05 junio 2016

La hija de Cassius Clay


Él siempre dice: 'Cuando vaya a morir no me importará las casas que compré, las fiestas que viví o incluso la carrera que construí. Me importará cómo traté a mi familia y a mis amigos, qué aprendí durante tantos años o cómo ayudé a la gente gracias a mi fama'.
Por él, de hecho, me licencié en Trabajo Social, me especialicé en Desarrollo Juvenil y Prevención de Pandillas y llevo 15 años trabajando feliz con jóvenes en riesgo de exclusión social al sur de Los Ángeles.
Muchos de esos chicos se sorprenden cuando descubren que soy la hija de Ali. Yo no se lo digo, nunca lo he hecho, pero si lo adivinan, las preguntas no cesan. Pasados tantos años me sigue conmoviendo esa admiración, aunque estoy acostumbrada. Sé el impacto que provoca en todo el mundo. De hecho, lo sé desde que aprendí a hablar. Tengo muchos recuerdos de mi padre con seguidores, todos alrededor de nuestro coche, charlando con él mientras firmaba autógrafos. Le encantaba.

Recuerdo que, una vez, un hombre se le acercó en un restaurante y le dijo que había olvidado sus prejuicios racistas gracias a él, porque le amaba. Se le saltaban las lágrimas.

Aquellos años fueron maravillosos. Siempre explico lo asombroso que me pareció conocer a Tom Jones. Un día, cuando tenía cuatro años, le dije ante el televisor: 'Mira, papi, ese cantante. Es muy guapo'. Y al día siguiente vino a nuestra casa en Nueva Jersey. Yo me moría de la vergüenza y él se burlaba muchísimo. Siempre fue un bromista.

Recuerdo cómo se miraba a los espejos y se pavoneaba con esas rimas que luego repetía en la televisión: '¡Soy el más grande! ¡Flota como una mariposa y pica como una abeja!'. A todo el mundo le encantaba.
 Antes de cada pelea, eso sí, se despedía más serio, pero yo nunca tuve miedo. De pequeña, sentía nervios cuando se iba a un combate, pero como casi siempre ganaba, no lo pasaba mal. Entonces esperaba que las peleas no acabaran en KO, sufría por sus oponentes.
Nací durante su suspensión (en 1968) y creo que yo no era muy consciente cuando se enfrentaba a Floyd Patterson, Joe Frazier o George Foreman. Seguramente se debió retirar entonces, en 1974 o en 1975. De su última época como boxeador me acuerdo más. No fueron buenos tiempos, aunque ya no vivía con nosotros.
Una vez, cuando ya había crecido, le dije que le veía viejo para boxear y aquello, seguro, le debió doler.
Tras el divorcio, mantuvimos una gran relación y, aunque ya no viene mucho a Chicago, llama siempre para preguntarme por mis asuntos. Es curioso que, pese a sus muchos cambios, los hermanos seguimos bastante unidos. De sus hijos, yo soy la mayor y paso muchísimo tiempo con Laila, por ejemplo, que es una de las más jóvenes. Creo que es todo mérito suyo. Siempre ha evitado cualquier tipo de odio entre nosotros, de hecho, uno de sus sueños es que nos vayamos todos a vivir a la misma calle, dónde sea, con nuestras parejas y nuestros hijos, sus nietos. En esas cosas, en la formación de una familia, también me ha marcado.
Cuando yo tenía apenas 11 o 12 años me empezó a hablar de los chicos y fue muy efectivo. En lugar de esperar a mi época rebelde, me enseñó cuando aún era una niña y tenía las orejas bien abiertas. Funcionó. Me hizo ver que debía ser independiente, que no podía dejarme llevar por otras personas, me explicó por qué las musulmanas no tienen novios.
Él es muy creyente. Cuando le visito, me suele llevar a la mezquita, me sigue enseñando a orar y me habla de la vida, del ser humano. Habla mucho de su fe en el Islam, más que de cualquier otra cosa.

Pese a sufrir la crueldad del Parkinson desde hace más de 30 años, ama la vida y está en paz. Ha conseguido que todos a su alrededor aceptemos sus problemas, que disfrutemos de nuestro tiempo a su lado. Seguramente no hay dolor porque sabe que, a lo largo de su vida, siempre ha obrado como debía. La mayoría de fotos que tengo con él de niña son entrenando, en Deer Lake o en Zúrich, y la mayoría de fotos que tengo con él de adulta son en una silla. Ha perdido la movilidad, el físico, pero yo veo al mismo hombre, con el mismo corazón. Le adoro".

Maryum Ali

FRASES DE CLAY o ALÍ
"El boxeo es un montón de hombres blancos viendo cómo un hombre negro vence a otro hombre negro"
"Soy tan rápido que anoche apagué el interruptor de la luz en mi cuarto del hotel y estaba en la cama antes de que el cuarto estuviese a oscuras"
"Classius Clay era el nombre de un esclavo. No lo escogí. No lo quería. Yo soy Mohammad Ali, un hombre libre"
"Al golf también soy el mejor, aunque todavía no he jugado"


8 comentarios:

  1. Hay por ahí un vídeo https://www.youtube.com/watch?v=F9q8YefWhuc bastante curioso, pero nadie le tacha de racista.

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    1. DON ULTIMO.
      En aquella época, que yo la viví, había en USA una lucha tremenda de los negros a favor de la NO discriminación que se daba en los Estados sureños, en donde no podian montar en el mismo autobús ni acudor a los mismos WCs blancos y negros, e incluso los niños tenian colegios diferenciados para blancos y negros, al igual que bares y restaurantes.
      En esa época triunfó Cassius Clay y era un díos pero le llemaron a la mili para ir a Viet Nam y se negó a ir. Por lo que le desposeyeron de su título de campeón mundial de los pesados, y de la licencia para boxear.
      En 1963 el Gobernador de Alabama, George Wallace, mandó a la policia a detener a dos negros que querían entrar en la Universidad. Y el Presidente Kennedy tuvo que enviar tropas federales a Alabama.

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  2. Un tipo curioso: chuleta, pero justificadamente dada su clase. Le toco vivir tiempos duros, y eso lo arrastro tal vez demasiado a lo largo de su vida. Yo no soy muy de boxeo, pero ves videos y es alucinante ese juego de pies, y esa cintura, esquivando golpes y golpes.

    No estoy de acuerdo con su cambio de nombre, y menos con su fe mahometana. Aunque cabe decir, que ojala los musulmanes del mundo lo tuvieran como ejemplo, en vez de a tanto extremista asesino.

    Un personaje, un campeon.

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    1. SEÑOR OGRO.
      Era un gran tipo. Derrotó, desde la nada de una biografía pugilística basada en haber sido campeón olímpico en 1960, al campeon mundial SONY LISTON, una mala bestia imbatible hasta entonces. Yo ví el combate aquel por TV y fue emocionante. Luego se inventó esa fanfarria de "soy el mejor" etc., y nadie quería boxear contra él. Tras la suspensión en 1968 por negarse a ir a Viet-Nam, los amos coronados fueron Foreman y Frazier. Y los derrotó a los dos en cuanto le permitieron boxear tres añis despúés de haber sido desposeído de su título.
      Las televisiones de todo el Mundo estaban a pleno de audiencia cada vez que se anunciaba un combate suyo. No había viaje a la Luna o asesinato de presidente useño que parara su popularidad diaria en los medios.

      Yo creo que se hizo musulmán porque era la época en que la discriminaión racial en los estados sureños de Usa fue más fuerte. En Alabama tuvo que intervenir el Ejército Federal para proteger a una alumna negra a subir los escalones de la entrada a la Universidad.

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  3. El extraordinario físico de Clay le permitía boxear con la velocidad de un peso welter y la pegada de un peso pesado. Las payasadas eran parte del "marketing" que lo rodeaba. He disfrutado mucho con los videos de sus peleas pero, aún exponiéndome al insulto, para mí no ha habido otro boxeador del peso pesado como Joe Louis: y si incluçimos a todos los pesos, nadie como "SUGAR" RAY ROBINSON, la perfección en el ring.

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    1. DON BWANA
      Yo era muy joven cuando brillaba RAY SUGAR ROBINSON pero siempre todos los comentaristas boxísiticos solian decir que el único que se le acercaba en calidad era Cassius Clay. De Joe Louis no ví nunca nada porque era la época de la radio y además en España los "del Movimiento" no gustaban que se hablara de él. No sé porqué.
      Con el "baile" a lo Sugar y la pegada de Joe Louis, Cassius era invencible.
      Sí recuerdo el combate entre Clay y Sony Liston. Y fue una atrocidad de golpeos de dos gigantes.

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  4. Emotivas palabras de una hija hacia su padre. Yo no llegué a tiempo de ver las peleas de Ali, por lo que no vi los golpes de los que todo el mundo habla, pero sí he escuchado la fanfarronería y la utilización de su persona que hicieron muchos, motivo por el que nunca he tenido una opinión definida de su persona. Como deportista, un diez (aunque yo no creo que sea el mejor deportista del s.XX tal y como defienden los useños).

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    1. DON HEREP.
      Era un gran boxeador, probablemente el mejor que ha habido y lo de las frases suyas era pura parafernalia para atraer espectadores. En sí, y tal como cuenta su hija era un hombre sencillo.
      Lo de ser el mejor deportista no creo que haya ninguno que pueda ser calificado así. Tanto Pelé en futbol como Merck o o Bahomontes en ciclismo, Santana en tennis, etc. etc.

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