07 octubre 2012

Partido de Liga en 1572

Me pide la afición otro de esos episodios históricos que cuento de vez en cuando, más que nada porque casi nadie habla de ellos. Esta vez le toca al socorro de Goes, cuyo 440 aniversario se cumplirá el 20 de este mes.

Corría el año 1572, y las provincias holandesas afirmaban su rebelión contra una España que, como de costumbre, luchaba sola contra medio mundo. Ocho mil soldados holandeses reforzados por los habituales ingleses, protestantes alemanes y hugonotes franceses, cercaban el pequeño enclave de Goes, entre las bocas del Escalda, donde cuatrocientos españoles aguantaban como podían, dientes apretados, esperando socorro.

Correspondía éste a un ejército enviado por el duque de Alba, bajo el mando de don Sancho Dávila y el maestre de campo Cristóbal de Mondragón, que se había visto detenido por falta de embarcaciones y la solidez de la defensa enemiga.

Goes iba a quedar abandonada a su suerte; y la guarnición española, mandada por un duro capitán llamado Isidro Pacheco que tenía orden de no rendirse ni harto de vino, sería pasada a cuchillo. La suerte parecía echada.

Y entonces, a alguien se le ocurrió un plan. Había un vado, contaron algunos pescadores. Un paso de tres leguas y media: diecisiete kilómetros que la marea baja descubría durante unas horas hasta la altura del pecho de un hombre. Echándole hígados al asunto, entre dos mareas podía intentarse cruzar de noche por ahí; con el peligro de que si quienes lo hicieran se retrasaban o quedaban atrapados en el fango, los pillaría la creciente y se ahogarían todos.

Pero, como se decía entonces, no se pescaban peces a bragas enjutas; así que el maestre de campo Mondragón, un correoso veterano de los tiempos de Carlos V, las campañas de Italia, Túnez y Alemania, dispuso una fuerza de 2.500 españoles de los tercios viejos, reforzados por valones y tudescos. Luego los hizo formar en la playa al atardecer, y llamándolos "compañeros míos" -funesto halago que al soldado español siempre le anunciaba escabechina segura- largó un discurso con tres argumentos básicos: que él iba a ir delante dando ejemplo, que si no cruzaban rápido y en silencio se ahogarían todos, y que una vez al otro lado no iban a dejar un puto hereje vivo.

Luego le dijo al capellán que diera a todos la absolución preventiva, por si las moscas. Y mientras la tropa se persignaba y blasfemaba por lo bajini, el maestre de campo se quitó la botas y se metió el primero en el agua. La verdad es que fue admirable.

Imaginen a dos mil quinientos tíos, la mayor parte morenos y bajitos -había entre ellos muchos arcabuceros vascos, por cierto-, protestando de todo, agarrados unos a otros para que no se los llevara el agua, con la marea por el pecho, llevando en alto los saquetes de pólvora, el pedernal y las mechas en la punta de picas y arcabuces.

Diecisiete kilómetros de noche, chapoteando a oscuras, mojados hasta la barba, heridos los pies descalzos en las piedras y cascajos, fatigados por lo pegadizo del fango. Sintiendo subir poco a poco la marea mientras se preguntaban qué puñetas estaban haciendo allí, de noche y a remojo, en vez de estar pidiendo limosna como señores en la puerta de una iglesia de Talavera, Hernani o Sevilla.

Pero hubo suerte: sólo se ahogaron nueve. Los menos altos. Y ahora imaginen la escena. La mala hostia con que esas criaturas llegaron a la orilla. Esa luz gris y sucia del amanecer. Esos holandeses e ingleses que de pronto ven asomar a dos millares y medio de homicidas barbudos, sucios de barro, con ojos de locos y unas ganas desaforadas de quitarse el frío degollando a mansalva.

Y claro. Por mucho que corrieron hacia sus embarcaciones, no les dio tiempo a todos. A pirarse. He buscado cantidades exactas: Fernández Duro habla de dos mil palmados y Bentivoglio se limita a decir "mataron muchos". La cifra más creíble son 800 holandeses e ingleses pasados por la piedra, entre los acuchillados y los que se ahogaron intentando salvarse.

Y oigan. Parece un resultado más bien sangriento para cuartos de final. Tampoco estaba allí Manolo el del bombo, ni Iker Casillas con arcabuz. Pero qué quieren que les diga. Eran otras ligas. Eran otros tiempos.


Arturo Pérez-Reverte

Académico








22 comentarios:

  1. El español suele pensar más con las gónadas que con la cabeza y muchos de nuestros hechos y gestas lo corroboran. Habrá que ir rezando porque la mala ostia empiece a brotar pronto, porque sino no vamos a tener España de la cual sentirnos orgullosos.

    Un saludazo.

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    1. DON PEDRO
      Lo que denominas GÓNADAS se componían de un enorme amor propio individual junto a un sentido de la verguenza personal que daba dignidad hasta al más modesto soldado español. Esos sentimientos se han perdido y especialmente se desconocen entre las clases dirigentes de todo tipo.

      La mala sangre que el español necesita de forma inividual y manifestada colectivamente, no la veo por ningún lado. Por el contrario observo exceso de resignación y espíritu de mula de carga.

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  2. Que buen guion para una magnifica pelicula tenemos aqui.un saludo,

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    1. DON AGUSTÍN
      Efectivamente con los artículos del P. Reverte se pueden hacer montones de guiones de películas, pero no están los productores por esa labor. Lástima.

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  3. Y si no llegaron antes fue porque los cojones les pesaban como una losa. Brava gente. Gracias a ellos fuimos alguien. Ahora estaríamos honrando los restos que no se hubieran comido los tiburones, o lo que haya por allí, porque estaría en trámites parlamentarios el envío de socorro. Eso si los pinganillos del Senado no se estropean. O Mariano no dice que no hay liquidez para enviar tropas, por un problema coyuntural.

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    1. DON CAPI
      Eran gente brava porque así estaban acostumbrados a vivir y a ser. Y tenían buenos mandos inmediatos, aunque lo de las pagas ya era otra cosa porque casi nunca les llegaba.

      En ese tiempo mandaba todos los Tercios el mejor general de todos los tiempos que ha tenido España : el 5º Duque de Alba. Movía a velocidad de relámpago sus tropas de una punta a otra de Europa y siempre tenía bajo la bota a todos los dominios del Imperio en Eusropa, y que cubría casi por entero lo que hoy es Europa.

      Lo que sí has acertado de pleno es en que no se molestaba en consultar mucho con MadriZ y actuaba por su cuenta, y por ello tanto el emperador como Felipe II le mostraban pocos agradecimientos, pero les era imprescindible.

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  4. Jajaj que bueno es Don Arturo contando estas cosas. Me los imagino llegando al otro lado, con los ojos ardiendo y enrojecidos, pensando que las han pasado putas y a punto de ahogarse, pasando cangui por los bichos marinos y con una furia y ganas de decir "Cabrones por vuestra culpa estoy en estas "sus" vais a enterar". 800 y porque no echarían mano a mas.
    Saluditos.

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    1. DON ROBERT
      Te los imaginas como muchos otros : tipos muy cabreados y especialmente muy profesionales y disciplinados. Lo mismo estaban en Milán como en Túnez o en Bélgica, en custión de pocos días, sofocando conatos de rebeliones. Y les temían como al diablo porque no se andaban en bromas cuando llegaban ante el "enemigo". Nadie les había explicado eso de "que los ejércitos no deben de disparar sino ir en son de paz" al estilo de Bono con Afganistán.

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  5. Bravos aquellos militares, desde mandos a acemileros. Estaban acostumbrados a dejar las cosas resueltas y para largo tiempo. Lástima que después todo ha degenerado, comenzando por los mandos.

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    1. DON ZALDUM
      Tienes razón : dos cosas eran básicas en ellos. El profesionalismo y el pundonor nacional.

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  6. Hoy en dia España se habria rendido antes de la rebelion, habria entregado armas y tras conceder la independencia encima les pagariamos las cuentas.

    Todo ello entre feroces autocriticas y ante las risas del mundo mundial.

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    1. SEÑOR OGRO
      Describes muy bien lo que sucedería hoy y sin la menor duda que resultaría así.

      Nos iba a costar un pastón pagarles las indemnizaciones por haberlos invadido antes.

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  7. Así me gusta, reivindicando el papel de España en la historia, la más grande, a pesar de la leyenda negra. Esos tercios invencibles y que crearon la primera infantería de marina de la historia.

    Como no podía ser de otro modo acabo de leerme otro libro de EDAF Glorias y miserias Imperiales, y cómo no, estas historias de Tercios en los PPBB destacan sobre manera (y en cuyas batallas resultaba imprescindible para movilizar esos tercios el Camino Español, que merecería un post de los güenos).

    Grande Reverte (por cierto, tercios plagados de catalanas y vascos)

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    1. DON ISRA
      Ya veo que te has documentado sobre las andanzas de aquellos Tercios y que recorrian el llamado "Camino Español" (creo que era de Iatlia a Flandes) de la misma forma que nosotros vamos de Complutum a Toledo.

      La velocidad de traslado de esos Tercios que les imprimió el Duque de Alba era legendaria. Para cuando los cerebrines ingleses y holandeses ideaban alguna treta a mucha distancia de Nápoles, ya tenian encima a alguno de los Tercios.

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  8. addenda - es que los catalanes estaban en el camp nou "haciendo" la señera

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    1. Ese es un detalle que los historiadores no gustan de sacar y consistente en que los arcabuceros vascos llevaban con ellos a hermosas catalanas muy tetudas que les servían de parapetos o escudos. Del estilo de prima Sofi.

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  9. Vaya, mi batalla favorita. Me gusta mucho como la describe Reverte, como dice Zorrete te los puedes imaginar, los ojos inyectados en sangre, cansados y llenos de fango, al asalto..qué miedo.

    Hoy día nuestros soldados serían igual de capaces pero como cuenta la leyenda de Mío Cid...Dios que buen vasallo si hubiese buen Señor. La moraleja es que hoy no necesitamos solo buenos vasallos sino alguien que sea capaz de tomar alguna iniciativa a pesar de "su Señor". Si funcionó en la reconquista de Valencia ¿porqué no ahora?

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    1. DOÑA CANDELA
      Bonita batalla si ésta es tu favorita, porque además Arturito le da el punto necesario para que veamos a unos "homicidas barbudos, sucios de barro, con ojos de locos y unas ganas desaforadas de quitarse el frío degollando a mansalva."

      También hubo recientemente, entre 1936 y 39, en España acciones de este estilo como en Belchite y Teruel, lo que demuestra que los VASALLOS siguen igual. Y como comentas, lo que faltan son los otros, los que deben dar las órdenes.

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  10. Menos mal que aún queda alguien que lo cuente ya que sobre ello pasan de puntillas en los presuntos libros de Historia y eso si se menciona

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  11. DOÑA MARIBELUCA
    No creo que en ningún libro de texto sobre Historia de España traigan nada parecido a esto porque hace tiempo que dejaron de recordar los hechos históricos.
    A mí me deja asombrado que batallas del XIX como las Tres Guerras Carlistas o las sublevaciones de Riego y de los excombairntes contra Napo que se sucedieron para abolir el absolutismo, LAS GENERACIONES SUCESIVAS ACTUALES NO TENGAN, NI DE OIDAS, IDEA DE ELLAS.

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  12. La ventaja que tenían es que no se había inventado eso de los cascos azules.

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    1. DON ULTIMO DE FILIPINAS
      Sí, gran ventaja porque allí en donde hay CASCOS AZULES es en donde nunca se resuelve nada. Los verdaderos cascos azules de Europa eran los propios Tercios, apagando sublevaciones y rebeldías de torritorios de soberanía española.

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