15 octubre 2008

HAIDER, los "progres" y los nazis









Tras 30 años de vivir bajo un régimen jurídico democrático, similar al de los restantes países de la UE, observo que muchísima gente de este país aún no tiene muy claro el qué significa tal concepto.

Basta con observar los blogs de los autodenominados "Progres" y los comentarios en ellos insertados por los que se consideran de "izquierdas", y es curioso percibir que no saben lo que es democracia y sí tienen muy claro que su "ideologia" es odiar a los yankee, despreciar lo tradicional (la idea de esfuerzo o búsqueda de excelencia para alcanzar buen nivel social), y abrazar todas las causas que están de moda como "el multiculturalismo" o "la igualdad de sexos" o la "no discriminación racial", sin tener una idea clara de lo que tales conceptos significan en la práctica (Por ejemplo, permitir que los muslimes no cumplan nuestras leyes y exijan derechos que ellos niegan a los demás).

Por contra, leyendo muchos blogs de los autoconsiderados como "liberales" enaltecen exageradamente la bandera y símbolos nacionales (muy en la linea de los falangistas, y probablemente como reacción a que los "progres" prefieren defender a los nacionalistas antes que a la unidad nacional sin caer en la cuenta de que los nacionalistas son lo más reaccionario que pueda darse hoy en el mundo, salvo los talibanes afganos) y se duelen con la muerte del lider austriaco nazi Jörg HAIDER (hace un par de días y en una juerga nocturna).

La juventud, esa que de Franco sólo sabe que existió y que para unos permitió a su padre o abuelo o bisabuelo vivir, como ahora, acomodados al Régimen aunque tras su muerte juraran que eran activistas anti Franco, y para los otros idem de idem, ignora lo elemental de los valores democráticos, como son la defensa a muerte de la libertades individuales, de la existencia de sufragio universal y una prensa libre (no amordazada), así como de la barricada para conservar un sistema de mercado y comercio libres, sin más trabas intervencionistas que las necesarias para impedir los abusos de las multinacinales y de los oligopolios o de los sistemas socialistas totalitarios.

En los años 60 De Gaulle invitó a los obreros comunistas de la Michelin a ir a montar una factoria en la URSS, y los que se apuntaron volvieron a los pocos meses, muy escarmentados de sus fantasías "progres".

No se les ha ocurrido pensar a los muchísimos universitarios de hoy, mal formados y peor adoctrinados, que sin un capitalismo libre y sujeto a un sistema constitucional en donde todos seamos iguales ante la Ley, no podrian los tales "progres" subsistir porque basta con mirar a Corea del Norte, Camboya o Venezuela y Cuba para saber lo que es ser "libre"(todos son progres de la nada). En tales sitios es imposible que haya "progres de pose". Los encarcelarian o fusilarían.

Por ello, incluyo un artículo de uno de los más independientes periodistas de Europa, Martín Prieto, sobre los camuflajes vaticanos y de otras hierbas.


MARTIN PRIETO

Jörg Haider se ha matado en su coche tras una fiesta con violencia escénica y sus fanáticos ensoñarán que una cabalgata de walkirias se ha llevado su cadáver joven, ario y hermoso. Presidente del Estado Federal de Carintia, era el líder del neofascismo austriaco, aunque los medios de información le reputen caritativamente de ultraderechista.


Hijo de nazis y admirador de Hitler, era un amable revisionista de una de las sarnas del siglo pasado, que calificaba de propaganda las cámaras de gas, rebautizaba de penales a los campos de concentración y negaba el Holocausto.


El mismo discurso que me endilgaba el coronel austriaco de las Waffen SS, Otto Sokorzeny, el hombre más peligroso de Europa según la prensa americana, liberador de Mussolini en el Gran Sasso, y enredador de la retaguardia aliada durante la batalla de las Ardenas con comandos disfrazados de estadounidenses y hablando inglés.



Sus discípulos campean por toda Europa y Estados Unidos y una prolongada crisis económica y el consiguiente descontento social le nutrirán. Su mayor freno no son las leyes sino el recuerdo del Holocausto.


En el sínodo que se está celebrando, el gran rabino de Haifa, Shear Yashuv Cohen, criticó ante el Papa Benedicto XVI, cardenales y obispos el silencio de Pío XII ante el mayor pogrom de la Historia, tan rica en ellos.


Se cumplen 50 años de la muerte del Papa Pacelli y se recuerda su agonía de meses abrazado a un hipo que le llevó a la locura o a la exasperación impía con la que, según la maledicencia romana, Dios castigaba su pasividad moral con Hitler.


El suyo fue un reinado hamletiano: católicos polacos, franceses, italianos, húngaros, checoeslovacos... vieron pasar impávidos los trenes de la muerte. El Reich propuso Madagascar como hogar judío, pero ninguna potencia puso los barcos. Quisieron canjearlos por 40.000 camiones, a lo que se negaron los ingleses. EEUU, aún neutral, congeló los visados a los hebreos.

Pío XII mantuvo sus nunciaturas en la Europa ocupada y mantuvo buenas relaciones con el paganismo nazi. No tuvo una palabra sobre el Holocausto. Sus valedores aducen que para no comprometer a los católicos bajo la esvástica, pero a nadie se le escapa que la admonición del nazifascismo hubiera supuesto una revolución dentro de la guerra. En una de las Conferencias aliadas, Stalin, sardónico, preguntó cuántas divisiones tenía el Papa. Churchill le previno sobre su influencia universal entre millones de seres humanos. Pacelli, aguileño, enjuto, ascético, misterioso, no debía creer mucho en el peso de su propia Iglesia. O creyó en el triunfo del EJE y procuró ir acomodándose al Nuevo Orden.

Los archivos vaticanos están bajo siete llaves y las brumas de Pío XII hasta pueden achacarse a un misticismo extraviado que le hizo suponer que el genocidio judío era la indetenible cólera divina ante los ejecutores de Cristo. Mal que bien, la Iglesia Católica se escabulle de este baldón, pero Pacelli tiene menos posibilidades de subir a los altares que los Reyes Católicos.

Por Javier Tellagorri

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1 comentario:

  1. En el individualismo reside un poder total y completamente escondido.
    Por un lado, la vida con sus manipulaciones; por el otro, el individuo, lleno de sí mismo, principio de realidad.
    Allí los discursos solemnes, los desfiles, la rapiña comunitaria; aquí el instinto. Esta concepción del individuo la esquivan todos. ¡Es demasiado exigente!

    Para el político en particular el individuo es una realidad corrompida. Abajo, pues, con él.

    De la política podemos esperar ricas variaciones sobre el desastre, no soluciones.

    El individuo despliega actividad para el universo por el mero hecho de ser: en este sentido tiende a lo general.Es más fácil ser funcionario que dar fundamento a la propia existencia.

    Actuar es capitalismo, biología, industria armamentística, todas esas cosas que invocan el movimiento, transfiguran el presente y llevan la comida a la mesa. Negocio, forma, exigencia, creación, individuo.

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