En el año 2005 la Unión Europea donó 342,8 millones de dólares -más exactamente 612,15 millones de dólares, sumando todas las ayudas de los gobiernos de la comunidad europea- al gobierno palestino.
Incluso los EE.UU donaron en varias ocasiones millones de dólares (aunque no a los mismos niveles que la Unión Europea) de los impuestos recaudados a sus ciudadanos a la misma a la autoridad palestina. En julio de 2005, como respuesta a los ataques terroristas islámicos sufridos en Londres algunos días antes, los líderes del G8 -el grupo de naciones industrializadas más influyentes del planeta- ofrecieron al gobierno palestino unos nueve mil millones de dólares, doblando la “alternativa al odio”.
El incremento de ayuda occidental continuó, a pesar de un estudio demográfico que venía a demostrar que el número de habitantes de la franja de Gaza había sido manipulado fraudulentamente (en un 50%) por el gobierno palestino.
Casi toda la nueva infraestructura de los territorios palestinos desde el inicio de proceso de paz de Oslo, en los años 90 (escuelas, hospitales, aeropuertos), fue concertada y pagada por Bruselas.
Cuando la Jihad despuntó de nuevo en el 2000 con la segunda intifada, Israel canceló las transferencias de ayudas económicas a los palestinos. Sin embargo, la Unión Europea adelantó otros 10 millones de euros al mes para la ayuda presupuestaria directa al susodicho gobierno. El comisionado europeo para asuntos exteriores, Chris Patten, declaró en 2002 que “no hay motivos que indiquen que el dinero de la unión europea haya servido para financiar al terrorismo, ni para la compra de armas, ni para cualquier otra actividad similar.”
Un informe elaborado por la Fundación para la Defensa de la Democracia, refutó las declaraciones de Patten: “Existen incuestionables evidencias de que el dinero donado a las autoridades palestinas ha sido utilizado para financiar actividades terroristas”, aseveración confirmada por Fuad Shubaki, que fue jefe de las finanzas de las fuerzas de seguridad palestinas.
Según él, Yasser Arafat tomó millones de dólares de los fondos transferidos por Israel y por los países árabes para comprar armas y municiones, entre las que se incluyen 50 toneladas de armamento trasladadas a bordo de la la nave Karine A. Tal transacción fue coordinada entre el gobierno palestino, los Hizbollah del Líbano y el gobierno revolucionario iraní.
En mayo de 2006, Mahmoud Abbas (presidente del gobierno palestino tras fallecer Arafat en noviembre de 2004 y líder político de Fatah) intervino en el Parlamento Europeo respecto al proceso de paz. Por aquellas mismas fechas, las brigadas de los mártires del al-Aksa, el brazo armado de Fatah, amenazó con atentar contra los E.E.U.U. y los intereses económicos y civiles europeos, en respuesta a las posibles sanciones internacionales al gobierno palestino. La ayuda financiera no provoca ningún tipo de gratitud por parte de los palestinos. Sin embargo, llegan a amenazar con la violencia si la ayuda económica no es rápida, se reduce o cesa. Esto es lisa y llanamente extorsión.
Este golpe bajo casa perfectamente con la filosofía de la Jizya (impuesto que los no- musulmanes han de satisfacer a los musulmanes a cambio de no ser asesinados). Tal “ayuda financiera” se menciona con frecuencia en la documentación sobre el diálogo euro- árabe. Bat Ye' Or llega a precisar que una parte del impuesto de la Jizya está siendo satisfecho sin el conocimiento de los ciudadanos europeos.
En Noviembre de 2005, el censor de cuentas europeo rechazó aprobar las cuentas el gobierno europeo por undécimo año consecutivo, por contener numerosos fraudes y errores.
El Tribunal de Cuentas Europeo rechazó dar su conformidad a la declaración del presupuesto de 160.300.000 de euros para el año 2004 debido a que “los errores observados afectan a la legalidad de la mayoría del presupuesto”. También rechazó, de forma específica, aprobar los presupuestos para la política de los programas de ayuda al extranjero, muchos de los cuales son dirigidos hacia países árabes. La mitad de los presupuestos supervisados, correspondientes a los proyectos de las Comisión de las Comunidades Europeas, se juzgaron inadecuados.
La Comisión de Cuentas considera que un gobierno que rige los destinos de medio millón de personas no puede realizar una contabilidad con tantos defectos durante más de una década quizás a causa de que, en gran parte porque son cuentas incontrolables y de que, por otra, porque fueron pensadas para que así lo fuesen.
Los musulmanes han avanzado en la Jihad utilizado el engaño, de manera que que es demasiado tarde para que ésta pueda ser detenida por los “infieles”. Los federalistas europeos y los “eurabianos” se han detenido en la contemplación de las páginas del “playbook” islámico y acercándose enmascaradamente a sus metas durante décadas, sepultando los detalles de la maniobra bajo una manto de lenguaje tecnócrata, totalmente incomprensible para los no burócratas.
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