30 abril 2012

País de tramposos

Que se enteren los franceses: si votan a la izquierda, serán como los españoles, y vivirán (mientras puedan hacerlo) de rodillas.

Así, con semejante amenaza, tan brutal y tan cruenta, atemoriza el líder de la derecha francesa al electorado: ¡cuidado, que como votéis mal os convertís en españoles!

 Terrorífico, se habrán asustado algunos gabachos . No sé qué tendrán con nosotros nuestros vecinos. Pero algo extraño, digno de ser sometido a un análisis psicológico, seguro. Hace solo unos meses intentaron ridiculizar a nuestros mejores deportistas dibujándolos en las viñetas de Canal+ como auténticos maestros del dóping. Y, ahora, lo aterrorizan al electorado presentándonos como el modelo a evitar en los próximos comicios. El lema del afortunado marido de Carla Bruni sería algo así como "vota bien, no seas español". Es verdad: somos un país singular.

Eso no lo ocultamos, ni tampoco podríamos si quisiéramos. Es demasiado evidente. También lo es que un francés no gana Roland Garros, uno de los dos grandes eventos deportivos de Francia, desde que lo hiciera Noah en el 83. Desde entonces, los españoles han levantado ese trofeo, el mayor del mundo sobre tierra batida, ¡once veces!

También es cierto que nuestros vecinos no ganan su Tour de Francia, el otro gran acontecimiento, desde que en el 85 lo hiciera Hinault, cuando Alaska  abanderaba la movida madrileña. Desde aquel  año, cuando algunos llevaban cresta, cuero y pinchos, los ciclistas españoles han ganado la durísima carrera francesa ¡diez veces! .

De todos modos, habría que tranquilizar a nuestros vecinos: somos mediocres jugando al rugby  y no hay previsión, al menos en un futuro próximo, de que el Seis Naciones se convierta en Siete. Pero no todo es deporte, claro. También, les ganamos, a ellos y a quien se ponga por delante, en casos de posible corrupción -Camps, Blanco, Urdangarín...- y en otros de corrupción demostrada, como es el asunto que enviará a Jaume Matas a la cárcel.

Y, además, seguimos avanzando con paso firme en esta materia. Leímos estos días la  imputación a dos altos cargos de la administración de loterías catalana. Y, por si fuera poco para un único día, descubrimos también que Anticorrupción investiga a los responsables de la quebrada Feria de Extremadura.

Desde la cuna de la democracia moderna, En Estados Unidos quizá recuerden vuesas mercedes al exgobernador de Illinois, Rod Blagojevich, que esta semana ha ingresado en prisión para cumplir su condena de 14 años de cárcel, a China, la próxima gran superpotencia mundial, que fusiló a Zeng Jinchun, el responsable, precisamente, de anti-corrupción del partido comunista, en 2010.

Pero también es verdad que nuestra historia reciente está plagada de corruptos. No sólo en tiempos recientes, con los casos Campeón o Gürtel, o menos recientes, con Ibercorp o GAL. Hace décadas que parece que nuestros políticos se han convertido en adictos a la manipulación de medios públicos para convertirlos en lucrativos e ilegales beneficios privados.

Pero no solo los políticos se corrompen. El éxito y el dinero son capaces, a veces, de atraer nuevas y maléficas tentaciones. Dani Pedrosa cayó en una de ellas. Y mira que es un grandísimo piloto, actividad deportiva en la que, por cierto, tampoco destacan los franceses. Han logrado seis meritorios campeonatos del mundo de motociclismo de velocidad. Nuestros pilotos, 36.

Pedrosa, que ha sido dos veces campeón del mundo, esta semana ha alcanzado un grado de popularidad muy considerable y, lamentablemente, la causa no ha sido un inicio ejemplar en el mundial de Moto GP.  El piloto, en vez de volar a las primeras páginas de los diarios por su extraordinaria pericia y su incomparable rapidez sobre dos ruedas, ha recibido una extensísima notoriedad por haber sido detenido al hacer trampas para aprobar el examen de patrón de yate.

Pedrosa, que conserva el récord de velocidad punta sobre una moto al haber rodado en 2009 a 349,3 km/hora, ha reconocido su error.  En todo caso, el piloto deberá afrontar su responsabilidad en la estafa. 

Sarkozy, por su parte, está perdiendo las elecciones  y hostiga a los votantes: "No seáis españoles". No quieren ser como nosotros. Es evidente que en los últimos años hemos hecho muchas cosas mal, sobre todo las relacionadas con la materia económica.

¿Será que somos un país de tramposos desde siempre?



28 abril 2012

Golfines de robería

En castellano medival decíase "Golfín" al que vive del bandidaje, y "Robería" significaba saqueo.


Alberto Fabra, presidente de la técnica y prácticamente intervenida Comunidad Valenciana, va a solicitar a los diputados del PPCV que "se comprometan por escrito a ser honrados". Manda huevos.

Ya no sois piratas los políticos, sois corsarios, así que a jurar por Snoopy que vais a ser buenos y que no os vais a forrar guindando al personal. Pero, ¿qué clase de broma es ésta?

A un cirujano se le exige que sepa operar, a un alicatador que sepa colocar azulejos, a un maestro que conozca la materia y la transmita en condiciones, a un juez que haga cumplir la ley…A cada uno se le pide lo que le corresponde, y no es necesario jurar sobre la Biblia.

¿Al político hay que pedirle que no robe? ¿Cómo se come esto? ¿Será, quizás, que nos enfrentamos con asaltantes de caminos?

En Castellón hay otro paisano, que responde al nombre de Carlos Fabra, al que no hay nadie que le tosa ni le gane a chulo y, por esa razón, se compró un aeropuerto por el que sus convecinos se puedan pasear a pié por las pistas. Lo sufragó la Administración Pública. En el acto de inauguración acompañado por el inefable Camps y un obispo con isopo, dijo que la gente que le critica no le entiende y, después de decir esto, se quedó en su paz.

Y  lo que aflora tras la declaración de ahora del Alberto Fabra  (el otro Fabra) es un reconocimiento claro y explícito de la catadura moral de nuestros gestores…No sé yo quién les mantiene en sus puestos a los Fabra, pero con políticos como éstos ni para portar el ataúd.

Los gestores del Ayuntamiento de Torrevieja (Alicante) se bajan el sueldo. Pero como en el chiste. Antes lo cobraban en la planta segunda y ahora les entregan la nómina en recepción. Tras anunciar una rebaja de un 5% en sus salarios, deben de haber hecho cuentas y va a ser que no. Que con 12 euros al año ya han cumplido. Incluso hay un edil que va a sufrir un durísimo recorte de 43 céntimos mensuales.

Desde aquí y desde ahora propongo una recolecta entre todos los agradecidos ciudadanos para con los fondos recogidos levantar un monumento colosal con el que dejar constancia a las generaciones futuras del encomiable esfuerzo y el sacrificio sin parangón de estos ilustres políticos.

Y si no alcanza para estatua, una placa. Y si tampoco llega para una placa, pues para un contenedor donde meterlos a todos y conducirles bajo palio a la escombrera.












27 abril 2012

Jili cazado

Como sábado, el bloguero va hoy de cotilla-marujo muy al estilo de las modas actuales. Por eso he aquí una foto del marica progre desvirgador de todas las intimidades nacionales, por muy privadísismas que sean, cogido con una inmensa cogorza en una discoteca.

 ¿Es Jorge Javier Vázquez?, ¿está borracho en una discoteca?.

Muchos aseguran que se trata del presentador y la verdad es que el parecido es más que razonable. Se tomó en una conocida discoteca de Madrid y se confirma que el presentador se habría pasado de copas, sus amigos le habían abandonado y acabó en un estado bastante lamentable.

Si hubiera sido otro el que hubiera aparecido de esta guisa, el presentador y su cortijo ya le hubieran dedicado unos cuantos programas.

Debajo una colección de mamiferos irracionales que acompañan siempre al interfecto.

25 abril 2012

Premoniciones

Hay gente, como la galega Midala o el propio señor Isra, que ven venir el futuro en forma de catástrofe sin que "naide" sea capaz de explicarlo.

La más notable profecía fue la publicación en 1898 de “Futility or the wreck of the Titan”, una novela escrita por un autor poco conocido, Morgan Robertson. La obra trataba sobre un enorme transatlántico de 70.000 toneladas, considerado insumergible, que durante su viaje inaugural chocaba con un iceberg en el Atlántico y se hundía, llevándose consigo a la mayor parte de sus 2.500 pasajeros que no pudieron salvarse a tiempo por el escaso número de botes salvavidas.

Robertson acertó prácticamente en todo, incluso en el nombre del barco, al que llamó Titán.

Pero ha habido otros casos no menos importantes y sorprendentes de tragedias presagiadas en sueños. En mayo de 1979, David Booth, un oficinista de Cincinnati, Ohio, tuvo durante diez noches consecutivas la misma pesadilla: él era testigo de cómo un gran avión con los colores estadounidenses levantaba penosamente el vuelo, se inclinaba súbitamente y se estrellaba en la pista, estallando en una enorme explosión de fuego y humo negro.

Cada día el sueño iba ganando en precisión. El joven de 23 años captaba con todos los sentidos aquella catástrofe. Manifestó que podía oler a combustible y sentir el calor que las llamas del incendio causaban al estrellarse el avión. Booth presentía que aquello era algo más que una simple pesadilla recurrente y el martes 22 de mayo de 1979 decidió advertir por teléfono al aeropuerto de Cincinnati.

Con los datos ofrecidos (un avión trimotor de la American Airlines y la descripción del aeropuerto), los expertos de la Federal Aviation Authority (FAA) trataron en vano de adivinar de qué aeropuerto se trataba. Incluso la compañía aérea reforzó las medidas de seguridad en sus grandes aviones. La noche del viernes 26 de mayo de 1979, un DC10 (trimotor) de la American Airlines se estrellaba al despegar del aeropuerto internacional O`Hare de Chicago. Murieron 272 pasajeros y la tripulación, siendo hasta ese momento, el peor accidente de la aviación norteamericana.

Jack Barker, funcionario de la FAA, se mostró impresionado por las precisiones que el joven les había dado telefónicamente, describiendo casi a la perfección el desastre. Tras el fatal desenlace, David Booth no volvió a tener “pesadillas”.

 Otro caso tuvo lugar el 21 de octubre de 1966 en el pueblo galés de Aberfan. La mañana anterior al fatídico día Eryl May Jones, una niña de 9 años que vivía en dicho pueblo, corrió hacia su madre y le contó que había tenido una terrible pesadilla en la que el edificio de su escuela había desaparecido debajo de una gran masa negra que lo había aplastado.

Al día siguiente, medio millón de toneladas de carbón de desecho se deslizaron sobre el pueblo minero. El balance fue de 143 víctimas mortales, 28 adultos y 115 niños, entre ellos, la joven Eryl y sus compañeros de la escuela que desapareció sepultada.


Fueron muchos los que afirmaron haber tenido sueños premonitorios sin pensar en que se iba a producir realmente. Sin embargo el psiquiatra londinense John Barker decidió investigar el tema en profundidad y halló más de medio centenar que parecían auténticos.

Un detalle curioso: las premoniciones iban en aumento a medida que se acercaba la fecha fatídica, alcanzando un impresionante pico la noche de la víspera. A partir de su trabajo, se creó la Agencia Británica de Premoniciones con el propósito de anticipar catástrofes similares y salvar vidas, aunque desgraciadamente no ha podido cumplir sus difíciles objetivos. El origen de este tipo de sueños sigue siendo un enigma.

Debe de ser que también  Rajoy Brey tuvo algún sueño de que en 2011 los otros perderían las elecciones. ¿Para qué sudar la camiseta si estaba claro que se iba a producir? ¿Habrá soñado ahora que debe de seguir sin hacer nada porque nos van a invadir los moros?


 

24 abril 2012

Que vengan los jacobinos

Los empresarios y grandes comerciantes que integraban la gran burguesía, en Francia , eran llamados girondinos, por provenir de una zona situada al sur de Francia, denominada Gironda, eran moderados, contaban con el apoyo de las provincias y consideraban prudente hallar un acuerdo con la monarquía y la nobleza

Otro sector, era el de los jacobinos, nombre proveniente de sus reuniones en el convento de la orden de los jacobinos, extremistas, duros y muy bien organizados, respaldados por el Consejo y el pueblo de París. Estaba principalmente integrado por profesionales y modestos propietarios que querían abolir definitivamente la monarquía y proclamar una República democrática, con derecho a voto para todas las clases sociales.

España ha tenido siempre una especie de girondinos pero sin chispa, y una caterva de cuatreros totalitarios  que hablan siempre en "nombre del pueblo". Lo que no ha habido jamás es una casta similar a los JACOBINOS, capaces de darle vuelta a una sociedad, y eso ahora es un sueño con la sociedad borreguil que formamos el conjunto.

En estos tiempos, los simples indicios de corrupción borran toda normalidad, un requisito que ahora se ha hecho imprescindible, al igual que en la Francia post-revolucionaria. Con la diferencia de que aquí los vigilantes son como las monjas de Teresa de Calcuta.  Urge una acción al estilo de la que realizaron los jacobinos más famosos para "limpiar" tanta desidia de los anteriores y de las periferias. Con un par de Dantons y Robespierres se solucionaría todo lo que impide que España no sea tanto o más que Francia o Alemania.

Por eso, sorprende que, entre recorte y recorte, nadie se haya fijado todavía en la baja productividad de tres importantes empleados del Estado que cobran nada menos que 74.580 euros anuales. González, Aznar y Zapatero disponen, además, de otros gastos para secretaría y despacho, disfrutan de seguridad y vehículo públicos, sin que haya trascendido de momento qué servicios prestan a la ciudadanía.

A los independentistas no les cuadran las cifras de su ansiada separación de España. Los vascos tendrían que cargar con un agujero de 800 millones de euros al año para pagar sus pensiones si dispusieran de una "caja propia" de la Seguridad Social  (como se empeñan en reclamar), debido al desfase entre lo que aportan los 920.000 cotizantes vascos y lo que recibe su medio millón de pensionistas. Un déficit que en la actualidad es subsanado por la solidaridad del resto de las comunidades autónomas y el principio de unidad de la "caja común" de la Seguridad Social.

Tanto el PNV como la izquierda abertzale (Amaiur) se ufanan en aprovechar la debilidad de la economía española para insistir en que la independencia es una necesidad económica y el mejor bote salvavidas frente a una España que nos hunde, buscando así pescar en el río revuelto de la crisis. Algo parecido repite el catalufo Más.  Hay que tener morro.

A estos les enviaba yo un Robespierre para que impusiera seriedad y ya sabemos el método que aquel gabacho usaba para hacerlo.

La estructura demográfica vasca, con una población cada vez más envejecida y longeva, unida a la destrucción de empleo, uno de los índices de natalidad más bajos de Europa y una menor presencia de inmigrantes con respecto a otras regiones españolas, son algunas de las claves que explican el desequilibrio.

Pues, nada, fuera independentistas con o sin gaiteros, chistularis  o sardaneros.

Los pilotos de líneas aéreas, tradicionalmente, lo han tenido difícil para que el personal de a pie simpatizara con ellos. A sus emolumentos, que siempre han sido muy superiores a los de los demás empleados por cuenta ajena ,  han sumado la costumbre de emprender movilizaciones en las fechas más inoportunas, en petición de mejora o mantenimiento de derechos laborales que al común de los mortales les parecen y parecían privilegios de maharajá. Pero ellos siguen en lo suyo.

Más Dantons y Rebespierres en lugar de sorayas y arriolos.


23 abril 2012

Cámara Dien Fú

En abril de 1954, el Vietminh cercaba la base francesa de Dien Bien Fu, en la Indochina francesa que pronto se llamaría Vietnam. Sometido a un espantoso bombardeo, el símbolo del orgullo colonial estaba a punto de caer. El gobierno de París, aun sabiendo que la derrota era inevitable, no quiso aceptarla sin un estúpido gesto teatral, así que lanzó en paracaídas a un último contingente de voluntarios, conscientes de que su único destino era la muerte o el cautiverio.

Asombrosamente, se presentaron muchos. Entre ellos había tres hombres del servicio de prensa del ejército. Saltaron el primer día, entre las bombas, y cuando pisaron tierra uno estaba muerto y otro había perdido una pierna.

Cuatro días después, en un segundo salto, llegaron otros dos reporteros para cubrir esas bajas: un fotógrafo y un camarógrafo. El cámara se llamaba Pierre Schoendoerffer y tenía veinticuatro años.

Durante cincuenta y dos días filmó la carnicería, replegándose hacia el último bastión a medida que iban cayendo los reductos exteriores. No hubo rendición. Se peleó hasta que los viets penetraron en el puesto de mando y éste dejó de emitir.

Hecho prisionero, Schoendoerffer vivió dos años en condiciones horribles, en un campo de concentración donde innumerables compañeros dejaron la piel que habían salvado de la batalla.

Después hizo películas y escribió libros. Lo conocí hace algún tiempo en París, con Pat, su mujer, cenando en casa del periodista Jean-Christophe Buisson en compañía de mi amigo Etienne de Montety. Yo acababa de dejar atrás veintiún años de reportero, pero aún tenía frescos los instintos y los mitos.

Así que me pasé toda la cena como deben pasarse estas situaciones ante la gente adecuada, e incluso ante la que no lo es: hablando poco, lo imprescindible para que sea el otro quien hable. Y más cuando, como era el caso de Schoendoerffer, no se trataba de alguien demasiado hablador.

Me había hecho el honor de leer algunas cosas mías y tuvo la amabilidad de mencionarlas; pero le dije que no me avergonzara con tan extrema cortesía. Que yo estaba allí para escucharlo hablar de él, de su trabajo, de sus películas y sus libros; y que todas mis novelas juntas, lo juraba por Toutatis, no valían una de sus imágenes tomadas en Dien Bien Fu. Si me hice reportero, añadí, fue posiblemente porque con quince años leí  La 317e section, que en España se llamó Sangre en Indochina, y luego vi la película del mismo título, con un inolvidable Bruno Cremer interpretando al sargento Willsdorf.

Y si estaba sentado a la mesa, mirándolo como quien mira a Dios, era porque había visto en el cine L’Honneur de un capitaine, La Section Anderson –un documental sobre Vietnam por el que ganó un Oscar–, Le Crabe tambour y Dien Bien Fu, y leído todos sus libros, incluido l’Adieu au roi, que tenía y sigo teniendo subrayado de principio a fin. Y del que, le dije y se mostró humorísticamente de acuerdo, Coppola tomó abundante material para recrear su Kurtz-Marlon Brando de Apocalypse Now.

Recuerdo sus ojos azules y su sonrisa melancólica cuando Jean-Christophe Buisson, que había hecho un magnífico documental para televisión revisitando con Schoendoerffer los lugares donde éste estuvo durante la guerra colonial, puso sobre el mantel palabras como lealtad, sacrificio, valor y sentido del honor. Todavía brillaba la mirada del veterano cámara de guerra entre el humo de sus cigarrillos cuando pronunciaba esas palabras, quizá porque en francés suenan menos devaluadas que en español.

Y recuerdo, sobre todo, otras palabras suyas, dichas con sencillez en respuesta a uno de mis comentarios: "Envejecer es tener más camaradas muertos que vivos. Cuando piensas en ello, se te hace la supervivencia incómoda". No usó la palabra amigos sino camaradas, y entendí lo que pretendía decir. Los amigos son seres entrañables que la vida te depara. Los camaradas, no forzosamente amigos, son quienes han estado contigo allí. Sea donde sea.

 Pierre Schoendoerffer murió hace cuatro semanas, en el hospital Percy de Clamart, en una Francia que siempre supo hacer bien ciertas cosas: se le concedió funeral con honores militares en los Inválidos, con la insólita asistencia de todo el gran mundo de las armas, la política, el cine y la literatura.

Tenía 83 años y se llevó en la retina la historia mundial de dos tercios del siglo XX. Hace cinco años aún tuvo los arrestos de viajar a Afganistán, invitado por el 1º RCP, regimiento paracaidista que lo nombró soldado de honor.

En cuanto a mí, incluso después de la cena en París, nunca dejé de ver en aquel anciano distinguido, flaco, de pelo blanco, al joven de 24 años que saltó en paracaídas sobre el paisaje lunar y las explosiones de Dien Bien Fu.

ARTURO PEREZ REVERTE
Académico



22 abril 2012

El genio boicoteado.

¿Quién apagó al genio más brillante del siglo XX?. Hombre solitario, extravagante, maniático, extraodinario cerebro, inventor hasta de internet, y siempre boicoteado e ignorado por Edisson, Einstein y demás científicos del principios de siglo XX.  Incluso se anticipo al invento de la radio que patentó Marconi.

Nikola Tesla es, para muchos, el más grande inventor del siglo pasado. Gracias a él, la electricidad llega hoy a millones de hogares en todo el mundo.

¿Pero por qué su nombre ha caído en el olvido? ¿Y qué tuvo que ver en ello Thomas Alva Edison, su gran rival? Llegó a Nueva York el año en que "nació" la Estatua de la Libertad, 1884. "Armado" con su impecable elegancia parisina y la cabeza llena de ideas, llevaba una carta de recomendación: "Conozco a dos grandes hombres, y usted es uno de ellos. El otro es el joven portador de esta carta".

El destinatario de la misiva era un ya célebre Thomas Alva Edison, el padre de la bombilla (y el fonógrafo, y el altavoz, y el micrófono del teléfono, y…). El otro "gran hombre" era Nikola Tesla, un joven serbio desconocido, nacido en 1856 en Smilijan, entonces parte del imperio austrohúngaro e integrado en la actual Croacia. Tesla venía de trabajar en la sede parisina de la Continental Edison, la compañía del inventor norteamericano.

Lo mandaba Charles Batchelor, su antiguo jefe europeo.

Según llegó a Nueva York, Tesla preguntó dónde estaban las oficinas de Edison. Y allí fue, a hablar con su futuro jefe: salió del despacho con un puesto de trabajo. Pero entre ambos no hubo una gran sintonía. Y poco después la animadversión acabaría en conflicto abierto. Edison defendía un modelo de negocio eléctrico basado en la corriente continua. Y había convencido ya a algunos inversores, aunque aún a una escala muy reducida: su sistema de distribución eléctrica, el primero en el mundo, arrancó en 1882 con 110 voltios de corriente continua y 59 clientes en Manhattan. Y permanentemente estaba averiado el sistema de distribución de energía.

Tesla, en cambio, creía en un modelo basado en la corriente alterna. La pugna entre ambos pasó a la historia como ‘la guerra de las corrientes’. Ganó Tesla con su modelo, mucho más eficiente. Gracias a él apretar hoy un interruptor ilumina nuestras casas. Pese a que la memoria histórica ha sido más benévola con otros inventores (Edison, Hertz, Volta...), el mundo debe mucho al enigmático Nikola Tesla.

Gran ingeniero y con una memoria notable (heredada, según él, de su madre: analfabeta pero capaz de recitar poemas épicos serbios que ella nunca pudo leer), Tesla poseía además una infinita capacidad de trabajo: le bastaba con dormir dos horas al día y, si el trabajo lo requería, podía estar 80 horas sin pegar ojo.

"No hay emoción más intensa para un inventor que ver una de sus creaciones funcionando,  decía. Esa emoción hace que uno se olvide de comer, de dormir, de todo". A ese ritmo se empeñó en resolver el primer gran reto que Edison le puso, a solo un año de su llegada: rediseñar sus generadores de corriente continua. Si lo lograba, recibiría 50.000 dólares. Pero cuando se dirigió a su jefe para exigir su paga, Edison sonrió: "Ay, ¡qué poco ha aprendido usted del humor americano!".

Despechado, Tesla abandonó la compañía sin aceptar el aumento de sueldo que se le ofrecía. Poco después, Tesla encontró a su gran aliado en el "conflicto eléctrico" con Edison: el rico empresario George Westinghouse. Este contaba ya, desde 1886, con una pequeña red eléctrica en Massachusetts, basada en la corriente alterna. Pero le faltaba la clave para distribuir la electricidad a gran escala. El motor de inducción, ya inventado y patentado por Tesla, era esa clave. Según la leyenda, el empresario ofreció al inventor un millón de dólares y un porcentaje de los beneficios por los derechos de todas sus patentes.

Los papeles que han llegado hasta hoy aportan otras cifras: 60.000 dólares por la adquisición de 40 patentes; cinco mil en metálico y el resto en acciones. Tesla, además, recibiría 2,5 dólares por cada caballo de potencia generado gracias a la electricidad vendida. Cuando las cosas adquirieron una escala mayor, este pago resultó inviable. Hubiese convertido a Tesla en un multimillonario sin precedentes…

Aquellos fueron años intensos, tanto en los laboratorios como en los incipientes medios de comunicación. Tesla y Edison trataban de convencer a la opinión pública de las bondades de su sistema y de los peligros del método rival. Edison no dudó en congregar a periodistas y curiosos para mostrarles los peligros de la corriente alterna aplicando descargas a perros y gatos que mandaba recoger de la calle. Filmó incluso la ejecución de un elefante del circo de Coney Island que había matado a tres hombres. Esto ocurría en 1903.

Años atrás, Harold P. Brown (un ingeniero secretamente financiado por Edison) había inventado la silla eléctrica. Se utilizó por primera vez en agosto de 1890, y uno de sus objetivos era desacreditar a la corriente alterna que empleaba...

 Tesla también fue un mago en utilizar a los medios. Ya célebre, los periodistas se peleaban por arrancarle una entrevista, siempre generosa en titulares. "El presente es vuestro –decía–, pero el futuro es mío". O: "A lo largo del espacio hay energía, y es una mera cuestión de tiempo que los hombres logren aprovechar esa energía. El científico no busca un resultado inmediato. No espera que sus ideas avanzadas sean fácilmente aceptadas. Su deber es sentar las bases para los que vendrán, señalar el camino".

Desde este punto de vista, Tesla marcó incluso el camino hacia el SMS, el e-mail y el whatsapp: "Cualquier persona, en mar o en tierra, con un aparato sencillo y barato que cabe en un bolsillo, podría recibir noticias de cualquier parte del mundo o mensajes particulares destinados solo al portador; la Tierra se asemejaría a un inconmensurable cerebro, capaz de emitir una respuesta desde cualquier punto".

 A su vez, los curiosos de la época se agolpaban para ver su demostración pública del primer dispositivo movido por un mando a distancia: un pequeño barco que dejó atónitos a cuantos se acercaron al Madison Square Garden. Volviendo a la "guerra de las corrientes", el equipo de Westinghouse y Tesla logró hitos en la Feria Internacional de Chicago, en 1893, dedicada al invento de moda: la electricidad. Para iluminarla, se optó por los generadores de corriente alterna. La otra gran victoria llegó ese mismo año: el grupo de expertos que debía decidir qué sistema adoptar para aprovechar el potencial hidroeléctrico de las cataratas del Niágara otorgó el contrato a Westinghouse, desechando a otras compañías; entre ellas, la de Edison.

Muchos dudaban de que el sistema cumpliese su objetivo: alimentar la demanda de la creciente industria de Búfalo. Tesla aseguró que esas cataratas podrían alimentar a todos los Estados Unidos. Y consiguió que su método se implantara en la mayor instalación eléctrica construida hasta la fecha.

En 1915 se habló de un supuesto premio Nobel compartido por Tesla y Edison. Se desconoce hasta qué punto el rumor se basaba en hechos reales. El reconocimiento nunca llegó.

Hoy, Tesla es visto como un gran castigado por la historia que acabó sus días empobrecido (los contratos con Westinghouse quedaron anulados por lo inviable de pagarle lo establecido) y sumido en la manía persecutoria.

Visto su impresionante currículum, ¿qué lo condenó al olvido? Algunos creen que su escasa habilidad para los negocios: fue incapaz de encontrar una gran corporación que "esponsorizara" sus logros. Otros hablan de su genial pero retorcida mente. Es más que probable que sufriera algún tipo de trastorno obsesivo compulsivo, que podría explicar algunas de sus excentricidades, como su obsesión con el número tres, que le instaba a dar tres vueltas a la manzana antes de entrar en un edificio, o que lo llevó a pasar sus últimos años en la habitación 3327 (un número siempre divisible por tres), del piso 33 del New Yorker Hotel.

 ¿O temió la comunidad científica reconocer a quien, al final de su vida, aseguraba haber captado señales de los extraterrestres con uno de sus inventos? Allí, en el New Yorker hotel, Tesla murió en 1943, a los 87 años. No tuvo hijos ni se casó. Decía haber sido célibe toda la vida porque eso le permitía centrarse en su trabajo.

"Todo mi dinero lo he invertido en experimentos para realizar nuevos hallazgos que permitan vivir mejor a la humanidad", dijo. Tras su muerte, el FBI (al dictado de Edgar Hoover)  se incautó de sus papeles por miedo de que cayeran en manos equivocadas: Tesla aseguraba haber inventado un rayo capaz de acabar de un solo ‘disparo’ con todo un ejército. Nunca llegó a probarse. Para algunos fue el más grande inventor del siglo XX.

NOTA DL BLOG : Si "leyésedes" ahora, amigo lector, me hareís merced de lo siguiente que os señalo abajo. No me confundaís con cazurros, esos truhanes de vil conducta que al vulgo entretienen o con los tontos que se fingen listos y cuentan parlas vacias.

 Existe una estupenda biografía sobre Tesla escrita por Jean Echenoz y titulada "Relámpagos", de la editorial Anagrama y cuya primera edición es de enero 2012.

Parece que está claro que la tecnología ideada por Tesla puede servir para crear armas poderosas: rayos de partículas de alta frecuencia u ondas de frecuencia baja que pueden ser utilizadas para afectar las ondas cerebrales y posiblemente inducir a un estado mental determinado. Ahora bien, no sabemos si el gobierno de Estados Unidos o alguien más usa este tipo de armas.

Ese es el asunto medular: ¿nos estarán disparando frecuencias, patrones mentales desde el espejo ionosférico del cielo? No tenemos forma de comprobarlo, aunque existen miles de páginas que afirman esto. Lo cierto es que la cuestión de los campos electromagnéticos de la Tierra y del sistema solar es clave para nuestro futuro. Los estudios más serios en relación a una posible catástrofe global apuntan a que ésta (una tormenta geomagnética) sería una de las formas más probables. Estamos inextricablemente conectados a la electricidad del universo.


20 abril 2012

Váyase a Fucking

Esta semana los 104 habitantes del pueblo austríaco de Fucking votarán en referéndum el eventual cambio de nombre del municipio. Parece que los partidarios de mantenerlo son muy escasos, por lo que el debate se reduce a si cambiar radicalmente la denominación o simplemente modificar algunas letras de manera que se difumine la infame coincidencia.

Por lo visto el toponímico en cuestión procede del apellido de un noble Bávaro y se remonta al siglo VI, fecha desde la que pasó desapercibido hasta que la primera patrulla del ejército americano pasó por allí en 1945.

Desde entonces la aldea se ha convertido en un lugar de curiosidad morbosa, cachondeo permanente y turismo friki a partes iguales, además de no dar para presupuesto en carteles, que son objeto de sustracción día sí, día también.

La verdad es que sería una pena que el nombre al final fuese objeto de modificación, porque entonces quedaría poco elegante mandar a alguien a Fucking y, francamente estos días los candidatos al viaje superan las plazas disponibles.

Yo repartiría los pasajes de honor del modo siguiente: Mandaría a Fucking en pasaje express, a Rajoy Brey y sus tubitos de ensayo con sus Sorayas. Reservaría un espacio preferente y sin billete de vuelta a los Borbones y su insana ansia de dinero.

Y por último no dejaría sin su merecida plaza en el viaje a Fucking a Willy Toledo, Unax Ugalde, Alberto San Juan y Pilar Bardem, que en vez de aplicarse en tratar de superar sus notables carencias en la disciplina de la interpretación, transitan sin vergüenza por los caminos de la apología del terrorismo acompañados de abrazafarolas como Federico Mayor Zaragoza y Cristina Maristany, instando al gobierno a que “cumpla con su parte” porque “ETA ya ha cumplido”.

Por si tienen vuestras mercedes  alguna duda, entre las tareas que ETA tenía que cumplir no está ni disolverse ni pedir perdón. Como comprenderán, en esta lógica, si ETA solo tiene que dejar de matar, a nosotros nos basta con dejar de morir ¿no?

Por eso espero y deseo que el referéndum del pueblecito austríaco no prospere, porque si no habrá que mandarlos directamente a…




19 abril 2012

Copago o tontunez

Con la venia de los matasanos titulares de los blogueros, Dña. Candela y Capi, voy a tratar de explicar la última ocurrencia de una ministra que, para más Inri, se apellida "Mato". Y no sé si tiene intención de hacer honor a su apellido con los jubilatas y vejetes, pero una vez más se está equivocando.

Para atajar el gasto exagerado de lo público del país, han arremetido contra los que necesitan medicamentos ( he dicho "necesitan" y los han pagado a lo largo de 35 o más años de su vida). Me refiero al invento ese del COPAGO por receta. Ni se han acordado de que existen cientos de miles de coches oficiales perfectamente prescindibles, ni de las tarjetas Visas de los cientos de miles de diputados y alcaldes, a cargo de nuestros impuestos y para pagarse comilonas en tascas de 5 tenedores. Y de tantos y tantos innesarios boatos ya conocidos por todos, amén de los moros que vienen a parir o ponerse caderas nuevas.

 No, ahora "la Mato" (hay una novela que se titula así) ha creído que la Prima alemana se pondrá simpática si jode un poquito más a los jubilatas y se mueren antes para evitar el costo de pensiones. Según me he enterado por los papeles que escriben los matasanos haciendo estadísticas, el 60% de las personas mayores de 65 años tiene más de una enfermedad crónica, es decir, está polimedicado y por tanto son los que más gasto farmacéutico generan. Con el incremento del copago farmacéutico, Sanidad quiere "disuadir" y "educar" a los ciudadanos para evitar el derroche de medicamentos, según manifiesta la Ana Mato (Cómo se nota que ésta no sabe lo que es ser currela con sus consiguientes límites económicos).

Para un paciente polimedicado (muy habitual entre los pensionistas) el tratamiento medio para dolencias habituales (seis medicamentos tipo serían un omeprazol, una estatina para el colesterol, un antihipertensivo, antiagregante, calcio y medicamentos para la próstata u osteoporosis en caso de hombre o mujer) que vendría a costar unos 50 euros. A esa cantidad, correspondiente a un tratamiento crónico, habría que sumarle medicamentos para otros problemas que pudieran tener en dolencias agudas, como podría ser un antibiótico o un analgésico.

 El Instituto Nacional de Estadística muestra que los españoles mueren principalmente por enfermedades cardiovasculares, seguidas por el cáncer y los problemas respiratorios. Generalizando un poco, podemos decir que las personas con una cardiopatía suelen tener el colesterol alto, para lo que suelen tomar una estatina; son hipertensas, por lo que necesitan uno o dos fármacos para controlar la tensión, y reciben además otros tantos para su corazón, es decir, de tres a cinco fármacos.

Un perfil parecido tienen aquellos con un problema crónico respiratorio, para el que suelen necesitar un tratamiento con dos o tres inhaladores, recibir cada año vacunas para la gripe y neumococo y a eso habría que añadir los procesos agudos eventuales. Suelen ser víctimas de bronquitis una o dos veces al año, para la que necesitan uno o dos antibióticos.

 A estas terapias habría que añadir las habituales para tratar la artrosis, problema muy frecuente a estas edades, como un analgésico y un antiinflamatorio. Además, no hay que olvidar que en el botiquín del jubilado probablemente se encuentre algún fármaco hipnótico, ansiolítico o antidepresivo.

 Con la bajada de las pensiones y el injerto del "copago" se van a cargar a más vejetes que Himler con todos su planes de pureza aria. Y lo que ahorren con los "frascos" que dejen de consumir los jubilados hasta se podrán cambiar de coche cada año los ministros.

A poco que miren la edad media de la población española, en las próximas elecciones van a ir a votarles las monjas y jovencitas, que quedan unas pocas docenas aún.



18 abril 2012

Monarquía republicana autonomista

Empecé a cuestionarla el 23 febrero cuando el Rey abandonó a los españoles y a España durante 8 horas. Estuvo “missing”, no sé si preparando el Golpe de Estado, preparando su helicóptero o poniéndose los pantalones para regresar a la Casa Real. El golpe de Estado se produjo a las 18 horas y el Rey dio la cara a las 2 de la madrugada.

Esto nadie me lo contó, lo viví con especial interés.

Con el tema de la Monarquía siempre me he dejado llevar por la opinión de uno de los periodistas más cultos de España, Federico Jiménez Losantos. Cuando él habla de la Casa Real coincide también con lo que yo pienso del PP: “No es bueno, pero es lo menos malo que hemos tenido, aunque ello no lo convierte en bueno”.

Federico Jiménez es una de las personas que más lee y más documentadas de España; es un erudito. Quizás con los últimos acontecimientos Reales no sé si la opinión de Federico Jiménez habrá cambiado, pero la mía seguro que sí.

Ya no estoy seguro que la Monarquía (y de paso el PP) sea lo menos malo para España. Para poner la guinda al pastel, en las últimas fechas, la Casa Real nos ha robado literalmente. Además, con la que está cayendo, vuestro Rey ( ya no lo es mío) se ha ido de cacería al hemisferio sur con los negros, la Reina con los griegos, Cristina y Urgandarín a EEUU, porque aquí ya no queda a donde robar, y Froilán se pega un tiro.

Si hablamos de esa estupidez llamada “igualdad”, quiero que a la infanta Cristina la imputen penalmente al igual que hacen con cualquier mujer de cualquier españolito en las mismas circunstancias. Respecto al Rey, no deseo que abdique, quiero que se le destrone porque con Fernando VII ya tuvimos bastante en España.

Juan Carlos primero (y último) con sus tonterías de ser un Rey republicano y simpatizante de los paranoicos autonomistas ha dejado el reino de España haciendo aguas por toda partes. Los malnacidos Etarras pidiendo la independencia del Reino de España, los Catalufos poniendo banderas republicanas y quitando la bandera del reino de España, y mientras... el Rey asesinando elefantes.

 Hablando de disparos, no me negara vuesa merced que esta Casta Real no es un disparate. Juan Carlos I a los 18 años le disparó un tiro a su hermano Alfonso. Posteriormente debía reinar Juan de Borbón, su padre, y por maniobras políticas que nunca llegué a comprender, Juan Carlos I heredó la Corona dejando también a su padre sin la posibilidad de reinar.

Juan Carlos I, alguien que nunca debió gobernar España, está gobernando. Lo de gobernar lo digo por decir algo. Lo único que gobierna bien la Casa Real son sus cuentas financieras. Alguien tendrá que explicar como es posible que con una asignación de 10 millones de euros al año haya amasado en 30 años la fortuna más grande de España.

Y si todo lo que les he contado a vuesas mercedes les parece poco, pues debo recordarles que el Rey Juan Carlos I es la única herencia franquista que perdura en nuestros días. No lo hemos elegido los españoles, fue impuesto por Franco y además, ni defiende España ni a los españoles. Es un rey que va a la suya.

NOTA A los que les guste esta Monarquía son libérrimos para explicarlo pero, por favor, sin meter a ezquerros y sociatas de por medio.



17 abril 2012

Eslava Galán

David Benedicte entrevista a Juan Eslava Galán, gran escritor actual y profesor de Universidad. 

J.E.G
Nací hace 64 años en Arjona (Jaén). Soy escritor. He firmado más de 50 novelas y ensayos; algunos, con pseudónimo. Acabo de publicar nuevo libro: "`Últimas pasiones del caballero Almafiera". Una historia novelada sobre la batalla de las Navas de Tolosa.


En ciertas cosas seguimos igual que en 1212: los cinco reinos mal avenidos se han transformado en 17 comunidades taifas. Hoy, como no hay peligro de que los moros nos invadan, la desunión de los españoles se va notando más. Estoy muy mayor para marchar a las cruzadas, pero animaría a los jóvenes a que valoren el esfuerzo y la disciplina.

Pregunta. ¿Qué haría de no ser por la literatura?, ¿cómo sobreviviría?

J.E.G.
Quizá sería hostelero: un restaurante familiar, pequeño y coqueto: cocido, callos, vino de la casa, arroz con leche. Todo ello servido por camareras pechugonas, maternonas, nutricias.

Pregunta. Tiene usted un riñón trasplantado.

J.E.G.
Así es. Aprovecho para animar a la gente a que done sus órganos. No nos sirven de nada cuando morimos y podemos hacer la mayor obra de caridad.

Pregunta. Agnóstico confeso. ¿Cuál era su consuelo en los peores momentos?

J.E.G.
Los agnósticos, cuando pasamos por una desgracia así, también tenemos nuestra "resignación cristiana", que es el estoicismo. En las largas horas de la diálisis previa me agarraba a Mozart, a Cervantes.  

Pregunta. Publica dos novelas al año. Convénzame de que no hay ''negros''.

 J.E.G.
No los necesito. Soy un tipo que escribe una media de tres folios al día. Pero tampoco me importaría hacer de ''negro'' en las memorias de alguna folclórica o vieja gloria nacional; se lo tengo advertido a los editores.

Pregunta. Viajemos a su tierra natal. ¿Tiene explicación lo de los ERE falsos?

J.E.G.
Sí. Hay mucho mangante en política y mucho mangante fuera de ella. A ver si nos regeneramos un poco.

Pregunta . A diez años vista, Europa será...

J.E.G.
Quizá hayamos salido de la crisis. Seremos los proveedores de sol para la tercera edad europea, y Alemania habrá ganado la Tercera Guerra Mundial sin pegar un tiro, solo con el euro.

Pregunta. ¿Solución?

J.E.G.
Trabajo, planificación, decencia.

Pregunta.  Si  Mariano Rajoy nos lee,  envíele un telegrama de cinco palabras.

J.E.G.
No te arrugues, Mariano, y piensa en España antes que en el partido! (¡coño, me han salido más de cinco!; ¡esta tendencia nuestra al despilfarro...!).

Pregunta . Haga lo mismo con Benedicto XVI.

J.E.G.
Persevera, Ratzy, que haces muy bien eso de vender humo.

Pregunta. Y con Jorge Javier Vázquez.

J.E.G.
¿Quién es Jorge Javier Vázquez? ¿Me he perdido algo?


16 abril 2012

Madrid, tapas y putas

Ahora que todo son ofertas a bajo precio, rutas hosteleras y recorridos urbanos que mezclan cultura y gastronomía, es buen momento para que el Ayuntamiento se plantee un recorrido turístico que tenga como punto fuerte la calle Montera, en pleno centro de la villa. 
Molaría un huevo. 


Figúrense el eslogan en los aeropuertos y vallas publicitarias de medio mundo: Madrid, tapas y putas. Sugiero como imagen institucional, por ejemplo, el oso del madroño con tacón de aguja, medias de rejilla y una loncha de jamón ibérico en la liga. Con la banderita de España. 


Dirán ustedes que a buenas horas iban a menudear las lumis en horas punta por los centros turísticos de ciudades serias. Que de ningún modo permitirían las autoridades de París o Roma, por citar dos, que la orilla izquierda del Sena o la plaza Navona se llenaran de escotadas y faldicortas señoras proponiendo echar un polvete.
Pero es que ni París ni Roma, para su envidia cochina, son capitales de nuestra deliciosa España plural, donde la violencia particular, e incluso la sindical, gozan de impunidad casi absoluta; pero cualquier ejercicio de autoridad legítima se considera acto de represión totalitaria filofascista. 


La ventaja de Madrid y su calle Montera, además, es que no hay que mover un dedo ni invertir un euro. Todo está hecho y consagrado. Bastaría con oficializar la numerosa iniciativa privada existente. Imaginen el impacto mediático y el gancho para las agencias de viajes, los reclamos publicitarios a tono con el perfil cada vez más definido de nuestra oferta vacacional, en este país donde las únicas profesiones con futuro son las de puta y la de camareroEspaña, sol y chusma. Madrid, chanclas y zorras
Como moscas, se lo aseguro. Los turistas acudirían como moscas a un plató de Sálvame


Porque ya me dirán. A ver dónde puede disfrutarse de un espectáculo semejante. En el corazón turístico de la capital, a dos pasos de la Puerta del Sol, en una calle comercial hasta arriba de gente, uno puede ocupar cualquier mesa en la docena de terrazas de bares que hay allí, con la familia o los amigos, y empaparse del espectáculo fascinante que se trajina alrededor: putas rumanas, ucranianas, nigerianas, españolas, solas o en grupos, fumando un pitillo, mascando chicle, bebiendo café en vasos de plástico, apoyadas en paredes, papeleras y farolas con sugerente indumento del oficio, diciéndole hola guapo al que se pone a tiro, taconeando por aquí y por allá entre las mesas de los bares y la comisaría de policía que está a pocos metros, mezcladas sin pegas con la densa multitud, entre señoras más o menos respetables que caminan solas y a lo suyo, confundidas con las chicas que hablan por el móvil esperando a alguien y que a veces tienen que aclarar que no están ahí para ocuparse. 


Cruzándose con niños que corretean de un lado para otro mientras sus papis abarrotan las terrazas de los bares y contemplan el paisaje: un centenar largo de furcias, lumis, pencurias, descosidas, busconas, calloncos, alcataras, baguizas, buscarroldanes, gananciosas, grofas, guarris, ambladoras, acechonas, andorras, atizacandiles, bujarras, cantoneras, corsarias, daifas, marcas, izas, rabizas, colipoterras de toda clase, color y pelaje quietas o en movimiento entre Sol y Gran Vía, trufadas entre la multitud transeúnte, los cochecitos con niños y las abuelas.


 Ladeándose para dejar paso a las familias que entran en la hamburguesería de la esquina. Fotografiadas por turistas, rondadas por pelmazos, negociando tarifas, discutiendo con tacaños o indecisos, rascándose el chichi mientras bostezan entre miradas y sonrisas mecánicas dirigidas a los jambos que pasan cerca, con el honorable gremio de chulos atento en la puerta de los casinillos de tragaperras y los putishops. 


Madrid, tapas y putas. Reconozcan que les pone. Está feo que lo pondere yo mismo, pero me parece eficaz. Brillante, incluso. A ver si se lo cuenta alguien a la alcaldesa Ana Botella. Para que luego digan que voy de gruñón y tal. Que no aporto. 




ARTURO PEREZ REVERTE
Académico








ADDENDA : Video explicativo de la CRISIS.

15 abril 2012

Botsuana no es España

Digamos que el Rey, precisamente porque es el Rey, no puede aparecer en estos dificilísimos momentos ante los españoles como lejano a ellos, ajeno a sus preocupaciones, en alegre cuchipanda cinegética con personajes sin duda riquísimos (que damos por hecho que le han invitado)  y matando elefantes en el sur del continente africano.

No puede porque, si eso se sabe, y por un lamentable accidente se ha sabido, la sensación que tiene el pueblo soberano es pésima: la de que El rey se divierte mientras el país pasa angustias y necesidades. No diremos que pasa hambre para no caer en demagogia aunque en demasiados casos el hambre física sea hoy una espantosa realidad para muchas personas en España.

El Rey no puede marcharse cuando quiera y a donde quiera y mucho menos de juerga. No puede elegir alegremente sus compañías sin seleccionarlas con unos criterios que, además de ser personales, estén trenzados inexcusablemente con criterios de Estado.

Y eso es así porque las tales compañías y sus comportamientos pueden afectar, y hasta desacreditar, a la Institución que el propio Rey tiene la obligación de proteger, de prestigiar y de imbricar sólidamente en la sociedad española. Ése es un deber que debe cumplir, o irse.

Y como en una democracia quedan ya muy pocos ciudadanos (uno o ninguno, probablemente) que crean que la Monarquía es de origen divino, y algunos más pero muy pocos también, que sean conscientes de que la Institución es la clave de bóveda del edificio constitucional, la reacción previsible de la opinión pública ante las noticias del Rey cazando elefantes sea de supina irritación.

Y de rechazo. A su actitud, a su persona y a su cargo.

No está España para florituras, eso lo sabe muy bien el Rey o debiera de saberlo. Su abuelo era un tunante (expresión equivalente a bribón, granuja, pícaro, taimado, etc.)  que  cuando las cosas se pusieron mal se largó cargado de millones a seguir disfrutando de la vida en otra parte.).  Y ni éste actual ni todos sus antecesores desde Carlos IV han aprendido nada de nada.

Mis mayores respetos a los monárquicos  a pesar de su ingenuidad y fé de carbonero ( La fe del carbonero sería aquella que ni entiende  lo que cree  ni tiene razones para creer lo que cree)


 Ellos no tienen la culpa de que la peana esté siempre casi vacía.


14 abril 2012

Es bueno ser pesimista


El futuro está ahí: vuesa merced sabe  lo que es. El futuro es lo que  espera. Lo que se avecina a toda velocidad. Somos inseguros, somos temerosos. Y encima, no podemos evitar sentirnos engañados. De hecho, sabemos que nos engañan porque sabemos que siempre es así.

¿Querríamos que nos dijeran toda la verdad? Humm, no sé, supongo que la respuesta correcta es sí, claro. Desde luego que lo es. Necesitamos saber a qué atenernos. Necesitamos saber qué demonios va a pasar. Qué más van a hacer con nosotros a continuación. Siempre queremos saber lo que vendrá después.

Si te elevas lo suficiente, puede resultar hasta divertido: las extremadas medidas económicas adoptadas  hace una semana no solo no cambian las perspectivas ni optimizan los pronósticos.

De todas formas, en épocas como ésta, en las que, como decía la Mafalda de Quino, lo peor de todo es que el empeoramiento no deja de empeorar, es cuando más echamos de menos un poco de certidumbre.

El ministro de economía  asegura que todo esto forma parte de un plan. Se ha propuesto lanzar el mensaje de que sabe lo que hace. Por otro lado, ¿qué les parece la actitud  huidiza del presidente de Gobierno?
¿Tiene miedo? Se le ve demacrado y mustio. ¿Se encuentra bien?

En fin. De todas formas, mi teoría es que en los malos tiempos conviene hacerse pesimista para no desesperar. Lo siento. El optimismo ingenuo y el exceso de expectativas te puede destrozar los nervios. Por eso, la mayor parte de los pesimistas que conozco son astutos. Por regla general, se contentan con poco, suelen ser andariegos, frugales, observadores y lacónicos.

Y cultivan la ironía y la discrepancia por sistema, lo cual, naturalmente, tiene que ser muy beneficioso para la salud. Además, son tipos educados y respetuosos, cosa que siempre es de agradecer.

Y risueños, aunque parezca mentira. Da la impresión de que el hecho de carecer por completo de esperanzas no les sienta, en el fondo, nada mal. Así que, menos optimismos. Que luego todo es protestar.



13 abril 2012

Casa de mangantes

Mientras las sociedades sanas se unen en los momentos de peligro, la española se cuartea, como estamos viendo.
La tendencia natural en los países serios ante un gran peligro (una catástrofe, una crisis, una guerra) es cerrar filas.

Fue lo que hicieron los japoneses ante el tsunami, los alemanes ante la reunificación o los ingleses cuando les llovían bombas de Hitler. Que los españoles no pertenecemos a esa categoría lo demuestra nuestra incapacidad para unir esfuerzos en los graves momentos que atraviesa nuestro país. Es tal el espectáculo de división e insolidaridad que algunos empezamos a temer que si fuésemos invadidos  habría españoles que se alegrasen sólo por ver caer al Gobierno.

A tal extremo llega nuestro cainismo. Y nuestra estupidez.

Las bolsas abren cada día a la baja. La prima de riesgo se dispara cada jornada, lo que significa centenares de millones de euros más en intereses de nuestra deuda.  Pero ¿qué hacen los partidos no gubernamentales?

Pues ver de conservar sus intereses. Fíjense en la enmienda a los presupuestos que ha presentando el PNV: "Salvar la especificalidad fiscal de la Hacienda vasca y navarra". O sea, mantener sus privilegios en plena crisis.

Lo que está en peligro (contra lo que claman el PSOE y la izquierda en general)  no es el Estado del bienestar. El Estado del bienestar, tal como lo conocíamos, ha desaparecido de nuestro país hace tiempo, concretamente, desde que empezamos a no poder mantenerlo.

La democracia necesita también la responsabilidad como segunda columna en que sostenerse. Sin ella, sin responsabilidad individual y colectiva, la democracia deviene rápidamente en casa, no ya de putas, como nos ven fuera, sino de ventajistas, demagogos, mangantes y aprovechados a todos los niveles, que son los que han cortado el bacalao en España en los últimos tiempos. Y los que ahora están cortándolo.


12 abril 2012

Díganos qué pasa, señor Rajoy

Me pregunto, como tantos otros, si no estaremos ya intervenidos de tapadillo por los cancerberos comunitarios. Tal desdicha no se habría anunciado, me temo, para evitarnos la quiebra definitiva de la Zona del Euro.

 Pareciera que todos vamos sentaditos, mirándonos de reojo los unos a los otros, en un tren que circula por las mismas vías por donde ya pasaron las expediciones de nuestros vecinos de Grecia y Portugal. No somos como ellos, lo sabemos de memoria, no estamos tan enfermos como estaban ellos, pero nos están aplicando la misma cura de caballo.

Hemos recibido, incluso, la visita de los mismos fiscalizadores, tan callados y tan hostiles, reclamándonos los libros de contabilidad para repartir después sus informes y las correspondientes denuncias. No estaremos intervenidos, señor Rajoy, pero sobre nuestras cabezas está diluviando. Algo pasa y don Mariano debería explicárnoslo.

Rajoy sabe perfectamente que es un presidente de una sola legislatura, a menos que se le aparezca el mago Merlín, y Rubalcaba debería saber que no será otra vez candidato del PSOE a la Moncloa. Ambos, uno por la crisis y el otro por la dichosa herencia de Zapatero, me parecen ya dos personajes efímeros.

El tren en el que viajamos sigue su camino y la siguiente estación se llama rebajar las pensiones y las ayudas a los parados. Ahí quedaron quietos los trenes griegos y portugueses. Espero y deseo que no compartamos con ellos los mismos andenes.

Mientras tanto, señor Rajoy, ¿nos puede explicar qué es lo que está pasando y qué más quieren de nosotros?. Porque sospechar lo sospechamos pero usted no quiere que se sepa : eso que repite tanto Doña Esperanza Aguirre.

No está el gentío para tolerar que Ud. tenga ojeriza a la Espe por el legítimo derecho que usó de competir contra Ud. en la jefatura del Partido. Si lo que hay es que va a hacer lo contrario de lo que ella dice por ser quien es ella, entonces es que Ud. no sirve ni para dirigir el Casino Recreativo de San Axenjo, allá en Pontevedra.

11 abril 2012

No sabían lo que había que hacer

De Guindos parece el ministro más capaz del gabinete, pero el partido no ha dudado en ponerlo a
los pies de los caballos. Tal vez sea el precio del independiente; así que los "arriolos" lo han despachado sín contemplaciones argumentando que su propuesta sobre la Sanidad era solo una reflexión personal. Y todo ese blablablá........

En todo caso este enredo, y el anuncio improvisado del recorte sanitario de 10.000 millones por el procedimiento insólito de una nota de prensa sin concretar, acentúa la percepción de que
en el Gobierno están bastante desnortados, moviéndose ante los mercados como pollos sin cabeza.

Es inevitable una cierta frustración al verles superados así. Sin duda ellos mismos habían llegado a creerse sus palabras de que bastaría con que ocupasen la Moncloa y todo cambiaria; que bastaría su reforma laboral y todo cambiaría mucho; que bastaría la aprobación del presupuesto y todo cambiaría definitivamente. Pero les ha tocado tragarse el no en forma de 425 puntos de prima de riesgo.

Se suponía qué iban a decir la verdad y a dar la cara, a actuar coordinadamente sin contradecirse ni rectificarse, a afrontar todas las reformas necesarias.; pero desde entonces se han rectificado demasiadas veces, desde los impuestos a la amnistía; no dejan de contradecirse como anteayer ,con la Sanidad; sus reformas han flaqueado al presentar unos presupuestos que no mutilan el gasto sino las inversiones, y en una semana ya van a una autoenmienda.

Todo esto transmite la idea de estar superados y con mala coordinación. abonando la percepción de que improvisan como sus antecesores. Salvo la Espe que es la única que sabe lo que hay que hacer.

 La sociedad les dio un cheque en blanco sin programa, una gran mayoría absoluta en noviembre solo con la prómesa de que sabían lo que había que hacer y lo harían.

 Como dijo el número uno del partido en Baleares, resumiendo ese programa: "Sabemos lo que hay que hacer y lo vamos a hacer y por eso hacemos lo que hemos dicho que íbamos a hacer y por eso seguiremos haciendo aquello que nos toca hacer, a pesar de que alguno no se crea que vamos a hacer lo que hemos dicho que íbamos a hacer".

 Ahora empieza a ser evidente que ocultaban lo que iban a hacer simplemente porque no sabían qué hacer.



10 abril 2012

Nos van a "hacer la pascua"

Pentecostés
  1. n. p. m. rel. Festividad del cristianismo que se celebra cincuenta días después de la Pascua y conmemora la venida del Espíritu Santo sobre los apóstoles.
  2. Fiesta de los judíos instituida en memoria de las doce tablas de la ley que Dios dio a Moisés en el monte Sinaí.


Mucho más temprano que tarde España será intervenida. Será el resultado de un fracaso colectivo y de haber funcionado con muy poca inteligencia. Será culpa de los socialistas y de sus políticas nefastas, pero también del PP de Rajoy, de su cobardía y de sus reformas de la señorita Pepis.

Seremos intervenidos antes de verano y Europa tomará las medidas que nuestros políticos no han tenido el valor ni la inteligencia de tomar.

Los despidos, a razón de 10 días por año trabajado con un máximo de seis meses. El subsidio de paro, también un máximo de seis meses. Un recorte medio y proporcional del 25% o 30% de las pensiones; despido inmediato del 40% de los funcionarios y a los que queden habrá que recortarles, también de un modo proporcional, el 30% de su sueldo.

Las autonomías tienen que quedar reducidas a entes administrativos y no políticos, reduciendo un 80% su coste. (Con lo cual sí estoy de acuerdo.)

Deberíamos ensayar con el Miserere. Por probar no perdemos nada. Al fin y al cabo, "un Miserere cantado por una muchedumbre azotada por el destino vale tanto como una filosofía", según decía Don Miguel de Unamuno.

La Espe está pidiendo a gritos la eliminación del sistema autonómico para evitar todo esto, y el Rajao Milhombres no tiene la menor intención de mover nada de lo que hay. Ansí que todos a aprender bien a entonar el "Miserere".



09 abril 2012

Tontadas de Pascua

La palabra viene a tener diversos significados menos el referente a jilipollez y también de eso se da en Pascua.

Véamos en RAE  la palabra "pascua".
Fiesta que celebran los hebreos en marzo,en memoria de la libertad del cautiverio de Egipto.
En la Iglesia católica,fiesta de la resurrección de Cristo,que se celebra el domingo siguiente al plenilunio posterior al 20 de marzo.
Hacer la pascua a alguien loc. Fastidiarlo,perjudicarlo: nos han hecho la pascua suprimiendo la jornada intensiva.
Y ¡santas pascuas! loc. Expresión con que se da por finalizada una discusión u otra cosa: mira,haz lo que te dé la gana y santas pascuas.

El pasado año y en éste con fracaso, la iniciativa de la Asociación de Ateos de Madrid y Librepensadores de convocar una “procesión laica”, entra dentro de la calificación de jilipollez sin atenuantes ya que se trata de una provocación pendenciera y cuyo único interés es herir sensibilidades.

Pero no todas las tontadas están en el mismo lado. También oímos este año las bobadas que ha soltado el Obispo de Alcalá de Henares, Monseñor Reig Pla, llegando a comparar la homosexualidad con la prostitución. Y toda la serie de tesis para acompañar su argumentario. No merece la pena ni describirlas. Habla de “clubes de hombres nocturnos” Y "de infiernos".

Además de los locales gais, también puede que se esté refiriendo a sacristías, seminarios, colegios religiosos, congregaciones, conventos, monasterios… donde algunos sotanados consumaban sus aberraciones. Hasta el Papa ha tenido que pedir perdón por los abusos sexuales de párrocos y obispos por las prácticas sexuales de sus pastores.

¿Es que nadie ha oído hablar de la sobrina del cura? ¿Alguien conocía al padre o a la madre de la sobrina del cura? Parece que el Obispo de Alcalá, tampoco.

Del mismo modo que en la sociedad laica existen homosexuales ( yo los llamo maricones y tortilleras), también los hay, aunque en la clandestinidad, en la curia. Pero se da una notable diferencia y diferente comportamiento de la Iglesia hacia ellos. Mientras denuncian la homosexualidad en la sociedad, la ocultan entre los suyos y miran hacia otro lado. Mientras sus homilías, como la del Obispo de Alcalá, atacan y demonizan a los gais, justifican a los curas que tienen la misma tendencia sexual y abusan de menores como se ha visto en Irlanda, Bélgica, Alemania, Francia, Canadá, Estados Unidos, España…

Los niños sometidos a vejaciones sexuales por curas y obispos abusadores no iban a “clubes de hombres nocturnos”. Solamente iban a misa.

La historia reciente invita a la Iglesia a callar y purgar sus pecados, cosa que no ha entendido Monseñor Reig Pla. Si lo hubiera hecho también habría citado a Marcial Merciel (tengo una entrada explicando quién era este tipo en http://tellagorri.blogspot.com.es/2010/02/legionarios-del-dolar.html )  como otro que puede haber encontrado el infierno. El fundador de los Legionarios de Cristo Rey tenía un demonio debajo de su sotana. Es lo que tienen muchos curas.

Que no nos vengan a estas alturas a "hacernos la pascua" desde ningún solio, trono, escaño, asiento, silla o parecido. Porque de jilipolleces, las mínimas a poder ser.

NOTA. El fundador de los Legionarios de Cristo, Marcial Maciel, era uno, trino y hasta quíntuple. Tenía, al menos, cinco identidades diferentes, como buen delincuente profesional.

Era Raúl Rivas, amante de Norma Hilda y padre de Normita (ambas en viven holgadamente en Madrid), y Jaime Alberto González Ramírez, pareja de una mujer mexicana y padre de tres hijos en Cuernavaca.

Pero también era el progenitor de un chico en Inglaterra y el de una joven en Suiza. A veces era Juan Rivas. Y siempre era Marcial Maciel, fundador de una de las congregaciones religiosas con más poder, conseguidor de incalculables fondos monetarios de dudosa procedencia y pederasta castigado en 2006 por el Papa a la oración y el retiro.




08 abril 2012

Infante Martín Alvarez

Iba en tren cuando un joven me abordó con mucha educación. Traía en la mano un objeto largo y estrecho en una funda de paño.

Soy teniente de Infantería de Marina, dijo, y voy a incorporarme a un destino. También soy lector suyo desde que empecé a leer. Por eso, como éste es mi sable de oficial, quiero que lo tenga usted.

Pasado mi estupor, y tras la natural resistencia a permitir que se desprendiera del sable, insistió y no hubo otra. Bajé del tren con su regalo bajo el brazo, que ahora está en mi casa, en compañía de dos docenas de sables y espadas vinculados a la historia de España de los cuatro últimos siglos. Agradecido, envié al joven un libro también un par de veces centenario, y con el acuse de recibo llegó una petición: que dedicase un artículo al granadero Martín Álvarez, infante de Marina español en el combate naval de San Vicente. Y aquí me tienen. Cumpliendo con el sable.

El 14 de febrero de 1797, una escuadra española mandada por un cobarde incompetente, el almirante Córdoba, fue derrotada por otra inglesa cerca del cabo San Vicente. A los ingleses los mandaba el almirante Jervis, que tenía menos barcos pero tripulaciones mejor adiestradas y con más ganas de pelea.

Además, la escuadra española estaba mal dispuesta, mientras que los británicos conservaban la línea. De manera que nos dieron las suyas y las del pulpo. Sólo siete navíos españoles entraron en combate, y perdimos cuatro. Dos de ellos, el San José y el San Nicolás, tomados al abordaje por el Captain, con el comodoro Nelson dirigiendo el ataque.

El resto de barcos españoles se dio a la fuga sin socorrer a los compañeros apresados; y si no perdimos también al Santísima Trinidad, que con Córdoba a bordo arrió bandera, fue porque el brigadier Cayetano Valdés, un duro e inteligente marino que ocho años más tarde se batiría con mucha decencia en Trafalgar, fue al rescate con su navío Pelayo, y dijo al Trinidad que o izaba la bandera de nuevo y seguía combatiendo, o lo cañoneaba.

Cayetano Valdés no fue el único español decente ese día. Y como no son precisamente los ingleses quienes mejor hablan en sus memorias de los sucios spaniards –que pasan las batallas tocando la guitarra y oliendo a ajo–, tiene aún más valor que los datos que siguen provengan de la relación de un marino llamado sir John Butler.

Durante el abordaje británico del San Nicolás, el comandante don Tomás Geraldino sitúa en la toldilla, donde ondea la bandera, a un infante de marina con orden de que nadie la arríe y rinda el navío. La misión ha recaído sobre un granadero extremeño de 31 años que se llama Martín Álvarez Galán.

Y a esas alturas del combate, con el navío inundado de ingleses, el comandante muerto y los oficiales rindiéndose, el granadero sigue en su puesto, sable en mano, defendiendo las drizas de la enseña porque nadie le ha dicho que se quite de ahí. Así que cuando el trozo de abordaje inglés llega a la toldilla, y el sargento mayor de marines William Morris pretende arriar la bandera, Martín Álvarez, que anda flojo de idiomas para explicarse hablando –ni siquiera sabe leer ni escribir–, le pega un sablazo al tal Morris que lo clava en un mamparo, con tal fuerza que no logra liberar el sable; así que agarra un fusil como maza, mata a golpes a un segundo oficial inglés y deja heridos a otros dos rubios antes de que lo frían a tiros.

Y es ahí donde el comodoro Nelson, que ha presenciado la escena –siempre odió a los franceses, pero respetó a los españoles cuando eran caballerosos o valientes–, se porta como un hidalgo: cuando están recogiendo a los muertos para arrojarlos al mar con una bala de cañón como lastre, ordena que a Martín Álvarez lo envuelvan en la bandera que con tanto valor defendió. Y surge la sorpresa: el granadero no está muerto, sino malherido. Y lo evacuan a un hospital portugués, donde salva la vida.

Martín Álvarez volvió al mar y murió cuatro años después, tras un accidente que degeneró en tuberculosis. Se ahorró, quizás, repetir su hazaña en Trafalgar. Pero tuvo la satisfacción de ser ascendido a cabo y premiado con una pensión vitalicia de cuatro escudos mensuales.

Lo que nunca supo es que, por decreto real, siempre habría un buque en la Armada española que llevaría su nombre, ni que en Gibraltar quedaría un cañón con la placa: "Hurra por el Captain, hurra por el San Nicolás, hurra por Martín Álvarez".

Tampoco supo que en el Museo Naval de Londres se conservaría hasta hoy, con veneración y respeto, el sable con el que, bajo la bandera del navío vencido pero no rendido, un humilde infante de marina español clavó en un mamparo al sargento mayor William Morris.


ARTURO PEREZ REVERTE
Académico.