La Inquisición estuvo muy activa, y lo mismo quemaba en Valladolid que en Roma; a su vez, lo propio hacían calvinistas en Ginebra, anglicanos en Londres y luteranos en Alemania. París vivió una Noche de San Bartolomé que todavía se recuerda, contra los calvinistas.
Los reyes trataban de proteger a los judíos y moriscos porque eran los que les administraban las recaudaciones de impuestos, les suministraban buenos médicos, buenos agricultores (en el caso de los moriscos), excelentes hombres cultos en toda clase de ciencias, orfebres y, además, fieles vasallos.
Esos reyes se encontraron desbordados por las algarabias y explosiones de cólera e ira incontrolados de la masa social de "viejos cristianos", los cuales no eran otra cosa que instrumentos de los clérigos para erradicar a los llamados "herejes" y en un noventa y ocho por ciento por motivo de ENVIDIAS al nivel de vida que judios y moriscos tenian por su esfuerzo en la lucha por la vida.
En todo caso, las matanzas, expoliaciones, destrucción de títulos de crédito sucedian en cuanto flaqueaba el poder del Estado (léase el poder del Rey). Las primeras conversiones masivas tuvieron lugar tras los disturbios de 1391, iniciados en Sevilla y comunicados a las principales ciudades cristianas por grupos de agitadores, que sabían aprovechar el creciente odio popular contra los judíos.
Las conversiones al cristianismo a consecuencia de esa persecución fueron en su inmensa mayoría sinceras y constantes, pero los cristianos viejos no soportaban que los conversos recogieran el fruto otra vez de su característica LABORIOSIDAD y capacidad financiera y administrativa.
En 1449, fue Toledo la que se levantó contra los cristianos nuevos, sometiendo al rey una "Suplicación" y promulgando una "Sentencia-Estatuto", en los que se proclamaba la sospecha de que todas las conversiones de judíos eran falsas, porque ellos estaban marcados por su "estirpe".
La creación del Santo Oficio que examinara la realidad de las herejías fue la solución menos mala que encontraron Fernando e Isabel para deshacer la idea de que todos los conversos eran falsos.
El Tribunal de la Inquisición se le fue luego de las manos y se convirtió en un arma de persecución sistemática de una minoría que él se inclinaba a proteger. El título de "Católicos" les fue otorgado a los reyes cuando se rindieron al espíritu del pueblo y expulsaron a los judíos en 1492.
Las juderías o barrios judios de las ciudades, durante la pascua cristina, debían tener permanentemente cerradas las puertas y ventanas de sus hogares para que ni siquiera pudieran ver o interferir en las numerosas procesiones de los cristianos.
Pero aun así la Pascua encendía, todavía más si cabe, los resquemores de los fanáticos y las acusaciones de celebraciones de rituales heréticos aumentaban durante unas fechas que los judíos temían con razón.
Dos eran las principales acusaciones que se efectuaban contra la comunidad judía relacionadas con la Pascua cristiana: el asesinato ritual de cristianos, esencialmente niños, para crucificados, torturados, beber su sangre o comer su corazón, y la profanación de la hostia, ambos, según el pueblo, destinados a revivir el dolor y el sufrimiento de la pasión del Cristo de los católicos.
Siempre azuzadas o lanzadas por los frailes domínicos.
La primera acusación conocida de crucifixión de un niño cristiano se produjo en la ALEMANIA del Sacro Imperio, en Würzburg, en el año 1147, si bien y como siempre había sucedido con los judíos, el morboso delirio del pueblo pronto logró que tales sucesos se trasladasen a toda Europa.
Tan sólo un año después, en 1148, se acusó a los judíos ingleses de NORWICH de crucificar a otro niño cristiano.
A partir de ahí las acusaciones de asesinatos rituales, principalmente durante la Pascua y mediante la crucifixión, se generalizaron: Gloucester, 1168; Fulda, 1235; Lincoln, 1255; Munich, 1286...
Hasta tal punto llegaba el odio a los judíos y la credibilidad de la gente, que en el siglo xv un franciscano italiano, Bernardino da Feltre, anunció con antelación la crucifixión de un niño, en Trento, donde ciertamente se cumplió la profecía y el pequeño Simón apareció muerto en la cruz.
Para ilustrar lo dicho traigo un pasaje que define mucho mejor que cualesquiera otra descripción sobre lo que era la Inquisición.
El autor del magnífico libro sobre la Cataluña feudal, Ildefonso Falcones, en "La Catedral del Mar", describe uno de esos progroms auténticos de la época.
-Exigen culpables -les dijo Arnau cuando los cinco se recuperaron-.
Empezamos por quince. Estamos en cinco y espero...
-No podemos esperar,Arnau Estanyol-lo interrumpió uno de los rabinos-o Hoy ha muerto un anciano; estaba enfermo, pero nuestros médicos no han podido hacer nada por él, ni siquiera mojarle los labios. No nos. permiten enterrarlo. ¿Entiendes lo que eso significa? -Arnau asintió-o Mañana, el hedor de su cuerpo en descomposición se sumará a los...
-En la sinagoga -lo interrumpió Hasdai-, no podemos ni movernos; la gente..., la gente no puede levantarse para hacer sus necesidades. Las madres ya no tienen leche; han dado de mamar a sus recién nacidos y también a los demás niños, para saciar su sed. Si esperamos muchos días más, cinco culpables serán una minucia.
La procesión partió de la misma judería. En su interior, las puertas y ventanas de las casas estaban cerradas y las calles aparecían desiertas, sembradas de muebles.
El silencio de la aljama parecía retar al clamor que se escuchaba fuera de ella, donde la gente se apiñaba alrededor del obispo, refulgente de oro al sol mediterráneo, y de la infinidad de sacerdotes y frailes negros que esperaban a lo largo de la calle de la Boquería, separados del pueblo por dos filas de soldados del rey.
El griterío rasgó el cielo cuando tres figuras aparecieron en las puertas de la judería. La gente alzó los brazos con los puños cerrados y sus insultos se confundieron con el metálico desenvainar de las espadas cuando los soldados se dispusieron a defender la comitiva.
Las tres figuras, encadenadas de pies y manos, fueron conducidas hasta el centro de dos hileras de frailes negros y así, encabezada por el obispo de Barcelona, la procesión inició la marcha.
La presencia de los soldados y de los DOMINICOS no impidió que el pueblo apedreara y escupiera a los tres culpables que se arrastraban entre ellos.
Arnau empezó a oír el griterío de la multitud a lo largo de la calle de la Mar. El murmullo llenó Santa María; se coló por los huecos de las puertas sin terminar y subió por los andamios dc madera que aguantaban las estructuras en construcción, igual que podía hacerlo cualquier albañil, hasta alcanzar las bóvedas.
¡Tres inocentes!
«¿Cómo los deben de haber elegido?
¿Lo habrán hecho los rabinos o se habrán presentado voluntariamente?».
¿Qué había en ellos? ¿Resignación?
El griterío aumentó. Arnau se levantó y miro hacia la salida que daba a la plaza de Santa María. La procesión no tardaría en entrar. Permaneció en el templo, mirando hacia la plaza, hasta que los insultos de la ente se convirtieron en realidad.
Los quemaron vivos. Los ataron a unos postes, sobre leños y astillas, y les prendieron fuego sin que en momento alguno cesara el clamor de venganza de los cristianos. Cuando las llamas alcanzaron su cuerpo, Hasdai levantó la mirada hacia el cielo.
Los retratos de Álvaro de Luna, Enrique IV de Castilla, Fernando el Católico, los persecutores como el sevillano Ferrán Martínez y el toledano Marquillos, el santo iluso VICENTE FERRER, el papa Luna, Pablo el obispo converso de Burgos, vistos por el historiador sefardi Netanyahu convencen al lector de que la biografía histórica es un género muy superior al hoy tan apreciado de la novela histórica.
La tesis de Netanyahu es que la persecución de judíos y conversos por los cristianos viejos en los diversos reinos de España, desde el siglo XIV en adelante, no tuvo motivos principalmente religiosos, sino que estuvo originada en una rivalidad económica, social y política, que finalmente derivó en simple racismo y ya en el siglo XVII en la manía de la "limpieza de sangre".
El pueblo bajo de Andalucía, Valencia, Cataluña, Castilla y León, los representantes de las ciudades en las Cortes de esos Reinos, los predicadores populares, los frailes ansiosos de poder, fueron los que una y otra vez aprovechaban momentos de vacío de poder para lanzarse al saqueo de las juderías y para desbancar a los conversos de una preminencia laboriosamente conseguida.
Tellagorri
envidias,sermones,hogueras
El Santo Oficio, es uno de los capítulos más horribles, más siniestros, más crueles en los que en nombre de Dios se torturaba con saña despiadada y se mataba con total crueldad.
ResponderEliminarSiempre es igual el fanatismo religioso. En nombre Dios, se han llenado los campos de muertos; los seres humanos han derramado más sangre que agua tienen los mares y continuamos todavía igual, matando en nombre de Dios.
La Iglesia Católica, me refiero al caso concreto de España, nunca podrá pedir suficiente perdón al pueblo de ese Dios del que supuestamente todos somos hijos, por los crímenes cometidos.
"Curiosamente" a los condenados a morir en la hoguera quemados vivos, se les reservaba dos opciones. Si el final se arrepentían y confesaban “su culpa”, les hacían la gracia de quemarles con leña que previamente mojaban a fin de que el humo les asfixiara antes de que les llegaran el fuego de la madera. Si no había arrepentimiento, se seleccionaban maderas muy secas para que murieran con la máxima atrocidad quemados vivos y así purgar más y mejor los “pecados y herejías”
Saludos
Como la historia describe perfectamente, todos los extremos y fanatismos han perpetrado verdaderas barbaries en nombre de algo. Es una lástima que las personas no nos esforcemos en aprender de esos errores y día a día inventemos unos nuevos.
ResponderEliminarSaludos
Horrible todo lo que pasó en aquellos años y que gracias a Dios o a la providencia no vivimos.
ResponderEliminarPor todo lo que cuentas no acabo de entender que una y otra vez se nos quiera hacer creer que en Córdoba cohabitaron musulmanes, judíos y cristianos en perfecta armonía. Vamos, ni viéndolo me lo creo.
Interesantísima la entrada como siempre.
Un saludo.
ELENA
ResponderEliminarLo que dices de la convivencia en CORDOBA de moros, cristianos y judios, sólo corresponde a una época muy concreta : la del Califa AHDERRAMAN III y su hijo AL-AHAKEN.
Mientras esos dos CALIFAS vivieron, se toleraron todas las religiones e incluso los judios y cristianos eran designados asesores de visiris y gobernantes en función de sus sabidurias particulares.
Es el perio de máxima grandeza del Islam en España y es cuando se construyeron los grandes palacios, los grandes jardines, y la mejor Biblioteca del Mundo.
Los pelos de punta tengo, querido Tella. Lo peor de la especie humana siempre sale cuando de ejercer el poder se trata. Como siempre, sobre las victimas mas debiles y desprotegidas. Contra los judios sobre todo, pero no fueron los únicos, ahí está lo del 11M sin ir más lejos, aunque ellos se llevaron la palma con la culminación de la la mayor ignominia de la historia: El Holocausto.
ResponderEliminarTellagorri, esto es lo que yo llamo recoger el guante de manera brillante. Uno puede tener ligeras nociones del tema pero tras leer esa cantidad de "pequeños" detalles uno se queda más que satisfecho de leer tus post. Ya te lo comenté en otra ocasión pero cuando mi hija dé historia en clase propondré a su profesor/a la lectura obligatoria de tu blog, seguro que así no salen tan analfabetos como las nuevas generaciones.
ResponderEliminarAunque como dijo aquél, unos crían la fama y otros cardan la lana, y aunque es evidente el CV de nuestra inquisición siendo la que más "fama" tiene y más es mencionada hay que reconocerle su mérito a nuestros primos europeos, bastante más expeditivos, eran unos "artistas", sólo hay que pasarse por el museo de la inquisición de Santillana del Mar para ver los artilugios utilizados y su procedencia.
Querido Javier:
ResponderEliminarQuiero ofrecerte unos fragmentos de mi libro "Páginas entre la tierra", cuya trama argumental se basa precisamente en la Inquisición. Lo escribí hace cuatro años documentándome en hechos reales acaecidos en Toledo y Madrid.
“No pretendo cargar las tintas contra un hecho abominable como lo fue en su día la creación de la Inquisición por la iglesia Católica Romana, creando con tal acción un aberrante monstruo de dos cabezas. El contubernio Iglesia-Estado, la cruz y la espada al servicio de un dios mudo e invisible que devora a su propia creación en un acto de canibalismo cósmico, no tiene razón de existir.
Los hechos que aquí se narran son reales, debidamente contrastados y documentados con nombres y apellidos. La noticia en su tiempo, en la mayoría de los casos y tratándose de acciones represivas no llenó ni dos cuartillas escritas por el escribano de turno, quedando archivado el interrogatorio en uno de tantos legajos inquisitoriales….(…) Antes de tomar la pluma he leído una y mil veces cientos de documentos originales escritos no hace tantos años en el interior de las mazmorras unas veces, y en las salas de tortura, otras. Los escritos están redactados con manos firmes los unos, temblorosas los más, pero siempre estuvieron a pocos pasos de las víctimas. Cada fracción de pergamino alberga un grito de angustia y dolor, e incluso muchos pliegos aparecen manchados de sangre perteneciente sin duda al interrogado que estaba siendo torturado.
Los prisioneros sometidos a interrogatorio, encarcelamiento de varios años, los que se encuentran condenados de por vida o simplemente los que van a ser conducidos a las cámaras de tortura, se pudren en estrechos e insalubres calabozos plagados de ratas que al olor de la sangre atacan a los torturados. Hombres, mujeres y niños duermen hacinados sobre sus propios excrementos, privados casi siempre de comida debido a la desviación de los fondos destinados a tal efecto, encauzados con destino a la bolsa de los carceleros o quizá a la de los propios inquisidores. La mayoría de prisioneros no pueden moverse de su sitio por distintos motivos. Uno de ellos es el del encadenamiento con grilletes a la pared de la celda, en muchos casos acompañado el castigo con una mordaza aplicada en la boca y un cepo de hierro o madera entre la barbilla y los hombros, con lo que el condenado se encuentra totalmente inmovilizado, medio asfixiado.
No importa la edad ni el sexo del prisionero. Mujeres en avanzado estado de gestación sufren hoy en día la tortura del potro, finalizando la sesión con todos sus miembros descoyuntados. Cuando se produce el fallecimiento debido al trauma, el vientre de la mujer es abierto en canal para la extracción del feto. Este requisito continúa siendo obligatorio cuando la torturada ha sido acusada de relación carnal con Satanás. Ambos cadáveres son quemados públicamente en un Auto de Fe…..(…) A los niños se les ata a un tosco banco de madera con los pies desnudos e inmovilizados con grilletes. Distintas partes de su cuerpo son untadas con grasa de tocino o aceite, para de inmediato aplicarle un brasero de hierro candente y garfios al rojo vivo. No deseo extenderme en detalles vergonzantes. Simplemente la lectura de los pergaminos originales provoca náusea. ….(…) El Tribunal de la Inquisición continúa siendo infalible. Puede auto justificar o explicar cualquiera de sus acciones, pero jamás enmienda una sentencia. La Caridad como virtud teologal, es ignorada por el Santo Oficio.”
Mi libro, a pesar de contar con quinientas y pico de páginas, está inconcluso. Cuando me sacuda la modorra, quizá lo acabe algún día y lo suba íntegro a Internet en un documento Word.
Elena
ResponderEliminarNo sólo fue en Córdoba donde cohabitaron las tres culturas. La ciudad de Toledo aglutinó a la flor y nata de las tres culturas cuya pacífica convivencia perduró hasta la expulsión de los judios decretada por los Reyes Católicos.
Hay que ver, con lo que fue mi Córdoba querida..., y ahora, no sé si por la ineptitud de nuestros políticos o yo qué sé, pero creo que nos vamos a ver negritos para ser Capital Cultural Europea para 2016.
ResponderEliminarNo hacen nada más que cerrar librerías, sólo queda una que merezca ese nombre, al final tendremos que ir al Carrefour a comprar libros.
Un abrazo para Tellagorri y otro para José Luís.
Yo creo que el problema no es ya El Santo Oficio tal lo conocemos a través de la Historia. El problema es que sigue habiendo HOY Inquisición y que se sigue matando en nombre Dios.
ResponderEliminarSe sigue HOY lapidando a mujeres islámicas hasta la muerte, se las sigue matando en nombre del HONOR (el de los hombres machos, por supuesto) se sigue torturando, se sigue dando azotes por tomarse una cerveza. Se sigue ahorcando a homosexuales o lesbianas y todo ello ocurre HOY y todos... mirando para otro lado y ¿hablamos de los muertos diarios en nombre de Alá?, ¿de los atentados suicidas, con miles de muertos cada año? Hoy sigue habiendo guerras santas.
¿Qué diferencia hay entre "nuestra" Inquisición y la de ellos? Ninguna.
¡Joer!, parece que como no ocurre aquí no ocurre en ningún sitio del mundo. Claro, nosotros a dar gracias a Dios porque nos libra de esa barbarie y… ¿A qué Dios tendrán que dar gracia quienes la sufren?
CHARNEGUET
ResponderEliminarLos pelos de punta se ponen cada vez que se leen testimonios, dejados por escrito, por sefardies (judios españoles) que sobrevivieron y a través de Lisboa, Tunez o Argel llegaron a Constantinopla en donde se guardaron hasta hoy.
Dan ganas a llamar a todos los sefardis que en el Mundo existen, descendientes de los huídos, y que hoy viven en Estambul, Marruecos y Damasco, para ofrecerles una muy digna reparación de al menos similar a la que obligaron a pagar a los alemanes por los crímenes de sus nazis, y que los actuales alemanes han tenido que hacerlo durante décadas desde el propio bolsillo de cada ciudadano alemán.
La mayoría de esos sefardies siguen llevando apellidos castellanos, hablan el castellano del siglo XVI y XVII, y guardan en sus casas los documentos de propiedad de los edificios o viviendas que se vieron obligados a abandonar, así como la llave de sus casas españolas.
Yo he conocido a varios sefardies en Estambul y son prósperos comerciantes que hablan con cariño de España y que derrochan simpatía con los españoles.
Uno de los significativos es el exministro de Exteriores Israelí, Simon Peres.
JOSE LUIS
Tu libro, por el aporte breve que has hecho aquí, debe de ser muy interesante y déjate de andar en peonzas con Rosas Díaz y similares y acábalo. Has descrito de maravilla el trato a los presos judios, y si los españoles actuales tuvieran tiempo de leer más cosas de esas, es probable que nunca más sucedan hechos similares aquí, ya que al paso que vamos se van a repetir pero a cargo de los muslimes que nos van a gobernar.
FERNANDO
Sí, efectivamente, lo de los muslimes es muy parecido. En ese mundo, también, son los mulás los que azuzan a las masas analfabetas a hacer barbaridades con los no muslimes. Siempre, de por medio, CLÉRIGOS.
ISRA
Gracias por el elogio en referencia a tus hijas, pero sí debieras de cuidar de que lean Historia (aunque sea en libros novelados) para que sepan lo que el mundo ha sido.
Y, naturalmente, no hay que olvidarse de que los CALVINISTAS QUEMARON a gentes como Servet (médico español) y los papistas a miles de calvinistas en París.
CABALLERO ZP
Es imposible que la mayoría no escarminete y caiga en los mismos errores porque hoy mismo la MAYORÍA no tiene ni puta idea de estas millones de cosas más sucedidas a los largo de la Historia y en sólo mil años, en ESPAÑA.
Yo entiendo que el gentío no quiera saber cómo eran las dinastias egipcias, o las de los chinos (hace más de 5.000 años), pero es una verguenza que hoy los universitarios no sepan ubicar en qué siglo sucedieron las carlistadas o las algaradas de Comuneros.
Gracias Javier.
ResponderEliminarTienes razón. Invierto demasiado tiempo en Blogger y descuido lo que de veras me gusta hacer: Escribir. Por lo tanto, tras mi operación y cuando mis ojos recobren medianamente la visión, me tomaré una o dos semanas sabáticas para concluir el libro.
Me hacía falta un empujón para acabarlo y con tu respuesta, creo que ya va siendo hora de escribir la palabra Fin de la Primera Parte, puesto que dada la complejidad de su trama argumental, será precisa una Segunda Parte para dar fin a la novela.
Si lo sabes, me gustaría que me comunicaras la mejor forma de subir el archivo de texto a mi blog, para que el que quisiera hacerlo, pudiera descargarlo en su equipo
Me alegro de verdad que te sientas con ganas de terminanr lo empezado.
ResponderEliminarSobre cómo subir archivos de texto a blog es sencillo, auqnue yo no lo sé hacer porque no lo he hecho, pero tuve un amigo que me estuvo enseñando. Hay un programilla gratuito que se baja de internet y luego mediante él se suben todos los archivos que quieras a una web o un blog.
Se llama sistema de subir FTP y hay varios como Cute FTP 5.0.2: En español , y - Smart FTP 1.0 En inglés.
El que te asesorá sobre ello es Julio.
TELLAGORRI, genial como siempre cuando escribes de nuestra Historia.
ResponderEliminarMe gustaría que escribieras sobre los que piensan que el Holocausto de los judíos por los nazis es una "mentira".
Sin saber nada de religiones, ni historias, desde pequeña sentía admiración por el pueblo judío. Después te vas informando o "desinformando" y llega el dilema.
Mis hijos no tragan a los judíos, son jóvenes, en mi casa no hemos hablado mal de ellos, al contrario, lo habrán "aprendido" en la universidad.
Discrepo contigo, la historia egipcia es de las más leídas, existen miles de documentales y películas.
Saludos
PASION
ResponderEliminarPues, ya ves. Eso de la afición a la historia de Egipto no lo sabía, auqnue imagino que será a ficciones creadas bajo la época de los faraones.
De lo que se deduce que el gentío conoce las costumbres de épocas faraonicas y desconoce quien era Juan II de Aragón y I de Navarra, padre de Fernando V de Aragón y marido de Isabel La Católica.