El padrón del señor alcalde

Gente "invisible" en una bodega sin vino, en una granja abandonada... Así infla el censo de sus votantes el "cacique" Emilio. Y no es el único.

Emilio Higuero Cardoso, casi 25 años de alcalde en Lobeira (Ourense), se rearma para poner a prueba por enésima vez su capacidad de anclaje al sillón. No le votarán solamente sus vecinos. Una bodega vacía del regidor figura como residencia del cartero de un pueblo cercano, su mujer y sus dos hijos.

En la casa de Higuero, la de su hija y las de dos cuñados están censadas otras siete personas "que nadie ha visto". Hasta 20 casos de "ajenos al municipio" registrados en casas de familiares y allegados al alcalde o en sitios inhabitables.

Fue la mecha que prendió la impugnación del censo electoral del pueblo, alentada siempre por el portavoz local del Bloque Nacionalista Gallego (BNG), Antón Álvarez.

Pero el octogenario Higuero dice que los nuevos censados son gente que "viene a buscar trabajo" a un ayuntamiento pobre y en declive demográfico.

Lobeira, apenas 1.000 habitantes, es paradigma de una situación que se reproduce por toda España, a menos de un mes para la cita con las urnas del 22 de mayo.

En Burgos (45 localidades sospechosas), León (28), Valencia (19), La Rioja (16)... En total, 241 municipios que están siendo investigados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) por presunta manipulación del padrón.

El modelo es siempre similar: municipio pequeño, donde cada voto puede ser decisivo, dominado por un alcalde omnipresente y con preocupante déficit de cultura democrática.
Las altas censales siempre se registran, curiosamente, en domicilios de amigos y familiares del jefe o en sitios inverosímiles. Las personas que se prestan a estos falsos cambios de domicilio votarán religiosamente al alcalde: por afinidad personal, lazos familiares o pago de favores.

Sólo en la provincia de Ourense se señalaron en los últimos meses hasta 35 municipios con incrementos sospechosos de sus censos. Sólo en dos casos, Entrimo y Lobeira, concedió la Junta Electoral Central la opción a impugnarlos.

Salta a la vista a los pocos minutos de conocerle, que Higuero, ex guardia civil de 81 años, está encantado de ser el alcalde de Lobeira por el PP. Se intuye un tufillo de culto a la personalidad cuando uno cruza la avenida principal del pueblo, la Travesía del Alcalde Higuero Cardoso, donde el propio homenajeado, valga la redundancia, tiene su casa.

"Si no fuera un alcalde democrático, no llevaría aquí cerca de 30 años", dice él con energía, incomodado.

Sobre las imputaciones de censo irregular no quiere hablar. Pero, ¿una bodega?

"No viven en la bodega, no son cerdos", corrige. El matiz es que la bodega tiene en la planta superior "una casa". En realidad, se trata de un ahumadero : polvoriento, sucio, inhabitable. Y, a todas luces, deshabitado. Si alguien viviera allí, lo haría como un cerdo.

Igual de improbable es que un solar vecino cubierto por la maleza, donde apenas se intuyen los restos de una casa derruida, albergue a alguien en su sano juicio. Y también hay una persona censada allí. Como hay otras dos censadas en una casa de granjeros abandonada, a pocos kilómetros de la villa.

Al  BNG de Lobeira le costó meses, amenazas de encierro en el consistorio y convocatorias a la prensa conseguir que Higuero les facilitara los nombres y direcciones de las altas del padrón de un año a esta parte: 78 nuevos vecinos, nada menos.
Cribando con lupa, los nacionalistas se quedaron con esa veintena de personas. Son, la mayoría, los acogidos por el alcalde y sus familiares.

Higuero Cardoso se defiende. "¿Qué creen [los denunciantes], que van a prohibir la libre circulación de personas que vinieron a Lobeira en busca de un puesto de trabajo?", pregunta desafiante.

El 22 de mayo puede ser decisivo para el alcalde Higuero. Lobeira pierde un concejal y se queda en siete. El agitador vecinal, químico de 66 años, se confiesa "liberal y tirando a la derecha, votante del PP y antiguo votante de Higuero".

"Hasta que vi sus animaladas", concluye. Como "cobrar una media de 2.500 euros al mes por dietas y asistencias a plenos (no tiene sueldo como alcalde)". "O que el ayuntamiento sólo invierta 13 euros por habitante al año".

A punto de entrar en el consistorio, el regidor es interrumpido por un vecino que quiere hablarle de unas obras. Le recuerda que "voy a traerte seis votos". "Sigue haciéndolo", le pide el alcalde.

¿Cuántos cientos de pueblos de la España labriega y semi-aislada estarán en estas condiciones de censos falsos, además de todos los chanchullos andaluces de peones esclavos del Psoe?

Da lo mismo que unos sean peperos y otros sociatas. Todos actuan por el estilo.

En tiempos de las monarquías de Alfonso XII y Alfonso III era esa la España generalizada de caciques y votos falseados o comprados. Y creo que seguimos parecido.

Tellagorri
(Con información de Manuel Darriba)

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