06 mayo 2012

Fin de l'élitisme français

Es la frase con la que arranca Memorias de guerra de Charles de Gaulle: "Toda mi vida yo me he hecho una cierta idea de Francia". Un lema vital. Un paraguas intelectual para justificar una cierta idea de la política. Y del poder. Y de Europa.

La idea de Francia alumbró un régimen político a medio camino entre el sistema presidencial americano (de ahí la elección del presidente por sufragio universal) y los parlamentarismos europeos. Ese encuentro entre el hombre y la nación convirtió las campañas en luchas de titanes, magnéticas para los medios y, por selección natural, llevó al poder a políticos con tal ambición, preparación y maldad que se convirtieron en seres mitológicos.

 Se vota para presidente de la República, pero se elige un monarca. Con su boato, su distancia del día a día y su preocupación por pasar a la Historia. 

Sarkozy no ha respetado las reglas y así le ha ido. Quiso ser un presidente cercano y ha terminado siendo el más rechazado. Quiso gobernar todo reduciendo al primer ministro a "colaborador" y le han juzgado por su gestión. Llevó a una estrella (Carla Bruni) al palacio del Elíseo (en lugar de ocultar amantes e hija como François Mitterrand) y terminó en carne de revista.

Ya se sabe, se empieza dejándose fotografiar sudado y en chándal y se termina arrastrado en las encuestas. Pero éstos son signos externos. Sarkozy ha sido un presidente antielite, casi un marginado. Y eso no se lo han perdonado. Es el único presidente en más de medio siglo que no pasó por la Escuela Nacional de Administración (ENA), la fábrica de la crème de la crème de la política y clase empresarial francesas.

Sólo es un abogado en el Elíseo. Un picapleitos. Un parvenu, un burgués que se exhibe con ricachones y lleva en la muñeca un relojazo. De Gaulle tuvo que removerse en su tumba cuando Sarkozy cumplió con el ritual de visitar su sepultura en Colombey... Sin tomar nota de la austeridad de la casona del general. 

François Hollande sí viene de la ENA, como su ex esposa y anterior rival de Sarkozy, Ségolène Royal. En ese sentido, la victoria del socialista sería una restauración, una vuelta al orden.

Lo peor de ese aburguesamiento presidencial que ha supuesto el mandato de Sarkozy es que ha terminado cortejando el discurso antielite del Frente Nacional. Le Pen, padre e hija, conectaron con el pueblo, de ahí sus buenos resultados, centrando su discurso en esa idea. Denunciando a la clase política y sus corruptelas, esos parisinos multiculturales rendidos a la globalización y tolerantes con la emigración porque los emigrantes no viven en sus barrios pijos.

Es cierto que la derechización de Sarkozy en estas dos semanas es fruto de la necesidad que tiene de los votos lepenistas, pero interpretar la música que halaga esos oídos es más natural para alguien que no se siente miembro de ese club que tiene una cierta idea aristocráticaa (patrimonial) de Francia.

De Gaulle escribió un relato heroico (y por lo tanto, con cierta fabulación) de la Historia de Francia. Él mismo era el eslabón legítimo entre la Francia invadida por los nazis y la que consiguió unirse a las potencias vencedoras.

¿Vichy? Borrado. Sólo hubo la Francia de la Resistencia y, ejem, cuatro miserables colaboracionistas. Tuvo que ser Jacques Chirac en 1995 (¡más de 50 años después de los hechos!) quien admitiera la responsabilidad del Estado francés en las razias de judíos. Medio siglo para pedir perdón. Ni el General, ni Pompidou, ni Giscard, ni Mitterrand (claro, mandaba flores a la tumba de Pétain) fueron capaces.

El final de cierta idea de Francia no es sólo cuestión de estilo presidencial o la ruptura del cordón sanitario entorno al FN. Institucionalmente, el acortamiento del mandato presidencial de siete a cinco años supuso borrar una de las excepciones francesas. Concebido para situar al presidente por encima de los partidos, estos mismos se lo cargaron para evitar la cohabitación.

De hecho, Francia vive ahora bajo una doble elección. Presidencial, hoy. Parlamentaria, el mes que viene. Esto no se puede imputar obviamente a Sarkozy, es anterior a su mandato, pero sí el cambio de su política exterior.

El presidente actual deja a Francia integrada en la estructura militar de la OTAN y Hollande no va a variar eso. Sarkozy ha alineado a Francia con Estados Unidos como nadie antes. Adiós también a la Francáfrica, a las ínfulas de mediación en Oriente Próximo y a esa necesidad de tener voz propia en todo conflicto global. El presupuesto no da para más.

Grandeur la justa, dentro de los criterios de austeridad que impone Bruselas. O se debe decir Berlín.

Sarkozy no ha podido variar un ápice la política de rigor made in Germany. Se ha puesto a la altura de Angela Merkel porque lleva alzas. Y no me refiero a sus zapatos. Merkozy es las ideas de Merkel con el alegre Sarko de portavoz.

Hollande flirtea con la idea de imponer un giro a la política económica de Europa y Sarkozy fabula con la de restablecer fronteras. Ambos participan de una cierta idea de Europa en la que Francia lleva el timón de las ideas y Alemania la bolsa del dinero. Otra ensoñación cuando el inglés bate al francés en las instituciones comunitarias.

 Por eso. gane quien gane, es el final de "una cierta idea de Francia". De aquélla en la que sobreviven a duras penas el respaldo a la energía nuclear (garante de la independencia energética), la excepción cultural y algunas ínfulas mayestáticas.


NOTA : Ya sabemos que ha ganado el sociata. Le espera un París con una mayor multitud multicultural: cuenta con más de cinco millones de musulmanes y entre tres y cuatro millones de galos de origen africano. Todos franceses y con voto.

14 comentarios:

  1. Ganó Hollande por la mínima, pero ganó; me temo lo peor para Europa, y para Francia y de rechazo para España no creo que sea buena noticia.
    Quizá las cosas no se demadren precisamente por la posible victoria de la derecha que tenga mayoría en la Asamblea Nacional que obligara al socialista a cohabitar con la derecha; veremos que pasa....
    De todas formas yo admiro la madurez política de los franceses que ya han sabido cohabitar en otras ocasiones.
    ¿Se imaginan sus señorías un gobierno de cohabitación en Andalucía presidido por Arenas (que ganó las elecciones) y con el Parlamento andaluz con mayoría de izquierdas?

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. DON F. J. EUGENIO

      Tu pregunta sólo se puede responde con un NO. Lo que hacen los franceses en política quizá ni los suizos sean capaces de imitarlos.

      Estas elecciones demuestran una vez más lo lejos de nosotros que están los gabachos. Votan SIN SECTARISMOS, como consecuencia de cómo ha sido el último gobierno, no por siglas.

      Mi teoría es que ha finalizado la etapa que creó Charles De Gaulle, de una Francia con poderío mundial y que debe de estar en todos los foros de decisión de la política mundial. A eso lo llamó GRANDEUR y tal concepto ya no existe en la realidad porque lo real es el poderío económico de un país.

      Thatcher fue la última encarnación del poderío imperial británico y Sarkozy ha destruído definitivamente la Grandeur francesa.

      Eliminar
  2. Sinceramente, prefería a Sarko; no puedo definir exactamente el porqué, tal vez porque asocio Hollande a zapaterismo, a pesar de que seguramente la comparación es injusta.

    Por de pronto, los socialistas españoles ya baten palmas y hablan de "esperanza" europea. Conociendo al rebaño patrio, uno solo puede sentir pánico.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. SEÑOR OGRO
      Normal lo que dices pero Hollande es a Zapatitos como Einstein a Morritos Benidorm.

      Lo bueno que tiene el ciudadano francés es que nunca vota a siglas, a "los suyos", porque los suyos sólo lo son los que lo HACEN BIEN.

      Fíjate que diferencia con una Andalucia quebrada y saqueada y con montones de votos a sus autores.

      Tras estas elecciones en Francia cambian muchas cosas de fondo. En primer lugar el país como tal se RECOLOCA en donde debe de estar no donde creían que debian estar sus políticos : mandando en el Mundo. Y en segundo lugar la Merkel se queda sola para IMPONER, por lo que tendrá que bajar mucho sus humos de Europäische Gendarmerie.

      A mí me gustaba el sentido patriótico y de grandeza que imprimió De Gaulle a ese país, pero sus seguidores no han sabido estar a la altura, y el que menos el Sarko. Se ha comportado como una especie de "señorita Trini y su zamarra de cuero". Lo cual desagrada a los gabachos.

      Eliminar
  3. El tema es interesante, esta noche lo leeré otra vez con tranquilidad porque llevo prisa, qué rollo..
    Ciao.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. DOÑA CANDELA
      Vengo en querer expresar que para los franceses, en general, la Presidencia tiene un caracter semi-monásrquico en el sentido de algo distaante de la masa y más propio de élites. No les gusta a los gabachos que su Presidente sea un vulgar ciudadano más. Quizá sea nostalgia de tiempos en que tenian a un Luis XIV o a un Napo.

      Por todo ello, el Sarko les ha defraudado al comportarse como un gringo de Texas en Tifannys : con ínfulas de nuevo rico pero sin clase.

      El francés distingue perfectamente, y de manera clarísima, los modales y acciones de su Jefe de Estado de los de su Jefe de Gobierno. El Jefe de Gobierno está para la gobernación del país, y el Presidente está para dar lustre a La France.

      Eliminar
    2. No, si se entiende perfectamente, es que esta mañana iba sin tiempo y solo lo he podido leer por encima. Solo añadir que me encanta el sistema electoral francés y que Sarko, a pesar de todo, no ha sido un mal presidente, pero tampoco ha sido ese presidente que hubieran deseado los votantes conservadores.

      No solo en Francia, en Europa y en el Mundo en general, se echan de menos las "figuras", esos grandes hombres de Estado que salvaban a la política de su enorme mediocridad.

      Hollande, a pesar de haber salido de la ENA, lleva el mismo camino. Ha mentido porque no podrá mantener sus políticas y ha cedido, a última, hora al encanto de la derecha de Marine le Pen. No será la última vez que lo haga, ya lo veremos irse de camping con el taper.

      Eliminar
    3. DOÑA CANDELA
      Veo que has comprendido perfectamente mi intención de explicar lo que supone un presidente en La France. Y es como dices : un intento de tener un personaje importante a todos los niveles, como un Rey Sol, para tapar las mediocridades de políticos existentes en Francia y resto del Mundo.

      Y el Sarko, para esa élite conservadora, se ha comportado como un Pepiño cualquiera. Y no lo personan. Sólo les falta lo que tu indicas : que el Hollande ssea fotografiado en un camping comiendo de un taper.

      El gran problema de Europa ahora mismo, por causa de tanto chiquilicutre existente, es que vamos camino de ser gobernados por extremas derechas. Y no falta mucho para ello.

      Eliminar
  4. Sarko es mucho Sarko, pero le perdió la soberbia.

    No es en principio una buena noticia, pero ya se verá lo que puede hacer y le dejan, no creo que sea un sociata a la ibérica salvo en lo despilfarrador (es un elogio)

    Lo siento porque para un gabacho que me caía medio bien en siglos y para uno que nos sale medio decente hacia España, es pena.

    No os pase ná, franchutes

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. DOÑA MARIBELUCA

      Sarko está kaput ya para todo en política. Lástima que ha salido desacreditado como President. Hubiera sido un buen primer ministro, pero para el cargo que tenía no ha dado la talla.

      El Hollande no va a gobernar como lo hizo Sarko, y si le sale un un primer ministro de bando contrario, es decir conservador, lo tiene muy crudo para tratar de modificar las cosas tal como aquí lo hizo el Zapatitos.

      Eliminar
  5. Hace ya mucho que desmitifiqué a los gabachos y su historia. Historia buena pero no tanto. Lo que pasa es que saben vender bien los galos de Astérix y Obélix. Es posible que Hollande haga algo frente a la Merkel, pero no lo creo. Y si lo hace es por su interés propio no por hacernos un favor a los PIGS (cerdos) Portugal, Italia e Irlanda, Grecia y ... Celtiberia Show. Estas elecciones me han importado menos que un pimiento. Nada que ver con las de 1981 cuando ganó Mitterand.
    Saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. DON JUAN
      Lo analizas muy bien. Tampoco a mí me han importado un pepino esas elecciones. No es lo mismo el sistema gabacho que el sistema presidencialista yankee, en el que todo el poder se halla en el presidente.

      De los franceses me llama siempre la atención su tremendo complejo superado gracias a Napoleón.Complejo que provenía de la grandeza de España a partir de Fernando El Católico y hasta Felipe III incluído.

      Y a partir de ahí, de Napo, se sintieron tanto o más que los demás europeos. Y vino el gran De Gaulle ( para mí el más insigne estadista de toda la Historia de Francia por su cultura, elocuencia y patriotismo) y les convenció de que Francia es la número uno de Europa y una de las cuatro potencias mundiales.

      Por ello ese simbolismo cuasi-monárquico de la figura del Presidente, al que rodean de un fasto y boato como si fuera un rey del XVII. Y por el que sienten orgullo como representante de su Grandeur histórica (inventada por Don Charles).

      Eliminar
  6. Hummmm, creo que don Charles, en efecto, era el gran padre de la patrie: subido al carro de los aliados vencedores de 1945, padre de la V República a su medida, el tiburón, el dos Caballos, etc, etc. Sin embargo era un don nadie que se aprovechó de la guerra. Era un derechista semi extremo, pero, y aquí hay que decirlo, se sirvió de la derrota de Petain. Vio la ocasión de irse a Londres y formar la Francia Libre en el exilio. Francia no hizo gran cosa contra los nazis. Solo muy al final, hacia fines del 43. Hasta el viejo comunista Marchais y el mismo Mitterand se bajaron los calzones ante los nazis. Que no me vendan la moto los gabachos. Respecto a nosotros nos ayudan solo cuando les tocan las narices a ellos. No creo que si hacen frente a la Merkel sea por hacernos bien a nosotros. Lo de extraditar a los de ETA ha sido porque se les estaba subiendo IPARRETARRAK en su País Vasco francés. Igual que cuando Abd el Krim atacó Fez, entonces a colaborar con Primo de Rivera.
    Saludos de nuevo don Tella.

    ResponderEliminar
  7. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar