ARIEL CASTRO |
Al principio encerró a las chicas en el sótano. Pero luego cada una vivía en una habitación en la que su captor le introducía la comida por un agujero y de la que sólo salían en una ocasión excepcional. El secuestrador obligaba a sus víctimas a celebrar el aniversario de su rapto con una tarta de cumpleaños y las apaleaba si percibía que habían intentado escapar.
Castro las violaba y las golpeaba en un infierno cuyos detalles sólo emergerán del todo cuando el FBI pueda interrogar a las víctimas en profundidad. El perfil de Castro no pasó del todo inadvertido entre sus familiares más cercanos. Su hijo Ariel Anthony explicaba esta semana que varias puertas de su casa estaban protegidas por candados y su hija Angie contaba que nunca hacía noche fuera de casa y siempre tardaba mucho tiempo en abrir la puerta principal.
Angie se quedó de piedra al descubrir el secreto de su padre y asegura que nunca le podrá perdonar. Una imagen permanece grabada en el cerebro de Angie: la foto de la niña que su padre le mostró en su teléfono móvil durante una de sus visitas. "¿A que es una nena bien guapa? Es la hija de mi novia", recuerda que le dijo para esconder su identidad.
Lo que no le dijo Castro es que la niña se llamaba Jocelyn, que era su hermanastra y que había nacido en una piscina hinchable en las Navidades del año 2006. El secuestrador estuvo presente durante el parto y obligó a Michelle Knight a ejercer de comadrona. Un detalle doblemente cruel si tenemos en cuenta que la joven había sufrido varios abortos provocados por el sadismo de su agresor, que dejaba de alimentarla durante días y golpeaba su tripa para asegurarse de que los fetos morían antes de nacer.
Michelle fue la primera víctima de Castro. La raptó, con apenas 21 años, el 23 de agosto de 2002. Al contrario que los padres de Gina o Amanda, la familia Knight apenas hizo nada por encontrar a su hija. Ni siquiera denunció su desaparición. Son detalles que ayudan a explicar por qué apenas se sabe nada de Michelle y sí de las otras dos chicas, cuyos rostros estuvieron colgados durante años en los postes de teléfono del vecindario donde vivía su secuestrador.
El propio Castro ayudó a repartir folletos a sus familias y llegó a asistir a varias vigilias en recuerdo de Gina DeJesús, que apenas tenía 14 años en el momento de su rapto y era la mejor amiga de su hija Arlene. Todo ello no evitaron el secuestro de Gina
A este barrio todos lo llaman Seymour y aquí llegaron cientos de puertorriqueños durante la posguerra atraídos por los empleos bien pagados de la siderurgia y de las fábricas de la Ford. Al igual que muchos lugares del Medio Oeste, este rincón de Cleveland ha sufrido el declive de la industria y el endeudamiento de la ciudad.
Muchos creen que lo que ha ocurrido en casa de Castro habría sido imposible antes del bajón económico del barrio y atribuyen el modo en que logró burlar a las autoridades a la escasa presencia de la policía y a la cohesión menguante de la comunidad.
Ariel Castro se crió en el vecindario en el que vivía donde fue detenido y dejó embarazada a la hija de los vecinos de la casa de al lado. Una joven que se llamaba Grimilda Figueroa y con la tuvo cuatro hijos entre 1981 y 1990.
Empezó a apalear a su esposa y a dejar las primeras pistas de su carácter agresivo. En ocasiones la encerraba en una caja de madera a modo de castigo o cerraba la casa con llave cuando se iba a trabajar. Castro arrojó a su esposa por las escaleras y le provocó una fractura de cráneo que según sus parientes sería el origen de un tumor cerebral. Grimilda presentó una denuncia por malos tratos pero el día de la vista no se presentó a testificar. Su marido le ofreció dinero a cambio de que no lo hiciera y le dijo que no sobreviviría si seguía adelante con el proceso judicial.
Son detalles que aparecen en una denuncia que Grimilda presentó en 2005 para lograr una orden judicial que mantuviera a su esposo alejado de sus hijos.
Castro tenía un empleo estable y muchos motivos para no despertar la atención de las autoridades de Cleveland. Pero eso no evitó que le diera a su ex mujer una última paliza que le rompió un diente, varias costillas y la nariz. "Mi padre siempre golpeó a mi madre como si ella fuera un hombre", recordaba esta semana su hija Angie al hablar de su niñez.
Se podría decir que Castro llenó el vacío familiar que dejaron sus hijos al irse de casa con el rapto de tres jóvenes de una edad muy similar.
(Información de El Mundo)
SECUESTRADAS DE CLEVELAND |
Lo increible es que este depredador no acabara asesinando a las secuestradas, eso sí que roza el milagro ya que es una excepción estadística.
ResponderEliminarPor lo que he leido, las cagadas policias no han sido pocas y hubo indicios de que algo raro pasaba ahí; claro que a toro pasado....
Por lo demás, cualquier castigo me parecerá escaso para este animal. En los USA al menos sabemos no saldrá a la calle más. En España, en fin, ya saben.... lo mismo saldría en t-5 para justificarse y explicar se está reinsertando con cursos de calceta.
SEÑOR OGRO
EliminarMuy bueno lo de la REINSERCIÓN a lo "apañol" = cursos de calceta. Y aún con menos los etarras van saliendo.
Este animal de dos patas tiene asegurado a perpetuidad vivir en una prisión.
Su historial es más largo que el que se muestra aquí porque además también se cargó al marido de su mujer apaleada por él (la Grimilda) por huir y casarse con otro. Y las violencias con sus propios hijos que se fueron de casa.
Al igual que el "ENCARGADO DE VENEZUELA", un tal Maduro, trabajaba de conductor de autobús.
Seguro que este pajarraco recibirá lo suyo en los USA. Lo verdaderamente asombroso de este caso es que nadie escuchara nada raro desde la calle. ¿Es que tenía insonorizada la casa? Tampoco me creo que sus familiares no supieran nada. ¿Viviendo solo y comprando comida para cuatro? Me parece imposible que aguantara todos esos años sin despertar la menor sospecha.
ResponderEliminarDON BWANA
EliminarTodos esos datos o signos de denuncia que enumera sobre la actguación sospechosa a todas luces del ARIEL, nos hacen pensar una de dos : o que a la vecindad de ese barrio ( y de otros muchos) le importaba un carajo lo que pudiera suceder en aquella casa, o que allí hay menos COTILLAS que aquí.
Sigue asombrándome un tipo que vive a más de 600 mts. de mi casa, con parque de por medio y árboles, que cada vez que me ve me dice :"Hoy para las 7 de la mañana ya estabas levantado porque he visto luz en una ventana de tu casa, y ayer te acostaste tarde porque había luz en otra". Con gente así es dificil secuestrar a nadie y tenerlo en secreto durante 10 años.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar