19 abril 2011

El faquir-místico de Siria

La voz del presentador, micrófono en mano, atrona la plaza de Maaolula (Siria), uno de los únicos tres pueblos en todo el planeta donde se mantiene vivo el arameo, la lengua de Jesús.
"El desierto fue su refugio. Desde sus arenas calientes empezó su camino místico...", oyen los congregados en este singular Gólgota. Y entonces aparece Khaled. Llega a lomos de un camello, rodeado del gentío que lo ha escoltado desde su casa hasta la plaza. Se oyen música y gritos hasta que suenan las campanas de la iglesia y se hace el silencio. Todos lo saben. Ha llegado el momento de la crucifixión. De su boca sale un rezo en arameo: "Abuna di bi-shemaya, it kaddash shema-kh..." (Padre nuestro que estás en el cielo...).

Khaled Dahdouh es arameo de Siria, tiene barba y hace cosas -la periodista lo ha visto con sus propios ojos- cuasi sobrenaturales. Miembro de la minoría de cristianos del Próximo Oriente, hace un año que inició un singular viacrucis que empieza y termina en la cruz. Con 54 años y un largo pasado de experto en artes marciales, el Khaled quiere establecer un récord de connotaciones bíblicas. Ser crucificado tantas veces como años cumplió Jesús de Nazaret: 33.

Empezó el 5 de abril de 2010, con sus dos hijos por testigos, y desde entonces los clavos ya han atravesado las palmas de sus manos en tres ocasiones. Está a punto de comenzar la cuarta. En seis días, el próximo Sábado de Pasión, 23 de abril, volverá a ser clavado al madero. Y dificultará el reto. Esta vez, un helicóptero lo elevará, crucificado, a 300 metros sobre un desfiladero.

-¿Que por qué decidí sacrificarme así? Porque cada vez que recordaba la historia de Jesús, mi alma lloraba, y más cuando entendía cómo la religión se utiliza contra los demás y cómo se olvidaba el real propósito del sacrificio de Jesús.

Estamos en Maaolula, a unos 50 kilómetros de Damasco. Aquí, además del árabe, que avanza imparable, se habla el arameo. Es una versión moderna, pero su origen es el mismo del que hablaba Jesús. También se usa en las vecinas aldeas sirias de Jabaadin y Bakhaa, pero en ninguna de éstas existe un lugareño dispuesto a crucificarse.

Bienvenidos a la casa del príncipe de la arena!

Cuando Khaled, meses atrás, nos abría las puertas de su morada, pudimos ver en sus palmas las cicatrices que lo convierten en un arameo único. En la desconchada pared de la casa colgaba una enorme foto de él saludando al presidente sirio, el hoy cuestionado Bashar al-Assad, y a su esposa, Asma.

Mientras mirábamos las imágenes, sacaba de una caja unos clavos de hierro viejo de unos 20 centímetros. Los que se clava en las manos. De cabeza ancha y un centímetro de diámetro. Se hicieron artesanalmente en un fragua.

"Los saqué de una viga de la casa de mi abuelo, pueden tener entre 400 y 500 años", contaba. Con la punta bien afilada para que penetren limpiamente en la carne y no la desgarren. "Un par de veces al clavármelos me atravesaron una arteria y la sangre salió disparada", contaba este Jesucristo moderno que, de momento, no ha precisado hospitalización.

Observo las marcas que tras la última crucifixión han dejado los clavos y los ganchos en sus manos y en la espalda.

-¿Y si no lo resiste?

-Puedo hacerlo -replica-. Si tú visión es la verdadera y tu corazón está del lado adecuado, todo es posible. Ese es uno de los mensajes que quiero transmitir con mi sacrificio. Yo dedico todo mi trabajo a los demás. Sé que es demasiado para un hombre pero mi razón es pura y Dios me dará fuerzas.

Aunque parece un místico en tierra de infieles, su preparación para soportar la cruz no vino de una revelación religiosa.

"Comencé con las artes marciales para impresionar a las mujeres. Luego descubrí cosas mucho más importantes, me encontré a mí mismo". De aquellos inicios han quedado sus dones sobrenaturales: soporta el fuego, rompe torres de ladrillos, carga el peso de una persona con ganchos atravesados en su piel…

Minucias comparadas con la crucifixión. Su mayor preocupación ahora es el dolor. Le clavan y enganchan al crucifijo por los mismos puntos y las zonas empiezan a resentirse. Aún así, se siente feliz con cada sacrificio. El dolor, dice, le acerca a Jesús: "Aunque lo haga 33 veces, no sufriré ni una décima parte de lo que sufrió Cristo una vez. Quiero que la gente recuerde ese dolor y no sólo rece de forma rutinaria. Cuando me clavan al madero siento muchísimo dolor. Es un sufrimiento que no trato de controlar con mis habilidades como maestro de artes marciales. Encomiendo mi cuerpo y mi alma a Dios y espero que todo sea para el bien del mundo".

El príncipe de la arena, como lo apodan, deja pasar entre tres y cuatro meses entre las crucifixiones para que las heridas curen. Después de cada espectáculo la única atención que recibe es la limpieza de las incisiones.

"Ni cremas ni medicamentos ni médicos", asegura, "mi recuperación la dejo en manos de Dios. Cada vez es diferente, depende de si los clavos me han dañado huesos, cartílagos o nervios de la mano. Por mucho cuidado que pongan mis ayudantes, siempre sufro heridas", explica Khaled, que nació en Kuwait y ha vivido en países tan dispares como Líbano y EEUU.

A Khaled nos lo presentan un sirio-español, José, y su cuñado, Bachar. Una treintena de personas de Maaolula residieron en España porque un paisano se casó con una española y la familia lo siguió hasta la Península. Dominan el español y se esfuerzan para que el arameo no desaparezca. Hasta han fundado una escuela para que los jóvenes no olviden las raíces lingüísticas de un pueblo con cerca de 2.000 años de antigüedad. De la mano de José, Bachar y Khaled visitamos el monasterio de Santa Tecla, patrona de Tarragona y una de las primeras mártires del cristianismo.

En la capilla dos niñas susurran arrodilladas: "Abuna di bi-shemaya..." (Padre nuestro…). La transcripción es aproximada, pues el arameo es una lengua oral, no escrita, lo que dificulta mantenerla viva.

Subido en el escenario, con el pueblo a sus pies, al barbudo arameo lo rodean seis asistentes. O seis torturadores, según se mire. Se quita los zapatos y se desviste de cintura para arriba. Su torso deja ver un cuerpo en el que no se dibujan precisamente los músculos. El presentador comienza a cantar sus virtudes: "El desierto fue su refugio, desde sus arenas calientes empezó su camino místico…".

Khaled empieza a romper pilas de siete bloques de cementos. Le aplauden al tiempo que él alza la bandera siria. La música se detiene. Suenan las campanas de la iglesia. Es tiempo de crucifixión.

Khaled se tumba boca arriba. Cada pareja de ayudantes se encarga de una mano. Mientras uno le sujeta de la muñeca, el otro golpea cuidadosamente la cabeza del clavo. Khaled corrige el punto donde tiene que atravesarlo. Es al final de la línea corazón de la mano, el primer pliegue de la palma.

"No olvides que soy un maestro de las artes marciales, puedo romper cerca de dos toneladas de cemento con estas manos cada año. La zona es muy delicada y hay que hacerlo con mucho cuidado, intentando no coger huesos", dice.

Sus paisanos se acercan a hacerle fotos. Pero los gestos de dolor y los gritos que lanza transforman lo que podía ser un exótico espectáculo en algo diferente. Ha dejado de ser un show.

Khaled se pone en pie y enseña los clavos incrustados en las manos. A continuación baja un madero transversal con dos ganchos. Se los atraviesan a la carne de la espalda. Hacen lo mismo con los clavos de las manos. El arameo sigue quejándose y a la vez ordena a sus ayudantes que golpeen bien. Ahora comienza a elevarse la grúa que sujeta al crucificado. La estampa dura un minuto. Después desciende. La gente aplaude, sus ayudantes lo desclavan y él saluda a los asistentes. Sangra. Pero está vivo.

NOTA : Ni creo que esto sea "muy religioso" ni digno de ser imitado pero contra los chiflados fanáticos sólo cabe mirar y callar. Que cada quién opine sobre el tema como mejor le vaya a su criterio.


Tellagorri
(Con información de Pastora Serrano)




18 comentarios:

  1. Para mí tampoco esto tiene mucho que ver con la religión, más bien con el fanatismo más exagerado y desquiciado.
    Si quiere hacer cosas por los demás que se vaya a las misiones, que ayude en las iglesias y en los centros de caridad. Lo demás es un espectáculo aberrante.

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  2. Está claro que para el tipo sí tiene que ver con la religión. Desde luego me parece una exageración esta actuación, cuando hay formas de emular a Jesus menos dañinas e igual de respetables.

    En cualquier caso, es algo que a él le atañe, a su conciencia, a su cuerpo, a su corazón. No creo que haga daño a nadie a su alrededor.

    No seré yo el que ponga el grito en el cielo en una época donde consideramos normal ver a chavales de 14 años borrachos, donde vemos a crios en la calle fumando porros, donde las discotecas son los supermercados de las pastillas, cocaina, etc,.. o donde se conduce de una forma tal que generamos mas de 1000 muertos al año.

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  3. DOÑA ELENA
    ¿Qué te parece que lo mandemos a Nueva Carteya para Viernes Santo? Le escribo un email en arameo y teneís asegurada la visita turística de todos los masoquistas de Europa.

    De paso, aprovechando los clavos esos que usa, probaís a clavarselos a Chaves pero en el culo.

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  4. SEÑOR OGRO
    Cosas de éstas también he leído que las hacen en Filipinas, y seguirá siendo siempre una barbaridad de desquiciados.

    Lo mismo que la "Procesión de los Picaos" que realizan cada año en San Vicente de la Sonsierra, Rioja,en donde se flagelan la espalda con cuerdas de plomo. Te lo voy a describir :
    "Cuando el acompañante decide que ha finalizado la disciplina, y tras avisar al picao, el practico procede a "picar" la espalda del penitente. Serán 6 golpes, en cada golpe se clavan en la entumecida espalda 2 vidrios puntiagudos, de los que mana la sangre retenida. 12 ahujeros, igual que los 12 apostoles. 12 ahujeros por los que la sangre saldrá y recorrerá la espalda del penitente. Es momento de cambiar la disciplina por otra nueva, blanca, cuya funcion es hacer brotar la sangre y aliviar al Picao. Tras esto, con la nueva disciplina, una ventena de golpes en la espalda frente a la imagen de la Virgen dará por terminada su penitencia."

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  5. Don Javier, sí, conozco el tema de los picados y tal. Y todos los años vemos lo de Filipinas, atraidos por el morbo televisivo.

    Pero no me negará que es de lo más curioso que esta sociedad tilde de "excesivo" o "irracional" esos actos de fé, cuando como digo, consideramos normal que niñatos, efebos y adultos varios se pongan hasta arriba de alcohol, drogas varias, y que se conduzca de tal forma, que asumamos como "normal" que más de 1000 personas mueran por temas de accidente de tráfico en un año.

    Esto es, nos sorprendemos ante estos actos puntuales, que estas personas ejecutan sobre sus propios cuerpos automaltratándose, en torno a unas creencias. Pero sin embargo, asumimos como normal, el que para "divertirnos", la gente, menores incluidos, tomen todo tipo de substancias, muchas de ellas realmente peligrosas, a diario o durante los fines de semana o en festivos o ...

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  6. Uy, quita quita, aquí tenemos turismo de sobra en Semana Santa. Además, con el barbudo de Cándido Méndez tenemos bastante. Nos nos hagas penar más.

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  7. SEÑOR OGRO
    Sin el menor ánimo de controversia, no creo que tenga nada que ver las tontadas que la juventud o no juventud haga en sus acciones de diversión o de rutina con sacrificios religiosos en nombre de una divinidad.

    Los aztecas arrancaban en vivo el corazón de sus víctima propiciatorias para ofrecerselo a su díos. Aquello y las borracheras de mezcal que agarraran los inditos eran cuestiones absolutamente diferentes.

    En Roma disimulaban lo que tú cuentas a base de drogarse y emborracharse en honor al DÍOS BACO. Pero en las actuaciones de esos jóvenes que citas no hay nada relacionado con dioses o religiones.

    Si cuando se toca el tema de las hogueras de autos de fé quemando supuestos herejes (judíos)lo justificas con la de muertos que producían las guerras de sus reyes, pues no entro en el asunto más.

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  8. DOÑA ELENA
    Hombre, eso del Cándido Mendez es un privilegio que os gastaís. Con ese y alguno más podriáis montar en Semana Santa, y después de pasar las procesiones, un espectáculo de titiriteros en la plaza Mayor.

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  9. Hombre Don Javier, que yo no he citado guerra ninguna, y menos la quema de herejes. Hablamos del siglo XXI, donde existen gentes que por fé, se maltratan (a ellos mismos) de estas formas puntualmente durante estas fechas.

    No se pueden "justificar" esos actos de fe, desde el momento en que la fe es una cosa personal e intransferible, pero yo no iba por esos lares.

    Para mi lo sorprendente, lo llamativo cuando menos, es que esta sociedad trate estas cosas como aberraciones o exageraciones vamos a decir, cuando a la vez, acepta como pasables y aceptables conductas muchísimo más destructivas a todos los niveles, y como decimos, muchas veces en menores de edad.

    Esto me recuerda mucho al miedo por la energía nuclear, o el miedo a volar, mientras cogemos con absoluta alegría e indiferencia el coche, que es mucho mas peligroso.

    En fin, que tampoco quiero generar controversia, pero religiosidad al margen, se observa una doble vara de medir.

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  10. Este tío es un friki, tonto y encima le gusta el sadomasoquismo...pero en que cabeza entrada crucificarse? y encima 33 veces! por la salvación de quién, para demostrar qué?...estos fanatismos religiosos son un sin-sentido...

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  11. CAROLVS
    Estamos de acuerdo. Yo creo que es el clásico "tontodelculo", de todas partes, muy necesitado de que una vez al año alguien le mire.

    Aquí en vez de crucificarse se van en pelotas a Telecinco a decir que se ha follado a su madre. Más, menos.

    El objetivo es el mismo.

    Hasta que un día el señorito de Siria mande a un sicario suyo a enseñarle lo que es "sufrir" pero en algún escondrijo oculto como una mazmorra.

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  12. Si un día se me presenta mi padre en casa y dice que va a hacer algo parecido, me levanto, cojo carrerilla y le meto con la mano abierta en media cara, luego, para que no esté solita la primera le arrimo un par de hostias más y luego empapelo el barrio con carteles muy sencillitos, una foto del progenitor y un pie de foto, IMBÉCIL POR LA GRACIA DE DIOS.

    Hay gente pa to Tella, y que conste que no descalifico esas conductas absurdas e incomprensibles

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  13. Comparto los métodos científicamente probados para curar tontos-del-culo del Isra, queda demostrado que el hostión a mano abierta es una cura infalible

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  14. ISRA
    Eres un buen hijo y ejemplar ciudadano. Así es como hay que tratar a quien propone realizar tales "heroicidades".

    Lo que más gusta de tu propuesta es la NO Descalificación que haces de esas conductas.

    Ciertamente hay "gente pa too" porque en muchas localidades de la antigua Hispania aún hay quienes recorren kilómetros de caminos cubiertos de gravilla puestos de RODILLAS. Costumbre que a los futbolistas prohiben expresamente en sus clubs.

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  15. A mi es que eso de las flagelaciones y crucifixiones me da mucha grima, pero como en gustos no hay nada escrito..

    Además, no creo que la penitencia como sacramento se refiera exactamente a eso. Un auténtico cristiano que ha cometido un mal acto lleva la penitencia en su corazón porque luego sufre y se siente mal, eso es. Pero eso le ocurre tambien a un ateo si es buena persona. Al fin y al cabo la moral cristiana se nutre de unas normas éticas básicas si le quitas toda la parafernalia.

    En fin, creo que se trata de personas con problemas mentales, sentimientos fuertes de culpa con un toque de exibicionismo. Si que existen determinados casos de alcoholismo, adicción a drogas etc.. que son auténticos suicidios silenciosos, o sea, que son personas que en el fondo desean morir y no se atreven a hacerlo de otra forma.

    Por cierto, como al pueblo de Elena va Yogui, los garfios en el culo que se los pongan a él y lo dejen colgando toda la noche del campanario. Si le prometen una subvención, seguro que se deja.

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  16. DOÑA CANDELA
    Que los dioses nos guarden "de problemas mentales, sentimientos de culpa" etc. como los de éste.

    Mira, me gusta la idea de ponerle unos garfios de esos en el culo al Gran Yogui y colgarlo desde el campanario cuando se acerque al pueblo de Elena. Todo es cuestión, como dices, de la cuantía de subvención que se le prometa por dejarse.

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  17. Es verdad que suena a tronao, que es algo malsano y que repele a la razón y hasta a la simple piel, que da grima, vamos, también lo es, creo, que peor son los fanáticos que se atan explosivos al cinto y se llevan por delante a doscientos. La foto de las casas amazacotadas en plena ladera es fantástica. Saludos

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  18. DON JOSE ANTONIO
    Sí, lo de atarse bombas en la cintura y hacerlas estallar es peor. Pero la diferencia es que los suicidas de las bombas tratan de causar daño a OTROS.
    Este lo hace para que le miren y lo vean.

    Esas cosas forman el pueblo de Maaolula, y lo que veo dificil es cómo se lo montan para bajar o subir de las de más abajo a las de más arriba.

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