14 agosto 2010

La nueva bala y el talibán

Arturo Pérez Reverte realiza un estudio y análisis riguroso sobre la nueva bala con que los ejércitos de la OTAN pretenden sustituir la del calibre 5,56, que está en servicio desde que los norteamericanos empezaron a utilizarla en Vietnam, hacia 1964.

Cuando esta munición fue presentada en sociedad, se planteó como una de sus principales ventajas que era más ligera y podía transportarse en mayor cantidad que el antiguo calibre 7,62. También que, al ser más pequeña, en ciertos impactos no producía la muerte instantánea, sino heridas que complicaban la logística del adversario con mutilaciones, evacuaciones, hospitales llenos y cosas así.

En lo de matar del todo, tampoco se quedaba corta: otra ventaja -como ven, era una bala muy ventajosa, según para quién- consistía en que, al viajar en el límite de su equilibrio, cuando entraba en un cuerpo supuestamente enemigo seguía una trayectoria irregular, provocaba el estallido de vísceras y dejaba al receptor hecho un Ecce Homo.

Este último aspecto, el de la bala tonta que entra por un pulmón y sale por la rabadilla, parece la pega principal que le encuentran en las guerras de ahora. En Afganistán, por ejemplo, resulta que los talibanes son demasiado flacos. Están más desnutridos y delgaduchos de lo normal, y al proyectil no le da tiempo de fragmentarse si toca hueso, o de zigzaguear como Dios manda: hace chas y atraviesa los cuerpos con facilidad, en vez de hacer chof, quedarse dentro y cumplir su obligación de reventar al prójimo.
A eso hay que añadir que los afganos son duros que te rilas, y mientras les vacías un cargador en la tripa son capaces de comerte los hígados y marcarse una jota baturra camino del Paraíso.
Hace un siglo, en la guerra de los norteamericanos contra los rebeldes moros en Filipinas, hubo un problema parecido con los fanáticos que iban drogados y blandiendo machetes: no había forma de pararlos con balas normales. Y del mismo modo que eso dio lugar a la invención del Colt 45 (con bellotas de plomo capaces de tumbar a la madre que te parió), los ingenieros de ahora han puesto a punto una munición nueva con proyectil de acero, menos contaminante que el plomo (bala ecológica, la llaman los muy cachondos), que lo mismo ponga mirando a Triana a un talibán desnutrido que a un chino, a un negro, a un ruski o a un narcopanchito bien cebados.

Hasta ahí, todo parece lógico. Las balas están para eso. Bang. Otra cosa es que se utilicen, o no. Por esto llama la atención que algún cantamañanas de los que confunden buen rollito con demagogia chunga ponga el grito en el cielo, criticando que ahora se quiera matar mejor a los afganos flaquitos. Como si morir escurrido de carnes empeorase que te aligeren.

Pero claro. Para el pacifismo barato y elemental, querido Watson, es demasiado tentadora la imagen de un talibán desnutrido, famélico, atravesado por una perversa bala de la OTAN; y no menos irresistible denunciar cómo el malvado Occidente se las ingenia para que el afgano que hasta ahora se libraba de refilón, por estrecho de pecho, también se lleve lo suyo.
¿Importa tanto la anatomía del soldado contrario?, preguntan. Cuando es evidente que la respuesta es sí. Que metidos en faena, la anatomía importa, y mucho. Que en la vida estamos, como en el chiste, a setas o a Rolex. Y que mejor no tener que hacerlo.

Pero cuando no hay otra, y en un momento dado tienes que pegarle un tiro a un talibán afgano, a un pirata somalí o a un pigmeo de treinta y cinco kilos que te viene de malas, aunque tenga menos carne que el manillar de una bicicleta, lo que necesitas es algo que lo ponga patas arriba de la manera más eficaz posible. Stop. Punto.
Otra cosa es que las guerras sean malas, Pascuala. Que disparar sea un acto fascista, que los ejércitos los inventara Franco y toda la parafernalia al uso. En esto no me meto.
Si no queremos guerras ni soldados, o creemos más cómodo y barato que otros den la cara por nosotros, pues vale. Me parecerá muy bien, entonces, que al cabo Manolo lo saquemos de Afganistán para reciclarlo a corderito de Norit sin fronteras: biberón en una cartuchera y chocolatinas en la otra.

Pero mientras siga allí, jugándosela, prefiero que, cuando se arrime un talibán con Kalashnikov, Manolo le endiñe un bellotazo que lo deje seco a la primera. Con balas convencionales, ecológicas o de hilo musical. Eso me importa un huevo. Con lo que sea.


10 comentarios:

  1. Vaya, vaya D. Javier¡¡, asi que balas ecologicas; y que llevan, acaso, crema hidratante para que no se infecten las heridas?, pues que quiere que le diga, yo solo he conocido aquellas del 7,62 que utilizamos en la mili en los Cetmes, y le puedo asegurar que hacian pupa de verdad, o las del Z-70 que utilizaban los Sub-oficiales, que esas si que parecian bellotas, pero que debian hacer un daño de la hostia; desde luego si lo que pretenden estos jilipollas de la alianza de civilizaciones, es solo avisar al enemigo, y no molestarle, coño¡¡, que a los ejercitos de la OTAN, les provean de escopetas de esas que se utilizan en los juegos de Pin-bal, que disparan bolas de tinta, al menos, los afganos, los fedayin, o el puto ejercito marroqui, no sufriran daño alguno y al menos los combatientes, podran llegar a casa enteros, eso si, sucios de pintura y con un cartel en la espalda que diga ""herido grave, leve, o muerto en combate"", pero el fion, habra justificado los medios, ni un muerto mas en las guerras, con lo cual, la Alianza de Civilizaciones, habra cumplido su cometido, y los soldados, podran desfilar orgullosos de su participación en una guerra limpia, donde al final de la batalla, los soldados se abrazan, y los oficiales, hacen el informe final de la batalla, con una estadistica muy completa del comportamiento de los participantes, número de heridos, segun el color de la pintura y el de muertos (con pintura roja por ejemplo), y si se han conseguido los objetivos, lo que seria de utilidad en las escuelas de guerra de todos los paises.
    Por cierto hoy comienzo mi andadura como blogüer, y a modo de prueba he puesto un articulo, por si le pudiera interesar, esta es la dirección:
    http://manuel-elpaseantemadrileno.blogspot.com/
    Un saludo

    ResponderEliminar
  2. Observo aterrorizado que hoy está Ud. de un humor de perros!
    Hablar de muciciones, balas, pólvora, muertos y sangre!Y además todas esas clamidades son provocadas por esos perros infieles occidentales, que muchos de ellos ni tan siquiera creen en la alianza de civilizaciones!
    Fuera de coñas, las guerras son indeseables para cualquier ser raciona, pero a veces no nos queda más remedio que hacerlas para defender nuestros intereses, nuestras ideas, nuestra forma de vida o simplemente nuestras vidas.
    Debemos de dotar a nuestros soldados con las armas más eficientes y poderosas,, pues su principal misión es volver vivos a casa.
    Claro, que esta discusión acerca del calibre de la munición no tendría sentido si en Afganistán y posteriormente en Irak se hubiese usado el arma nuclear para exterminarlos y acojonar al resto de la morisma.
    Me gusta lo de las balas ecológicas,, y si además no entierras los cuerpos, sirven para abonar la tierra.
    Qué curioso que los pacifistas sólo se preocupen de cómo mueren los enemigos de Occidente!

    ResponderEliminar
  3. DON MANUEL
    ENHORABUENA por su nuevo blog. Que ningún comentarista de éste deje de pasar por EL PASEANTE MADRILEÑO.

    Ha entrado Ud. en el esforzado club de los remeros por las libertades, de los bogadores por la verdad descubriendo las falacias de los malandrines.

    La forma de hacer la guerra que relata Ud. es más menos la que tienen in mente los progres, pero ojo, sólo para sus enemigos que son los occidentales. A los demás como muslimes, marxistas o nacionalistas les permiten incluso el empleo de armas nucleares.

    ResponderEliminar
  4. EMINENCIA ASPIRANTE
    Las balas, al igual que el chorizo de Salamanca, tienen que tener la garantía de que cumplen con su función.
    Los probes progres ya no saben qué inventarse para criticar a Occidente, pero el día que caigan bajo las garras de gobernantes muslimes chillarán que ellos son "cristianos", que no son moros y no les corten en trocitos.

    Yo no sé si las armas nucleares deben de emplearse pero que una epidemia de Peste en el mundo islámico iría de maravilla al Planeta azul, no me cabe ninguna duda.

    Hay un detallito en el que los progres ecológos no han caído : sin el sistema capialista y liberal de Occidente ellos serían unos pobres diablos esclavos de cualquiera. Ser progre es un lujo de Occidentales.

    ResponderEliminar
  5. Ilustrísima, ahora los pijos-progres estarán más contentos con estas balas que ha inventado el tío Obama que protegen el medio ambiente y te matan a la primera. En fin...como dices, y a pesar de todas las tontunas que los "progres" puedan decir, cuando hay una guerra hay una guerra, y todos matan, y lo mejor es que tú puedas matar a la primera antes de que el talibán te comas los sesos o el narco te haga una reducción de cabeza. Muy interesante lo de la anatomía del adversario, la verdad es que no es lo mismo disparar a un guachupi bien decebao como dices de Colombia que a un somalí desnutrío y todo hueso...

    Por cierto, comparto contigo tu teoría de que fueron los "fachas" y el Gran Paco los que inventaron el ejército y lo de matar gentes, todo el mundo sabe que en la Guerra Civil los republicanos, comunistas, anarquistas y demás gentes del otro lado disparaban rosas y poemas de Lorca, los muertos fachas fueron una invención del régimen...

    Saludos.

    PD: creo que al Mohamed le quedaría muy elegante una de estas balas entre las cejas

    ResponderEliminar
  6. CAROLVS
    El colmo de la estupidez es decir que una "bala es ecológica". Es como decir que hay que usar sólo agua que moja.
    Si serán ecológicas las balas que ya han quitado de en medio a parte de la Humanidad en las dos guerras mundiales. Nada que ver con las armas anti-atmósfera que usaban los romanos y otros pueblos atrasados.
    Una lanzada de zulú es un atentado al Cosmos si comparamos con las balas que usan los chinos para ejecutar a sus disidentes.
    Al Mojamé le luciría como un brillante en la frente una de esas balas entre ceja y ceja.

    ResponderEliminar
  7. Pues el ejército DESTEPAÍS ha comprado una munición muy bonita, vienen las balas en bolsitas de ganchillo y cuando las disparas hacen PUM (pero solo el ruido) no matan ni nada malo por el estilo, así no tenemos que llorar la pérdida de ningún puto moro terroristas que cuando te descuides te vuela los mondongos por los aires.

    Todos los progres se han excitado tanto con esas balitas buenas que pacen libremente por los campos con las cabritas comiendo amapolas.

    ResponderEliminar
  8. ISRA
    Mira qué bien.
    He oído que el uniforme del Ejército para el próximo invierno va a ser como el de la foto final del post. Y entre eso y las balas que hacen pum sin hacer daño, los de la OTAN creo que están que trinan.

    ResponderEliminar
  9. Es que las balas están para matar, para liquidar al enemigo, aunque para la progresía casposa y de salón, las guerras y los talibanes sean gente sacados del Festival de Woodstock y miembros del "flower power".
    Contra la idiocia endémica de esta caterva no hay nada que hacer.
    Son así de simples.

    ResponderEliminar
  10. NATALIA
    Los has definido muy bien : enfermos de IDIOCIA ENDÉMICA.

    ResponderEliminar