada su brillante intervención en la derrota de los vikingos, volvió a TUDELA lleno de prestigio y honores”.
Según el presbitero Joaquín Antonio de Camino y Orella, en su “Historia Civil-Diplomática-Eclesiástica”, las armadas normandas embistieron las costas del Mar Cantábrico, después de que habían ejecutado las más atroces crueldades en Aquitania, no habiendo sido Bayona y el Labort los que menos sufrieron la piratería, hasta que al fín el rey Don Ramiro de Asturias los desbarató.
Padecieron mucho con estas correrías las costas de GUIPUZCOA y BIZCAYA y los pueblos situados en ellas, entre los cuales se contaría SAN SEBASTIAN.
“En el reinado de don Ordoño I volvieron de nuevo los piratas normandos llevando sangre y fuego a las poblaciones marítimas, cuya tragedia alcanzó a las Provincias Bascongadas”.
En otro párrafo y al margen del tema citado, dice el Presbitero : “ Habiéndose establecido el célebre condado de Castilla, cuyos jefes, a manera de soberanos, residian en Burgos, con dependencia de los reyes de León, a proporción de que se iba extendiendo su señorío de Castilla se les agregó San Sebastián y toda la provincia de Guipúzcoa, a resultas de la sangrienta batalla y victoria de Simancas contra los moros. Todo esto sucede en los años 800.”
Los hombres del norte o normandos, para los musulmanes eran los machus o "adoradores del fuego", también llamados vikingos, hombres del vik, o "bahía", o varegos.
Llegaban en grupos de diez a doce navíos que habían adaptado las mejoras técnicas de navegación debidas a los frisones y otras desarrolladas autónomamente por los propios escandinavos. Los daneses, sobre todo, son los auténticos vikingos de los cronistas monacales y de las leyendas.
Realizaron expedicionesen distintas oleadas, entre 966 y 971.
Durante años estuvieron saqueando una y otra vez las costas gallegas, llegando en el 970 a saquear la ciudad de Santiago de Compostela.
No hay una crónica tan completa como las de los anteriores viajes, pero en la época que se sabe que recorrieron las costas francesas y españolas, la ciudad de Tuy fue incendiada y su obispo secuestrado.
En las tumbas vikingas de Jutlandia; fechadas en el siglo x, se encontraron monedas de oro y plata árabes y bizantinas.
La ciudad de Haithabu o HEDEBY se encontraba en el lugar en que el Shlei se ensancha en un estuario-fiordo que, desde la desembocadura en el Belt, penetra más de una treintena de kilómetros en la parte meridional de la península de Jutlandia.
Ciudad vikinga de casas de madera, con graneros y establos, nacida del comercio y de la piratería, fue puerto y emporio entre el Rin y Escandinavia.
Se intercambiaban pieles, ámbar y hierro por cerámica, vino y esclavos.
El mercader árabe del califato cordobés Ibrahim at-Tartushi la visitó y la describe como "muy gran ciudad en el confín extremo del Océano del mundo... Su población adora a Sirio, excepto unos pocos que son cristianos y que tienen una iglesia".
Esta iglesia, desaparecida, era lá primera entre los daneses, erigida por el monje Ascario hacia el 826.
Canuto, hijo de Sven I Barba de Horquilla, rey de los daneses, conquistó Inglaterra en 1013. Cuando murió su padre al año siguiente, fue proclamado rey de Inglaterra por sus guerreros daneses.
No obstante, el Witenagemot, un órgano asesor de los reyes anglosajones, reinstauró al rey ETELREDO II, y Canuto se retiró.
Regresó en 1015 y pronto sometió toda Inglaterra, excepto Londres.
Después de la muerte de Etelredo en 1016, los londinenses nombraron rey a su hijo Edmundo II.
En el consiguiente conflicto, los londinenses fueron derrotados en Ashington (Essex) en octubre de 1016. Edmundo falleció el mes siguiente y Canuto obtuvo de forma indiscutida el reino.
Gobernante práctico y sabio, mantuvo la paz con las potencias continentales. Contrajo matrimonio con la viuda del rey Etelredo, Emma de Normandía, apoyó a la Iglesia, y en 1027 fue a Roma a la coronación del emperador del Sacro Imperio Romano Germánico Conrado II.
A efectos administrativos, dividió Inglaterra en cuatro condados: Mercia, Northumberland, Wessex y East Anglia.
Canuto continuó residiendo en Inglaterra incluso después de heredar la corona de Dinamarca en 1018.
Pronto inició una disputa con Olaf II de Noruega, cuyo dominio reclamaba.
Forzado Olaf al exilio en 1028, Canuto instaló a su joven hijo Sven en el gobierno de Noruega; tras la derrota de Olaf en Stiklestad, en 1030, su poder se mantuvo estable.
El imperio nórdico de Canuto se hundió después de su muerte. Sus dos hijos ascendieron por separado a los tronos de Inglaterra y Dinamarca, en tanto que el hijo de Olaf II le sucedió en Noruega.
Por Tellagorri
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