01 septiembre 2008

Los Señoritos de Avignon

Volvió Arzallus, y lo hizo a su manera: a mandoblazos, o sea, repartiendo hostias. Rememorando sus tiempos jesuíticos. Que no se diga. Despertándonos del sopor veraniego al que nos someten PSOE y PP, ayer tan lejos, hoy tan cerca.


Menos mal que, de vez en cuando, reaparece el genuino bellotari para ponernos en nuestro sitio; para advertirnos que “el euskera está en peligro”, que eso del manifiesto por el castellano es un “follón indecente”; para recordarnos, en definitiva, que en España no somos iguales porque no podemos serlo; que tiene que haber superiores e inferiores, como hay maquetos y vascos.

Y no todos los vascos, faltaría más. Pues ya sabemos que para el nacionalista también entre los vascos hay distinción. Por un lado, los mestizos, los corrompidos de espurio pensamiento español, por otro, los puros, los orgullosos del rh negativo, o sea, los que vienen siendo los buenos. Y los raros, que es de lo que se jacta ahora Arzallus: de que los vascos son raros.

Yo - lo reconozco- esto de la rareza de los vascos, no acabo de comprenderlo muy bien. He leído a Baroja, he leído a Unamuno, y no me han parecido raros en absoluto. De hecho los tengo como referentes. Me precio también de tener por amigos a un buen puñado de vascongados, y se me antojan todos tan normales como cualquier otro. Si acaso más valientes, sí -de casta le viene al vasco-, pero no raros.

Cierto es que en los círculos que frecuento no abundan los nacionalistas, mucho menos aberrianos -el alma de los Arzallus, Eguibar y demás ralea- y que a Sabino lo he leído lo justo y necesario para descojonarme en los momentos de tedio y mojarle de, cuando en cuando la oreja, a sus predicadores. Aparte de esto, poco más.

Pero ya que hablamos de rarezas, lo tengo que confesar: a mí Arzallus me pone. Cada vez que le veo, le escucho o le leo, me sube la bilirrubina. Es verdad que tenemos a Urkullu y a Ibarreche. Pero no es lo mismo.

A ellos, por ejemplo -ni siquiera este último- se les habría ocurrido decir que lo del Estado de Derecho no les va. Así, hala, tan abiertamente. Aunque lo piensen. Que lo piensan. A Arzallus, sí. Tampoco se habrían atrevido a afirmar, como él, que bien pudieran haber sido etarras. No termino de verlos. Muy burgueses para tanto trajín. Aunque, tampoco veo al expresidente del PNV con el pasamontañas.

Que nos venga ahora con esas, tras toda una vida chupando del frasco presupuestario español y recogiendo nueces a la sombra del árbol de Guernica… Manda huevos. A buenas horas viene a proclamar sus irredentas pretensiones de independencia. Ya podía haberlo hecho antes, cuando vivía de la sopa boba política, y no ahora que goza de una suculenta pensión vitalicia, queremos creer que no en honor a los “servicios prestados a la patria”.

Pero así es nuestro bellotari. Por eso no nos sorprende cuando afirma que los etarras, esos asesinos cuya valentía no trasciende del tiro en la nuca a bocajarro, o de la bomba lapa, manipulada a quinientos metros de distancia”, no son cobardes”. Ni cuando carece de empacho a la hora de añadir que ” viven mal y están acosados”.

Es lo de siempre: ruindad moral e hipocresía a partes iguales. Si Arzallus justifica a los etarras es porque le interesa. Ni más ni menos.Sin ellos, a medio plazo, el PNV no tendría más remedio que cerrar el chiringuito; ese que montaron hace más de un siglo cuando a un demente desnortado se le ocurrió inventar un cuento para tontos ¿Pues qué son ETA y Batasuna, sino los tontos útiles del PNV?

¿Qué son, sino la porra bastarda, bien nutrida, por cierto, de castellanos acomplejados, tratando de ganar créditos de vasquismo? ¿Qué sería de Arzallus y del PNV sin ellos? ¿Quién les haría entonces el trabajo sucio?

Que no nos tomen al pelo. Ha tiempo ya que jeltzales y abertzales comparten cubiertos en la mesa. Si los del PNV no van más allá, si no terminan de echarse al monte es porque no se atreven; porque son unos pijos; porque viven a cuerpo de rey, y, sobre todo, porque ya tienen quien lo haga. De ahí que para muchos no sean sino los mismos perros con distinto collar. Cuestión de criterios. Opinen ustedes.


Por Oscar Rivas
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1 comentario:

  1. Se ha elegido como título el de LOS SEÑORITOS DE AVIGNON porque con su cuadro "Las señoritas de Avignon", PICASSO reflejó a las PUTAS del mundo, y aquí los "Señoritos de Euskadi" son más putas que las que Picasso quiso pintar.

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