No todos se cambiaron el nombre como Hellín, "Luis Enrique Hellín Moro. Perito judicial." Con esta escueta presentación, a modo de tarjeta de visita, Emilio Hellín, el asesino convicto de Yolanda González, ha cerrado el círculo. A principios de los 70, nada más sacarse la carrera de Telecomunicaciones, empezó a colaborar con el Servicio Central de Documentación de la Presidencia del Gobierno (SECED), el servicio secreto militar creado por el almirante Carrero Blanco.
Allí siguió bajo el primer gobierno de la Monarquía, presidido por Carlos Arias Navarro. Cuatro décadas después, el ingeniero Hellín, un tipo robusto y malencarado de 63 años, sigue trabajando para los cuerpos de seguridad del Estado. Tras cambiarse de nombre, el ultraderechista condenado a 43 años por la muerte de Yolanda en 1980, ejerce de perito judicial y da cursos de espionaje y rastreo informático a la Policía y la Guardia Civil. Incluso ha colaborado en investigaciones tan mediáticas como el caso Bretón, en el que analizó las llamadas del principal sospechoso, el padre de los niños Ruth y José.
Pero la nueva vida de Emilio Hellín no es, ni de lejos, una excepción. Los ultras que bañaron de sangre la Transición española recuperaron la libertad tras cumplir breves condenas de cárcel. La mayoría rehizo sus vidas. Algunos camuflaron su pasado turbio con un oportuno cambio de nombre. Otros muchos encontraron cobijo en el sistema judicial y en las fuerzas de seguridad, donde han tejido un complejo sistema de ayudas mutuas.
Es el caso de Miguel Ángel Panadero Sandoval, el militante de Fuerza Nueva que mató al joven Miguel Grau de un ladrillazo, hoy reciclado como un respetado procurador de los tribunales en Valencia. Uno de sus compinches de aquella matanza, Carlos García Juliá, montó una agencia de detectives en 1991, cuando fue puesto en libertad. Tras espiar al juez Baltasar Garzón, el pistolero se fugó a Latinoamérica, donde fue encarcelado por narcotráfico.
A los 32 años, Emilio Hellín, jefe de seguridad de Fuerza Nueva (FN) del distrito de la Arganzuela, se convirtió en líder del Grupo 41 del Batallón Vasco-Español (BVE), antecedente de los GAL.
YOLANDA GONZALEZ |
Gran parte del armamento encontrado en los dos pisos francos era reglamentario del Ejército pero, al querer indagar sobre sus dueños legales, no hubo respuesta. En el tejado de su casa, Hellín poseía una antena de gran alcance, también desaparecida a los pocos días de su detención. Para allanar la casa de Yolanda, Hellín utilizó un carnet del SECED y, tras el asesinato, según su propia confesión, siguió el dictado de su jefe al escribir: "El Batallón Vasco-Español, grupo operativo militar, reivindica el arresto, interrogatorio y ejecución de Yolanda González Martín, natural de Deusto, miembro de un comando informativo de ETA…".
En total, a Hellín se le incautaron las armas del crimen, más 50 kilos de Goma 2, un subfusil Mauser, cebos electrónicos, 60 cartuchos de explosivos fabricados por la empresa Explosivos Río Tinto, granadas de mano PO reglamentarias del Ejército, botes de humo como los usados por la Policía, un aparato Skanner VHF, receptores de emisoras policiales y un bolígrafo-pistola con capacidad para disparar munición del calibre 22 corto.
Al igual que el caso de Hellín, el destino de otros asesinos políticos de la Transición no deja de ser curioso. Sus conexiones, tampoco. Tal es el caso de dos pistoleros de la matanza de Atocha, el mayor crimen político de la Transición: José Fernández Cerrà, vendedor profesional de 31 años, y Carlos García Julià, administrativo de 21 años.
En la tarde del lunes 24 de enero de 1977, un comando de ultras asaltó un bufete de la calle Atocha (Madrid), asesinó a cinco abogados laboralistas y dejó otros cuatro heridos graves. Los autores del tiroteo estaban adscritos a Fuerza Nueva, Falange Española y de las JONS, la Hermandad de la Guardia de Franco y el Sindicato de Transportes de Madrid.
Condenados cada uno de ellos a 193 años de prisión, ambos salieron de la cárcel a los 13 años y medio y emprendieron sus vidas por derroteros muy distintos. El 9 de marzo de 1991, 15 años después de la matanza, el asesino José Fernández Cerrá abandonó la cárcel en libertad condicional, quedó unido desde entonces a María Ángeles Díaz Panadero, con la que se casó tras conocerla en la prisión de Herrera de la Mancha (Ciudad Real).
Según la sentencia condenatoria, pasadas las diez de la noche, Panadero Sandoval observó a un grupo de personas, a quienes no conocía, mientras pegaban carteles políticos. Después de tirarles agua para amedrentarlos, cogió de la azotea de su edifico un ladrillo desprendido y, desde el balcón de su casa, fue consciente de que si atinaba contra alguna persona podía ocasionarle la muerte. En vez de desistir, lanzó el ladrillo en dirección al grupo y se escondió para no ser visto, mientras la piedra se estrellaba contra la cabeza de Miguel Grau, que se desplomó sobre el suelo y falleció 10 días después. Pese a que su autoría del ladrillazo fue conocida desde el primer instante por las autoridades, no fue detenido hasta seis días después. Durante su estancia carcelaria, Panadero estudió Derecho. En la actualidad es procurador de los tribunales en la ciudad de Valencia, donde está colegiado.
En siete años de Transición (1975-1982), 188 personas perdieron la vida por actos de violencia consentidos u organizados desde los aparatos del Estado.
M. Sanchez
asesinos ultras
Me parece muy buen que se persiga a los Ultras pero ello conlleva la inevitable pregunta, ¿Cuantos han matado Bolinaga, Josu Ternera y compañia? Este pringadoo trabaja para el Estado, ¿Cuantos ultraizquierdistas de la Eta chupan de él?
ResponderEliminarCreo que en éste país, nunca, superaremos ni la Transición, tan mal llevada ni la Guerra Civil, agazapada cada día en cada esquina.
Un saludazo.
DON PEDRO
EliminarNo estoy ni minimamente de acuerdo con tus comparaciones. No es posible organizar un Estado basicamente libre y democrático si no se exige el cumplimiento de la ley a sus propios miembros ejecutivos. No es posible que el Estado dé amparo a los asesinos convictos, juzgados y sentenciados.
Lo otro, lo de Ternera o Bolinaga son marranadas de políticos en sus combalanches y debieran de ser perseguidos, pero no justifica en ningún caso que los terroristas estatales, con armas del Ejército o de la Policia (cómplices de ellos), sean luego acogidos bajo su ala. ¿Quién se fía de un policia en ejercicio que anteriormente fue un asesino por razones políticas ultras? Eso es NAZISMO puro y equiparar a asesinos terroristas tipo Eta con asesinos del Estado mediante una falsa LEY DE EQUIVALENCIAS.
Eso es simplemente la LEY DE LA SELVA.
No está muy alejado de lo que en realidad tenemos.
EliminarUn saludazo.
"Maravillosa" visión retrospectiva de la j*dida Transición. O sea, como ahora pero a menor escala. Y antes, al menos, cumplian condena aunque ahora estén rehabilitados, actualmente los asesinatos en masa ni se investigan y a los criminales se les nombra diputados y dentro de poco, ministros.
ResponderEliminarCada vez estoy más convencida de que me equivoqué de profesión, en España el futuro siempre es el crimen y la estorsión.
DOÑA CANDELA
EliminarCreo que las actuales generaciones que , por ser niños entonces, no conocen estos temas sepan que aquí de maravillosa "Transición" del Franquismo a la Democracia, jamás se ha producido. Y que sigue rigiendo el principio de dar protección a "los nuestos" a pesar de ser unos asesinos brutales equivalentes a los de la Gestapo.
Si en Francia la Gendarmerie hiciera eso hace tiempo que la V República no existiría. Y lo triste es que ahora mismito hay un montón de neonazis con camisas nostágicas azules de disfraz entrenándose en las mismas narices de policias y ropones.
No soy zurdoso ni de lejos pero mucho bloguero es incansable en destacar las inmundicias de una miserable izquierda sin mencionar jamás a los potenciales y reales fascistas dispuestos a instaurar un Adolf a la mínima. Por ello traigo estos temas. España es una calamidad de país con exceso de sectarismos.
No, no siempre el futuro es de los sesinos y criminales : hay muchísima buena gente que no admite a los excesivos de ningún color.
El problema de este jodido país es que, al igual que alos políticos se les consigue acomodo en el pesebre una vez cumplida su misión de mantenimiento, y expansión de la casta en la sociedad, infiltrándose hasta en el último y mas pequeño recoveco, también a los asesinos y criminales en general, se les busca acomodo para agradecer los servicios prestados.
ResponderEliminarNi uno solo de nuestros politicastros dudará, ni por un momento, en utilizar la sangre de cualquiera de sus compañeros para el medro personal o colectivo, de "su" colectivo.
Son vomitivos.
Y los ejecutores, sus marionetas.
Un abrazo.
DON CAPI
EliminarCompletamente de acuerdo con todo lo que expones porque hemos terminado convirtiéndonos en TRIBUS, como los africanos, y en donde se protege a tope al miembro que es perseguido, sea criminal, asesino de niños o buceador. Pero es "de los nuestros" se dicen en cada una de las tribus que diferencian a unos de otros.
Sí, señor, SON VOMITIVOS.
Un abrazo
¿Nuevo blog?. Falta uno unos mesecillos de nada y ya no encuentra a los amigos.
ResponderEliminarPues si la incruenta y sacrosanta transición, ja. A mi me metieron hasta preso y solo era un chaval. Los criminales, los de la gabardina, la Triple A, los azules, los de Fuerza nueva del Blaspi, todos esos hacían lo que querían. A mi personalmente me tirotearon en tres ocasiones y vi como se cargaban a Arturo Ruiz hundiéndole el cañón de un fusil de lanzar botes y pelotas de goma en la cabeza. Todos esos deberían de haber sido apartados y muchos de ellos procesados y en lugar de eso le protegieron porque la soberanía no reside en el pueblo español, esta en otras manos.
Saluditos Don Javier.
DON ROBERT
EliminarLlevo aquí desde septiembre u octubre pasados pero eres tú quien desapareció, no sé si en combate o en fuga, y con todo el mundo echándote de menos. Me alegro muchísimo de volver a saber de tí y de leerte.
Me dejas boquiabierto con eso de que tú estabas en medio de todo aquello y por tanto sabes de qué va la cosa. Pues, sí, aquellos asesinos de la gabardina, la Triple A, los de Blas Piñar, los de Batallón Vasco Español, los Guerrilleros de Cristo Rey y demás mierda falangista que querían impedir a toda costa el derrumbe de un sistema dictatorial o implantar uno nuevo a imitación de Adolf.
Esa frase es olímpica : "En España la soberanía NO reside en el Pueblo". Y es una verdad total, redonda.
Un abrazo y no vuelvas a desaparecer.
Es cierto desaparecí en combate pero sí que ya conocía y visite este tu nuevo blog solo que me despisto el nombre Tella-Dos, yo lo tengo por Tellabezt Club. Aquí es donde te daba la lata el mutiko ese. Ahora ya tendré mas tiempo libre y procurare retomar el blog mio y el de los amigos. Puede que me anime y cuente algunas cosas de la famosa transición aunque no me gusta recordarlo mucho.
EliminarUn Saludito Javier y gracias a ti y a los amigos por echarme de menos.
DON ROBERT
EliminarPor favor cuéntanos en tu blog lo que sepas de aquellos tiempos. Seguro que son tan jugosos como los asuntos de las CIAS con los que nos deslumbraste a todos. El Isra aún te echa de menos por aquellas informaciones que nos dabas.
Un abrazo