30 octubre 2009

Aburrida disgresión sobre ricos y mangantes

A causa de las circunstancias en las que la encuentran, los niños tienden a no entender la riqueza. La confunden con el dinero.
De hecho, la riqueza no es el dinero. El dinero es sólo una forma cómoda de cambiar una forma de riqueza por otra. La riqueza es lo que hay por debajo, los bienes y servicios que compramos.

Cuando viajamos de un país rico a uno pobre, no tenemos que mirar las cuentas bancarias de la gente para darnos cuenta de qué nivel de riqueza tienen. Podemos ver la riqueza: en edificios y calles, en las ropas y la salud de la gente.

¿De dónde viene la riqueza? La hace la gente, dice un economista.

Aunque pocos de nosotros creamos riqueza directamente por nuestros propios medios. Principalmente creamos riqueza para otras personas a cambio de dinero, que posteriormente intercambiamos por las formas de riqueza que deseamos.



sentado con blusa


Se nos paga por hacer algo que quiere la gente y generalmente quienes hacen más dinero son sencillamente mejores haciendo las cosas que quiere la gente.
Hacer lo que quiere la gente no es la única forma de obtener dinero, por supuesto.

También podemos robar bancos, o pedir sobornos, o dedicarse a la política. Esos trucos generan algo de la variación en la riqueza y así es como se formaron algunas de las mayores fortunas individuales, pero no son la causa principal de la variedad de ingresos.

En Estados Unidos, el presidente de una gran empresa gana alrededor de 100 veces más que el ciudadano medio. Los jugadores de futbol ganan alrededor de 128 veces más y los de béisbol unas 72 veces más. Los moralistas citan este tipo de estadísticas con horror. Pero yo no veo problemas en imaginar que una persona pueda ser 100 veces más productiva que otra.

"¿Realmente valen tanto como 100 de nosotros?", preguntan los  del gentío. Depende de lo que queramos decir por "valen". Si decimos "valen" en el sentido de lo que la gente llegaría a pagar por sus habilidades, la respuesta aparentemente es sí.

Puede parecer raro en principio que un individuo pueda realmente generar mucha más riqueza que otro. La clave de este misterio es revisar la cuestión, ¿realmente valen tanto como 100 de nosotros? ¿Cambiaría un equipo de futbol galáctico  a uno de sus jugadores por 100 personas al azar?.



aldea


Cuando decimos que un trabajo está demasiado bien pagado y otro demasiado mal pagado, ¿qué estamos realmente diciendo? En un mercado libre, los precios se determinan por lo que desean los compradores.

A la gente le gusta más el futbol que la poesía, así que los jugadores de baloncesto ganan más dinero que los poetas. Decir que un cierto tipo de trabajo está mal pagado es lo mismo que decir que la gente quiere las cosas equivocadas. Podría ser. Pero es lo que hay.

Es lamentable que la gente prefiera los reality shows y los perritos calientes a Shakespeare y la verdura al vapor pero, ¿injusto? Es como decir que el azul es pesado o que arriba es circular.

Cuando hablemos de "distribución desigual de los ingresos", deberíamos a la vez preguntarnos de dónde vienen esos ingresos.

¿Quién crea la riqueza que representan? Como resulta que el ingreso varía simplemente de acuerdo con cuánta riqueza crea la gente, la distribución puede ser desigual, pero difícilmente será injusta.


La segunda razón por la que tendemos a encontrar alarmantes las grandes disparidades en riqueza es que durante la mayor parte de la historia de la humanidad la forma usual de acumular fortuna fue robarla: en las sociedades pastoriles como cuatreros, en las agrícolas apropiándose de las tierras de otros en tiempos de guerra e imponiéndoles impuestos en tiempos de paz.

En los 1530, cuando Enrique VIII distribuyó las propiedades de los monasterios entre sus seguidores, era un acto principalmente político. Pero el principio era el mismo. De hecho, el mismo principio está operando ahora mismo en Zimbabwe. Los que se imponen a otros se reparten los de los otros, tanto en tiempos feudales como ahora con socialistas gobernando en los países.

En sociedades más organizadas, como China, el soberano y sus funcionarios empleaban los impuestos en lugar de la confiscación. Pero también aquí vemos el mismo principio: la manera de hacerse rico no es crear riqueza, sino servir a un soberano suficientemente poderoso como para apoderarse del reparto. (Modelo ZP en España)

Eso empezó a cambiar en Europa con el surgimiento de la clase media. Ahora pensamos en la clase media como aquellos que no son ni ricos ni pobres, pero originalmente fueron un grupo distinto. En una sociedad feudal sólo había dos clases: una aristocracia guerrera y los siervos que trabajaban en sus dominios. La clase media era un tercer grupo nuevo que vivía en las ciudades y sobrevivían por sí mismos por la manufactura y el comercio.




Mandolina


Toda la riqueza que creaba un siervo pertenecía a su amo. No tenía mucho sentido crear más de lo que se podía ocultar. Por el contrario, la independencia de los villanos les permitía quedarse con toda la riqueza que creaban con sus trabajos artesanales.

Una vez que fue posible hacerse rico creando riqueza, la sociedad en general empezó a hacerse más rica muy rápidamente. Casi todo lo que tenemos lo creó la clase media.

La Inglaterra del siglo XVII se parecía mucho al Tercer Mundo de hoy, en el sentido que un puesto en el gobierno era un camino reconocido hacia la riqueza. Las grandes fortunas de ese tiempo aún dependían más de lo que podríamos calificar como corrupción que obtenidas del comercio y el trabajo personal.

La tecnología ha hecho posible crear riqueza más rápidamente de lo que podía robarse. El prototipo de rico en el siglo XIX no era un cortesano, sino un industrial.

"Detrás de cada gran fortuna, hay un crimen", escribió Balzac. Lo que realmente dijo es que una gran fortuna sin causa aparente se debe probablemente a un crimen tan bien ejecutado que ha sido olvidado. Si estamos hablando sobre la Europa del año 1000 o la mayoría del Tercer Mundo de hoy, la frase sería exacta. Pero Balzac vivió en la Francia del siglo XIX, donde estaba produciéndose la revolución industrial desde hacía tiempo. Él sabía que podíamos hacer una fortuna sin robarla. Después de todo, lo hizo él siendo un novelista popular.

Sólo unos pocos países (y no es coincidencia que sean los más ricos) han alcanzado esta etapa.

En la mayoría, la corrupción sigue estando a la orden del día. En la mayoría, la manera más rápida de obtener riqueza es robarla. Así que cuando vemos que aumentan las diferencias de ingresos en un país rico hay una tendencia a preocuparse porque esté marchando hacia atrás para convertirse en otra Venezuela, o en la España de ZP.



guitarrista

¿Incrementará la tecnología la diferencia entre ricos y pobres? Sin duda incrementará la diferencia entre productivos e improductivos. En realidad, para eso es la tecnología. Con un tractor un granjero con energías puedes arar seis veces más terreno diariamente de lo que podía hacerlo con caballos. Pero sólo si llega a dominar un nuevo tipo de agricultura.

Hace cien años los ricos llevaban un tipo de vida diferente del de la gente normal. Vivían en casas llenas de sirvientes, vestían incómodas y elaboradas prendas y viajaban en carruajes tirados por caballos que necesitaban sus propios establos y sirvientes. Hoy día, gracias a la tecnología, la vida de los ricos se parece más a la de la gente normal o no rica.

Los coches son un buen ejemplo de por qué. Es posible comprar coches caros fabricados a mano, que cuestan cientos de miles de dólares o euros. Pero no tiene mucho sentido hacerlo. Las empresas ganan más dinero fabricando un gran número de coches normales que un pequeño número de coches caros. Así que una empresa que fabrica un coche producido en masa puede permitirse gastar mucho más en diseño. Si compramos un coche hecho a medida, siempre habrá algo que no funcione. Comprar uno hoy día sólo tiene sentido para demostrar que podemos hacerlo.

O consideremos los relojes. Hace cincuenta años, gastar un montón de dinero en un reloj suponía obtener un mejor rendimiento. Cuando los relojes se movían mecánicamente, los relojes caros marcaban más precisamente la hora. Ya no. Desde el descubrimiento de la vibración del cuarzo, un Timex normal es más preciso que un Patek Philippe que cuesta cientos de miles de euros. De hecho, al igual que los coches caros, si decidimos gastar un montón de dinero en un reloj, tenemos que soportar algunos inconvenientes por ello: además de tener menor precisión horaria, los relojes mecánicos se averían.



Busto mujer


En 1900 si alguien tenía un carruaje nadie le preguntaba de qué año era el modelo. Si tenía uno, es que era rico. Si no era rico, tomaba el ómnibus o caminaba. Hoy día incluso los europeos más pobres conducen coches y sólo porque estamos muy bien entrenados por la publicidad podemos llegar a reconocer los que son especialmente caros.

Lo mismo ha pasado en todas las industrias. Si hay suficiente demanda de algo, la tecnología lo hará suficientemente barato como para venderlo en grandes cantidades y las versiones producidas en masa serán, si no mejores, al menos más prácticas. Y no hay nada que les guste más a los ricos que lo práctico.

Los ricos de hoy conducen los mismos coches, visten las mismas ropas, tienen el mismo tipo de muebles y comen lo mismo que el resto de las personas no ricas. Sus casas están en barrios diferentes, o si están en el mismo barrio son de diferente tamaño, pero dentro de ellas la vida es similar. Las casas se edifican empleando las mismas técnicas de construcción y contienen casi los mismos objetos. No es práctico hacer algo caro y a la medida.

Asimismo, los ricos gastan su tiempo como el resto de la gente. Hoy día, la mayoría de la gente suficientemente rica como para no trabajar, lo sigue haciendo de todas formas. No es sólo la presión social: la inactividad es solitaria y desmoralizante.

Tampoco tenemos las distinciones sociales que había hace cien años. Las novelas y manuales de etiqueta de ese periodo hoy parecen descripciones de una extraña sociedad tribal. Se esperaba que una mujer que se casara con un hombre rico olvidara a las amigas que no lo hacían.

Material y socialmente, la tecnología parece estar disminuyendo la diferencia entre ricos y pobres, no aumentándola. Si Lenin se paseara por las oficinas de una empresa como Toyota o o Intel o Seat, pensaría que el comunismo había triunfado. Todos vestirían la misma ropa, tendrían el mismo tipo de oficina (o de cubículo) con los mismos muebles y se tutearían usando sus nombres, en lugar de sus títulos. Todo sería tal como había predicho, hasta que mirara sus cuentas bancarias.


A menudo oímos que se critica una política tecnológica basándose en que incrementaría la diferencia de ingresos entre ricos y pobres.

De hecho, puede incluso ser falso en democracias industriales. En una sociedad de siervos y caudillos indudablemente una variación en los ingresos es una señal de un problema subyacente. Pero la servidumbre no es la única causa de variación en los ingresos. Un piloto de un 747 no gana 40 veces lo que una persona encargada de facturación. Aunque sus habilidades son mucho más valiosas.



Perfil


Si suprimimos la variaciones en ingresos, ya sea robando las fortunas privadas, como solían hacer los señores feudales, o por vía impositiva, como han hecho algunos gobiernos modernos, los resultados siempre parecen ser los mismos. La sociedad en su conjunto se empobrece.

Necesitamos gente rica en nuestra sociedad, no tanto porque al gastar su dinero creen puestos de trabajo, sino por lo que tienen que hacer para hacerse ricos. No digo que si dejamos que Henry Ford se haga rico nos vaya a contratar como camarero en su próxima fiesta. Lo que digo es que nos fabricará un tractor para reemplazar a nuestro caballo.

Tellagorri



Renee


6 comentarios:

  1. ¡Madre mía, qué bien te explicas!
    De ahora en adelante, cuando quiera explicar a alguien lo que es el Liberalismo y por qué me posiciono a favor, y siempre con tu permiso, tomaré prestadas tus palabras.

    Creo que los países subdesarrollados no necesitan "ayudas económicas" de los gobiernos de los "países ricos", necesitan que se abran fronteras y aduanas al libre mercado.
    Está palpable y a la vista de todos, que allí donde hay una política de libre mercado, hay riqueza. Y donde ha predominado un sistema político socialista, lo único que ha habido para repartir ha sido pobreza y miseria.

    En política y economía éste es mi grito de guerra:
    MERCADO Y LIBERTAD.

    Un beso y gracias por enseñarme tanto.

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  2. A muchos se les llena la boca (Zp entre ellos) con la redistribución de la riqueza entre todos los países, pero es que eso no interesa, siempre habrá ricos,poderosos y pobres, los sindicatos por ejemplo se llenan la boca "defendiendo" a la clase trabajadora, cuando esta despareció hace ya muchos años. Ahora se pasa de la clase media a la pobre, y todos disponemos de lujos como los ricos, Home Cinema, ordenadores, coches...

    Pero muchos aun quieren que sea el Estado quien los amamante y no el sector privado, donde deberíamos estar todo generando riqueza.

    Siempre aprendo en tu casa Javier, no tiene precio todo lo que nos regalas.

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  3. Magnifico.

    Pero aquí topamos con los de siempre, los borregos, que se rasgan las vestiduras por lo que ganan los "ricos", quienes en lugar de ser un ejemplo de superación y esfuerzo para para llegar allí (es mejor la subvención) lo ven como un simple explotador y los meten en el mismo saco que los "ricos" autóctonos, casi todos a la sombra de la política y los negocios inmobiliarios.

    Esos mismos que dentro de poco empezarán a criticar a los jugadores de fútbol por lo que cobran pero que no harán nada aunque estén en el paro y el país se desmorone a pasos agigantados.

    Algo tan sencillo como diferenciar valor de precio, así de sencillo, es evidente que un diamante y una botella de agua no cuestan lo mismo pero que le pregunten a uno que se pierde en el desierto que tiene más valor para él en ese momento.

    Pues aquí igual, confunden churras con merinas, pero no vamos a sorprendernos ya por esto ¿no?

    Y termino con Churchill... "... el liberalismo lucha por acabar con la pobreza, el socialismo lucha por acabar con la riqueza..."

    adenda-es la única cita que me sé y la meto a la menor ocasión que tengo

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  4. DOÑA ELENA

    Menos mal. Creí que no os iba a gustar este rollo cirineo porque es bastante árido.
    Con una frase has resumido todo lo que yo queía decir =

    allí donde hay una política de libre mercado, hay riqueza. Y donde ha predominado un sistema político socialista, lo único que ha habido para repartir ha sido pobreza y miseria.

    JAVIER POL
    Cierto. Las clases, como tales, han desaparecido porque, además, los ricos trabajan tanto o más que los operarios a su cuenta.

    La cuestión es la que planteas : que un gran grupo quiere vivir así, a lo capitalista pero bajo SUBVENCIÓN ESTATAL, para no dar golpe. Lo cual es tan chorizo como atracar un bamco. Y esos son siempre los políticos y los sindicatos.
    Pues, que se se vayan a China o a Corea a cobrar del Estado pero con todas las consecuencia de calidad de vida y de trabajo.

    ISRA
    No presumas de modesto. La frase de Churchill es una realidad evidente hasta para los ciegos = Churchill... "... el liberalismo lucha por acabar con la pobreza, el socialismo lucha por acabar con la riqueza..."

    En tu frase se traduce lo que el gentío no termina de entender =
    Algo tan sencillo como diferenciar valor de precio, así de sencillo, es evidente que un diamante y una botella de agua no cuestan lo mismo pero que le pregunten a uno que se pierde en el desierto que tiene más valor para él en ese momento.

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  5. TELLAGORRI, voy a tener que dejar de adularte, tantas gracias, abrazos y besos, je,je, pero yo no lo puedo remediar soy muy cariñosa y cuando aprendo de personas que están el mundo no en las nubes, ahí ya es que me pierdo de cariños.

    Aquí en Sevilla tenemos que aguantar a los sindicalistos/as que van por las calles dándonos el coñazo, que no han trabajado en toda su vida, demostrado, pidiendo en plena crisis subidas de salarios, por supuesto a las empresas grandes que reciben subvenciones del Estado a los desempleados que nos den por donde más amargan los pepinos, son unos/as caras duras que tienen un montón de edificios llenos de chupatintas y el retrato para que lo recordemos bien de Pablo Iglesias, que triste y penoso, están cerrando miles de empresas en la Capital y en la provincia y sólo salen a la calle a jodernos con los atascos a los que SI vamos a TRABAJAR.

    Creo en el liberalismo, en España es muy difícil ser liberal, en Andalucía imposible, confunden ser liberal con libertino/a.

    Y por supuesto en la clase media, sin ella no hay riquezas, estoy a favor de dar subvenciones a los que "realmente lo necesiten", pero esto es como si te dieran siempre bocadillos de mortadela, así nunca podrás ir a comer a un restaurante.

    El dinero ganado donde mejor está es en nuestros monederos, lo demás son cuentos para que unos trincones y vividores que nunca han trabajado se lo lleven por sus caras "bonitas". Saludos guapo.

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  6. Por poco me dejo atrás esta interesante entrada, por falta de tiempo en los últimos días. Hubiera sido una pena, pues es interesantísima.

    ¡Cuánta razón tienes!
    Así vemos algunos países subdesarrollados con fortunas inmensas en manos de unos pocos y con inmenso potencial económico por explotar, mientras el pueblo permanece sumergido económica, cultural y hasta sanitariamente.

    Curiosamente, esos gobiernos son los que promulgan el socialismo y el reparto igualitario de riqueza, pero la realidad es bien distinta.

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