Las dos obras maestras del conde y gran literato ruso, Lev Nikoláyevich Tolstói (1828-1910), “Guerra y paz” y “Anna Karénina”, novelas cumbres del realismo, que, a juicio de muchos especialistas, no han sido aún superadas.
Tolstói experimentó sensibles cambios en su espíritu y concepción del universo al filo de los 50 años, cuando escribía “Anna Karénina”. Evolucionó hacia posiciones contestatarias, se enfrentó a los zares, al régimen establecido.
Creó un movimiento, los “tolstóvtsi”, de ideas ascetas, contrario a la propiedad privada de la tierra y defensor de la liberación del campesinado y de la resistencia no violenta. Sus activistas sufrieron persecución.
La labor crítica del escritor se intensificó con el comienzo del siglo XX, cuando ya era patente que el descontento de las masas por sus insufribles condiciones de vida conduciría a la senda revolucionaria y a la guerra civil.
Sus columnas, publicadas en rotativos como “Svobódnoye Slovo” (Palabra libre o Libertad de palabra) o “Obnovlenie” (Renovación), que a veces provocaban el secuestro de tiradas enteras por orden judicial, eran agudos dardos contra el Gobierno de Piotr Stolipin, a quien envió numerosas cartas tratando inútilmente de interceder por los necesitados.
En una de ellas, vaticinó el asesinato del primer ministro ruso, del que Tolstói no llegó a saber, ya que murió un año antes.
El gran escritor de las letras rusas terminó siendo excomulgado por la Iglesia Ortodoxa rusa, pese a ser profundamente religioso. No aceptaba muchos de los dogmas cristianos, por ejemplo, rechazaba que Jesucristo fuera el hijo de Dios. Era además contrario a que los niños fueran bautizados, ya que pensaba que una decisión así debería tomarla el interesado en edad adulta.
En su novela “Resurrección” ataca a los órganos de Justicia de la Rusia zarista, al funcionariado, la nobleza y también a la Iglesia. Algunos de los pensamientos plasmados en su diario inducen a pensar que Tolstói abrazó el Islam. En una carta fechada el 15 de marzo de 1909, enviada a una tal Vekilova, recién casada con un musulmán, decía: “es indudablemente preferible la aceptación de un único dogma, un único Dios y su Profeta Mahoma, que la complicación que nos dicta el incomprensible cristianismo ortodoxo, con la Santísima Trinidad y su corte de misteriosos santos”.
No creo en absoluto que se hiciera musulmán, se limitaba a criticar un cristianismo que no le gustaba y que invadía todas las esferas sociales.
Todo esto hizo que el insigne novelista adquiriese reputación de radical e incluso de desequilibrado.
El otro núcleo de controversia, que ofrecía constantes y jugosos titulares a los periódicos, lo constituía la relación del literato con Sofía Andréyevna Bers, su cónyuge.Entre 1863 y 1888 le dio 13 hijos a su marido, lo que significa que estuvo constantemente embarazada durante 25 años, con muy pocos intervalos de descanso.
En medio de una irresoluble pugna interna entre su deber como marido y padre o como líder de su corriente en pro del bien, la justicia y la dignidad de los campesinos, en la noche del 27 al 28 de octubre de 1910, con 82 años recién cumplidos, el escritor ruso abandonó Yásnaya Poliana mientras su mujer dormía.
Muchas fueron las conjeturas que se hicieron sobre las razones que empujaron a Tolstói a escapar de su casa. La más extendida era que buscó conscientemente el encuentro con la muerte, pero Sofía Andréyevna escribiría en su diario que aquello fue “un enigma incomprensible”.
En el exiguo equipaje que Lev Tolstói preparó en su huida de Yásnaya Poliana hacia la muerte se llevó un ejemplar de la novela “Los hermanos Karamázov”, de su contemporáneo Fiódor Dostoyevski, otro gigante de la literatura universal.
-“Tolstói es quizá el autor de mayor talento de la historia”, reconoció Dostoyevski en una ocasión. Pero no lograron conocerse personalmente.
En 1880, Dostoyevski se propuso viajar a Yásnaya Poliana, pero le disuadió de ello el novelista, Iván Turguéniev, otro amigo común de los dos literatos. Turguéniev, que ayudó a Tolstói en la popularización de su obra en París y su traducción al francés, le dijo a Dostoyevski que el “profeta” barbudo se había vuelto loco.
Tellagorri
NOTA BLOGUERA
Qué envidia da el creacionismo literario del siglo XIX, con la existencia de los autores más importantes de la Literatura universal. Lo mismo que en Rusia sucedía en Francia, en España y en Gran Bretaña.
1910 a 2010 cien años de la mu
No se ha dado cuenta que cuando mencionan la novela "Pride & Prejudice" en inglés los subtitulos dicen "Crimen y Castigo"?
ResponderEliminarNo sé quien le puso el gorrito de Jane Austen ese a Tolstoi, lo que sí es que no se ha de ver bien.
Gran idealista era nuestro amigo a quien la enciclopedia Sopena llama León.
Un abrazo
DON MATU
ResponderEliminarLa imagen de encabezamiento corresponde a Tolstoi, y la de fin de post a Dostoyevski junto a su libro "Crimen y Castigo".
No veo gorrito alguno por ninguna parte.
Lo siento pero no entiende lo que me dices.
Ilustrísima, un monstruo de la literatura universal, y si estaba loco que más da? que genio no lo ha estado, es precisamente eso que les distingue del vulgar populacho borrego...en los últimos días me está dando la impresión de que precisamente ese populacho borrego, y para más señas sociata-progre está poniendo al pobre hombre a caldo por sus relaciones con su mujer (creo que en Ex-paña van a prohibir sus obras por machistas por orden y dictado de la Aído, la consejera de desigualdad)...en fin...
ResponderEliminarDesde luego el XIX fue de los mejorcito en España, Francia y Rusia (en Iberia habría que añadir también nuestro siglo de oro, el XVII, y algunos autores de principios del XX de los que Vd. ya ha hablado en su blog).
Un saludo.
CAROLVS
ResponderEliminarEstoy de acuerdo. ¿Qué más da que terminara loco si escribió obras magistrales universales?
Parece que era tan religioso que decidió ayudar a los campesinos regalándoles todas sus inmensas fincas y posesiones, y a continuación arremetió contra los Poderes : Iglesia Oficial, Estado zarista y nobleza explotadora, siendo él mismo Conde.
No sé nada pero no me extraña que estos analfabetos arremetan contra genios por sus chiribitadas. Porque no saben quién era Julio Cesar pero sinó arremeterían contra él por haber repudiado a tres o cuatro esposas.
Qué cosa más rara!
ResponderEliminarUn hombre de talento criticando a la monarquía, a la justicia, a la nobleza, al clero...!
Va a er cierto eso que dicen que todos los hombres son iguales.
Qué curioso, precisamente hoy en el desayuno, hemos sacado el tema de los genios. Decía mi hermano que Ronaldo el futbolista sería un genio con la pelota pero era un chulo impresentable y creído, a lo que yo añadí que a mi entender un genio lo es si también tiene una vida ejemplar.
ResponderEliminarPor lo tanto yo me quedo con las obras de estos personajes, sus vidas privadas no me deben interesar porque seguramente me desilusionarían y acabaría por ver sus obras con otros ojos.
Es indudable que Tolstói es uno de los grandes de la Literatura Universal, como Picasso en pintura o Fernando Fernán Gómez en el mundo del cine y el teatro, otra cosa es el carácter, su comportamiento con la familia o la ideología política que tenían.
Va a resultar que para ser un genio tienes que ser un excéntrico.
Un abrazo.
La verdad es que la vida personal de los grandes literatos nos llaman la atención como datos curiosos o anecdóticos, pero ¿a quién le importan demasiado las creencias religiosas, políticas o la vida privada de un genio, si éste nos ha dejado una obra maestra?
ResponderEliminarTendría yo 14 años cuando cayó en mis manos, por casualidad, un librito de bolsillo de Dostoyevski, que contenía varios de sus relatos.
Creo que su lectura me marcó para siempre. Por encima de otros muchos autores y libros que he leído, me quedé impregnada de aquel realismo, aquella sensación que tuve al imaginar las situaciones descritas...
Hace mucho que lei esa obra, y de todos sus personajes el que mas me marco fue el de Pierre..¿Quien podria representar el personaje de pierre en la iglesia de la ilustracion?..¿Seria su eminencia Dams?,¿su eminencia Dadaista?¿o quizas vos mismo?...¿¡se me olvidaba su eminencia charneguet¡¡......solo por curiosidad..
ResponderEliminarsaldos a su eminencia
ASPI
ResponderEliminarTodos los hombres de talento llegan a la misma conclusión : criticar a la monarquía, a la justicia, a la nobleza, al clero...!
A eso se le denomina "clarividencia".
DOÑA ELENA
ResponderEliminarEs muy dificil que las vidas de los hombres (y mujeres) de talento coincidan con los estándares habituales.
La vida de un Balzac se caracteriza por la DESMESURA en todo. Bebía, comía y se divertía en exceso, pero simultanemanete era un desmesurado escribiendo enormes trozos de Literatura genial.
Dostoyevski es otro caso de vida singular, sometido a las más duras pruebas de ser objeto de un fusilamiento simulado, de vivir en una prisión de Siberia a 40º bajo cero, y dilapidando sus éxitos en casinos de juego de media Europa. Pero al que Dostoyevski no le haya marcado con sus novelas viene a ser un signo de incosciencia. "Crimen y Castigo" se convierte en un tratado de psiquiatría. Y los "Hermanos Karamazov" en algo irrepetible. Y qué decir del soldado sometido a batallas en Italia y que es convertido en cautivo de moros y luego metido en prisión en España y que escribe la vida de Alonso Quijano.
DOÑA ADELAIDA REVERENDÍSIMA
ResponderEliminarBienvenida a este rincón tras tus largas ausencias.
En efecto a quien le importan como fueron las vidas privadas de quienes crearon obras geniales.
El mismo Einstein era una calamidad en temas familiares e incluso un monstruo.
Lo que te sucedió con 14 años y una novela de Dostoyeski creo que nos ha sucedido a muchos.
REVERENDÍSIMA SON AMPARO
ResponderEliminarRefréscame la memoria y explícame por favor quién era el Pierre y en qué obra. Son tantos los nombres de personajes literarios de tantas obras y autores leídos que resulta dificil para un vejete recordarlos todos.
disculpe eminencia, me referia a Pierre Bezukhov de guerra y paz
ResponderEliminarMe habré confundido, bien dice ahí que es de Dostoyevski.
ResponderEliminarPerdón.