06 septiembre 2014

Isabelona, fondona y golfona

Fue Isabel II una niña algo corta de entendederas y de tan descui­dada educación que era prácticamente analfabeta. En lo que re­sultó precoz fue en el sexo, en parte porque había heredado el carácter ardiente y lujurioso de la familia y en parte porque fue corrompida por sus propios tutores.

A los trece años la decla­raron mayor de edad y a los dieciséis la casaron con su primo Francisco de Asís, ocho años mayor que ella. Francisco de Asís era un bisexual notorio escorado a maricón y voyeur.
"¿Qué puedo decir (se lamentaba Isabel) de un hombre que en nues­tra noche de bodas llevaba más encajes que yo?"
El pueblo, con mordaz ingenio, lo apodó Pasta Flora y Doña Paquita.

Creció Isabel, más a lo ancho que a lo alto, y se convirtió en una reinona gorda y fofa, castiza y chulapona, hipocondríaca y fecunda, que trasegaba fuentes de arroz con leche como el que come aceitunas.
La reina era muy fogosa y tuvo decenas de aman­tes.

Tuvo Isabel once hijos de los cuales le vivieron seis. Los historiadores han echado cuentas y al parecer los que nacían muertos o morían a poco eran los que engendraba de su primo y esposo. Los otros los tuvo con distintos amantes, el pri­mero, una hembra, del apuesto comandante José Ruiz de Arana, y el siguiente, un varón, el rey Alfonso XII, del bizarro capitán de ingenieros Enrique Puig Moltó. Más adelante otras tres hem­bras de su agraciado secretario particular, don Miguel Tenorio de Castilla.
FRANCISCO ASÍS

Sepa el lector que desde el punto de vista dinástico no es mayor problema que Alfonso XII fuera hijo adulterino pues la ley española, fiel al código napoleónico, sostiene que todo hijo nacido dentro del matrimonio tiene por padre al marido.

Dos influencias predominantes hubo en la corte de los mila­gros, como se llamó despectivamente a la de Isabel II: el confesor de la reina, el padre Claret, un minúsculo y enjuto clérigo atormentado por la permisividad sexual de los nuevos tiempos, y sor Patrocinio de las Llagas, una monja histérica y falsaria que había sido procesada por fingidora de milagros y que aprovechando que la reina, simplona y entregada, era incapaz de negarle un favor, se convirtió en una pía agencia de empleo que colocaba a sus recomendados en los mejores puestos de la administración pública (haciendo con ello desleal competencia a la reina madre).

ISABELONA
Al final de la regencia de la reina gobernadora ( Mª Cristina) con la dictadura de Espartero,  un pronunciamiento lo derrocó y restituyó una sombra de gobierno parlamentario que nuevamente desembocó en dictadura, esta vez con el general Narváez. Y después de Narváez, en 1854, tras otro pronunciamiento, gobernó el general O'Donnell. 

La política nacional no era aburrida ni pre­visible, porque a los pronunciamientos, con su secuela de movilizaciones funcionariales, destierros de unos y regresos triunfales de otros, había que sumar una guerra en África (en la que Juan Prim tomó Tetuán), y otra en el Pacífico.

Se abrie­ron fábricas textiles en CATALUÑA y acerías en el PAIS VASCO, se in­tensificó la explotación minera, se tendieron ferrocarriles. En este propicio ambiente surgieron los primeros especuladores, como el marqués de Salamanca, y una oligarquía de industria­les enriquecidos, que constituyeron dinastías bancarias y em­presariales de las cuales algunas perduran todavía.

El Papa no vaciló en apoyar a Isabel y has­ta la condecoró con la más alta distinción vaticana, la Rosa de Oro.
"Santo Padre, ¡es una puttana!", objetó un cardenal de la curia. A lo que Pío IX replicó: "Puttana, ma pia."

En 1868, el pronunciamiento de .una parte del ejército fue secundado por el pueblo en lo que se ha llamado Gloriosa revolución. El voluble y tornadizo pueblo, por el que Isabel se creía adorada, se echó a la calle al grito de "Abajo la Isabelona, fondona y golfona" y el ge­neral Serrano, antiguo amante de Isabel, derrotó a las tropas de la reina en,la batalla del puente de Alcolea (aún existe el puente, bello y de piedra, cerca de Córdoba).

Isabel, que estaba ve­raneando en San Sebastián, sólo tuvo que recorrer unos kilóme­tros para ponerse a salvo en Francia: "Creía tener más raíces en este país", declaró al traspasar la frontera.



12 comentarios:

  1. La actual generación de esa dinastia tiene más de un millar de ascendientes ajenos al apellido dinástico, dadas las golferías de la mujer de Carlos IV, Maria Luisa de Parma, que se cepilló a toda la guardia de palacio, y de la regente Maria Cristina, esposa de Fernando VII, la cual hasta se se casó morganaticamente con un sargento de la Guaria, Muñoz, siendo viuda del más tonto Borbón habido. Si le sumamos las golfería de esta Isabelona, más las de su hijo, Alfonso XII, y de su nieto, Alfonso XIII, y las posteriores de Juan de Borbón y de su hijo Juan Carlos, nos hallamos que el Borbón se sostiene sólo de nombre.

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    1. DON MELITÓN
      Es imposible que haya una monarquia cuya dinastia haya gobernado un país durante 300 años siendo más golfa e inepta que ésta.

      Están más mezclados de ascendientes que un rumano de religión musulmana.

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  2. En general, esta familia ha demostrado ser bastante inepta para el gobierno.
    A mí la "Señá" Isabel, me recuerda a uno de sus más ínclitos descendientes, aunque de sexo opuesto, pues uno de sus mayores méritos (quizá el único), es que era muy campechana.
    En fin.

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    1. DON TRECCE
      Son todos ellos unos ineptos desde el primero (Felipe V) hasta el último que ha abdicado. Deben de ser la rama tonta que dejó Luis XIV porque los borbones franceses desde Enrique IV hasta Luis XV no eran así.

      Lo de la "campechanía" de los Borbones es de puertas a fuera porque en sí tienen bastante apego a mantener las distancias con quienes tratan de acercarseles. Son muy hábiles en manejar las emociones populares más tontainas.

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  3. O sea que el Felipe VI de verdad, verdad, es un PUIG MOLTÓ, y no un Borbón.
    O sea, catalán como Colón y Teresa de Avila.

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    1. DON JORGE
      Pues, sí. Son desde la Isabelona de apellido real PUIG MOLTÓ. Pero es que antes había un Fernando VII que probablemente era un Godoy.

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  4. Hola, Javier:

    Cuando Fernando VII se casa con María Cristina no había conseguido descendencia de sus tres mujeres anteriores. Sifilítico y enfermo de gota, en cama y supurando gran parte del tiempo que le quedó de vida, María Cristina le da dos hijas en tiempo récord. ¿Borbonas? Me imagino que ya no es posible la prueba del ADN.

    Un cordial saludo

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    1. DON XESÚS
      Buenísima anécdota respecto al tema de la legitimidad de los descendientes Borbones.

      Esas dos hijas que citas de Fernando VII es probabilísimo que fueran de padre ajeno al marido.
      Debe de haber cien mil genes diferentes en el ADN de esta familia actualmente.

      Cordial saludo

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  5. Vaya ejemplar de jefe de Estado. Y eso me recuerda que en su tiempo se produjo una de la guerras carlistas, la segunda. Si el aspirante integrista era un impresentable, los del bando liberal no podian presumir mucho de la suya.

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    1. DON VILLAR
      Pues, sí, en esta época se produjo la Segunda Guerra Carlista pero unicamente en Cataluña y con el antes derrotado Cabrera como jefe.
      El 23 de junio de 1848 atravesó la frontera francesa e intentó organizar lo que denominó el Ejército Real de Cataluña sin mucho éxito, y tampoco pudo entrar en el Maestrazgo.

      En abril de 1849 se detuvo al pretendiente Carlos Luis cuando pretendía entrar por la frontera francesa en España y el 26 de abril Cabrera tuvo que cruzar la frontera francesa ante la persecución del ejército gubernamental. El resto de las partidas hizo lo mismo y el 14 de mayo cruza la frontera la última partida, que dirigían los hermanos Tristany, poniendo fin a la guerra.

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  6. Un profe mío defendía que el matrimonio de Isabelona y Doña Paquita es uno de los pocos casos de la historia en que ambos contrayentes sufrían furor uterino y en el que habrían compartido amantes......por separado.
    Yo no me explico al que espera el Instituto de la Nova Historieta al reivindicar la catalanidad puigmoltoniana de la monarquía española, así como la realidad y certeza incontestable de que los Pujol Ferrusola provienen de la familia Mujol Fernández Sola de clara raíz castellana.
    Seguro que acaban siendo oriundos de Botijares (aunque yo estoy seguro de que su origen es siciliano, del clan Pujolone Ferrusolini)
    Un abrazo

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    1. DON CHAFAS
      Estupenda adjetivación de que "Isabelona y su marido sufrían ambos de furor uterino y que compartían amantes".
      Nada raro que fuese así.

      Más raro me resulta lo que indicas : que los de Mas-Menos no hayn reivindicado aún la CATALANIDAD de la monarquía española, proviniendo de un PUIG MOLTÓ, y otros similares sementales de palacio.

      Lo que está claro es que los catalanes del Reyno de Aragón que estuvieron en Sicilia acuartelados se trajeron viejas costumbtes calabresas a la antes denominada Marca Hispánica.

      Un abrazo

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