Vaya con el presidente que decía "hemos elegido la esperanza en lugar del miedo" en su discurso de investidura hace apenas tres semanas. Es decir, hasta que ha necesitado del miedo para aprobar una ley.
Y vaya con la promesa de expulsar del templo a los mercaderes y traficantes de influencias. Después de un decreto pomposo por el que vetó que los lobbistas entraran en la Administración, nombró a una docena de lobbistas en ejercicio o jubilados para ocupar altos cargos.
Luego escogió a un secretario del Tesoro que al parecer no supo entender las regulaciones de las retenciones en la nómina en su declaración. Y remató con Tom Daschle, quien tuvo que abandonar su cargo por cumplir con una nueva normativa que establece que ningún Gobierno podrá tener más de un evasor fiscal.
El escándalo Daschle fue más serio porque su delito iba más alla de una simple evasión de impuestos. Como observó hace tiempo Michael Kinsley, lo que verdaderamente escandaliza en Washington no es lo ilegal, sino lo que es legal. No pagar impuestos puede ser grave, pero lo realmente intolerable fueron los contratos –perfectamente legales– que le permitieron a Daschle amasar 5,2 millones de dólares en sólo dos años.
Daschle había recibido un millón de dólares al año de un bufete. Pero no es abogado ni lobbista. Aunque, desde luego, nadie paga esas cantidades por enseñar a los socios cómo se anotan los precios en el Senado. Se pagan por descolgar el teléfono y mover hilos.
Al menos Tim Geithner, el secretario del Tesoro con problemas con Hacienda, había trabajado durante años siendo un humilde funcionario internacional que ganaba salarios más bien modestos. Daschle, por el contrario, percibía un millón anual libre de impuestos (más chófer incluido y cadi de golf) como contrapartida por una serie de servicios prestados a un despacho de contabilidad de un amigo; desde luego, representaba todo lo que Obama quería cambiar de Washington.
Pero aun más perjudicial para la imagen de Obama que todo lo anterior ha sido el proceso seguido por su paquete de estímulo. Inexplicablemente, delegó su redacción a Nancy Pelosi y a los barones de la Cámara. El resultado no sólo fue malo o deficiente, sino toda una abominación legislativa.
No se trata ya de las decenas de páginas dedicadas a bajarles los impuestos a grupos de presión o a las inversiones a fondo perdido y al proteccionismo (lo que podría iniciar una ruinosa guerra comercial como la Smoot-Hawley). No es sólo que se esté desperdiciando dinero a espuertas, como los 88,6 millones de dólares destinados a la construcción de una red de escuelas públicas en Milwaukee, una ciudad donde el nivel de alumnos matriculados se está desplomando hasta el punto de que ya tiene 15 centros vacíos.
El fraude más importante ha sido precipitar la aprobación de la ley, suspendiendo las normas usuales (audiencias de comité y obtener la financiación para sufragar los programas de gasto) con la excusa de que estamos ante una emergencia nacional que exige un estímulo inmediato que genere empleo para luego introducir cientos de miles de millones que no tienen nada que ver con el estímulo (la propia Oficina Presupuestaria del Congreso reconoce que no se gastarán hasta después de 2011) y sí con el oportunismo de barrer para casa.
Obama llegó a Washington con la intención de abolir los grupos de presión y para crear algo nuevo: una nueva política en la que se terminara con la práctica de apropiación de dinero público por parte de ciertos sectores privados y en la que se construyera una democracia civil que girara en torno al individuo. Eso es lo que hizo a Obama tan deslumbrante y novedoso. Pero la "urgencia del momento" parece que incluye 150 millones de dólares para proteger a las abejas.
La era Obama comienza con lo que quizá sea el episodio de tráfico de influencias más descarado que se haya visto en Washington. Para cuando la ley de estímulo llegó al Senado, las farmacéuticas y las tecnológicas, según informa el Wall Street Journal, ya estaban presionando para que la repatriación de inversiones extranjeras les otorgara importantes desgravaciones fiscales; los viñedos de California y los productores de cítricos luchaban por alterar una frase de la ley (sustituir "plantadas" por "preparadas para su comercialización", un cambio que les redundaría en mayores ingresos en forma de deducciones por depreciación fiscal).
Tras la milagrosa campaña presidencial de Obama, estaba claro que en algún momento el viaje mágico tendría que concluir. La nación se frotaría los ojos y saldría de su sueño.
El sobrenatural Obama daría paso al simple mortal que es. Y las grandes transformaciones éticas que prometió iban a ser consideradas un simple cuento de hadas que Obama supo contar mejor que ningún otro presidente antes.
Eso sí, pensé que este despertar tardaría al menos seis meses en llegar. Pero sólo han sido necesarias dos semanas y media.
© The Washington Post Writers Group
noesque,zp,separezca,aobama
Veo que tu post de hoy no es de tu propia cosecha sino que reproduces un artículo del T.W.P.
ResponderEliminarSequramente por ello no estoy plenamente de acuerdo con sus afirmaciones, como SÍ que lo estoy generalmente con las tuyas propias.
Creo, sin embargo que OBAMA es un PRODUCTO de la "rancia intelectualidad estadounidense" y de las agencias de publicidad, pero creo también que su formación académica e intelectual son notables.
El parecido entre ZP y BARAK creo que se ciñe solamente a las malas cualidades de nuestro indocumentado presidente y no hace falta rascar mucho en éste para que aflore la nadería que le sustenta; es como BARAK, un producto de marketing bastante bien elaborado pero nada mas.
Después de CINCO dolorosos años de conocimiento de las habilidades políticas de ZP, sus mentiras y falsedades, inoperancia e incompetencia manifiesta, creo que se puede tener una visión muy clara de este personaje.
OBAMA , sin embargo, es como un calendario en blanco en el que todavía no están escritas sus actuaciones; no es que yo tenga muchas esperanzas sobre sus resultados, pero personaje por personaje para mi no cabe duda de que no hay ni color (y nunca mejor icho) entre uno y otro.
Te ruego disculpes mi atrevimiento en discrepar de tan prestigiado rotativo como el TWP, pero ya sabes lo osada que resulta ser la ignorancia.
Nada de OSADÍA, amigo FJ, porque cada quién es libre de criticar las opiniones por muy sagradas que sean, y además estoy totalmente contigo con lo expuesto.
ResponderEliminarEl título hace referencia al incumplimiento de Obama respecto a sus "promesas de quemar la corrupción" y de entrada mete a los más intrigantes lobbies en su Administración, privilegiando a amiguetes.
Respecto a capacidades intelectuales, está claro que el Bobo Solemne las tiene de la altura de Mugabe o quizá menos.
Lo que sí resulta es un político africano, de esos expertos en manipular hasta la composición química del agua.
Dejemos a ambos bajo la denominación de PONTÍFICES (pontífice viene de "pontifex o constructor de puentes)y en Roma, además de construir puentes, también denominaban asi al que hacía de puente entre los dioses y los ciudadsnos.
ResponderEliminarLo que los pueblos no civilizados denominan HECHICERO, palabra que viene de hacedor de "hechizos"
hechizo.
(Del lat. facticius).
1. adj. Artificioso o fingido.
2. adj. postizo (? no natural).
3. adj. Que se ha hecho o se hace según ley y arte.
4. adj. El Salv. y Méx. Dicho de un producto: Hecho a mano.
5. adj. ant. Contrahecho, falseado o imitado.
6. adj. ant. Bien adaptado o apropiado.
7. m. Práctica usada por los hechiceros para intentar el logro de sus fines.
8. m. Cosa u objeto que se emplea en tales prácticas.
9. m. Persona o cosa que embelesa o cautiva.
Mi estimado Javier:
ResponderEliminarEsto es como el burro en la noria..
La corrupción siempre encontrará las vueltas para amasar el mejor barro!!!
Encima, para sostener a los corruptos, el Senado le aprobó la ayuda, que gran parte va a ir a parar...a la calle Wall !!!!!!
Te saludo
Desde el 11S tengo la impresión de que para ser presidente de una nación lo que hace falta es contratar una buena agencia de publicidad. Si algún día tengo pasta contrato a la de Coca Cola y me veis doblando ceja en el congreso.
ResponderEliminarAQUILES, no creo que te equivoques mucho con tu aserto. hasta los prohombres históricos como Julio Cesar (usaba los dineros de Craso y la propaganda pagada sobre sus guerras provocadas por él en Hispania) o Napoleón (las amistades importantes e influyentes de su Josefina para corromper a su favor) o Stalin (las virtuosidades de Beria para asesinar) e incluso Franco que dejaba a los ministros en absoluta libertad de hacer pero que conocía al detalle sus mangancias y golferías.
ResponderEliminarULTIMO HOMBRE LIBRE, te deseo que ganes o logres (no es lo mismo) mucha pasta para luego contactar con la egencia de Coca-Cola y que llegues a President, ya que aunque no te conozco me basta con la calidad de tus comentarios para saber que eres infinitamente más capacitado que el Bobo Solemne y toda su pandilla de mamandurrios.