22 noviembre 2017

Savater en liza


Fernando Savater (San Sebastián, 1947) no quiere callarse (no lo ha hecho nunca)  y por eso ha decidido publicar 'Contra el separatismo' (Ariel, 2017), un "panfleto" (así advierte él mismo en el prólogo) que tiene como objetivo señalar las vergüenzas de los separatistas (catalanes y en general), sí, pero también de los intelectuales "abstencionistas", de los medios de comunicación cómplices, de la "izquierda lerda", de los pacifistas que piden diálogo y de un Gobierno que no actuó "con la contundencia debida cuando empezaron los desacatos". Café para todos no, pero sí galletas. A mano abierta.

Dice Savater que la "marca nacionalizante" del separatismo catalán "no es otra que el odio a España y a todo lo que suene a español". Que hay siete razones (al menos) por las que hay que combatir el secesionismo: por ser "antidemocrático", "retrógrado", "antisocial", "dañino para la economía", "desestabilizador", creador de "amargura y frustración" y de "un peligroso precedente".

P. Según usted, en Cataluña se ha pasado de un nacionalismo leve y hasta simpático a un separatismo agresivo. ¿Cuándo cree que sucedió esa transformación? ¿Por qué?
R. Se dice que a partir de la Diada de 2012 es cuando las cosas empezaron a ponerse realmente feas, pero en fin. Respecto al porqué, yo creo que entre las causas nacionalistas que han utilizado para hacer la poción mágica del separatismo ha habido una labor de corrupción por vía de la educación. 
Uno de los problemas de los sistemas nacionalistas (pasó también en el País Vasco) es que los nacionalistas más templados, que van buscando ventajas económicas, se quedan con los puestos importantes en, por ejemplo, las diputaciones, y dejan la educación en manos de los radicales. Entonces, eso hace que se radicalice cada vez más la situación. En Cataluña ha pasado eso: los que han ido agravando las cosas son los que han tenido en sus manos a los jóvenes. Porque en el fondo los están utilizando como carne de cañón. Lanzan a los jóvenes, que no han vivido otra cosa, que consideran que viven en una esclavitud perpetua, a las calles y ¡a ver qué pasa!

Con el señor que te dice "es que Cataluña es una colonia", ¿qué diálogo cabe? Cabe decirle, "bien, váyase usted a la escuela y luego vuelva y ya discutimos", porque no vamos a hablar en serio de que Cataluña es una colonia. Es que no tiene pies ni cabeza.

P. ¿Siente que, en general, la 'intelectualidad' se ha puesto de perfil?
R. Se ha puesto un poco mucho de perfil. Ya lo había hecho con el País Vasco. Y eso que había muertos. Estaban de perfil cuando no en posturas mucho peores. Yo siempre he dicho que era por miedo a disgustar. 

M. Medina




10 comentarios:

  1. Honesto y valiente, siempre perseguido por los etarras, y dando la cara en toda ocasión.

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  2. Salvo honrosas excepciones, con muchísimo periodistas y escritores vascos exiliados, la intelectualidad y titiriteros jamás condenaron los asesinatos etarras, y parecía que estaban de acuerdo con los separatistas.

    Lo que dice Savater es absolutamente cierto.

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    1. DON PEDRO
      En todo ese mundo académico de catedráticos y escritores de ensayos filosóficos ha habido y hay una tendencia a NO mojarse en temas de estos, aún cuando los etarras imponian sus normas en la Universidad vasca, y ahora los independentistas en Cataluña.

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  3. Está ahora sucediendo en Cataluña, incubado desde el pujolismo, lo mismo que ya sufrimos en Vasconia entre los años 1970 y 2.000. En lo social, en las discriminaciones por ideología, en el adoctrinamiento de los medios y de los colegios, en lo laboral, etc., etc.

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    1. DON MARTÍN
      Son sociedades, tanto la vasca de los años que citas como la actual catalana, en las que se impone la discriminación social y laboral a todo el que no de pensamiento único.

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  4. Entre la ideología y prácticas de Musolini y las de estos nacionalistas no existe la menor diferencia. Son una copia de los fascistas camisas negras.Y azules.

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    1. DON ANTONIO
      Cierto. Siguen siendo una copia de los fascistas de principios de siglo XX.

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  5. Esa es la clave de la postura de algunos intelectuales, el no molestar, no salirse del tiesto por miedo a ser señalados y quedarse fuera del sistema que dominan estos matones de la intolerancia.

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    1. DON TRECCE
      Tal cual. Intelectuales que desean pasar desapercibidos con lo que desvirtuan totalmente la esencia de la intelectualidad.

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