24 julio 2017
El marrajo se va al carajo
Los demócratas venezolanos sobrepasaron los 7,5 millones de votos, prácticamente el mismo aplastante resultado que permitió en diciembre de 2015 obtener dos tercios del Parlamento. Fueron dos goleadas consecutivas de los venezolanos al narco-régimen. Y no sólo participaron los jugadores de la cancha; también lo hizo -y en qué número- la diáspora venezolana regada por el mundo, a la que une también el afán de salvar a su país.
¿Y ahora qué? La presión popular en la calle redoblará: tiene la legitimidad democrática demostrada en la consulta del 16 de julio y la presión institucional del Congreso.
La comunidad internacional exige anular la constituyente fraudulenta. Los tres irrefutables, irrebatibles y devastadores informes del secretario general de la OEA, Luis Almagro, desnudaron a la narcodictadura ante el mundo.
Maduro deberá analizar si está dispuesto a seguir asesinando para instaurar el primer narco-soviet en la historia. La constituyente fraudulenta sería dirigida por el tenebroso Diosdado Cabello, una despreciable mezcla de Stalin y Pablo Escobar.
Él anunció que después del 30 de julio va a defenestrar a la fiscal y a los gobernadores opositores, encarcelar a todos los opositores, cerrar el Congreso para que nunca más se vote en Venezuela.
Maduro sería decorativo o prescindible para Cabello, quien tendría el poder eterno y dictatorial de Stalin, con el control del negocio de la cocaína que tenía Escobar, con todo un Estado petrolero a su disposición.
Si Maduro persiste en instalar este narco-soviet el 30 de julio para otro, mientras él queda como un represor sanguinario, terminará demostrando que es mucho más idiota de lo que parece.
Pero la dictadura no podrá contra todo un pueblo movilizado.
Andrés Pastrana
Ex-presidente de Colombia
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Cuando la masa popular se moviliza, la cosa termina o en un baño de sangre o en el derrocamiento del tirano. Es lo que sucedió con Perón en Argentina. Comenzó con las caceroladas de la gente y terminó con un golpe de los espadones a cuyo frente estaba el general Aramburu.
ResponderEliminarDON CELIO.
EliminarAsí suele suceder y en España tenemos demostraciones históricas abundantes como cuando la sublevación del General Riego y otros como los Comuneros de Castilla.
Lo de Argentina de Perón es un clásico moderno.
Hasta los maoriés de Nueva Zelanda dan por finiquitado al marrajo de MADURO.
ResponderEliminarDOÑA CANDELA.
EliminarCuando a la población le faltan agua, comida y luz en el siglo XXI, es seguro que ese mandatario termine muy mal.
Ese analfabeto tiene ya encima un montón de muertos y encarcelados y todos los que actuan así, salvo excepciones, terminan derrocados.
ResponderEliminarDON SANCHO.
EliminarEstoy de acuerdo con tu comentario.
Agua, comida y velas es lo que buscan los venezolanos.
ResponderEliminarVenezuela entrará a partir de esta semana en una economía de asedio típica de guerras, con alto impacto sobre los sectores más pobres del país.
DOÑA ISABEL.
EliminarSí, deben de estar los venezolanos viviendo como cuando hay una economía de guerra. Malo, malísimo.
El problema de estas situaciones es a cuanta gente se llevarán por delante y cómo dejarán de arado el país antes de que les den el pasaporte.
ResponderEliminarDON TRECCE.
EliminarSí, ese es el problema gordo. Porque esos tiranos acostumbran a destruir hasta los nidos de avispas con tal de no perder el Poder.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar¿Y si la oposición participara en el refrendo y machacaran la reforma..?
ResponderEliminarDON ULTIMO.
EliminarEl problema es que no todo el mundo puede votar, como sucede en todas las dictaduras, y los de la oposición saben que además los recuentos suelen ser falsos.