05 julio 2016

"Los Ferreros"


Los hermanos Francisco y Miguel Ferrero abandonaron a finales del siglo XIX su tierra, Brazuelo (León), para instalarse en Madrid, donde abrieron una carnicería y dos pescaderías. En uno de los accesos porticados de la Plaza Mayor es donde comenzaron a vender carne en 1892. Una carnicería que comenzó a ganarse su clientela sirviendo a algunos de los principales restaurantes de la zona, entre ellos Botín o la Casa Gallega.
Ha pasado más de un siglo desde que se fundó la tienda y han cambiado muchas cosas, pero el local sigue manteniendo algunos de los muebles y piezas originales. En la trastienda se conserva una cámara frigorífica con puertas de madera, todavía en uso, un reloj de pared y una pequeña oficina "donde mi abuelo controlaba todo y realizaba las cuentas", añade Ferrero.

Hay productos algo difíciles de encontrar en otros establecimientos como la harina de almortas o licor de absenta de 50 y 80 grados. Venden azafrán español, legumbres al peso (como alubias de La Bañeza) o ya cocidas en frascos, conservas, membrillo, turrón y otros productos diferentes como la jalea real fresca. "En verano la venta de las bebidas es muy importantes porque pasa mucho turista y hace calor", reconoce Miguel Ferrero.

El negocio se ha ido adaptando a los tiempos de un barrio que "ha cambiado mucho, ya no quedan ni pollerías ni pescaderías por la zona", se lamenta.
La última pescadería de su familia, situada en el mercado de San Miguel, cerró cuando se llevaron a cabo las obras del mercado.





6 comentarios:

  1. Es maravilloso que se conserven establecimientos como éste. Pasaré por allí un día de éstos, a ver si todavía venden el queso manchego fresco, que no lo encuentro por ninguna parte y que va fenomenal para el estómago.

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    1. DON BWANA.
      Son una maravilla. En San Sebastián aún quedan una veintena de comercios CENTENENARIOS y tienen la mejor solera que pueda darsele a una ciudad. Uno es la sombrerería PONSOL en la parte Vieja, y otro la tienda de telas EL ANDORRANO en la calle Garibay.

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  2. Entornos de otro tiempo del que quedan islas como esta que nos transportan a un pasado perdido. Entrañable.

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    1. DON TRECCE.
      Sí, entornos de otros tiempos pero que son, como dices, entrañables y con solera. He conocido bastantes comercios de este tipo en San Sebastián hasta hace unos 30 años, y todos eran entonces ya centenarios.

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  3. Quienes somos de provincias, o pueblos pequeños, estamos más acostumbrados a ver comercios como el de los hermanos Ferrero, faros resistiendo el envite de la modernidad presente. Recuerdo una vieja librería con especial cariño ya que pasé muchas horas de la infancia rebuscando y tragando el polvo que se acumulaba sobre las estanterías repletas de libros desordenados. Cerró hace años, para mi desgracia, aunque he de reconocer que con ella también se esfumó mi asma infantil.

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    1. DON HEREP.
      Sí, en los pueblos pequeños han resistido más las tiendas pequeñas. Aquellas que vendian desde garbanzos a alpargatas y sardinas viejas o arenques ahumados en medias barricas. Pero eso también ha ido desapareciendo.

      Los que son muy aficionados a mantener y conservar ese tipo de negocios son los gabachos, que aún conservan en algunos pueblos tiendas del XIX.
      Esa librería que mencionas ya ves que ahora la relacionas con tu asma infantil pero seguro que en tu infancia jamás se te ocurrió pensar en ello.

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