22 junio 2011

García Lorca : El cabo Mariano y su pelotón

Aquella madrugada el cabo Mariano dispuso de su escuadra al completo. Todos con sus pistolas Astra (modelo 902 calibre 7,65 mm) al cinto y sus fusiles Mauser (modelo 1893) ahítos de munición.

Hijo de jornaleros era Mariano Ajenjo Moreno, jefe del piquete y, con 53 años, el más veterano de los seis matarifes. Y Antonio Benavides Benavides, el medio pariente de Federico, también tenía sangre de campo, por más que durante 10 años probara suerte como emigrante en Buenos Aires y, antes, su 1,64 de estatura le impidiera seguir la carrera de las armas, en la que destacó por su fiereza y crueldad en la guerra de Marruecos, durante la heroica toma del monte Gurugú. Más que por carácter, como en el caso del cabo Mariano, las ansias de matar del primo Benavides eran por vocación.
Terminó sus días puteando, en una vida depravada.

Todo lo suyo (y lo de Salvador Varo Leyva, Salvaorillo, el hijo huérfano de un zapatero de Chiclana; y lo de los campeones de tiro Juan Jiménez Cascales y Fernando Correa Carrasco; además del historial de Antonio Hernández Martín, con el que se cierra el pelotón) está en sus expedientes militares, que han sido la piedra de toque con la que Miguel Caballero ha podido contrastar y cerrar su investigación, después de tres años y medio de labor detectivesca en registros civiles, cementerios, actas de defunción, charlas con los más viejos del lugar, partidas de boda y de nacimiento.

Porque todos los que vivieron las últimas horas de Lorca, desde su detención por el padre de Emma Penella (Ruiz Alonso) en la casa de los Rosales hasta que su cuerpo fue arrojado sin vida a una fosa frente al cortijo Gazpacho, están muertos salvo la mujer que le llevó su última cena.

Se llama Eva María Rocaberti, tiene 101 años y la memoria roída por el alzheimer. Vivía en Víznar con su marido, Manuel Martínez Bueso, ex chófer de Azaña y entonces hombre de confianza del capitán al mando de las tropas en el frente de Víznar, José María Nestares.

Dicen sus hijos, y tuvo 11, que el bueno de Martínez Bueso nunca se recuperó de tanta barbarie. Tampoco aquella noche del 16 al 17 de agosto era su mejor momento. Horas antes de asistir como testigo a los tiros de gracia, Manolo había enterrado a su primogénito, muerto con pocos meses de vida.

Aunque fueran aquellos tiempos de gran matanza (la sublevación de Franco contra la II República había empezado un mes antes), los verdugos del fusilado más famoso de la Guerra Civil no han podido hacer desaparecer sus nombres de la Historia.

Coincidiendo con el 75 aniversario de la matanza (y del inicio de la guerra), los ha desenterrado, sin más propósito que contar toda la verdad, el mismo investigador que dedicó cinco años a reconstruir la historia de la familia García Lorca desde el s. XVIII hasta 1940, año en que el padre de Federico se va de España para siempre.

Ya entonces descubrió Miguel Caballero verdades como puños y otras incómodas hasta para los herederos del poeta, reacios a admitir que sin las viejas rencillas de dos familias ricas de la vega de Granada con el acaudalado padre del poeta, no se entiende del todo el desenlace de la tragedia lorquiana.

Una de esas familias eran los Roldán. La otra, los Alba (en La casa de Bernarda Alba se ensañaba literariamente con ellos; y aparecía, en el papel del mujeriego Pepe el Romano, José Benavides, primo hermano del verdugo de igual apellido).

Si los Alba, a través de Antonio Benavides, miembro de las terribles escuadras negras, estuvieron de cuerpo presente en la ejecución, la mano de los Roldán se deja entrever en la detención del poeta. Un protector de la familia, el teniente coronel retirado de la Guardia Civil  Nicolás Velasco Simarro (mano derecha del gobernador de Granada), fue quien, en ausencia del gobernador, ordenó la detención y posterior traslado de Lorca al barranco.

La sucesión de acontecimientos aparece detallada en la investigación de Caballero, convertida en el libro de inminente publicación

13.30 horas del 16 de agosto. El exdiputado derechista Ramón Ruiz Alonso, el falangista Federico Martín Lagos y el abogado Juan Luis Trescastro (rival político, años atrás, del padre del poeta) se presentan en el número 1 de la calle Angulo de Granada, el domicilio familiar de los Rosales, para llevar detenido a Lorca (quien había buscado el refugio de sus amigos camisas azules, tras ser golpeado una semana antes por un piquete de exaltados) al Gobierno Civil.

De allí, caída la noche, sería traslado en coche a La Colonia, en Víznar, un viejo molino que hasta que empezó la guerra hacía las veces de residencia escolar femenina. En agosto funcionaba como centro de detención y corredor de la muerte para quienes iban a ser fusilados sin juicio ni procedimiento penal. Y allí, apartados de la vista de todos es donde se cruzan los destinos de Lorca y el pelotón del cabo Mariano.

"Llegó sobre las 11.30 o 12 de la noche", dejó dicho el capitán Nestares en una entrevista, a finales de los 60, con el investigador Eduardo Molina Fajardo que sirvió de punto de partida a la investigación de Miguel Caballero.

"Yo estaba dormido", proseguía su relato Nestares, "y entró y me despertó el teniente de asalto Martínez Fajardo. Me dijo que llevaba una orden directa del comandante Valdés (el gobernador civil) para fusilar a cuatro. Uno de ellos era Federico. A mí me molestaba atrozmente esto. Lo consideraba una canallada.

Pero fueron uniformados de Nestares quienes mataron a Lorca. Sus elegidos.

¿Asesinos natos? "No", dice rotundo Caballero. "Antes de la sublevación no habían sido asesinos, y en los años posteriores a la finalización de la guerra, tampoco. No eran refinados ni cultos ni gente dada a plantearse problemas morales. Eran soldados sin sentido de culpa. Sólo uno, que yo sepa, dio muestras de sufrir las ejecuciones como un martirio. Era Jiménez Cascales".

Han pasado 75 años y Caballero, el investigador, abre los brazos en cruz marcando sobre la tierra el lugar donde él cree que fueron ejecutados y sepultados Federico García Lorca, los banderilleros anarquistas Francisco Galadí y Juan Arcoya Cabezas y Don Dióscoro, el maestro cojo de Pulianas que les contaba a sus alumnos que Dios no existía.

¿Por qué ahí? "El testimonio más preciso y fiable, dice Caballero, lo dio tiempo atrás el jefe de una centuria de la Falange destinado en el lugar cuando los fusilamientos. Se llamaba Joaquín Espigares Días, era de Víznar, agricultor y panadero. Nadie mejor que él conocía aquellos parajes. No sólo señaló a los asesinos, también el lugar".

Por eso ahora Miguel Caballero, abre los brazos en cruz y señala una franja de terreno y una piedra blanca con una hendidura en forma de cruz. El sitio dista 400 metros del que señaló Gibson y donde la Junta de Andalucía realizó hace poco la célebre, y fallida, excavación en busca de Lorca.

Además de testimonios y un mapa que dejó marcado el capitán Nestares, Caballero contó con la ayuda de un zahorí (marcó la existencia de aguas subterráneas que explicarían por qué se excavaron allí pozos) y un experto en localización de fosas de la Guerra Civil de la Universidad de Zaragoza.

Pisando la tierra, Caballero habla: "Según dijo un testigo años más tarde, los propios ejecutores arrojaron los cuerpos a la fosa, y sobre ellos echaron la muleta de Don Dióscoro".

También ha reunido los nombres de los detenidos en La Colonia a quienes, a la mañana siguiente (17 de agosto de 1936), se mandó a sepultar los cuerpos. Se trataría del intelectual Joaquín García Labella, Francisco Rubio Callejón y Yoldi Bereu. Estuvieron en el viejo molino hasta el 24 de agosto, cuando los bajaron a Granada para fusilarlos, y fueron sustituidos por unos masones, también detenidos, que quedaron, desde entonces, como presos enterradores.

Pieza a pieza, Caballero ha concluido el puzle. "En los cementerios encontré muchas fechas que me ayudaron para ir con algo firme al Registro Civil, donde saqué partidas de nacimiento y después, en los archivos de la Dirección General de la Policía, sus expedientes militares. Costó lo suyo dar con el jefe del pelotón, al que Molina Fajardo había identificado como "Mariano Asenjo, el de Jun". Pero en ese pueblo granadino nadie sabía de él. Hasta que encontré una partida de boda en Jun de un tal Marciano Ajenjo, que se había casado con una mujer del pueblo, y así, registro tras registro, llegué hasta el hombre que mandaba el pelotón de fusilamiento: Mariano Ajenjo Moreno".

Había nacido Mariano en 1883 en Huerta de Valdecarábanos (Toledo) en una familia de jornaleros con 11 hijos de los que cinco murieron de niños. Escapó de la miseria enrolándose en el Ejército en 1903, y en 1909 ya era guardia del cuerpo de seguridad y vigilancia, convertido por decisión de Azaña en 1932 en el cuerpo de Seguridad y Asalto (tras la guerra sus miembros terminarían en la Policía Armada, los celebérrimos grises, y de Tráfico).

Probablemente debido a su edad (53 años), Nestares le asignó un lugar lejos del campo de batalla: jefe de la escuadra de ejecutores en el barranco de Víznar. Su única misión era hacer de verdugo. Y tanto cumplió que, relevado del puesto tras la ejecución del poeta, recibió su prometido ascenso a sargento a los 13 días. Se jubiló en junio de 1941 y murió 10 años después, a la edad de 68 años. Está enterrado a pocos metros del cuñado también fusilado de Lorca, el alcalde socialista de Granada Manuel Fernández Montesinos Lustau.

De las escuadras negras, grupos extremistas a las órdenes del Gobierno Civil que ejecutaban a su antojo, llegó para sumarse al pelotón de fusilamiento el falangista Antonio Benavides Benavides. De hecho, hasta tres días después de matar a Lorca ("Le he hado dos tiros en la cabeza al cabezón", llegó a presumir) no fue nombrado formalmente guardia de asalto, con sueldo anual de 3.250 pesetas y 300 más por los "servicios especiales" (ejecuciones). Tenía 36 años.

Benavides era nieto de la hermana de la primera mujer del padre de Lorca, y primo de José Benavides (Pepe el Romano en "La casa de Bernarda Alba"). Labriego tras la mili, en 1925 emigró a Buenos Aires, durante la dictadura de Primo de Rivera, pero volvió la víspera de la guerra y se enroló en la Falange el 18 de julio, día del Alzamiento. Terminada la batalla, deambuló de destino en destino, cada vez con más mala vida. En su expediente militar se le trata de "borracho", y da cuenta también de sus amoríos con la dueña del prostíbulo de Málaga "Los Mantones", para escarnio público de su esposa y cinco hijos.

"Un guardia muy alto y delgado". Así había quedado descrito el Salvaorillo en el libro de Molina Fajardo. Pero hay más. Salvador Varo Leyva había nacido el 27 de septiembre de 1899 en Chiclana (Cádiz), hijo de un zapatero del pueblo de Camarón de la Isla y una granadina de Churriana, adonde se trasladó la familia cuando murió el zapatero. Militar desde el 31, en la República participó en la desarticulación de células anarquistas en Granada, entre las que con toda seguridad se encontrarían dos de los fusilados con Lorca: los banderilleros Cabezas y Galadí. Este segundo había estado dos veces en la cárcel por colocar bombas y otras tantas fue indultado.

"De los banderilleros", explica Caballero, "Galadí era el más peligroso. Durante un tiempo se dedicó a vigilar la casa del militar (Valdés) que cuando triunfó el movimiento en Granada fue nombrado gobernador... A él y a Cabezas los detuvieron en una cueva llevando encima la pistola de un sargento de la Guardia Civil asesinado...". Que los fusilaran con Lorca fue puro azar de aquellos días atroces.

Si Salvador Varo terminó con los años de corredor de fincas en Churriana, tras su retiro militar en octubre de 1957 (fue el único del pelotón que no le concedieron el ascenso prometido), de Antonio Hernández Martín aún se guarda memoria de sus años de jubilación. Terminó sus días jugando a las cartas en el Café Americano de la Gran Vía de Granada. Nunca hablaba de su pasado. Aunque ascendió a cabo, fue expulsado en 1940 tras un "expediente político-social" de depuración que no superó.

Cuando, aquel 21 de octubre de 1921, colocó la bandera española en la cima del Gurugú, seguro que Fernando Correa, nacido en un cortijo de la Alpujarra, no sospechaba que su habilidad con la pistola le convertiría, 15 años después, en verdugo del poeta más grande que dio su tierra. A Lorca nadie le olvidará. Él se quedó sin nadie en vida. De niño le mataron a su padre, un guardia forestal, su madrastra y un hermanastro. Al morir, nadie reclamó su cuerpo. Terminó en un osario común.

Mejor suerte corrió el único hombre con piedad del pelotón. Juan Jiménez Cascales. Certero y experto tirador con pistola y fusil, fue suyo el lamento que nadie olvidó en La Colonia. "Esto no es para mí, no".

Cosa distinta fue su currículo militar: actuó contra los anarquistas en Granada, en la persecución de bandoleros y maquis por Ciudad Real, y en 1945, en los Pirineos, luchó contra los miembros del PCE que desde Francia intentaron invadir la España franquista. No había concurso de tiro con pistola que no ganase o estuviera ahí. Siempre con la Astra modelo 902, del calibre 7,65 milímetros. 

Dicen que fueron dos tiros. Que iba en pijama.

Ildefonso Olmedo

NOTA
¿Y cómo sabían que Lorca estaba escondido en casa de los Rosales? La versión oficial mantiene que fue su propia hermana la que confesó en la Huerta de San Vicente, al venirse abajo en uno de los registros, y al tratar de proteger a don Federico, su padre.


20 comentarios:

  1. Tras un par de días revolcandonos en la bazofia política vasca, hoy se retoma un clásico: El asesinato de Garcia Lorca.

    En resumidas cuentas parece que no está donde se preveia y que no se ha respetado el derecho de la familia Garcia Lorca de dejar los huesos alla donde esten.

    Como de costumbre los políticos poniendo por delante sus propios intereses que los de los ciudadanos a los que dicen servir. Si esta familia no está interesada seguro que hay muchas otras que si quieren enterrar dignamente los cuerpos de los suyos, pero claro; no vende lo mismo ante la opinión pública que los de Garcia Lorca.

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  2. Siendo lamentable ese asesinato, me rechina la exageradísima importancia que se le da, cuando el fusilamiento, la fosa y la poza repleta de cadáveres era el pan nuestro de cada día en aquella guerra.

    Mi opinión, y puedo estar equivocado naturalmente, es que cierta ideología da un especial énfasis a este asesinato, en esa estrategia de apropiarse de la cultura y de asociar al "otro bando" la barbarie en cuanto a que "odian la cultura, la poesia..etc.".

    Y es que otros intelectuales de la época fueron apiolados también, pero "curiosamente" nunca se les da ni un parte de la cancha que se da a este caso.

    Cuando empezó esto de la memoria "histérica", hubo un caso que fue tremendo - no me acuerdo del nombre del pueblo-, en el que apareció una fosa. Rapidamente aparecieron los medios de cierta ideología para mostrarnos el hallazgo y tal. De repente coño!, pero si los apiolados llevan el uniforme de los nacionales: puf, por arte de birli-birloque, todos los medios desaparecen, y se decide guardar los restos en una ..!escuela! de la localidad, a la espera de ver que hacían con los restos: nunca más se supo.

    O aquel otro caso donde unos particulares habían descubierto una mina, donde descubrieron cadáveres en un pozo; los sacaron, y vieron que habia capas de cal y tierra, y debajo mas cadaveres (creían que podia haber varias capas). Otro caso que los "medios" se perdieron a la que se vio que los apiolados lo fueron por culpa del bando mal llamado "republicano".

    Ahora nos dicen que quieren desenterrar a Franco. Yo propongo que se disponga unos monigotes por la geografia española, a ver si así la izquierda española gana por fin la batalla del ebro y nos dejan de una puñetera vez en paz (me da que ni contra los monigotes la iban a ganar).

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  3. SEÑOR OGRO
    Todo lo que dices es cierto y así funcionan los zapateristas.
    Lo de Lorca proviene de que era un poeta conocido internacionalmente y a los militares se les fué de su control aquel grupo de nazis falangistas.
    Pero del otro lado había muchos intelectuales famosos y entre ellos MUÑOZ SECA fusilado en Paracuellos.
    La clave ahora de lo de Garcia Lorca está en que fue un activista comunista que recorrió Castilla y Andalucia con unos teatros ambulantes haciendo apología del comunismo e instigando a la guerra contra la derecha a los campesinos.
    Por eso y por envidias locales se lo cargaron. Y porque, también, se metió con la familia Alba ( el famoso "el coño de la Bernarda") cuyo jefe, el Duque de Alba, era falangista.

    Yo he vivido de niño cómo algunos carlistones de mala sangre denunciaban en los pueblos de Guipúzcoa a todo el que, según ellos, era comunista o separatista. Antes habían hecho lo mismo los OTROS.

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  4. Terrible la historia de Federico. Ser poeta no expresamente antidemocrático y además homosexual, le condenó a muerte. ¿Cuántos asesinatos hubo así? Miles y miles. La represión cruel favorecida por los inventos de la época: las famosas charlas de Queipo de Llano desde Sevilla y su llamada a Sevilla, a Valdés cuando le dijo: "café, dadle mucho café". La frase también típica: "le he metido una bala en el culo por maricón". Cosa curiosa que veo en la entrada es la vida posterior de muchos de los verdugos: casi todos tuvieron vidas miserables en la postguerra. Muchos acabaron degenerados y otros, hasta su muerte, no querían hablar par nada, del trauma que les supuso. España tuvo su particular ración de horror en la crisis de los europeos de mediados del XX. Estoy leyendo estos días un tomazo muy extenso: El Holocausto español, de Paul Preston. Se están escribiendo libros casi definitivos de aquella brutal guerra, la cual fue espantosa en todos sus aspectos. Inclusive la posguerra, pues siguieron los miles de muertos en los paredones de fusilamiento y cuarenta años tapándose los crímenes del general enano y gallego.
    Desde la perspectiva actual y viendo las últimas investigaciones, fue bastante milagroso que se tragase tanta saliva en 1975 a 1982, en la bien hecha transición, si muchos de sus detractores conocieran bien la historia, verían que fue un verdadero milagro democrático.
    Lorca tuvo muy mala suerte: estaba en Madrid y el calor sofocnate de la ciudad, le hizo irse a Granada unos días. Decisión fatal. Al ser verano a muchos les tocó esto. El ejemplo de Sánchez Albornoz fue al revés, pùes se salvó. Estaba veraneando en su Ávila natal. Al ser fin de semana, se percató de que tenía que ir a Madrid a por documentos para su trabajo de investigación en ese momento. El viaje a Madrid le salvó la vida, pues esa noche fueron los falangistas locales a "sacarlo de paseo".
    Saludos

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  5. Por cierto, veo que has cambiado el cuadro de la portada y has puesto la Villa y Corte. ¿Te has hecho pichi castizo? ¿o lo haces en recuerdo de los personajes pichi castizos de don Pío como Andrés Hurtado, Fernando Ossrio, El Bizco, El Pastiri o Roberto de Hasting entre otros? Jajajajaja.

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  6. Mientras escribía no había leído tu entrada última. No es un delito ser comunista con los teatrso ambulantes. Criticar el reaccionarismo de los Alba tampoco. Ni a los caciques de la zona. Era normal hacerlo, pues aquella derechona era de armas tomar. Ellos llamaban al golpe de Estado sólo por mantener privilegios semi feudales.
    Es hora de que los izquierdistas reconozcan también sus crímenes. Que eran muchos. Que se reconozca el nefasto papel de personas como Largo Caballero, que incitaba a la guerra revolucionaria y despreciaba la "democracia burguesa". Los historiadores profesionales, no los superficiales, los que se tiran horas y horas investigando archivos ya lo han hecho. Lo demás suelen ser mandangas que se usan para fines políticos. Lo peor es la ignorancia supina de este país por su historia y la faltad e ganas de leerla. Si ya aburría antes, ahora mucho más con la telebasura y demás.
    La conclusión seria hasta ahora es: cuarenta mil asesinados por los republicanos y más de setenta mil por Franco. La diferencia es ya muy llamativa. Son los asesinados sin armas en la mano, los que no murieron en el frente.
    Saludos de nuevo

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  7. DON JUAN
    Aquella pre-guerra y la post-guerra fueron ejemplo del horror mundial, tal como lo explicas muy bien. No se salvaba nadie excepto que huyeran
    Recuerdo en las Memorias de Don Pío cómo sus propios amigos le incitaron a pasar a Francia ya que en sus libros siempre se metía con los carlistones. Las frases sobre ellos ern famosas ("No hay animal más peligroso que un carlista recién comulgado", o sobre el diario El Pensamiento Navarro creado por carlistas ="¿Desde cuando piensan los navarros?", etc.).

    Eso a nivel de intelectuales, pero a nivel de pueblo, de campesinos, fué horroroso por ambos lados por culpa de las envidias.
    Unos antes de la guerra y los de Franquito tras ella. Se calcula que entre 1939 y 1942 fusiló a más de 200.000.

    El cuadro de Portada, obra de Modesto Trigo, es un atención y honor de los "Pichis Madrileños", ya que me caeís bien y las batallitas con vosotros son de muy inferior ferocidad que con los bilbainos.

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  8. Jajajaja graciosas frases del genial Don Pío. Los de si ¿piensan los navarros? me ha partido de risa. Siempre tan irónico, jajaja el "médico de Cestona". Sobre las luchas con los Pichi castizos, en relación a los listos de Bilbao es que siempre se ha dicho que hay dos tipos de gente: los del mundo y...¡los de Bilbao! los más guapos, los más listos...los que os llaman guipuchis a vosotrso, sus vecinos. Nosotros somos más castellanos, menos carlistones que los del Nervión...aunque les resistiesen sus dos asedios en las guerras carlistas. Jajajajaja.

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  9. DON JUAN
    Ya sabes que la definición de "Argentino" es = "Italiano que habla español y que querría ser inglés".
    Bueno, pues algo parecido habría que decir de los bilbainos = "Aldeano con bombín que trata de aparentar ser de Londres".

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  10. Sr Juan, me temo que su visión del comunismo de aquella época es cuando menos "benevolente". Cuando se habla de una ideología política se debe enmarcar en su época y el comunismo de aquella época era lo que era, y promovía lo que promovía: un auténtico holocausto de clases.

    Esto no justifica el asesinato de nadie, pero a ver si ponemos las cosas en su justo lugar cuando hablamos del "comunismo".

    También me llama la atención ese adjetivo de "enano" a Franco. Al parecer no le hizo falta más talla física para vérselas con "Largo" Caballero, Negrin, nacionalistas, anarkistas, PSoe, PCE, etc, etc, que fueron los primeros traidores de la república.

    Por otro lado, nos creemos que lo que pasó en España tras la guerra tiene mucho de excepcional, cuando la realidad es que en Francia se fusiló a mansalva a franceses colaboracionistas tras echar a los alemanes por ejemplo; sin juicios ni sumarios. Y esto se repitió por cantidad de países. Y me da que en cantidad de guerras.

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  11. SEÑOR OGRO
    Bueno, bueno, no te enfades porque Juan le haya llamado "enano" a Franco porque sus propios compañeros de promoción y sus jefes le denominaban "Franquito", por su estatura física y su voz atiplada.

    Tampoco Ho Chi Ming medía mucho pero se cargó a millones de entre vietnamietas y americanos.

    A Franquito ni Sanjurjo, ni Mola ni Queipo le apreciaban mucho pero valoraban su capacidad de cálculo para montar una operación. Decían que siempre iba a lo seguro.

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  12. Vamos a ver precisiones Señor Ogro:
    1. El comunismo aquél era una salvajada, estaba Stalin en plenas purgas y envió a España a conmisarios políticos a ayudar a asesinar. Lorca y otros escritores eran burgueses, eran comunistas como hoy hay progres que dicen serlo. En aquella época el fascismo no le iba a la zaga. Hasta el pobre Machado exaltó a Líster en versos postreros. El comunismo tenía una cara amable que engañaba a los demás y muchos lo veían como contrapartida al fascismo.
    2. Sobre Franco. Pues le diré que leo a Paul Preston. Le prefiero mejor que la Academia de la Historia. Documentos avalan. Era un mediocre. Las cuasas de su triunfo sobre los "rojos", liberales, democristianos, nacionalistas, regionalistas, etc, hasta falangistas opuestos a su omnipotencia; las cusas digo fueron varias:
    -Era un alumno mediocre en la Academia de Toledo y su papel en África fue una retirada en Xauen.
    -Su carácter lejano a las juergas y las putas de los militarotes de la época, le hizo buen icono para la derechona, era mejor guardián de sus fincas que Alfonso XIII o su hijo Juan.
    -El "Generalísimo" lo iba a ser Sanjurjo y, luego, Mola. Una serie de carambolas le dieron el poder y lo conservó gracias a la Guerra Fría y el apoyo del amigo Yankie que le daba bases gratis en Torrejón y Rota.
    -Tuvo el apoyo descarado de Mussolini y de Hitler con sus stukas, el apoyo moral de los católicos del mundo, la complicidad de la indiferencia de los franco-británicos, la gasolina de la Texaco yankie, etc.
    -La república solo unos cuantos aviones soviéticos y equipos de poco valor. Además Stalin nos timó y se llevó el oro del Banco de España para esa "cutrería"
    -Los entusiastas e idealistas de las Brigadas Internacionales apenas fueron una ayuda a los milicianos que luchaban, a pesar de sus errores y crímenes horrendos de algunos, tan graves y crueles como los franquistas.
    NO, NO SOY COMUNISTA, lo que pasa es que, en el franquismo, eran los únicos organizados en la lucha clandestina. Claro que sé que en donde eran oposición, como en España, eran encantadores, pero, donde tenían el poder, eran macabros, como en las "democracias populares" del Este de Europa y hasta los huevos de ellos. Como historiador reconozco que, a pesar de las limitaciones, Marx era un genio de las ciencias sociales. La historia, en gran parte es la historia de la lucha de clases e intereses. Ello no quiere decir que sea yo marxista político.
    De la violencia ibérica le diré que en 1940 llegó Himler y se asombró de la represión franquista. Dijo "son españoles y se les puede usar para engrandecer la patria" Le respondeiron los falangistas que "eran rojos a exterminar". La nuestra fue una lucha de clases. En España la "lucha de clases" o violencia social, venía de muy atrás, del jornalerismo de la mitad sur, de la intolerancia clerical, los militarotes y su chulería, etc, etc. Por ejemplo, en el aslato a la cárcel Modelo de Madrid se produjo por las noticias de los fusilamientos de Yagüe en Badajoz, o por la Quinta Columna.
    Sobre Franco ya nadie se cree su "genialidad". Muchos de sus amigos le acabaron dejando: algunos de sus generales o, su mismísimo primo hermano Pacón, su jefe de cuarto militar. Yo, particularmente, le tengo puesto un mote que no digo aquí por respeto a los lectores/as de este blog. Lo de enano patas cortas y otros más, son casi bromas simpáticas.
    Saludos cordiales, SEÑOR OGRO.

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  13. Menudo tratado sobre la detención y fusilamiento de Lorca. No conocía tanto detalle.

    Yo no voy a justificar que una mayoría de los intelectuales españoles de la época se declarasen comunistas pero sí entiendo que tanto su en obra como su en su vida personal se desenvolviensen en contra de la derechona falangista que tan sólo buscaba seguir con su privilegiada vida sin importarle la de los demás, y encima usando métodos aberrantes.

    Que los dos bandos cometieron barbaridades es un hecho irrefutable, pero es que yo creo que ninguno de los bandos luchaba por la libertad y la democracia.

    Por eso, Tella, me gusta tu ideología y tu visión crítica de la historia y la actualidad, tú no eres para nada sectario y sabes ver la parte positiva y negativa de las dos caras de cualquier moneda.

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  14. Y le diré más, Stalin, abandonó a la República y luego a los comunistas -idealistas algunos- de la clandestinidad. En Yalta se pcató que España quedaba en campo yankee. Polonia en campo soviético. En plena Segunda Guerra Mundial, el piloto polaco Sikorsky, del escuadrón polaco de la RAF, fué asesinado en Gibraltar, en 1942 o 43, no recuerdo bien, porque Polonia estaba reservada para el imperio del georgiano. Por ello, eso de que Franco murió en la cama de La Paz por su genialidad, nada de nada. Así cualquiera. De sus éxitos económicos y del paso de la España de alpargatas a la de zapatos, así se las ponían a Felipe II. El tal éxito fue, a pesar de él, no graciaa a él. España se aprovechó de la oleada de prosperidad mundial de los 60 y de las ganas de turismo de la clase media-baja europea que nos veía bien para tomar paellas y pillar pedos de alcohol baratos. Los famosos pantanos ya los había ideado mucho antes Joaquín Costa.
    Saludos de nuevo. Y gracias Tellagorri por echarme un cable ante el Señor Ogro.

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  15. JUAN
    Excelente lección de Historia, real y desmitificada. Plas, plas, plas.

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  16. DOÑA ELENA
    Gracias por reconocer mis intentos de ser lo menos SECTARIO posible, ya que éste es el país del sectarismo por excelencia. O Real Madrid o Barsa, y los demás no existen.

    Llevas toda la razón porque durante siglos los finqueros, que casi siempre coincidian con aristócratas y banqueros, explotaban a los jornaleros y obreros artesanos por miserias de salario. Y eso tenía que EXPLOTAR.

    No había una dirigencia de origen liberal que pretendiese hacer justicia social. Y aparecieron los sociatas y comunistas y se llevaron el gato al agua. Lo normal. Lo mismo sucede ahora en Sudamérica.

    Los estamentos privilegiados eran los ricos, los clérigos y los militares. Los demás venían a ser chusma. Y la chusma se rebeló pero se dejó llevar por quienes buscaban tenerlos como esclavos.

    Lorca era un intelectual más de entonces y se hacía pasar por comunista pero su modo de vida y de pensar eran de señorito burgués rico. Como tantos de ellos, incluído Azaña.

    Y en ese mundo de anarquía y desorden surgió lo que entonces dominaba en Europa : el fascismo en forma de FALANGISMO. Igual de brutales que los otros. Su lema, según el Fundador, era "La dialéctica de los puños y las pistolas". Es decir lo contrario de todo concepto de democracia y de libertades.

    La gente rica pero culta se inclinó por los izquierdas para evitar ser engullidos por los fascistas. Todo un guirigay que se convirtió en matanzas inútiles.

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  17. Lo de las venganzas en los pueblos fue particularmente espeluznante.

    Por cierto ¿qué pintaba el padre o familiar de las actrices Enma Penella y su hermana Terele Pávez? Se habló de no sé qué papeles y de que ellas llevaban pseudónimo para que no las relacionaran con aquello, no sé si se sabe algo...

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  18. DOÑA MARIBELUCA
    Pues el Ramón Ruiz Alonso que fue a detenerlo, en calidad de falangistón de pistola, recientemente (hace unos pocos años) reveló a sus hijas Enma y Terele que él había sido quien detuvo a Lorca.

    A partir de ahí se habló de que Terele estaba fuera de combate.

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  19. Después de leer este detallado relato me queda claro que más que temas políticos lo que allí hubo fue más bien las típicas rencillas entre familias y clanes tan comunes en la España profunda. Cada una de las familias escogió un bando en aquella guerra fratricida como otras tantas, obviamente Lorca tenía unas ideas claras por condición y su familia se adscribió a ellas...

    ...todo lo que ha surgido después es puro ideario bobalicón progre, empeñados en rebuscar el cuerpo y qién sabe si enterrarlo donde ahora está el Paquísimo...los sociatas son tan tontaínas que serían capaz de hacerlo...

    ...otro tema a debatir, el del Valle de los Caídos...esperemos que zapaterismo caiga antes de hagan ningún estropicio a lo taliban con los Budas gigantes de Afnagistán...sinceramente no creo que las "víctimas" del franquismo quieran compartir "museo" o "monumento" con los franquistas en la famosa Cruz...

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  20. ONOREVOLE CAROLVS
    En efecto, en el tema Lorca hubo más de venganzas de familias que de política. Y lo curioso es que todos, víctima y verdugos, provenian de familias muy, muy acomodadas. Es decir, los Alba, los García Lorca, Rosales, etc.

    Además no hay que olvidar el odio de los falangistas, reales ejecutores, hacia los homosexuales. Hay una anécdota al respecto de cuando SanJosemaría, ya sabes el ínclito, que fundó por aquellas fechas su mafia, sus primeros adeptos se reunian cuasi-clandestinamente en pisos secretos para montar el negocio. Y los falangistas que se dedicaban a la caza y captura de maricones para apalearlos, hallaron varios de estos pisos y sacudieron a modo a sus moradores interinos que no eran otros que los chicos del Opus.

    Respecto al Valle mi opinión deviene en que es un símbolo clarísimo de franquismo puro (tal como lo quiso su creador) y debiera de ser transformado en un Museo a lo que se quiera, incluso a la Alianza de Civilizaciones o a la Libertad de Prensa o a la de Fumar. Lo que es una auténtica barbaridad es demolerlo o dinamitarlo.

    Si los reyes de Asturias, Navarra, Castilla y Aragón transformaban las mezquitas en catedrales, pues lo mismo. Monumento a la Democracia.

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