26 julio 2008

MADRID : OPOSICION que sólo se opone a los suyos


Después del mano a mano monclovita (que no se sabe si consistió en un alto el fuego; o si fue un armisticio en condiciones honorables; o una rendición a cencerros tapados), no pocos votantes del PP piensan que Rodríguez Zapatero se la ha dado con queso, una vez más, al gentil don Mariano. Que le ha vendido un morapio peleón con etiqueta de gran caldo; que le ha conducido engatusado hasta la trampa; que ha utilizado bolas en lugar de balas.

Lo cierto es que Rajoy ha dado carpetazo a la indecencia contumaz de la negociación con los etarras y al hecho de que el tinglado judicial se haya convertido en un ariete partidario. Es decir, que ha colgado los guantes de repartir estopa a la cuadrilla gobernante y sólo salta al ring si hay que ajustar las cuentas con sus correligionarios.

No obstante, lo que importa es que se ha puesto fin a una crispación insoportable. Esa es la conclusión que sacan del encuentro los pregoneros del poder y quienes consideran que ser un ciudadano respetable es lo mismo que ser un alma de cántaro.

El problema no es que al señor Rajoy se la hayan dado con queso, con caviar o con gambas. Allá se las entiendan, él y sus circunstancias. El problema son esas quinientas mil familias en las que nadie trae un sueldo a casa. El problema es el de aquellos empresarios que tendrán que cerrar a la vuelta del verano. El problema es el de los que no quieren que sus hijos sean pasto de los doctrinarios. O el de los que han de ejercer a escondidillas el derecho a expresarse en el idioma de España.
Por Tomás Cuesta

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