Que la mafia tiene un atractivo que sobrepasa el horror de sus acciones, una capacidad de seducción que olvida sus crímenes, es innegable.
Tal vez el lujo alcanzado por los gánsters, su cotidianeidad al margen del estado, su estatus y en su gran mayoría, la imagen de buenos samaritanos de cara a su comunidad, han despertado, desde que el mundo es mundo, un interés que trasciende del puramente informativo.
Desde aquellas películas clásicas de los años treinta, donde Jimmy Cagney paseaba su rostro impenetrable, mientras fuera de los focos y los platós de la Warner Brothers, imperaban los verdaderos 'mafiosi' con fuerza y tiranía en las calles de Chicago y Nueva York, hasta hoy en día.
Sin ir más lejos, ayer leía la denuncia de Maria Falcone, hermana del juez Giovanni Falcone, asesinado junto a su mujer y sus dos escoltas por el sanguinario Giovanni Brusca en Mayo del 92, en la que declaraba que el culto a los distintos capos como Toto Riina, Mesina Renaro o Bernardo Provenzano, además de tener multitud de páginas web dedicadas a sus 'proezas', ha llegado hasta Facebook.
Que en Internet hay espacios dedicados a narcotraficantes, asesinos como Charles Manson, y sitios donde les rinden la mayor de las admiraciones, no es ningún secreto. Ahí están y cualquiera puede visitarlos. ¿No están Franco y Hitler también?
Volviendo a los capos, parece que en estos últimos tiempos, con la aparición de libros tan fundamentales para entender el mecanismo de 'trabajo' de estas 'santas hermandades', como la genial novela 'Gomorra' de Roberto Saviano (1979), que con meticulosidad sobrehumana nos radiografía a la Camorra napolitana, o la sobresaliente biografía de Andrea Camilleri, 'Vosotros no sabéis' donde traza un fantástico y genial recorrido por la vida y milagros del último capo corleonés Bernardo Provenzano, el tema está más vivo que nunca.
El cine, dicen algunos, ha tenido buena parte de culpa en el engrandecimiento de estos señores, con honorables trasfondos, frases legendarias, y citas sentencieras.
Esto lo comenta Jimmy Barnatán, pero mi parecer es que, a falta de prototipos élite en las sociedades actuales, se busca a los "héroes" en cualquier parte, incluso en protagonistas de Comics, ya que el gentío necesita referentes a quien "adorar".
Cuando las gentes se llenaban con las historias de auténticos lideres, ya fueran políticos o sociales (las actividades de grandes empresarios antes de serlo, o la de científicos antes de sus geniales descubrimientos, o las autobiografias de tipos como De Gaulle,por ejemplo)no necesitaban buscar en la delincuencia para hallarlos.
En los aburridísimos tiempos del vivir de la Dictadura, se idolatraba a futbolistas y boxeadores (Di Stefano, Urtain, Roky Marciano, Bahomontes), y , al parecer, ahora ya ni los futbolistas ni los ciclistas ni los boxeadores, y mecho menos los políticos y banqueros, llaman la atención de las gentes.
Y lo que es aún peor, jovencitos de 40 años se pirran por las pelis y comics de combates entre naves galáxicas. Quien suscribe gustaba de El Guerrero del Antifaz o de las fazañas del mexicano Zorro, pero unicamente hasta cumplir los 14 ó 15 años.
Creo que hay una gran carencia de madurez.
Por eso se venden tantos VIDEO-JUEGOS.
atraccion,gangsters
Holaa! Excelente comentario, me encanta tu sentido critico con todos los temas jaja espero que sigas asi me gusta mucho leerte, gracias por visitarme y comentar:) SALUDOS.
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