15 febrero 2016

Toda creencia es asunto privado

RITA MAESTRE
No hay una Ley que demuestre la no existencia de Dios, pero hay una Ley, como la de la gravedad, que puede ser interpretada para tratar de negarla. A estas alturas en las que el desarrollo de la ciencia y la aplicación de la razón para resolver las realidades más inmediatas son un hecho extendido en las sociedades occidentales, no hay ninguna necesidad  de satisfacer empíricamente la cuestión deística.

En la Era de las Constituciones, los Derechos Humanos, la libertad de pensamiento, expresión, creación; en el tiempo del pensamiento racionalista y con la herencia de la Ilustración en la cartera, la cuestión de Dios se ha convertido en un asunto del individuo y ya no pertenece ni al ámbito de la política ni al de la organización de la sociedad. Es cosa de cada uno.

Entra dentro de la privacidad de cada quién el informar o no de sus creencias religiosas, políticas, de su estado de salud, de su patrimonio y del trato que conlleva con su pareja. Cada uno cree con el mismo derecho con el que cada otro no cree.
Y no tengo el mínimo interés en demostrarle a quién cree en algo religioso que está equivocado ni tengo ninguna intención de que a mí me convenza nadie de lo contrario, y viceversa.
Cuidado con convertir la cátedra en un pulpito y así empezar de nuevo aunque sea al revés. Cuidado con la intolerancia, que pasa de un lado al otro con mucha facilidad. Y eso si que es un hecho.

Como ejemplo de intolerancias mutuas de las creencias y no creencias, los mozos y mozas de esa alcaldesa capitalina, que debe de haber bebido alguna vez el agua del Manzanares sin filtro alguno, organizan tontadas del calibre de aquel ruso que formó un pelotón para fusilar a Díos.

Esta amenaza de libricidio no sirve sino para demostrar la existencia de las carencias culturales de sus autores. Calladitos y quietos no delatarían la pobreza mental que arrastran. El tribalismo religioso es un problema dentro de muchas de nuestras tradiciones. Pero reacciones de este estilo en los años 2000 nos prueban que aún quedan grandes parcelas sociales que siguen en la misma irracionalidad, a la inversa, que la que se empeñaban en vivir los freires inquisidores de cuando Torquemada.

Que cada uno opte por las creencias que más guste y que los simples no lo conviertan, otra vez, en asunto público de destrucción del contrario. Ni los unos ni los otros. Mejor sería calificarlos al estilo unamuniano : Hunos y Hotros  respecto a respetar la privacidad más íntima..


5 comentarios:

  1. Tengo 45 años y hace ya decadas que voy a misa cuando me apetece. Soy catolico, y lo llevo a mi manera, con mis ideas e ideicas. Me consta hace ya muchas décadas que ser agnostico, ateo, etc, no supone ni estigma ni problema alguno en un pais occidental. Diré más, ni siquiera es obligado bautizarte, o hacer la confirmación; peor, se han inventado aberraciones laicas para sustituir y burlarse de los catolicos (nada nuevo, lo inventaron los nazis para ir limando influencia a la iglesia)

    Ahora, ser catolico, sí que parece supone tener que aguantar ciertas cosas. Fuera, aguantamos persecuciones politicas como en China (entre otros); eso cuando no un riguroso GENOCIDIO, silenciado por los massmedia, en el medio oriente, donde continua la barrida de todo lo cristiano, que recordemos, por allí nacio.

    Y en occidente, aún no nos persiguen como hacen con los judios, pero ya tenemos a politicos VOTADOS para cargos politicos cuyas señas de identidad son la violación de los espacios sagrados, el insulto, y la amenaza de muerte : ardereis como en el 36.

    Es lo que hay.

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    1. SEÑOR OGRO.
      Dices "ya tenemos a politicos VOTADOS para cargos politicos cuyas señas de identidad son la violación de los espacios sagrados, el insulto, y la amenaza de muerte : ardereis como en el 36.
      "
      A eso es a lo que me refiero y no soy católico ni de creencia alguna. Pero me molesta como si lo fuera el que las intolerancias más estúpidas y groseras vayan siempre en esa dirección.
      Los que causan esos ataques a los símbolos religiosos cristiano jamás han sido perseguidos por curas ni obispos con antorcha en mano para hacer piras con los infieles o herejes. Por tanto más descalabrados de mente no es fácil hallar, y creo que, salvo los iletrados de Oriente, son los únicos que conservan el odio religioso de los Lenin y cuadrilla.
      Insistiré siempre que el tener creencias es algo tan privado como el tener mucho o poco dinero, o el sufrir deficiencia cardiaca. A nadie le deben de importar esas constancias porque a nadie incumben salvo al propio interesado.

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  2. Estos de potemos confunden la libertad de expresión, con el derecho a ser matones.

    Libertad de expresión es lo que se hace en esa entrada. Entrar en un recinto religioso, en pleno acto religioso, gritando y amenazando que arderán como el 36 no es libertad de expresión.

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    1. DON REPUBLICA.
      Eso que hicieron los de la MAESTRE es lo que tú bien defines : MATONISMO.
      Por supuesto que ese matonismo es procedente de una cultura unidireccional de intolerencia y de falta de mínima educación social. Estos no saben ni comer con cubiertos.

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    2. Y ahora nos dicen que los escarches son violencia, cuando hasta ahora habían defendido que era libertad de expresión. El criterio que signen debe ser el siguiente: Si la víctima es de Potemos, es violencia. Si es pepero o sociata, es libertad de expresión.

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