30 abril 2015

Suiza, felices y amuermados

Según un estudio internacional publicado esta semana en Nueva York, Suiza es el país más feliz del mundo. El listado así lo confirma y Suiza ocupa el primer puesto de una lista de 158 países. España figura en el trigésimo sexto puesto de esta clasificación.

Sin embargo, no es oro todo lo que reluce y en Suiza la otra cara de la moneda descubre aspectos que, en la vida diaria, no son tan agradables. Por ejemplo, pocos saben que quienes viven en un apartamento no pueden ducharse entre las diez de la noche y las seis de la mañana, ni tener lavadora propia.


Tampoco pueden organizar cenas o fiestas hasta altas horas de la madrugada sin recibir inmediatamente la orden de silencio. Aunque el país helvético destaca por sus riqueza y por el elevado nivel de vida del que gozan sus habitantes, con unos 3.300 euros mensuales de salario mínimo, también se lleva la palma en lo que se refiere a disparidad en los ingresos, ya que se calcula que un 20% de la población gana cinco veces más que el resto de los ciudadanos, los cuales se encuentran, a menudo, con dificultades para pagar los elevados alquileres, los seguros y demás gastos cotidianos.

El país tiene ejército y sus ciudadanos varones deben hacer, a partir de los 20 años, el servicio militar de manera obligatoria durante al menos 260 días no consecutivos, y permaner activos, como militares en reserva, hasta la edad de 45 años.

Y lo más importante : todos los que han vivido o viven en la Confederación Helvética coinciden en que este es un lugar tremendamente aburrido, sin vida nocturna, con escaso movimiento cultural y gente sumamente distante donde es muy difícil integrarse.


16 comentarios:

  1. Como tantas cosas en esta vida, pros y contras.

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    1. DON TRECCE.
      Bueno, ya que los han declarado como país "más feliz" del Mundo, allá ellos pero su tipo de "felicidad" no es la más apropiada a los gustos de los carpetovetónicos. De entrada son más cuadrados que un bloque de marmol, y lo rematan siendo aburridos hasta para hablar o charlar.
      Fíjate si seráan cuadrados que si dejas de pagar una multa de tráfico local, va la policia a tu casa y se lleva en calidad de embargo los primeros muebles que encuentran : televisor, butacas, cama, etc. hasta cubrir el importe de la multa.

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  2. Tampoco pueden organizar cenas o fiestas hasta altas horas de la madrugada sin recibir inmediatamente la orden de silencio

    A mi eso me parece educación: Diviértete, pero sin joder la noche a los demás. Espero que lo importemos.

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    1. DON REPUBLICA
      Sí, en eso son estrictos y muy imitables. Pero es que en la calle o en las cafés tampoco oyes más que el vuelo de las moscas. Dan la impresión de moverse como si siempre estuvieran dentro de una iglesia. Puro contraste duro y puro con nuestra algarabía a lo moro.

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  3. Tampoco se ve un papel o una colilla en la calle. He visitado Zurich, Lucerna y Ginebra y me pareció un país ideal para vivir tranquilamente si se tienen los fondos necesarios.

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    1. DON BWANA.
      Cierto lo que dice pero no obsta para que sean unos muermos y muy satisfechos de serlo.
      Yo estuve en Basilea, Berna y Ginebra y me admiraron las tiendas de tabaco porque parecían joyerías, pero me resultaron totalmente insípidos sus habitantes.
      Hay que reconocerles que conviven una mezcla de germanos, italianos, franceses y los llamados "romanches" sin que haya la menor tensión entre ellos y hablando cuatro idiomas a la vez como oficiales.

      Cuando sea viejo, allá por los 120 años de edad, quizá me apetezca vivir allí pero de momento prefiero mis tertulias con un plato de ajoarriero o de besugo o de sardinas asadas.

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    1. DON MAMUNA.
      Por lo que conozco de tus aficiones de "ocio", ni a tí ni a mí nos va la mentalidad de los suizos. Lo mejor que tienen para disfrutar de la comida es CHOCOLATE.

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  5. Javier, acabo de descubrir tu blog y me he parado a echar un vistazo aquí y allá, y lo primero que quiero decirte es ¡enhorabuena! Me gusta tu estilo directo, atrevido y plenamente parcial, de veras; con el tiempo -voy a cumplir 50 años- me va produciendo cada vez más alergia lo políticamente correcto.
    Me decido a comentar en esta entrada porque resulta que además de español soy suizo, y he viajado mucho y vivido largas temporadas en este controvertido país. Suelo decir que soy fruto de un conflicto genético helvético-andaluz, ¡Ea! Realmente dos culturas y formas de vida bastante antagónicas. Mantengo con mi segunda patria una relación de amor-odio, y curiosamente me doy cuenta de que también me pasa lo mismo con la que considero mi primera patria, España.
    Es rotundamente cierto lo que comentas sobre el servicio militar, dura hasta los 45 años, con el matiz de que no es obligatorio, tienen desde hace ya años la opción de un servicio civil sustitutorio, y está obviamente escrupulosamente bien organizado de manera que los periodos de campamento militar/civil quedan perfectamente integrados en la vida empresarial; además, durante todo ese tiempo en el que se compagina la carrera militar con la civil, cada soldado es responsable del perfecto mantenimiento de su equipo completo, incluido el armamento y su munición (!): es decir que miles de ciudadanos suizos conservan su fusil y munición en perfecto estado de revista en sus domicilios. ¿Os imagináis algo semejante en cualquier otro país?... Recuerdo perfectamente el día en que mi abuelo me hizo visitar, ceremoniosamente, el cuarto trastero en el que tenía -bajo llave- en un arcón el equipo que llevó durante la segunda guerra mundial, e incluso algún recuerdo de armas de la primera (fue llamado a filas en las tropas fronterizas en 1918, con 18 años de edad) Suiza lleva sin participar en ningún conflicto armado más de 700 años... ¡y sin embargo no conozco país más militarizado! Tampoco la policía suiza se caracteriza precisamente por su candidez, no dudando en intervenir por la fuerza en caso de altercado (en rarísimas ocasiones...) Vale la pena recordar también que posee refugios anti-nucleares capaces de albergar el 100% de su población, en caso de guerra nuclear... Uno de mis tíos tuvo que construir uno (hace unos 10 años) en una pequeña propiedad campestre heredada, con objeto de actualizar la cobertura al crecimiento demográfico -siempre muy moderado.
    Suiza es ciertamente ejemplo sin parangón de previsión, planificación y anticipación.
    Al mismo tiempo, quien no tenga genéticamente inscrito el código del respeto a las normas y al prójimo... ¡lo tiene crudo! Si ya nos quejamos del peso normativo de este lado de los Pirineos, mejor no irse de paseo por ahí. Absolutamente todo está regido por leyes restrictivas que le dejan a uno con la necesidad de subirse a la montaña más cercana (afortunadamente abundantes y preciosas) para respirar una gran bocanada de aire fresco y pegar unos buenos gritos sin que lo encierren a uno en un idílico hospital psiquiátrico (he trabajado en uno de ellos) No abundaré en las restricciones porque la lista es increíble, entre ellas, efectivamente, la prohibición de tener lavadora en casa (en un piso) y por tanto la obligación de usar las máquinas industriales de lavar y secar a disposición de los vecinos en los sótanos de cada inmueble, por no hablar del sistema de basuras, no solo de reciclado sino también de uso de bolsas numeradas para cada ayuntamiento... en fin, muy próspero, muy rico (gracias en parte al secreto bancario...) y extremadamente regulado. La ventaja es que la pequeña dimensión del país hace de la participación ciudadana una realidad, no una entelequia, y que su casta política no tiene casta, son profesionales de lo público, y dado que no existe el sentido de la picaresca -hay que explicarles el concepto y no siempre lo entienden, funciona.
    El chocolate y la multiplicidad linguística constituyen también alguna de sus riquezas!
    Un cordial saludo y disculpen ustedes la extensión de mi comentario-disertación (!)

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    1. DON ALVARO.
      Muy agradecido por tus loas al Blog y por tu sinceridad en la exposición de una realidad que conoces a fondo. Ya es contradictorio lo tuyo de ser descendiente de ANDALUZ y SUIZO, pero creo esa mezcla te enriquece enormemente, y basta con leerte para comprobarlo.
      Te agradezgo los detalles que das sobre la "militarización" del pueblo suizo y por cuya razón creo que Adolf no se atrevió a invadirlo. Hubiera necesitado décadas para dominar a Suiza y sus montañas bunquerizadas y armadas.

      Tengo un inmenso respeto por los suizos dado que los considero ejemplares como ciudadanos, lo que no obsta para que como latino considere su modo de vida algo bastante aburrido. En España la vida se hace en la calle y en Suiza en la propia o ajena casa.
      En una ocasión, estando en Basel, esperaba a un amigo que se había ido a buscar un comercio concreto, y yo estab delante del ventanal de un café. Y un señor simpatiquísimo, no se si pensó que estaba perdido, me llamó desde dentro del café para que entrara y me invitó a una cerveza. Y hablaba español pero era genuino suizo. Es la única vez que en países de origen germánico alguien se ha adelantado a ser cortés y hospitalario.

      Conozco Alemania de sur a norte en casi toda su extensión y nunca he encontrado esa amabilibidad que el suizo aquel me demostró. En aquel entonces yo residía en un colegio mayor de Freiburg in Breisgau ( a 30 kms de Basel en Alemania) porque quería aprender alemán.

      Amigo ALVARO eres muy bien recibido en este blog y me encantaría que cuando puedas dejes tu opinón libre sobre cualquier tema.

      Un abrazo y cordial saludo

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    2. cada vez más alergia lo políticamente correcto

      ¿No querrá decir políticamente *in*correcto?


      la prohibición de tener lavadora en casa

      Eso lo habíamos visto en la TV en las películas y series americanas (como Sheldon Cooper y su sábado noche de colada). Me intriga ese punto: ¿Cual es el motivo de esa prohibición?

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    3. DON REPUBLICA.
      No, Don Alvaro dice clarito que cada vez le gusta menos atenerse a lo que la sociedad considera lo "políticamente correcto", es decir a lo hipócrita de dar rodeos a una mangancia o a una horterada para no citar ninguna de las dos palabras, no vaya a ofenderse alguien. Y los que no "semos" hipócritas llamamos hijo de puta al que lo es.

      Respecto a tu pregunta sobre el porqué de tener las máquinas-lavadoras en un sótano y para uso común de la Comunidad imagino que será para evitar en cada piso y los próximos (arriba y abajo) el ruído de ellas, además de conseguir que la gente no saque la ropa lavada a las ventanas de su casa a secar. No es nada decoroso ver fachadas plagadas de calzoncillos y bragas y sábanas colgando de las ventanas de las viviendas.

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  6. Don República,
    Como bien dice Don Javier, me refiero con "políticamente correcto" a aquello que la sociedad considera como correcto o incorrecto, y que es generalmente aceptado por la mayoría. Por ejemplo, ser homosexual es considerado hoy como "opción sexual" (igual que eligir carne o pescado en un restaurante) y generalmente es sinónimo de exigencia de respeto; yo pienso que el respeto no se gana a braguetazos sino en base a la integridad con unos valores, y eso es independiente de nuestra condición homo o hetero, hombre o mujer, derechas o izquierdas, ministro u obrero... Gilipolleces las decimos todos, la condición de gilipollas requiere de una cierta constancia boba y no tiene preferencias por una u otra categoría humana, creo yo.

    Respecto a la cuestión de las lavadoras efectivamente, amigo Javier, tienes razón; es una cuestión de respeto, de velar por la tranquilidad y el silencio vecinal. Eso es todo un valor allí; por ejemplo, es el único país en Europa que prohíbe el vuelo de los ultraligeros (pequeños motores con alas que vuelan bajo) porque contaminan auditivamente los bosques suizos... Son muy radicales, pero a cambio uno jamás escucha a sus vecinos; todos respetan esa tranquilidad. Y por supuesto está también prohibido tender los calzoncillos o la ropa de cama en las ventanas, prefieren poner flores muy bonitas.

    También hay otro lado de las prohibiciones: el respeto a la propiedad privada. En una ocasión uno de mis hermanos que vive entre Zurich y Madrid dejó olvidadas las llaves de su coche, aparcado en el aeropuerto helvético, puestas en el exterior de la puerta. A su regreso, una semana más tarde, en lugar de encontrarse la plaza vacía, encontró una pequeña nota en su parabrisas indicándole que sus llaves se hallaban en la comisaría del aeropuerto. Era un coche caro, pero lo mismo hubiese ocurrido con cualquier otro, para ellos es una cuestión de principios: la propiedad privada se respeta, y punto.
    Igual que las leyes; en otra ocasión en que iba con prisa a la estación del tren, pasamos uno de los semáforos en ámbar-rojo... ya me entienden. Un vehículo que vio nuestra maniobra nos siguió hasta la estación con el único fin de reprendernos por esa conducta imprudente. En España, lo imprudente hubiese sido detener rigurosamente el coche con el semáforo en ámbar…

    Es verdad que son amables y serviciales, pero si observan que alguien transgrede una norma cívica no dudarán en llamarle la atención o incluso en denunciarle a las autoridades. Esto resulta especialmente difícil de entender para un latino, que percibe ese gesto como chivateo, para ellos es simplemente la expresión de su escala de valores: el orden y el respeto a las reglas establecidas está por encima de cualquier vínculo social. Se delatan. (Por cierto, hay un famoso suizo -medio italiano, ex-empleado del HSBC, que ha montado un carajal revelando secretos bancarios y hoy en día trabaja para las autoridades españolas...)

    Por todo lo dicho, mi opinión en cuanto a la calidad de vida allí es elevada: economía próspera (son protestantes y no tienen el típico sentimiento de culpa católico hacia el dinero) orden social, reglas del juego claras, autoridades y gobernantes que dan ejemplo de respeto y humildad, en fin, todo funciona. A cambio uno debe estar dispuesto a respetar siempre ese orden, por más que le parezca absurdo (es absolutamente estéril intentar razonarlo). Y a los de mentalidad latina nos cuesta adaptarnos a eso:

    ¿Comer en un restaurante, con un buen vino, sin reír a carcajadas con los amigos??... Tener en casa invitados, hacer una barbacoa nocturna, y recogerse dentro a partir de las 22:00 ??!... Querer poner una lavadora rápida y no poder hacerlo hasta nuestro turno de lavandería pasado mañana??!...

    Ustedes deciden, yo -de momento, aunque a regañadientes- me quedo en tierras del Lazarillo de Tormes: nadie sabe quién es el autor, todo el mundo lo conoce, nadie le echa el guante, sigue haciendo putadas a diestro y siniestro, y mientras tanto ¡podemos descojonarnos!...

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    1. DON ALVARO.
      Excelente tu defensa de los valores cívicos, algo desconocido en tierras del Lazarillo de Tormes, y la verdad es que por mucho que presumamos de "buenos vividores" por poder cantar en la calle a las 4 de la madrugada, prefiero el modo de vida suizo. Sin duda alguna.

      Subrayo un par de párrafos tuyos que son la excelencia aclarativa perfecta :
      "la calidad de vida allí es elevada: economía próspera (son protestantes y no tienen el típico sentimiento de culpa católico hacia el dinero) orden social, reglas del juego claras, autoridades y gobernantes que dan ejemplo de respeto y humildad, en fin, todo funciona. A cambio uno debe estar dispuesto a respetar siempre ese orden, por más que le parezca absurdo (es absolutamente estéril intentar razonarlo). Y a los de mentalidad latina nos cuesta adaptarnos a eso:
      "

      "Gilipolleces las decimos todos, la condición de gilipollas requiere de una cierta constancia boba y no tiene preferencias por una u otra categoría humana, creo yo.
      "

      Gracias por tu comentario y un abrazo.

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  7. Muchas gracias por tus halagos Javier, los recibo con particular aprecio viniendo de alguien cultivado y viajado como tu.

    Un abrazo y hasta otra ocasión!

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