02 marzo 2010

El hombre que quería ser Don José

En todos los pueblos se le da o daba el tratamiento de "Don" al médico, al boticario, al párroco, al maestro y al cacique local.

Este, desde su infancia, juventud y madurez sólo ha tenido una ideología : la ser otro "señorito" al que llamaran "Don".

A un chico nacido en Palas de Rei (Lugo), hijo de peón caminero, no se le presuponen muchos "privilegios sociales". A primera vista, tampoco presenta unas "condiciones innatas" para el escenario político.

Una periodista de la corte de ZP dice que, nadie le gana a esfuerzo.Y que en su primer día como ministro de Fomento, el pasado abril, llamó a las 7.30 a su jefe de prensa, que todavía no había llegado al puesto. "¿Has visto lo que dice La voz de Galicia". El mensaje estaba claro: con él había que adelantar el despertador.

Muchos se reían de él cuando, con su cara de ratoncillo asustadizo, su oxidada mecánica de brazos y ese deje gallego que le hace zamparse las pes antes de consonante, dictaba el tempo de la oposición socialista. Sin titulación universitaria, con un carisma envuelto en celofán y más bien soso, las chanzas se resumían en un apodo de los medios conservadores que él nunca portó en Galicia: Pepiño.

Llegó al Gobierno hace 11 meses, sin apenas ruido. Parecía la chocolatina de consolación por su inquebrantable lealtad… y hete aquí que, en plena quiebra económica, con el Gobierno bajo cero en las encuestas y el timón monclovita dando bandazos, descolla en el Ejecutivo: como ministro de Fomento. Su poder crece por momentos, como su influencia política. Figura en los boletos de la sucesión.

Hay quien le ve ensoberbecido. Lo que todos se preguntan es cómo ha podido escalar Pepeño, cerebro gris del PSOE, la montaña del éxito.

Blanco sabía que nunca se llevaría a la rubia con un golpe de mirada. Conseguir su cita con el triunfo le ha costado 33 años dando la chapa política. Siguiendo al pie de la letra la teoría estajanovista, de joven era el que pegaba los carteles de madrugada. El que se iba a los pueblos perdidos de Galicia en las asambleas de domingo. Sus colaboradores siguen soportando jornadas maratonianas, a veces siete días por semana.

A sus 48 años, tras iniciarse políticamente en el instituto, metía una media de 14 horas diarias y seis días por semana, restando vacaciones. Pepiño lleva en política más de 120.000 horas.

José Clemente López Orozco, alcalde de Lugo, fue su profesor de Filosofía en el instituto Lucus Augusti.

-¿Era un estudiante con talento?

-Era de mucho trabajo. Muy voluntarioso. No sabe usted las horas que Blanco le echa a todo.

-¿Y con qué se relaja este hombre? En algún momento descansará.

-Pues... no se me ocurre.

Un compañero de gabinete lo define como alguien "más astuto que inteligente". Aunque no sea ni un visionario, ni un líder, Pepiño tiene el instinto político de los ratones tras el queso. Es su segundo ingrediente.

El último ejemplo lo dio hace unos días, al anunciar el recorte de altos cargos en empresas de Fomento. Alabanza general. O cuando crucificó públicamente a los controladores por sus sueldos "superiores a 370.000 euros". Un movimiento impecable. Se encabritan unos cientos de trabajadores. Aplauden 30 millones de potenciales votantes. Bingo.

Parece haberse aprendido el Breviario de los políticos escrito por el cardenal Mazarino (taimado diplomático italiano del siglo XVII, que llegó a regente de Francia), un manual sobre cómo alcanzar (y conservar) el poder sin remilgos: "Haz correr el falso rumor de que a los cabecillas de la sedición sólo les mueve un oculto poder personal".

Ese sentido de la fórmula le servía, cuando era jefe del PSOE, para zurrar a diario al PP con hallazgos como éste: "Aznar está decidido a contribuir a la obra literaria de su mujer, Ana Botella. Su gobierno es como Blancanieves y los siete enanitos. Si falta la princesa, todos huyen despavoridos. Nadie asume responsabilidades".

Dicen que, en aquella época, pedía continuamente consejo a Rubalcaba sobre la estrategia a seguir e incluso sobre sus declaraciones.

Ahora va por libre. Se ha emancipado. Incluso los hombres de confianza de Rubalcaba, ya se consideran hombres de Blanco, decía el otro día un sociata. Los suyos ya le ven de otro modo.

Cuando llegó al ministerio, Blanco sabía que toda España le percibía como el cizañero del PSOE y que debía mudar su imagen. Ajeno al guerracivilismo habitual en la política española, decidió multiplicar acuerdos con el PP.

Se reunió en primer lugar con Esperanza Aguirre que le alabó públicamente. Y cerró tratos con los presidentes de La Rioja, Murcia y Galicia.

Hasta consiguió sentar en rueda de prensa a Francisco Camps, presidente valenciano, en plena marejada trajeril por el caso Gürtel. Blanco dio la cara ante los periodistas por Camps. Esa noche recibía la llamada de éste: "Ministro, quiero agradecerle personalmente su comportamiento. No lo olvidaré".

No es el primero en sobreponerse al síndrome del político con fama de tonto. George W. Bush, Ronald Reagan, Jacques Chirac son otros ejemplos. Todos, por cierto, conservadores. Aunque éste se parece a los anteriores lo mismo que una mosca a un elefante.

La tercera clave que permite entender el ascenso de José Blanco es su habilidad para domar el gallinero socialista y poner a disposición de Zapatero una maquinaria fiel y en orden de batalla.

A decir del comunista italiano, Antonio Gramsci, todo partido político se caracteriza, en primer lugar por "un elemento difuso de hombres comunes, medios, cuya participación viene dada por la disciplina y la fidelidad, no por el espíritu creador. Sin ellos, el partido no existiría, pero también es verdad que sólo con ellos el partido tampoco existiría. Son una fuerza en la medida que alguien les centraliza, organiza, disciplina". Bueno, pues ese "alguien" es Pepiño.

De hecho, aunque el mando en plaza del PSOE pertenezca ahora a Leyre Pajín, "sin querer, y también queriendo, la debilita", porque sigue intentando controlar los resortes del partido.

Tras nueve años controlando los resortes de cada federación socialista y a la cabeza de uno de los pocos ministerios plenamente nacionales que quedan, Pepiño tiene espías en cada recoveco de España. Sabe qué está ocurriendo en cada lugar. Qué va a salir publicado. Quién está creciendo y quién no. Y esa información es valor.

Si algo aprecia Zapatero es su lealtad. Virtud canina. Es el primer presidente en democracia que cuenta con un fiel escudero. Ni Adolfo Suárez, ni Felipe González (Guerra fue útil pero incómodo), ni José María Aznar lo tuvieron.

Estos tres ingredientes (trabajo estajanovista, instinto mazarinesco y organización gramsciana) han convertido a Pepiño en don José. Por cierto, lo de "Pepiño" siempre le molestó. El ministro de Fomento lo interpretaba como una traducción de "tonto gallego". Y decía a los suyos que le molestaba sobre todo que lo de gallego acompañara a tonto.

O sea, ratoncito con complejos habemus.

Cuando Simancas perdió la Comunidad de Madrid por la espantada de los tránsfugas Tamayo y Sáez, muchos vieron a Pepiño como el culpable del desaguisado.

Cada vez son mayores los rumores sobre un posible ascenso a número dos, como reemplazo de Mary Tere en junio, tras la presidencia española de la UE.

En pasillos gubernamentales se cree que Don Pepiño va a por la vicepresidenta. En su propio Ministerio, de hecho, hay funcionarios que opinan que el titular de Fomento echó más mala baba sobre su polémica predecesora, La Maleny, para emerger ante la prensa.

Pero nunca, en sus 48 años de vida, ha trabajado fuera del Partido. No sabe lo que es ser un currante, a pesar de que su "doctrina política" es la defensa de los trabajadores.

En mi opinión hay gente que por mucho cargo o mucho dinero que consigan jamás llegan a ser "Don".

Tellagorri


10 comentarios:

  1. Don Pepiño carece de todas las cualidades para ser un gobernante, pero tiene la más preciada por su bien amado líder: la lealtad inquebrantable.
    Su bien más preciado es su capacidad para la supervivencia política. La astucia, que no la inteligencia, siempre han caracterizado a la izquierda. El saber disfrazar su afán de poder con buenas intenciones. Camuflaje, capacidad para confundirse con el paisaje, paciencia y objetivos concretos.
    Ya nos gustaría que otro gallego tuviera las ideas tan claras como Pepiño.

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  2. ¡arrenegado sea o demo Pepiño! ¡Deixa de tocar o carallo e vai dormir!

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  3. Tellagorri, si me permites aquí te dejo un post dedicado a D.Pepino en vinagre, de Abril del año pasado, muchas gracias. Abrazos

    PEPIÑO, GOBIERNO DE ESPAÑA

    En mi vida, muchas veces me he sentido indignada, pero es la primera vez que siento el entusiasmo de criticar y denunciar a los políticos/as, una dictadura encubierta a la que nos someten.

    ZP no se va de vacaciones a Doñana, ¡tiene que trabajar!, es que no tenía que haber venido nunca a relajarse a Andalucía, para mí es una persona que nunca se las mereció. Que se relaje en el País Vasco o se pague sus propias vacaciones.

    Chaves con "S de Sevilla", ha dejado en Andalucía la misma cantidad de desempleados/as , como en su etapa de ministrillo de trabajo con FG. Veinte años gobernando Andalucía, ¿para quién?, para el Partido del puño y la rosa, corrupción.

    Tenemos una sociedad desinformada, drogada, manipulada, borrega e inculta por asumir como normal el nombramiento al pepino en vinagre, sí, me niego a llamarlo José o Pepe, ni siquiera Pepiño.

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  4. SNOWMAN

    El renegado Pepiño no va a dejar de tocarnos el culo ni se va a ir a dormir. Imagínatelo como sucesor del demente Calígula, y se habrá cuadrado el círculo.

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  5. ASPIRANTE

    Mientras tenga esas cualidades que citas de "paciencia y objetivos concretos", nos va a resultar ser el sucesor del demente actual, y no sé qué será peor, porque éste tiene una pinta de resentido que es imposible de disimular.

    Esa lealtad inquebrantable es sinónimo de VIRTUD CANINA, los perros son así.

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  6. PASION

    Los hay que aunque se suban a una nave espacial o lleguen a ser presidentes de gobierno, nunca lograrán ser tratados como DON.

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  7. Pepiño es de los que vivirán siempre de la política. Es el típico compañero pesado de curso, que aunque torpe es de una tenacidad que asusta, que le hace llegar a donde quiere por aburrimiento del personal.
    Saludos

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  8. Hola Tellagorri.
    Yo, muy al contrario de los comentaristas anteriores, no voy a criticar a José Blanco. Mucho se le ha criticado, definido, descrito...,además con mucho acierto, así que para qué repetirnos más. Todos conocemos sus limitaciones intelectuales y su astucia de zorro viejo.
    Voy a criticar a todos los periodistas, políticos y demás gentío que han pasado de llamarlo Pepiño a llamarlo D. José.

    Qué maleables, qué cambiantes, qué ilusos, con qué poca cosa se convencen.
    A temblar me echo con sólo pensar que éste es el mejor sociata preparado para tomar el relevo, y no digamos para gobernar.

    Besos.

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  9. CABALLERO ZP

    Parece que conoces a tu paisano y coincide con la información que he leído sobre su cabezonería. Te creo que alcance puestos altos a base de astucia y de aburrir hasta a las ovejas.

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  10. ELENA

    Como es habitual en tí domina el sentido común y el raciocinio al analizar una información.

    Efectivamente es llamativo lo SERVILde esos periodistas que lo bautizaron como Pepiño y ahora lo llaman Don José.

    Y aún es más llamativo, como apuntas, que éste sea el que suceda al demente porque entonces ya podemos olvidarnos de los artículos de la Constitución que hablan de Libertades.

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