20 noviembre 2010

La "lucecita del Pardo"

La propaganda oficial exalta la intensa vida laboral del Caudillo y su legendaria resistencia al cansancio.
-Este hombre echa más horas que un reloj -señalaba un periodista en el diario Arriba.

Todo el mundo sabe que la ventana del despacho del Caudillo permanece encendida cada día, fiestas y domingos incluido , hasta altas horas de la madrugada: "La lucecita de El Pardo", como la llaman los cronistas turiferarios. Cualquier español puede penetrar en el despacho de trabajo del Caudillo a través de las imágenes del No-Do y comprobar por sí mismo que la mesa y las estanterías están cubiertas de pilas de informes y carpetas. ( Esto de la lucecita que nunca se apaga es otro recurso propagandístico que el Régimen copió al fascismo italiano. La luz del despacho de Mussolini también permanecía encendida hasta altas horas de la noche.)

La cruda e insobornable verdad es que Franco no da golpe, que su principal actividad consiste en cazar y pescar. Él se limita a elegir a los ministros que cree más idóneos para que hagan el trabajo por él procurando mantener cierto equilibrio entre las distintas familias de la derecha (monárquicos, falangistas) mientras su verdadera fuerza se basa en el Ejército.

Franco dirige España como se dirige un cuartel. En realidad, su principal preocupación, cuando no la única, es mantenerse en el mando (mando es el vocablo militar que equivale a "poder"). Para ello sabe sortear con astucia los obstáculos que amenazan su perpetuación.

El más directo colaborador de Franco, su primo, el teniente general Franco Salgado, anota en su diario : "Las cacerías de este mes ( de donde salen grandes favores, permisos de importación, tractores, maquinarias agrícolas, etc) han sido y van a ser los siguientes : 30 y 31 de Octubre, más los días 2,3,4,5,6 de noviembre; después 12,13,14,19,20,21,26,27,29,29."

Es decir, diecisiete días en un mes, quedando trece solamente para trabajar, y si a éstos se restan los cuatro consejos, las audiencias militar y civil, que suman otros doce y algún acto de presentación de credenciales, resulta que no queda ni un día para estudiar los asuntos de Gobierno.

Y a éstos hay que sumar lo ministros que, como siempre,· asisten a las cacerías, entre ellos, además de los de Agricultura (Cabestany) y Comercio (Arburúa), van los del Ejército, Secretaría de la Presidencia, Aire y alguno más.
Queda comprobado que el Gobierno se divierte. 

Franco sería feliz si no fuera por algunos problemillas que surgen en el interior, promovidos por sujetos díscolos que muerden la mano que los alimenta.

Franco Salgado rememora lo ocurrido uno aquellos días :

Monasterio de El Escorial. Mañana gris y neblinosa. Sobre las losas de granito de la explanada del monasterio montan guardia, en perfecta formación, dos centurias madrileñas, una de la Guardia de Franco y otra del Frente de Juventudes. Los adoctrinados jóvenes que componen las centurias, todos en camisa azul remangada, están ateridos debido a las bajas temperaturas, especialmente los del Frente de Juventudes, que, además de fina camisa, gastan pantalón corto. .

Cuando llevan dos horas tiritando y algunos rostros azulean, llega, por fin, la comitiva de coches negros, casi fúnebres, que portan al Caudillo, abrigo negro, tan cerrado que apenas deja ver la camisa azul, y boina roja, se apea de su automovil e inicia el paseillo hacia la entrada final del monasterio, pasando revista rutinariamente a las dos compañías que le falnquean.
De pronto, a una señal, una de las compañías gira marcialmente y le da la espalda al tiempo que una voz recia de entre sus filas grita :
-"No queremos reyes idiotas ".
Franco disimula y prosigue su camino. El séquito y 1a escoltan le imitan nerviosamente.

La policía investiga: la centuria rebelde salió de Madrid de mañana, todavía de noche, e hizo el camino a pie alternando canciones de "montañas nevadas" con "canciones subversivas".

Después del funeral por José Antonio, Franco regresa. a El Pardo, meditativo. Ultimamente se han consentido demasiadas salidas de tono a los alevines falangistas. .
Franco se pone el pijama y las pantuflas, descuelgaa el teléfono y destituye de manera fulminante al delegado nacional del Frente de Juventudes, José Antonio Elola.

Por su parte su mayordomo personal, Cobo, relata :

"La vida en El Pardo era gris: un mecanismo de precisión en que dos viejos eran atendidos por 264 personas, entre las que había doce reporteros gráficos, tres jefes de cocina para cuatro cocineros, tres conductores, un lavacoches, tres serenos, tres vaqueros y... cuatro pastores.

Allí la que mandaba era doña Carmen. El caudillo, en sus últimos años, llevaba una vida implacablemente rutinaria de la que formaban parte las comidas, las misas, los Consejos de Ministros, de vez en cuando el golf y las recepciones. Ah, y la televisión, aparte del cine de los sábados. Pero la marcha del palacio, los horarios, las costumbres, estaban impregnadas por las manías de doña Carmen, que eran muchas.

El caudillo apenas abría la boca en todo el día. Eran terribles las comidas: siempre había alguien invitado y todas transcurrían, por lo común, en un silencio cartujo. Quien tratase de iniciar una conversación acababa deprimido. A veces doña Carmen soltaba algún cotilleo que también moría en pocos segundos, porque Franco callaba siempre. Ni siquiera dijo palabra el día en que su mujer y su hija (“su Excelencia la señora marquesa de Villaverde”) se sentaron a comer, hechas dos fieras porque el marido de Nenuca, el atrabiliario Cristóbal Martínez-Bordiú, se había liado a puñetazos con un extranjero, en Marbella, y había salido con la nariz rota. Las dos cármenes exigían venganza, pero Franco no abrió la boca."

Este post va en honor de los rememoradores del 20 de Noviembre, nostálgicos de una dictadura que jamás conocieron. Y con amabilidad hacia ellos. Porque los membrillos no merecen trato rudo por causa de sus ignorancias sobre El Invicto.

Tellagorri


18 comentarios:

  1. Caray D. Javier, veo que usted no ha visitado el Palacio del Pardo, para comprender lo callado que era este hombre; todo muy recargado, muchos tapices, todo lleno de muebles viejos, como los que aparecen en la foto de abajo, que por cierto, corresponde al despacho del abuelo, uf, demasiado olor a naftalina, así que con ese panorama, y encima teniendo a la collares como partenaire, todo el día dándole el coñazo, que si necesito un sonotone nuevo engarzado en un collar que ya he visto en una joyería de Sol, que si el Martinez engaña a la niña, que si el Francis (el nietisimo) esta hecho un vago, que no hace mas que cazar de furtivo y luego ver ese dormitorio austero con dos camas y con un aparato de televisión en frente para ver al hombre del tiempo; así cualquiera no se abstrae pensando en las largas jornadas de pesca o en aquellas cacerías, siempre rodeado de señoritos hombres de negocios, señores importantes que siempre tenían un halago y algún souvenir para su excelencia.
    Ay, que desagradecidos son los ex-pañoles con el hombre que les puso en el camino del bien, que trabajo incansable hasta que la lucecita del pardo se apagó y le tuvieron que operar con velas.
    Ahhhhhhh, que mañana es 20-N, joer, cuantos recuerdos para estos sociatillas, cuando formaban en la explanada del Valle con sus camisas azules y vitoreaban al excelso caudillo junto con sus padres.
    Mañana no sé donde iré.... el domingo ya estuve en la Moncloa.
    Un saludo maestro y buen finde

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  2. Me temo querido Javier, que en esta ocasión no voy a estar tan de acuerdo con tus criterios, como acostumbro.Pienso que no podemos despachar 39 años de "mando" a base de anecdotas y cotilleos de ayudas de cámara.
    Mantengo mi opinión escrita en mi articulo de ayer en mi blog (perdon por la autocita):
    "Este tiempo transcurrido resulta claramente insuficiente para analizar con rigor y perspectiva histórica la figura de Franco a pesar de los cientos de libros y artículos...."
    En fin, de personas civilizadas e inteligentes es discrepar y mantener opiones diferentes.
    Creo que ni tu ni yo somos de los del pensamiensamiento único.
    Un abrazo.

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  3. O sea que mantuvo una dictadura casi 40 años sin trabajar ni un día? podrías preguntarle cómo lo hizo?

    Con ver las dos fotos que puso, ya sé porque el "Caudillo" se aferro tanto a la vida, vivia como Rey!

    Un abrazo

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  4. Perdon, las cuatro fotos, es que me referia a los Rolls y al despacho...

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  5. Hoy en día algunos juegan a imitarle, con pésimos resultados.

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  6. DON MANUEL
    Cómo conoce el percal del que hablamos y del que tan poco saben los que mucho le añoran.
    Desde luego el entorno que se buscó, tal como dice Ud., era de lo más recargado mal gusto que se le podía ocurrir, pero seguramente sería para compensar sus años de vida en cuarteles o dar envidia a los otros milicos que aún seguian viviendo en tales cuarteles.

    La imagen del dormitorio del Pardo ( que no está aquí) recuerda a la de un matrimonio que regenta una frutería en un barrio popular.

    Lo cierto es que el hombre trataba de vivir lo más comodamente posible (mucha tele, mucha peli de vaqueros, misas y paseos a caballo) y a ser posible en solitario para no aguantar a la coñazo de la hortera asturiana.

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  7. F.J. EUGENIO
    Naturalmente que es obligatorio discrepar para poder ser civilizado y liberal.
    De ahí a que el ansía de perpetuación en el Poder lo consideres un hecho grandioso y digno de pasar a la Historia como un gran hombre, hay demasiada distancia.

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  8. DON MATU
    Pues la realidad de cómo se las arregló para no dar golpe creo que residía en el pánico que le tenían todos, empezando por los más altos jerifaltes.
    Su arma secreta era hablar poquísimo y conocer de antemano de qué cojeaban ( cartera o braqueta)los ministros y altos cargos que designaba. De forma que nadie intuía ni adivinaba lo que pensaba el mozo.
    Y carecía de ideología alguna, lo cual es una gran ventaja.

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  9. ASPIRANTE
    Como muy bien comentas, hay muchísimos empeñados en imitarle, empezando por el Gran Golferas de Zeta, pero sin los resultados que obtenía Franquito.
    Lo que tenía clarísimo era que si hiciera falta usar de la guillotina no lo dudaba ni un segundo.

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  10. ¿Nadie le dijo a "Ëse hombre" que los Rolls son cosa de nuevos ricos y que el coche fetén, fetén es el Bentley?

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  11. BWANA
    Franquito no entendía de lujos y "estar al día", y menos en una época en que en España el automovil sólo lo usaban los ministros y los terratenientes. Aun hacia el año 1950 salió el Seat 600 y el 1.400, EL COLMO del lujo de industriales y comerciantes enriquecidos.

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  12. Se ve que el Caudillo era un gran admirador de los Austrias, todo el día de caza, despachos los justos y delegación de poder, además de una estricta etiqueta cortesana...

    Un saludo.

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  13. CAROLVS
    Creo que has acertado de lleno, aunque no creo que tuviera muchos conocimientos de cómo eran los Austria pues su cultura era muy cuartelera.

    Pero hacía el mismo tipo de actuación gubernativa.Siempre se ha comentado que los poderes que delegaba en los ministros eran omnimodos, de forma que ni siquiera debian de consultarle para tomar sus decisiones. Pero eso sí, cada semana les hacía pasar 12 horas en cada Consejo de Ministros para que le dieran cuenta detallada de lo que hacían. Y como no fumaba ni meaba, los ministros las pasaban canutas sin poder salir de la sala del Consejo, por temor a ser abroncados por ir a la toilette.

    Por eso él se dedicaba a cazar y pescar sin más preocupación que la de saber si alguien conspiraba contra él. Lo cual era dificil porque había conseguido que los diversos componentes de su mundo de aspirantes a ser ministros,como monárquicos, falangistas, opusdeistas y generales se pasaran la vida conspirando entre ellos contra sí mismos. Los falangistas odiaban a los monárquicos y viceversa, y ambos a los opusdeistas.

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  14. No seas mal pensado. Lo de la lucecita era porque Franco tenía miedo a la oscuridad y si no se hacía pis en la cama.

    Los dictadores es lo que tienen, son unos cobardes.

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  15. DAMS
    Es posible que fuera eso. O que la tuviera en una ventana donde dentro no había nadie por si le lanzaban una piedra, aunque lo veo dificil porque estaba rodeado de guardias por todas partes.

    Lo cierto que lo de la "lucecita" no lo decía él sino la panda de cohistas que ahora son socialistas o socialistas hijos de aquellos.

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  16. Pensar en pescar pensaría, pero tengo entendido que otro pescaba y él se hacía la foto con el pez.
    Y la señora, varias veces al año venía a tierras cordobesas, concretamente a Lucena y compraba "dorado", candelabros, peroles, y cosas de esas.

    Al final parece que tivieron una vida muy tristona.

    Un abrazo.

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  17. ELENA
    No, no creo que otro pescara por él, porque era su máxima afición. En la época decían que en el Narcea (Asturias) vedaban la pesca del salmón hasta que llegara él y que por eso pescaba mucho. Es posible. También en la costa vasca sacaba inmensos cachalotes y se decía que los submarinistas se los enganchanban en el anzuelo, pero no es cierto.
    El siempre llevaba en su yate Azor una tripulación de marineros vascos de Guetaria y de Bermeo, y uno que estuvo allí me dijo, en una ocasión, que sí los pescaba él, pero con el asesoramiento de los mariñelas de Guetaria que conocían al dedillo la mar de esta costa y sus bancos de pescado. Especialmente de atunes. Ahora ya no queda ningún banco de peces en todas las costas de España pero no creo que se deba a Franquito.

    La RAPIÑERA era la asturiana y no se conformaba ni hartaba nunca de hacer pillajes en las joyerías.
    En San Sebastián durante los veranos los joyeros tenían un compromiso de pagar entre todos ellos las joyas que la "Señora" tenía a bien llevarse de alguna, sin pagar claro. Nadie se atrevía a mandar la factura a palacio, por si las flais. Y las flais solían ser los inspectores de Hacienda.

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  18. Llegar de las últimas tiene la ventaja de poder leer el resto de comentarios, que siempre me gusta. Por una parte me apunto a la reflexión de Matu ¿Cómo gobernó 40 años si no pegaba golpe?. Tenía al ejército pero se lo podrían haber comido las intrigas, creo que se rodeo de gente que hacía el trabajo pero él lo supervisaba rigurosamente.

    Por lo que he leido no tenía nada de cobarde, pero tampoco era especialmemte inteligente fuera del campo de batalla, quizá tuvo la inteligencia de rodearse de la gente adecuada a sus fines. Creo que era un militar nato y su caracter reservado, desconfiado y algo aburrido.

    La collares y resto de familia un desastre, es de suponer que intentara aislarse de ellos.

    Y creo que es un personaje digno de un estudio personal y sociológico, por el hecho de que marcó la vida de los españoles hasta la fecha. Pero eso es ahora imposible, estoy con F.J.eugenio en que aún falta una perspectiva historica y un desapasionamiento que actualmente no existe.

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