Bélgica

Bélgica, uno de los países más insulsos que conozco. Lo he pisado una sola vez, mucho antes de que se convirtiera en capital de Eurabia, y a poco de llegar ya tenía ganas de marcharme. Debí maliciármelo. Estaba avisado.
Había leído tiempo atrás el panfleto ¡Pobre Bélgica!, de Baudelaire, que pasó en Bruselas los dos últimos años de su vida y se despachó a gusto, sátira en ristre, sobre los usos y costumbres del país.

¿Amberes? ¿Ostende? Psch... Ciudades como ésas las hay a patadas en Europa. ¿Brujas? Un parque temático para que los turistas se rasquen los bolsillos comprando encajes.

Si España hiciese lo que debería hacer pero no hará, no perderíamos gran cosa. Que un país de picapleitos medio nazis se pase por el forro de los tiquismiquis garantistas la petición de extraditar a los autores de un flagrante golpe de Estado es motivo más que suficiente para expulsar a su embajador y traernos al nuestro.
Supongo que las normas vigentes en ese harinoso obrador de blandiblú que es la Unión Europea no permiten tamaña manifestación.
Razón llevaba Baudelaire, pues abyección es conceder asilo a fantoches emasculados como Puigdemont y sus compinches.

S. DRAGÓ

ADENDA.
Al menos 22 policías han resultado heridos durante los disturbios registrados en la noche del sábado al domingo en Bruselas durante las celebraciones por la clasificación de la selección de Marruecos para el Mundial de fútbol.Fueron incendiados dos coches y se rompieron los escaparates de algunos comercios, que fueron saqueados. Los agentes respondieron con cargas policiales, se utilizó un cañón de agua en dos ocasiones e intervino la Policía Federal hasta que finalmente se restableció la calma.
¿Expulsarán del país a esos POLICIAS por usar la violencia contra los tumultuarios?