Dos opciones quedan a los pisaverdes

Hace muchos años los billetes valían porque podías ir al banco y te los cambiaban por monedas de oro. Ahora el dinero es fiduciario. Esa palabra significa que los billetes ya no son canjeables por oro, pero siguen valiendo porque nos fiamos de quien ordena fabricarlos, el Banco de España antes y el Banco Central Europeo ahora.
¿Por qué nos fiamos del banco central? Confiamos en un banco central cuando tiene un Estado que lo respalda, es decir una organización formada por conjunto de instituciones que crean unas reglas que no se puede saltar nadie ni de manera individual ni colectiva.  Nos fiamos más si ese Estado gestiona un presupuesto público elevado, tiene capacidad de establecer impuestos y recaudarlos, regula un mercado grande y es soberano e independiente para decidir lo que le conviene.

La Eurozona no tiene ni las instituciones necesarias, ni las reglas bien definidas. Utiliza instituciones y tratados que pertenecen a la Unión Europea, que es otra organización con distintos propósitos y países miembros.
¿A dónde nos lleva la crisis Griega? Dice el experto Juan Gómez Bada que a tener que tomar decisiones definitivas de manera inmediata. Unas restricciones a los movimientos de capital como las que se están aplicando asfixian a cualquier economía. Soluciones definitivas porque no se puede levantar el corralito sin que los ciudadanos y los mercados entiendan que el problema está totalmente solventado. 
Si no fuese así, al finalizar los controles de capitales la retirada de depósitos de las entidades sería muy superior a la que hubo con anterioridad al cierre de los bancos.

La forma más rápida para que Grecia levante el corralito es salir del euro y volver a instaurar una divisa nacional. Si los bancos ya no te dan euros sino nuevos dracmas, nadie se apresurará a sacar la nueva divisa para guardarla en el calcetín. La economía se recuperaría rápidamente porque la devaluación del nuevo dracma mejoraría la competitividad del país y se recuperaría la confianza en el sistema.
Si se opta porque Grecia se mantenga en el euro, el corralito durará meses e incluso años. Solamente un acuerdo de fuerte reestructuración de la deuda ( entiéndase por "reestructuración" la condonación de más de la mitad de la deuda por alemanes, franceses, etc.) permitirá a los ciudadanos y mercados volver a confiar en esa economía y los controles de capitales se podrían levantar.
Para aceptar ese acuerdo, el resto de socios de la Eurozona exigirá a Grecia unas dolorosas reformas económicas basadas en recortes sociales.

Pero me temo que los jerifaltes griegos juegan la baza de que la UE es poco estable porque ni es un Estado ni tiene capacidad fiscal unificada ni competencia recaudadora alguna. Y no la tiene porque, como decía un comentarista aquí hace pocos días, ni Francia ni Alemania ni Gran Bretaña están por la labor de PERDER SOBERANÍA.
Por tanto, los alemanes y franceses tendrán que decidir, y ràpido, cuánto de la DEUDA GRIEGA van a dejar de cobrar. Eso o la Eurozona se va al carajo junto con los Tsipras y pandilla.

VIEJO BILLETE DE MIL DRACMAS

ACLARACIÓN BLOGUERA: "Pisaverde" equivale en castellano a gomoso, lechuguino, afectado, currutaco, petimetre, etc. y está referido a todos esos "economistas" de la UE dedicados a traducir las capacidades variables de cada país a simples NÚMEROS bancarios, sin jamás tener en cuenta las producciones reales de riqueza o sus potenciales. Todo lo basan en "financiación", cual simples prestamistas usurarios medievales. Y así les va que a pesar del escarmiento de 1929 no supieron adivinar la crisis que se venía encima en 2008.