04 enero 2017

Futuro chungo con las tecnologías digitales


En los últimos años, hemos vivido increíbles avances tecnológicos gracias a internet, la banda ancha y los dispositivos móviles, la inteligencia artificial, la robótica, materiales avanzados, las mejoras en la eficiencia energética y la medicina personalizada.
Pero a medida que estas innovaciones han cambiado muchas vidas, no han dado lugar a un aumento apreciable de la productividad.Significa más o menos: los smartphones son divertidos, cómo no. Una pasada la banda ancha, fantásticos los coches que se conducen solos y el kit para secuenciar nuestro genoma en el baño.
Pero estas cosas no están creando puestos de trabajo, no meten más dinero en el bolsillo, salvo a un puñado de elegidos, y no llevan el pan a casa. Y no aumentan la productividad del trabajo, que es lo que nos han prometido durante años los evangelistas digitales. Sin embargo, eso es, por encima de todo, lo que ha hecho a cada generación más rica que la precedente. Si ese mecanismo se atasca, tenemos un problema.

En resumen, tres cosas, a cada cual más incómoda para la generación crecida con pan e internet. Uno: la revolución digital está sobrevalorada. Dos: la verdadera revolución tecnológica, única e irrepetible, se dio entre finales del siglo XIX y principios del XX, con la electricidad, el teléfono y el coche. Tres: el crecimiento económico no volverá a los niveles estelares que hicieron posible aquellas innovaciones.

¿Qué pasó después de 1870?
El nacimiento de las primeras redes eléctricas y la invención de la bombilla. Del teléfono. Del motor de combustión interna. De la grabación de sonido. Del cine. Y, además, y en parte debido a éstas, otra serie de innovaciones menos célebres como los grandes almacenes, los catálogos de venta por correo, los alimentos enlatados y el refrigerador, los ascensores... en pocas décadas estos descubrimientos lo cambiaron todo. Se trabajaba en fábricas organizadas en cadenas de montaje.

Allí donde hoy en día hay autopistas, rascacielos y puentes colgantes, en 1870 se extendían el barro, el agua insalubre y los excrementos. La gran mayoría de los hogares no tenía agua corriente. Las fuentes de alimentación eran pobres y repetitivas. Los ingresos se empleaban casi en su totalidad en comprar comida, casa y ropa.
El principal medio de transporte era el caballo, que será un animal hermoso, pero tarda días y días en llegar de una ciudad a otra.
La tercera revolución industrial, la de los ordenadores y la digitalización, es menos importante que la segunda, la de la electricidad y el motor de combustión.

Robert Gordon

6 comentarios:


  1. Cada vez que incorporaba un nuevo artefacto, a mi trabajo, menos tiempo libre.

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    1. DON MAMUNA
      Así es. Pero peor es que las máquinas o los chops van a quitar empleos a millones de personas en el Mundo.

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  2. Es cierto todo lo que dice el Gordon. No creo que la Era Digital vaya a traer prosperidad general sino todo lo contrario.

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  3. Ya estamos viendo que en los últimos años se están perdiendo muchos empleos. Y donde más se perderán es en los comercios y en la entidades financieras o Bancos.

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    1. DON NUBE ROJA
      Basta con observar la reducción de personal laboral habida en los ferrocarriles. Ya han desaparecido los jefes de estación, los cambia-railes, los interventores y tantos empleados de siempre. Ahora todo lo hacen digitalmente y desde una pantalla en un centro.

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