17 septiembre 2009

A lo que denominan "Socialismo solidario"

Resulta difícil creer que un Gobierno que practica una política económica intervencionista en todos los órdenes y unas organizaciones sindicales que interfieren continuamente en el mercado de trabajo con el objetivo de reforzar su poder como grupos de presión (junto a una patronal que consigue jugosas subvenciones y un Partido Popular que, sorprendentemente, ha votado a favor de la reforma) vayan a resolver un problema aplicando un galimatías de nuevas regulaciones, que se añaden a otras muchas aprobadas en las tres anteriores reformas laborales.

El resultado es un mercado de trabajo de los más complejos e intervenidos y de los menos flexibles del mundo.

Sobre el cuándo, el dónde y el por qué se genera empleo temporal existen unos falsos tópicos, propiciados por una machacona propaganda socialista y sindical que hacen creer que este fenómeno es consecuencia de mercados laborales desregularizados y de unos empresarios avariciosos que buscan beneficios a muy corto plazo.

Basta recordar las críticas que reiteradamente se hacían desde la izquierda a la fuerte creación de empleo registrada en España a finales de los 90.

Se calcula que en 1982, cuando el PSOE gana las elecciones, alrededor del 10% de la población ocupada tenía contratos temporales. En sólo cinco años la situación dio un vuelco espectacular, y cuando en 1987 se realiza por primera vez la Encuesta de Población Activa (EPA) la temporalidad alcanza ya el 17,8%, casi el doble que en Europa.

La libertad de contratación temporal está tan extendida en Estados Unidos que es, por ejemplo, habitual no poder comer en un restaurante de ese país si previamente no se ha reservado mesa, ya que la empresa solamente contrata los camareros necesarios para atender a los clientes esperados. Aun así, el empleo temporal es prácticamente inexistente en relación con el conjunto de la población fija ocupada, y tiene, además, una naturaleza bien distinta del que se registra en los mercados laborales muy rígidos, como el de España.

Piensan los socialistas que el trabajador tiene que ser protegido, y sus retribuciones reguladas mediante leyes y negociaciones colectivas, porque en caso contrario su nivel de vida y sus condiciones de trabajo tienden a empeorar.

No entienden que cuanto menor sea el grado de interferencia política en la actividad económica más tiende el salario a igualarse con la contribución del trabajador al aumento y utilidad del producto o servicio por él generado.

Sin contener ni una sola medida que flexibilice nuestro mercado laboral, se centra la mentalidad zapaterina en aumentar el gasto público para estimular con subvenciones la contratación indefinida de determinados colectivos y la conversión de contratos temporales en fijos.

Con todo esto, hasta los obtusos como el suscribiente en materia de teorizaciones económicas, entienden que cuanto mayor sea la normativa interventora del Estado menor será la afición de todo empresario (pequeño o grande, barero o factoría) a contratar empleados de cualquier clase porque no saben si podrán cubrir gastos y sobrevivir.
Y aumentará el desempleo.
Entonces, los sociatas recurren a dar subvenciones y a aumentar el número de funcionarios que no se necesitan para nada.
Y aumenta aún más el Gasto Público. Y con ello, los impuestos se incrementan. Y todos iguales en la miseria.

A eso le llaman SOCIALISMO SOLIDARIO.

Pues, bueno, si esto es así, cambio el bonito "socialismo solidario" por el feo método de tener el "nefasto e insolidario" sistema del "bienestar capitalista". El que utilizan para vivir los titiriteros "comunistas" de España.

Tellagorri




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4 comentarios:

  1. Tellagorri, en este país siempre andamos con el paso cambiado; yo por ejemplo que llevo en el paro más de una año, si quisiera montar una empresa, digamos... un bar (que hay pocos en España), pues me voy al INEM y a parte de hacerle un favor a ZP, a continuación es darme de alta como autonomo y a partir de ahi...

    PAGAR, PAGAR Y PAGAR más impuestos, y a los seis meses o antes como la clientela, no puede ni gastarse ni un euro en un cafe, pues cierro, pero el Estado que protege al trabajador, el Estado que defiende al proletariado, ese ha cobrado, y no te digo si se me ocurre por ejemplo poner a mi mujer como empleada. Eso es el negocio de los defensores del trabajador.


    Un lider sindical en Fuerteventura (CC.OO. para más señas), me comento que a un sindicato no le interesa defender a un trabajador de una pequeña empresa, le interesa ir por los grandes (Corte Ingles, ACS, Carrefour) por que a base de presiones y chantajes, consiguen dinero bajo cuerda y más afiliados para las subvenciones zapateriles. La autentica realidad del socialismo solidario como tu bien dices.

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  2. Aparte de todo lo que comentas, muchas empresas tienen la psicótica dinámica de rechazar a gente que después de un numero considerable de años en una empresa decide cambiar de trabajo por considerar que "si lo han echado es por algo". Ni siquiera se plantean pensar que tal vez esa persona es el ser flexible y dinámico (dos de las coletillas más típicas de cualquier oferta de empleo: desde recogepelotas a directivo). Y luego están los que llevan experiencia en varias empresas en relativamente poco tiempo y que también rechazan por "culo de mal asiento"...

    Nunca entenderé por qué son tan inquisidores a la hora de preguntar por qué se cambia de trabajo, sobre todo si se cambia de ciudad... Total si luego van buscando un autónomo para no tener que pagarle la Seguridad Social.

    Y luego... las motivaciones y expectativas dentro de la empresa, una especie de juramento de lealtad de por vida pero de seis meses (prorrogables) de duración.

    Y ya para terminar, como dice Javier Pol, las inmensas cargas que el Estado hace caer sobre los autónomos, que a pesar de la proliferación de los "falsos autónomos" y de "obreros autónomos" los sigue considerando como los malvados empresarios que oprimen a un proletariado que ya no anhela casa y comida, no, sino que sus expectativas son alta tecnología, coches y viajes avalados por empresas de crédito rápido (así al menos era antes de la crisis, supongo que ahora tendremos un "reajuste" de estratos económicos, por no decir clases sociales que suena muy "facha", otra coletilla...).

    Un saludo

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  3. JAVIER y PABLO

    Habeís completado de forma inmejorable el contenido de mi escrito denunciando el sistema sociata.

    Solamente beneficia a los sindicalistos y a los funcionarios destinados a tramitar el paro.

    Como bien decís, si decides montarte un pequeñito negocio propio, te lo hunden con impuestos y seguros de autónomos.

    Y ni se te ocurre contratar a nadie aunque tengas que trabajar 14 horas diarias.

    El gran empresariado aún no ha entendido que los trabajadores que se mueven mucho de empleo y ciudad aportan más experiencia a la empresa.
    En USA es normal que la gente cambie en muchas millas de distancia y cada dos años de trabajo y lugar.

    Por todo eso, la juventud aspira a ser FUNCIONARIO. Y si entremedio se espabila y se mete de afiliado enredador trepa en un Partido político, se garantizará un puesto excelentemente remunerado y sin dar golpe.

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  4. Gracias Javí,por tu comentario en mi blog.
    Reconozco que he tenido que dejar muchos desmanes sin reseñar de esa colipoterra y mucha tinta en el tintero. Pero ya sabes que en YouTube sólo te permiten 10 minutos de vídeo y para relatar los fiascos de la tal rabiza se necesitarían muchas horas de grabación.

    De todas formas, mis cámaras pueden grabar 4 horas sin repostar, y el día que me dé la vena me líe la manta a la cabeza les fundo el disco duro rodando un largometraje estilo Cecil B. de Mille, con guión basado en la golfería política, para luego alojarlo en YouTube y servirlo por entregas.

    ¡Coño, tengo hasta el título:
    GOLFUS DI HISPANIA ...así, en plan macarra para no desentonar.

    Un abrazo.

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