El teatro organizado para no perder elecciones

Raul del Pozo está que se sale con un artículo suyo, y eso que presume de izquierdista.

Dice :

"Los folloneros seguramente ignoran que aquí no entraron los soviéticos como en Berlín, ni los americanos como en Sicilia. Franco murió en la cama después de desfilar al estilo de la Legión en pijama, y la Constitución de la Monarquía Parlamentaria se redactó entre las dos Españas".

O sea que las mascaradas y disfraces cortesanos, los saraos y la desmesura son producto de unos políticos que han descubierto que o movilizan a sus feligresías o crecerá el partido de la abstinencia.

Con ardides, gatadas y exabruptos retóricos, se criminalizan recíprocamente. La política es alta comedia de bajas pasiones, recurre como los trágicos a las hermanas fatídicas, que hacían hechizos con diente de lobo, hiel de cabra, sangre de mono para crear el pavor entre los aldeanos ahítos de cerveza. No es bastante la promesa de sangre para que no se duerma el espectador, hay que rifar gallos y hacer que aparezcan las moiras, las agoreras, entre rayos y centellas. Se acercan las urnas y hay que movilizar al electorado.

"Nos interesa que haya tensión, habrá que dramatizar", le dijo Pepeluí a Iñaki Gabilondo en otras vísperas electorales. Dramatizar, es decir dar carácter dramático a la palabra, exagerar. El montaje les viene bien a los dos: uno tapa la corrupción, el otro la crisis.

Es un fuego de mosqueo, sólo para quemar moscas. Pero pueden errar el tiro porque si no conocen a la derecha, les recordamos que es un hacha en el motín y en la gresca. Todo puede terminar, señor ZP, no en una aurora roja sino en un rosario de la aurora, que era aquella procesión de curas murcianos que se ponían curdelas junto al pueblo y se querían quedar al final con el Cristo que pertenecía a las cofradías de regantes.

De rosarios de la aurora, que acababan a cristazos o a farolazos, están repletas las madrugadas de la Historia de España. Ya no hay peligro de una derecha centuriona o levítica, pero mejor no encabronen a sus cachorros, que pueden acabar dando con la maza a los maceros.

Porque la realidad, para el que no lo quiera ver, es que ZP y sus sicarios asalariados están armando follón porque creen que tapando el caso Faisan van a ganar las elecciones de nuevo.

Pero el gentío, esta vez, se está hartando porque lo que le sobra es teatro y le faltan los garbanzos.

Existe una bibliografía abrumadora sobre la Guerra Civil, sobre la revolución interna de la zona republicana, sobre los ajustes de cuentas de cada bando. Si se leen varias fuentes y a diversos autores, el resultado tétrico de horrores, crueldad y bestialismo deja una balanza con platillos que vergonzosamente siempre gana la izquierda en horrores.

Tellagorri

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