19 julio 2008

ISLAM : El Poder de la Palabra

Los millones de personas muertas en la guerra Irán-Irak no tenían nada que ver con Israel.

El asesinato masivo que se está llevado a cabo ahora en Sudán, donde el régimen musulmán árabe está masacrando a sus ciudadanos cristianos negros, no tiene nada que ver con Israel.

Los frecuentes informes sobre asesinatos de centenares de civiles en una las aldeas argelinas, por otros argelinos, no tienen nada que ver con Israel.

Saddam Hussein no invadió Kuwait, no puso en peligro la Arabia Saudita y no mató a su propia gente a causa de Israel.

Egipto no utilizó gas venenoso contra Yemen en los años 60 a causa de Israel.

Assad padre no mató a decenas de millares de sus propios ciudadanos en una semana en el El Hamma en Siria a causa de Israel.

El control talibán de Afganistán y la guerra civil allí no tenía nada que ver con Israel.
El atentado libio al vuelo de la PanAm no tenía nada que ver con Israel.

Y podría seguir y seguir.

La raíz del problema es que esta región enteramente musulmana es totalmente disfuncional, en cualquier sentido de la palabra, y habría sido así aunque Israel se hubiera unido a la Liga Arabe y una Palestina independiente hubiera existido durante 100 años.

Los 22 países miembros de la Liga Arabe, de Mauritania a los estados del Golfo, tienen una población total de 300 millones de personas, más grande que los E.E.U.U. y casi tan grande como la Unión Europea antes de la ampliación.

Contemplan una superficie mayor que la de los E.E.U.U. o toda Europa.

Estos 22 países, con todo su petróleo y recursos naturales, tienen un PIB conjunto más pequeño que el de los Países Bajos más Bélgica, e igual a la mitad del PIB de California.

Dentro de este pobre PIB, las brechas entre los ricos y los pobres están más allá de lo creíble y la mayoría de los ricos de allá deben su fortuna no al éxito en de sus negocios negocios, sino por ser dirigentes corruptos.

El estatus social de las mujeres está muy por debajo del que tenían en el mundo occidental hace 150 años. Los derechos humanos están por debajo de cualquier estándar razonable, a pesar del hecho grotesco de que Libia fue elegida miembro de la comisión de los derechos humanos de la O.N.U.

Según un informe preparado por un comité de intelectuales árabes y publicado bajo auspicios de las Naciones Unidas, el número de libros traducidos por el mundo árabe entero es mucho más pequeño que el que la pequeña Grecia traduce ella sola. El número total de publicaciones científicas de 300 millones de árabes es menor que el de 6 millones de israelíes.

La natalidad en la región es muy alta, lo que aumenta la pobreza, las diferencias sociales y la decadencia cultural.

Y todo esto está sucediendo en una región, de la que solamente hace 30 años, se pensaba que sería la segunda área más rica del mundo.

Es justo decir que esto crea un terreno fértil sin precedentes para dictadores crueles, redes de terror, fanatismo, incitación, asesinos suicidas y declinación general. Es también un hecho que casi todos en la región culpan de la situación a los Estados Unidos, o a Israel, a la civilización occidental, al judaísmo, al cristianismo, a cualquiera y a todos, excepto a sí mismos.


El problema es el vasto silencio de la mayoría de esos creyentes islámicos, que no son parte del terror y la incitación a la violencia, pero tampoco se ponen en contra de él. Se transforman en cómplices por omisión, y esto se aplica tanto a líderes políticos como a intelectuales, gente de negocios y otros. Muchos de ellos pueden ciertamente decir la verdad sobre lo que está mal, pero tienen miedo de expresar sus puntos de vista.

Los eventos de los últimos años han amplificado estos problemas, que siempre existieron, pero nunca se habían hecho tan claros como en el presente levantamiento de la región. Pasarán unos pocos años hasta que todos reconozcan que se trata de una Guerra Mundial, pero ya estamos inmersos en ella.

Hay cuatro pilares centrales del corriente conflicto mundial, o tal vez deberíamos referirnos a esto como "La Tercera Guerra Mundial no declarada".

1. El primer elemento son los asesinatos suicidas.

Los asesinatos suicidas no son un invento actual pero se han hecho populares, si se puede emplear esta expresión, últimamente. Aún después del 11 de septiembre, parece que la mayor parte del mundo occidental no comprende esta arma. Es un arma de gran poder psicológico. Su impacto real es relativamente pequeño. La suma de todas las muertes de cientos de asesinatos suicidas dentro de Israel en los últimos 3 años es mucho mas pequeña que el número de muertos en accidentes de tráfico. El 11 de septiembre fue cuantitativamente mucho menos letal que algunos terremotos. Muere más gente de SIDA en un solo día en Africa que todos los rusos que murieron a manos de las bandas islámicas chechenas desde que comenzó el conflicto.

Saddam mató cada mes mas gente que todos los que murieron a causa de atentados suicidas desde que la Coalición ocupó Iraq.

¿Qué es lo que nos confunde respecto a los asesinatos suicidas? Crean huellas mentales. Son espectaculares. Son aterrantes. Es una muerte sumamente cruel en la que los cuerpos desmembrados se desparraman, y los sobrevivientes queda con horribles secuelas de por vida. Se muestran en la TV con gran detalle. Un solo asesinato, con la ayuda de una cobertura mediática histérica, puede destruir la industria turística de un país para siempre, tal como sucedió en Bali y en Turquía.

Pero el auténtico miedo proviene del hecho indiscutible de que no hay defensa ni medidas preventivas posibles que nos garanticen efectividad frente a un suicida determinado a inmolarse. Esto aún no ha penetrado en el pensamiento del mundo occidental. USA y Europa están mejorando constantemente su medidas de defensa contra el último atentado, no contra el que sigue.

Ahora se ha logrado la mejor seguridad posible en los aeropuertos. Pero un terrorista suicida no necesita abordar el avión para inmolarse y matar a muchas personas.
¿Quién puede impedir que un suicida explote en medio de una fila que espera para pasar por el detector de metales antes de abordar el avión? ¿Y qué pasa si lo hace en los mostradores del aeropuerto, un día de mucho movimiento? Coloque Ud. un detector de metales enfrente de cada estación de trenes en España y los terroristas tomarán los atobuses.

Proteja Ud. los atobuses, y se inmolarán en los cines, las salas de concierto, las tiendas, las escuelas, los hospitales... Ponga guardias frente a cada sala de conciertos y siempre habrá una cola de gente que necesita ser controlada antes de entrar. Y esa fila puede ser el blanco, sin hablar de los propios guardias. Se puede reducir la vulnerabilidad mediante medidas preventivas y defensivas y mediante estrictos controles en las fronteras pero estas medidas no pueden erradicar definitivamente tal tipo de terrorismo. No se puede ganar una guerra con medidas solamente defensivas. ¡Y esto es una guerra!

¿Qué hay detrás de los asesinos suicidas? Dinero, poder, incitación al asesinato a sangre fría, nada más. No tiene nada que ver con creencias fanáticas religiosas. Nunca se inmoló un Imán islámico. Jamás se vio que el hijo de un político árabe se inmolase, o que un líder religioso se suicide.

Ningún pariente de alguien influyente lo ha hecho. ¿No sería de esperar que algunos de los líderes religiosos lo hagan ellos mismos, o sus hijos, dado que constituye un acto de supremo fervor religioso? ¿No están interesados en las ventajas del Paraíso? En lugar de ir ellos envían mujeres jóvenes, niños ingenuos, personas retardadas y apasionados muchachos incitados por sus discursos. Les prometen todo tipo de delicias, mayormente sexuales, en el mas allá, y pagan a sus familias con generosidad después del acto supremo, y siempre que haya muerto suficiente gente inocente.

Tampoco tiene nada que ver el suicidio terrorista con la pobreza y la desesperación. La región mas pobre del mundo, por lejos, es Africa. Jamás sucedió eso allí.

Hay muchísima gente desesperada en el mundo, de diferentes culturas, países y continentes. La desesperación no provee a alguien con explosivos, reconocimiento del terreno y transporte. Seguramente había mas desesperados en el Iraq de Saddam que en el de Paul Bremmer, pero nadie se inmolaba. Un asesinato suicida es simplemente un arma empleada por terroristas cínicos, inhumanos, crueles, bien financiados que desprecian la vida humana incluyendo la vida de sus conciudadanos, pero con gran aprecio por su propio bienestar y con hambre de poder.

La única manera de combatir esta nueva arma "popular" es igual que la única forma de combatir al crimen organizado y las mafias o a los piratas de alta mar: la ofensiva.

Con respecto al crimen organizado es crucial que las fuerzas en ofensiva se unan y en el momento crucial lleguen a la cima de la pirámide criminal. No se puede eliminar el crimen organizado arrestando pequeños camellos en las esquinas de los barrios. Hay que ir a buscar a la "Familia".

En parte debido al apoyo público, y a la tolerancia, y también debido al miedo, muchos tratan de hallar la explicación en la pobreza, en una infancia miserable, y de este modo se alimenta al crimen organizado y también al terrorismo.

Estados Unidos lo comprende ahora. Rusia está empezando a entender. Turquía ya lo comprendió.

Me temo que Europa aún no lo entiende. Desafortunadamente, parece que sólo logrará entenderlo cuando el terrorismo llegue en una forma masiva. En mi humilde opinión, esto sucederá sin duda. Los trenes de Madrid y las bombas de Estambul son solamente el inicio. La unidad del mundo civilizado en la lucha contra este horror es indispensable. Hasta que Europa despierte, esta unidad no se puede lograr.

2. El segundo ingrediente son las palabras

Más precisamente: las mentiras.

Las palabras pueden ser letales. Matan personas. Se dice con frecuencia que los políticos diplomáticos y tal vez los abogados y negociantes muchas veces mienten, como parte de su vida profesional. Pero las normas de la política y la diplomacia son juegos de niños, en comparación con el nivel de incitación y la fabulación deliberada y total, que ha alcanzado nuevas cumbres en las regiones de las que estamos hablando. Una cantidad increíble de personas del mundo árabe cree que el 11 de septiembre no ocurrió, que fue una provocación americana, o aún mejor, una conspiración judía.

Todos recordamos al ministro iraquí de información, Mr. Mouhamad Said al-Sahaf y sus conferencias de prensa cuando las tropas norteamericanas estaban casi dentro de Bagdad. La desinformación en época de guerra es una táctica aceptada. Pero mantenerse, día tras día, y hacer tal cantidad de afirmaciones, sabiendo todos que eran mentiras, sin sentirse siquiera en ridículo, es algo que solo puede producirse en esta región. Mr. Sahaf se volvió un icono popular como bufón de la corte, pero eso no impidió que respetables periódicos le concediesen grandes titulares. Tampoco impidió que la prensa occidental diese cabida, cada día, a similares mentiras.

Después de todo hay muchas formas sutiles de ser antisemita sin parecerlo. No es necesario pregonar que el holocausto no existió, y que el templo de Jerusalén tampoco. Sin embargo millones de musulmanes cada día, escuchan a sus líderes afirmando este tipo de cosas. Cuando los mismos líderes hacen otro tipo de declaraciones, los medios occidentales las publican como si fueran verdaderas. Ocurre cotidianamente que algunas personas que financian, arman y despachan suicidas, condenan el acto en inglés frente a la TV occidental, hablando a la audiencia mundial, que les cree al menos en parte. Es una rutina cotidiana escuchar a los mismos líderes haciendo declaraciones opuestas en idioma Árabe a sus pueblos, y en inglés al resto del mundo. La incitación mediante la TV árabe, acompañado de imágenes de gente horrorosamente mutilada, se ha vuelto un arma muy poderosa para los mentirosos.

Los niños se crían en el odio más profundo y en la admiración de los así llamados mártires, y el mundo occidental no se da cuenta de esto porque su propia TV está ocupada en telenovelas y deportes. Les recomiendo a cada uno de ustedes que, aunque no sepan árabe, vean el telediario Al Jazeera de cuando en cuando. No podrá creer lo que ven sus ojos.

Pero las palabras también funcionan de un modo más sutil. Una manifestación en Berlín llevando carteles en apoyo del régimen de Saddam portados por niños de tres años vestidos como asesinos suicidas, se define en la prensa como una "manifestación por la paz en Iraq".

Uno puede estar o no de acuerdo con la guerra de Iraq pero referirse a los fanáticos de Saddam, Arafat o Bin Laden como activistas por la paz, es demasiado. Una mujer entra a un restaurante en Israel a medio día, come, observa las familias con abuelos y niños comiendo su almuerzo en las mesas y paga su cuenta. Luego se inmola, matando a 20 personas, incluyendo muchos niños, cuyas cabezas y brazos ruedan por doquier. Es llamada "mártir" por los líderes árabes y "activista" por la prensa europea. Los dignatarios condenan el acto pero visitan a la familia y el dinero fluye.

Hay un nuevo juego en la ciudad: se llama "el ala militar". El que paga el juego, los equipa y los envía es llamado "el ala política". Y el jefe de operaciones se llama "líder espiritual".

Hay muchos otros ejemplos de nomenclatura orwelliana, que se emplean todos los días, no por parte de los terroristas, sino por parte de la prensa occidental. Estas palabras son mucho mas peligrosas que lo que mucha gente cree. Proveen una infraestructura emocional para las atrocidades. Joseph Goebbels dijo que si repetimos muchas veces una mentira, la gente creerá en ella. Está siendo actuado por sus sucesores.

3. El tercer aspecto es el dinero

Grandes sumas de dinero, que podrían emplearse en resolver problemas sociales en esta parte del mundo disfuncional, se canaliza en tres esferas concéntricas que mantienen la muerte y el asesinato.

a) En el círculo interno está los terroristas propiamente dichos. El dinero financia los viajes, explosivos, preparativos e investigación permanente de blancos vulnerables. Estos círculos internos son financiados primariamente por los estados terroristas de Irán y Siria, hasta hace poco también por Iraq y Libia, y antes también por regímenes comunistas. Estos estados, así como la Autoridad Palestina, son los paraísos seguros de los terroristas a sueldo de todo el mundo.

b) Esto está rodeado por un segundo círculo, más amplio, de financieros, planificadores y comandantes predicadores, y todos hacen de ello una profesión, con ingresos que les permiten una vida muy confortable, sirviendo a la infraestructura del terror.

c) Finalmente encontramos el tercer círculo, las así llamadas organizaciones de bienestar, religiosas y educacionales, que suministran alimentos, algunos bienes, algo de escolaridad. Pero su función es lavar el cerebro a una nueva generación que crece en el odio, las mentiras y la ignorancia.

Este círculo opera fundamentalmente en mezquitas, madrasas y otros establecimientos religiosos, pero también a través de la incitación electrónica y los medios. Este es el círculo que garantiza la sumisión de la mujer, propugna que la democracia sea impensable y hace que la exposición al mundo exterior sea mínima. También se encarga del inculpamiento de todo el mundo fuera del Islam, por las miserias de la región.


Este círculo exterior es financiado por Arabia Saudita, y también por las donaciones de las comunidades musulmanas de Europa y USA, y en menor medida por donaciones de gobiernos europeos y organizaciones no gubernamentales y algunas organizaciones de Naciones Unidas, cuyos objetivos son nobles pero están infestadas y son explotadas por agentes del círculo exterior. El régimen saudí, por supuesto, será la próxima víctima del terror masivo, cuando el círculo interior explote dentro del círculo exterior. Los saudis comienzan a darse cuenta de esto, pero aún financian la estructura del círculo mayor.

En un sentido figurado este círculo externo es el guardián que asegura que las personas vean y escuchen las incitaciones del terror, en lugar del mensaje del mundo exterior. Algunas partes de este círculo externo funcionan como resultado del miedo a ser puesto en una lista negra por el círculo interno. El horror añadido es el alto índice de natalidad. La mitad de la población del mundo árabe tiene menos de 20 años, la edad más receptiva para la incitación y el adoctrinamiento, lo cual nos garantiza dos generaciones más de odio ciego.

Algunos de los líderes de estos círculos viven confortablemente en el exterior. Sus hijos van a escuelas privadas europeas, no se entrenan en los campos de los terroristas suicidas. Los "soldados de la Jihad" compran tours a Irak y a otros puntos calientes, mientras sus líderes esquían en Suiza. Mrs. Arafat, que vive en Paris con su hija, recibe decenas de miles de dólares mensualmente de la auto titulada "en quiebra" Autoridad Palestina, mientras un líder de una célula típica de la brigada Al_Aksa, que depende de Arafat recibe un sueldo de alrededor de 200 dólares por realizar asesinatos en el nivel minorista.


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