La persona que aspire a la presidencia reunirá, además de mucho dinero que gastar en la campaña, recaudado entre sus simpatizantes, unas características inexcusables: tiene que ser mayor de 35 años, ciudadano de EEUU, nacido en el país y que haya vivido allí durante, al menos, los últimos 14 años. Él será el encargado de nombrar al que se convertirá en vicepresidente en caso de victoria y que antes le acompañará en los carteles electorales.
Cuando las convenciones cierran sus puertas, se pone en marcha la campaña en sí. Debates televisivos sin espacio para la sorpresa y mítines llenos de consignas con la vista muy fija en los 'estados clave', aquellos cuyo apoyo a uno u otro candidato oscila en las encuestas. Algunos de ellos, como Florida, Ohio o Pensilvania, son además algunos de los más poblados y aportan un gran número de delegados al llamado Colegio Electoral, el órgano que definitivamente proclamará el nombre del vencedor dos meses después de celebrarse comicios.
El Colegio Electoral tiene 538 delegados, y para ganar las elecciones se necesitan 270. Cada estado tiene un número de delegados según su población. El sistema 'todo para el ganador' otorga todos los delegados de un estado al candidato que consigue la mayoría.
Esta institución resulta muy llamativa para quien está acostumbrado a saber pocas horas después del cierre de los colegios electorales quién va a ser su próximo presidente. Los resultados en las elecciones estadounidenses se conocen estado por estado. Cada territorio, dependiendo de su población, aporta un determinado número de compromisarios al Colegio Electoral, delegados que —excepto los de Nebraska y Maine, que escogen proporcionalmente— votarán por el candidato que haya resultado vencedor en su estado. Este organismo está compuesto por 538 personas, el mismo número de diputados que integra el Congreso. El candidato ganador necesita al menos 270 votos para convertirse en presidente.
Que ocupe la Casa Blanca no le garantiza el control del Congreso, formado por la Cámara de Representantes y el Senado. Los 435 congresistas y un tercio de los 100 senadores son elegidos en otras elecciones —las legislativas— que se celebran cada dos años, también el primer martes después del primer lunes de noviembre. Unos comicios casi tan cruciales como los presidenciales, con los que coinciden cada cuatro años. Al respetarse escrupulosamente la separación de poderes, el ejecutivo no tiene ninguna influencia sobre el legislativo, que controla políticas tan importantes como la exterior o la económica. Además, es habitual que los diputados, que luchan individualmente por volver a ser elegidos, no tengan disciplina de partido y, por tanto, voten en contra de propuestas de su propia formación con las que no estén de acuerdo.
NOTA :En estas, y otras elecciones USA suelen presentarse también candidatos independientes y que nadie menciona nunca porque representan a poquísima gente, incluído algún socialista. Este año los otros candidatos a la presidencia son: Chuck Baldwin del partido por la Constitución y Bob Barr por el partido Libertario. Los verdes por su parte han candidatizado una mujer a la presidencia Cynthia McKinney (afroamericana) y otra a la vicepresidencia Rosa Clemente.
Existe un partido que quiere prohibir el uso del alcohol y tiene como candidato a Gene Amondson. Los latinoamericanos tienen un representante en la lista de candidatos por el partido de Trabajadores Socialistas en la persona de Róger Calero. Quienes se llaman a sí mismos el “Boston Tea Party” tiene como candidato a Charles Jay y Alan Keyes se presenta como independiente. Existen otros dos partidos socialistas con candidatos inscritos para estas elecciones: El partido socialismo y liberación que votará por Gloria La Riva y los Socialistas que lo harán por Brian Moore. El "objetivismo" es un partido en USA y tiene también su candidato propio: Thomas Stevens.
¿Pero por qué votan ese martes y no otro día si en la mayoría de los países las elecciones se realizan en domingo?.
Pues no es casualidad. Desde 1845 las elecciones en Estados Unidos tienen lugar el primer martes después del primer lunes del mes de noviembre y la respuesta tiene que ver con la historia de la sociedad estadounidense.
¿Por qué en noviembre?
Porque en otros tiempos noviembre era uno de los meses con menos carga de trabajo en el campo. Ya se había recogido la cosecha y el clima era más apacible como para no impedir que la población se desplazara.
¿Por qué un martes?
Pues porque gran parte de los posibles electores, que no eran todos como todo el mundo sabe, vivían en núcleos rurales, y debían hacer laegos viajes para poder ejercer el derecho al voto. Ésto les obligaba a partir el día anterior. Así, según la Comisión Federal Electoral "el lunes no se consideraba razonable dado que muchas personas tendrían que iniciar su viaje el domingo" y esto impediría practicar los servicios de culto en las iglesias.
Pero... ¿por qué el martes después del primer lunes?
Pues la razón sigue siendo religiosa pero con tintes económicos. En Estados Unidos el primero de noviembre se celebra la fiesta católica de "Todos los Santos", pero además la mayoría de los comercios cerraban sus libros de cuentas a mes vencido el primero de mes. Esto no tendría importacia alguna a día de hoy pero hace más de un siglo a las instituciones electorales les preocupaba que los resultados económicos, buenos o malos, provocaran alguna influencia en el resultado del voto.
La abuela blanca de Barack Obama padecía un cáncer terminal. Tanto que, siguiendo los consejos de los médicos, el candidato demócrata decidió suspender todos los actos de campaña el pasado sábado. Se desplazó entonces a Honolulu para dar el que sería el último adiós a una de las personas que más ha marcado su vida. Obama no quería cometer el mismo error que en 1995, cuando no pudo despedirse de su propia madre, Ann Dunham, que también murió de cáncer.
Puesto que el padre del aspirante demócrata abandonó a su esposa e hijo cuando éste tenía apenas un año, la abuela desempeñó un papel central en su educación. De hecho, a la edad de 10 años, Barack volvió a los EEUU para vivir con sus abuelos, mientras su madre se quedaba en Yakarta con su segundo marido y la pequeña Maya Soetoro, hermanastra del senador. A partir de entonces, el político afroamericano pasó toda su adolescencia en Hawai, a miles de kilómetros de su madre y al cuidado de sus abuelos.
"Ella era el pilar de nuestra familia, y una mujer de extraordinarios logros, carácter y humildad. Ella fue la persona que nos animó, y nos permitió asumir nuestras responsabilidades y tomar riesgos", reza el comunicado que ayer hicieron público el aspirante a la Presidencia y su hermanastra poco después de anunciarse el fallecimiento de Madelyn Dunham.
En la autobiografía Dreams from My Father (Los sueños de mi padre), Obama describe a Dunham como una mujer práctica y trabajadora, siempre con los pies en la tierra; un complemento ideal y necesario para la naturaleza soñadora tanto de su marido como de su hija Ann.
Madelyn Lee Payne Dunham, nacida en 1922 en Peru, una aldea del condado de Chautauqua (Kansas), en el corazón de la América rural. Sus padres eran unos estrictos seguidores de la iglesia metodista que consideraban reprobable y pecaminoso beber alcohol, jugar a cartas e incluso bailar. Madelyn fue una de las mejores estudiantes de su generación en el instituto del pueblo.
En 1940, y con la oposición frontal de sus padres, se casó con Stanley Dunham, un impetuoso vendedor de muebles de Wichita (Kansas) que, sólo unos meses después de la boda, se alistó en el Ejército para servir en la II Guerra Mundial. Madelyn decidió entonces comenzar a trabajar y encontró un empleo en la fábrica de bombarderos Boeing B-29 en Wichita, la ciudad conocida como la capital del aire.
En 1942 nació la primogénita de la pareja, Stanley Ann, madre de Barack Obama. La familia se trasladó a partir de entonces, en varias ocasiones, a lo largo del país, instalándose en California, Texas y Seattle para volver temporalmente a Kansas. Finalmente, Madelyn y Stanley Dunham se asentaron en Hawai, donde el negocio de la fabricación y venta de muebles parecía más próspero.
En 1960, Madelyn, a quien Barack llamaba cariñosamente toot, (una deformación de tutu, abuela en la lengua vernácula de la isla), empezó a trabajar en el Banco de Hawai. En diez años, consiguió varios ascensos y se convirtió en una de las primeras vicepresidentas de la institución.
A pesar de su educación conservadora, Obama siempre ha elogiado su capacidad para aceptar los cambios sociales y la forma de vida de su hija y de su nieta. Madelyn, por ejemplo, se opuso abiertamente a la decisión de Ann de casarse con Barack Obama padre, sobre todo cuando recibieron una carta indignada de su futuro consuegro, en la que éste decía no querer "que un Obama ensucie su sangre con la de una mujer blanca". Sin embargo, tanto Madelyn como Stanley acabaron aceptando el matrimonio.
A pesar ser tan importante en la vida de Barack Obama, Madelyn rechazó convertirse en el centro de atención de los medios durante la histórica campaña de su nieto. "No doy entrevistas... Mi estado de salud es muy frágil", declaró a uno de los primeros medios que intentó contactar con ella en 2007.
Puesto que el padre del aspirante demócrata abandonó a su esposa e hijo cuando éste tenía apenas un año, la abuela desempeñó un papel central en su educación. De hecho, a la edad de 10 años, Barack volvió a los EEUU para vivir con sus abuelos, mientras su madre se quedaba en Yakarta con su segundo marido y la pequeña Maya Soetoro, hermanastra del senador. A partir de entonces, el político afroamericano pasó toda su adolescencia en Hawai, a miles de kilómetros de su madre y al cuidado de sus abuelos.
"Ella era el pilar de nuestra familia, y una mujer de extraordinarios logros, carácter y humildad. Ella fue la persona que nos animó, y nos permitió asumir nuestras responsabilidades y tomar riesgos", reza el comunicado que ayer hicieron público el aspirante a la Presidencia y su hermanastra poco después de anunciarse el fallecimiento de Madelyn Dunham.
En la autobiografía Dreams from My Father (Los sueños de mi padre), Obama describe a Dunham como una mujer práctica y trabajadora, siempre con los pies en la tierra; un complemento ideal y necesario para la naturaleza soñadora tanto de su marido como de su hija Ann.
Madelyn Lee Payne Dunham, nacida en 1922 en Peru, una aldea del condado de Chautauqua (Kansas), en el corazón de la América rural. Sus padres eran unos estrictos seguidores de la iglesia metodista que consideraban reprobable y pecaminoso beber alcohol, jugar a cartas e incluso bailar. Madelyn fue una de las mejores estudiantes de su generación en el instituto del pueblo.
En 1940, y con la oposición frontal de sus padres, se casó con Stanley Dunham, un impetuoso vendedor de muebles de Wichita (Kansas) que, sólo unos meses después de la boda, se alistó en el Ejército para servir en la II Guerra Mundial. Madelyn decidió entonces comenzar a trabajar y encontró un empleo en la fábrica de bombarderos Boeing B-29 en Wichita, la ciudad conocida como la capital del aire.
En 1942 nació la primogénita de la pareja, Stanley Ann, madre de Barack Obama. La familia se trasladó a partir de entonces, en varias ocasiones, a lo largo del país, instalándose en California, Texas y Seattle para volver temporalmente a Kansas. Finalmente, Madelyn y Stanley Dunham se asentaron en Hawai, donde el negocio de la fabricación y venta de muebles parecía más próspero.
En 1960, Madelyn, a quien Barack llamaba cariñosamente toot, (una deformación de tutu, abuela en la lengua vernácula de la isla), empezó a trabajar en el Banco de Hawai. En diez años, consiguió varios ascensos y se convirtió en una de las primeras vicepresidentas de la institución.
A pesar de su educación conservadora, Obama siempre ha elogiado su capacidad para aceptar los cambios sociales y la forma de vida de su hija y de su nieta. Madelyn, por ejemplo, se opuso abiertamente a la decisión de Ann de casarse con Barack Obama padre, sobre todo cuando recibieron una carta indignada de su futuro consuegro, en la que éste decía no querer "que un Obama ensucie su sangre con la de una mujer blanca". Sin embargo, tanto Madelyn como Stanley acabaron aceptando el matrimonio.
A pesar ser tan importante en la vida de Barack Obama, Madelyn rechazó convertirse en el centro de atención de los medios durante la histórica campaña de su nieto. "No doy entrevistas... Mi estado de salud es muy frágil", declaró a uno de los primeros medios que intentó contactar con ella en 2007.
Una diferencia abismal en todo comparándolo con nuestro país, fíjate las consecuencias de la elección a dedo de Aznar y ahora de la elección a dedo de Rajoy, entiéndase Soraya Sáez de Santamaría.
ResponderEliminarSaludos
Así es, CaballeroZP, y en tal sentido he incluído este Post. Para los que no conozcan el sistema yankee electoral.
ResponderEliminarY el detalle más valioso en segundo lugar es cada quién se paga su campaña, bien con su dinero o bien con el que le dan sus su "admiradores".
Si eso ocurriera aquí, ninguno de los actuales ocupaasientos del Parlamento estarían en donde están.
Te he dejado, ayer, un email con la dirección de los "cuadros".
Yo, no sintonizo con usted en custiones políticas o ideológicas; pero disfruto leyendo sus posts.
ResponderEliminarMe encantan los cuadros del blog. Ya he tomado nota de la página web que dejó en un comentario para CaballeroZP.
¡Gracias por compartir su cultura!
Gracias, anónimo, por el comentario. Me satisface que le gusten los post de mi blog y las imagenes.
ResponderEliminarEso es, precisamente, el ser civilizado y liberal : apreciar u oir las opiniones de los no concordantes.
Por tal razón, le saludo muy cordialmente y espero siga visitando este Blog.
Javier Tellagorri