09 junio 2012

Las tres fuentes del Poder

Roma nos dió el modelo de cómo se consigue el Poder en una democracia y he aquí un simulacro de cómo lo hacían. Ya se sabe que el dinero es, junto con la espada y la palabra, una de las fuentes del Poder. El Poder lo puede todo. Obliga a los hombres a cambiar de opinión, a escoger entre éste y aquel, y la plebe está a merced de los que le proporcionan tierras y trigo, de los que saben emocionarla, convencerla o aterrorizarla.

Me fascinan las oscilaciones de un pueblo que va y viene como las mareas, y tengo la convicción de que puede ser usado contra el adversario, como si fuera una espada, contra todos estos patricios preocupados por sus bienes y su poder, y a los que España (Roma en aquel caso)  no les importa nada.

En el año 66 antes de C. había una alianza, urdida por el trío de los cínicos que formaban Ciceron, Catón y Catulo, entre los senadores más ricos, con Pompeyo. Los senadores, temían que Craso con sus riquezas diera un golpe y se hiciera con el poder en Roma. Craso creyó que con armar, a su costa, unas cuantas legiones le iba resultar suficiente para parar a Pompeyo y su ambicioso deseo de imponer su propia dictadura en una República que estaba corrupta.

Pero no contaba con el factor decisivo en aquella Roma : el apoyo de las plebes. Y la plebe aclamaba a quien diera victorias militares y consiguientes botines al pueblo romano. Por tanto, Pompeyo llevaba todas las de ganar a su vuelta de la expedición naval de limpia de piratas, como anteriormente había sido también aclamado por la plebe cuando derrotó y crucificó a los seis mil gladiadores sublevados al mando de Espartaco.

Pero hacía falta más : el liderazgo personal sobre el pueblo, al estilo de Mario y Sila, y el único capacitado para ello era Cayo Julio Cesar porque era nieto-sobrino de Mario y uno de los que primero se opuso a la dictadura de Sila para preservar los principios de la República.

Cayo Julio aceptó encantado la alianza pero dejando constancia de que para lograr los objetivos previstos de parar a Pompeyo y a los senadores elitistas, necesitaba ser designado procónsul en Hispania al mando de al menos veinte legiones. Y que la resonancia de sus victorias en guerras que no existían pero que había que inventar, era lo único a utilizar como remedio a la inmediata amenaza de una dictadura a cargo de Pompeyo y de sus secuaces optimates.

Craso derrochó miles de talentos de oro en obtener el apoyo de los suficientes senadores para que Cayo Julio fuera, por fin, nombrado procónsul (general en jefe) en Hispania por un año pero al mando sólo de ocho legiones.

Pero Pompeyo va de victoria en victoria, sabe ser clemente con los piratas que captura, dándoles tierras para que se conviertan en agricultores, y por todas partes los mensajeros cuentan que las ciudades le acogen triunfante. Todos piensan que cada día que pasa logra una victoria y que será Rey de Roma en cuanto quiera.

Los senadores se han sometido, aunque se lamentan de los poderes que Gabinio y Manilio han concedido a Pompeyo, con sus leyes aprobadas por todos. Leyes. concebidas para alejar a Cayo Julio y a Craso.

Craso está furioso, decidido a quebrar lo que quede de fuerza en el Senado. Cayo Julio se acerca a Roma y visita a Craso en su villa donde lo encuentra rodeado de jóvenes nobles que le adeudan dinero, y sentado en la sombra ve a Catilina, el avaricioso y asesino en los tiempos de Sila.

Craso le propone a Cayo Julio reducir al Senado, matar a los dos Cónsules y a los senadores hostiles, y hacerlo antes del 1º de marzo del año 65. Antes de que regrese Pompeyo. Llega el 1º de Marzo y el Senado está reforzado de guardias porque alguien ha hablado. Cayo Julio permanece callado cuando los senadores denuncian el complot de Craso y están exigiendo una investigación.

Ese mismo día Cayo Julio se acerca al Comitium y habla a la plebe. (Como se ve, en Roma la plebe no daba golpe y se pasaba el día en el Foro o en el Circo). Les promete fiestas, monumentos y combates de gladiadores, y distribuye dinero entre la gente. Tiene 35 años. La multitud grita en las gradas del Circo Máximo, pues, a cargo de Cayo Julio, se habían organizado una fiestas que duran quince días y quince noches, con combates, carreras de carros, cacerías, bailes, cantos y todo tipo de espectáculos.Desfilan los elefantes, salen los leones y la gente queda satisfecha de estas fiestas en honor de Cibeles. Todo lo paga Craso para que Cayo Julio sea popular.

Sin embargo, Cesar cree que necesita más aliados para imponerse en la República y convoca en una sala de la Domus Publica a los otros dos poderosos,el del dinero y el de la espada : Craso y Pompeyo. Y les habla así :

Si permanecemos los tres unidos, en triunvirato, nadie podrá imponemos su ley!

Se vuelve hacia Pompeyo.
-Tú, Pompeyo, al que Cicerón adula e insulta, dispondrás de tierras para distribuidas entre tus veteranos.

Avanza hacia Craso.
-y tú, Craso, has creído encontrar en Catón a un aliado. Ahora descubres cada día que pasa que te engaña, que sólo tiene un objetivo: dominar a los patres y lograr su victoria sobre ti, sobre Pompeyo y sobre mí. Descubres, en definitiva, que es nuestro enemigo común. Tú, Craso, tendrás el mando de tus legiones y podrás recuperar todo lo que Roma te ha costado.

Extiende los dedos de la mano, todavía alzada, y los aprieta de nuevo.
-Pero debemos unimos; los tres juntos somos invencibles: seremos el gobierno de Roma.

Señala a Pompeyo. -Tú, Pompeyo Magno, tienes tu gloria y tus soldados.
Se dirige a Craso. -Tú tienes el poder del dinero, el valor del soldado y la crueldad del jefe.

Toma asiento. De repente, Craso se echa a reír y camina a grandes pasos hacia la mesa. Llena su vaso de vino y echa un largo trago. -Hasta sé lo que quieres, César: ser el cónsul del año 59.

-Si soy cónsul... -empieza a decir César. -¡Serás cónsul! -dice Pompeyo-. Yo te apoyaré.y, si Craso suma su poder al mío, ¿quién podrá vencerte en las elecciones? César baja la cabeza. Por fin sabe que será cónsul, que disfrutará del imperium.

Con cuarenta y dos años habrá alcanzado la más alta dignidad de la República.

Claro que posteriormente se inicia una guerra civil entre Pompeyo y Cesar porque dos leones no podían convivir.

(Extracto de mi blog titulado "YO, TREBONIUS")


11 comentarios:

  1. Evidentemente, sabiendo hablar, teniendo dinero e imponiendo la fuerza, sólo resta esperar que aquellos a los que te dirijas sepan quien está por delante en las tres cosas. Un buen artículo ante el que me descubro.

    Un saludazo.

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    1. DON C.S. PEINADO
      Gracias por el elogio. En sí este trío de cartas, dinero, espada y la palabra, desde siempre han sido la clave para dominar a los pueblos. A veces lo consigue unicamente el de la espada pero a la larga pierde ante las otras dos fuentes de Poder.

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  2. ¡Pero leche! es que tienes otro blog más???. Eres fuente inagotable de sorpresas. Cesar lloró ante las columnas de Hercules porque Alejandro Magno a su edad ya había conquistado el mundo.
    El imperio romano como la biblia son el mapa del mundo, después de eso como en hollywood todo son remakes.
    Saluditos.

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    1. DON ROBERT
      No te me cabrees por eso. Hace años que dejé en internet lo que sabía sobre la vida de César y el entorno en que vivía. Porque, como comentas, nada nuevo se ha producido en Derecho, Política, Intrigas, Filosofía y Guerras desde que cayó aquello de Italia, aunque subsiste en forma de cultura.
      Incluso el modo de vivir de los progres con sus Zerolos y demás son unos aprendices en comparación con la mentalidad de los Optimates (aristócratas) romanos.

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    2. No me cabreo, me sorprendo de lo currante que eres y los conocimientos que abarcas.
      Saluditos.

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  3. Javier, otra gran lección de historia.
    Gracias

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    1. DON MAMUNA
      Me satisface que te haya gustado. En esta historia se resumen los actuales intentos de golpes de Estado, las alianzas para alcanzar el Poder, los egoismos de quienes conrolan el Estado, la volubilidad de las masas, etc. etc.

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  4. Magnífico post Javier, es la evidencia de que nada ha cambiado bajo el sol en más de 2.000 años.
    Solo el envoltorio. Y la clase.

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    1. DON CAPI
      Muchas gracias. Eso trataba de mostrar : que perviven exactamente las mismas acciones y mentalidades que las que usabn hace mas de dos mil años y que durarán otros dos mil más. Pero nada de esto es inventado, sino realidad pura y dura.

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  5. En efecto, entre fieras es dificil la convivencia. Creo que ese primer Triunvirato acabó con la cabeza de Pompeyo rodando por los suelos y total, para nada.

    Esos tres elementos conviven en todas las civilizaciones formando un equilibrio inestable. Pero quién de verdad mató a Roma fué el excesivo aperturismo y la entrada de extranjeros en la proximidad de los centros de poder.

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    1. DOÑA CANDELA
      No se trataba de fieras, eran todos los protogonistas, precisamente, la élite de aquella sociedad bastante refinada y muy culta. Pero las ambiciones,como comentas, cuando el sistema ha terminado por convertirse en corrupto por culpa de los políticos y dirigentes, son las que imponen sus leyes a los demás. Y ambiciosos lo eran por un lado los del Triunvarato, y por el otro los Cicerón, Catón y Catulo y su cohorte de senadores avariciosos.

      La caída de Roma fue muy posterior porque estamos hablando de la época de la República, la que creó un imperio e hizo que un sobrino de Cesar se proclamase emperador. Y el imperio aún duró varios siglos.

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