18 octubre 2009

La izquierda odia el uso colectivo del AUTOMOVIL

Siempre me ha llamado la atención que allí en donde gobiernan los sociatas (ciudades, pueblos, etc.)ponen toda clase de restricciones y trabas al uso del automovil e incitando u obligando al uso de medios colectivos.

Un buen ejemplo del irracionalismo ecologista lo encontramos en el famoso y fracasado "Día sin coches", esto es, en la ofensiva contra uno de los más claros símbolos del bienestar occidental y de la globalización.

El coche emerge como una muestra palpable, visible y clara de los beneficios del capitalismo y de la globalización.

El automóvil permite a cada individuo experimentar directamente y por sí mismo los sentimientos de libertad y de progreso.

Es obvio que todo el mundo siente que el coche le permite desplazarse allí donde quiera y cuando quiera. No necesitamos perder ingentes horas de nuestra vida en acudir al pueblo de al lado; no tenemos por qué trabajar en el mismo vecindario; podemos acudir a las zonas festivas aun cuando se encuentren a kilómetros de nuestra vivienda, sin depender de tablas de horarios de transportes públicos.

Esta sencilla pero fundamental autonomía ha convertido el coche en objeto de culto y veneración para muchos individuos. El gentío quiere coches más rápidos, más seguros y más bellos. Para el ciudadano occidental, el coche (junto con la comida, el vestido, la vivienda y, en cierto modo, la televisión y el teléfono) es uno de los elementos más importantes de su vida.

Véase, simplemente, en cuáles son los primeros bienes que casi todo el mundo intenta adquirir: sin duda, el coche está entre ellos.

No sólo eso, el automóvil es un producto de la ciencia y de la razón humana, usadas para mejorar la vida de los demás. Un producto en apariencia elitista pero que, gracias a los métodos de producción capitalistas, se ha conseguido extender a las masas. Ya no hay familia sin uno o varios automoviles en la mayor parte de Occidente.

La ofensiva no proviene solamente del Día sin Coches, también de varios impuestos, dirigidos a aminorar su uso (matriculación, circulación o sobre hidrocarburos), encareciendo y alejando de las masas un bien que el capitalismo había generalizado. Las excusas son variadas (la contaminación y el calentamiento global, la histérica escasez del petróleo o su superior siniestralidad) y a la postre irrelevantes.




Busto pensante_BRIHUEGA

Los enemigos del automóvil (que a su vez son enemigos de todo lo que el automóvil representa como la ciencia, la razón, el capitalismo, la autonomía y el bienestar) insisten en que debemos cambiar nuestros hábitos y nuestra vida, para hacer uso de medios colectivos.

Photobucket Según insisten ellos, el transporte público y las bicicletas han de situarse en la vanguardia de las preferencias de uso por los ciudadanos.

No voy a ser yo quien diga, y mucho menos imponga, a los demás qué medio de transporte es el más adecuado para sus vidas. Mucha gente considera más sano desplazarse en bicicleta, incluso disfruta haciéndolo. Es algo totalmente comprensible y lícito: cada persona tiene unos fines, y para satisfacerlos selecciona los medios más adecuados.

El problema es que, por ese mismo razonamiento, tampoco tiene sentido imponer el uso de la bicicleta a todas aquellas personas que prefieren el coche.

Así mismo, es evidente que el desmedido clamor por el uso del transporte público tiene mucho de pulsión colectivista, porque :
Primero, decenas de personas se apilan como ganado en un mismo compartimiento.

Segundo
, el individuo pierde la capacidad de adaptar el medio de transporte a sus gustos (no podemos decorar el metro, ni poner la música que nos gusta por los altavoces).

Tercero
, la autonomía del automóvil no es comparable a la del medio de transporte de masas; por mucho que las rutas mejoren, es evidente que ni los trenes, ni los autobuses, ni los metros serán capaces de dejarnos "en la puerta" de nuestro destino.

El transporte colectivo, por su propia naturaleza, se dirige hacia puntos comunes y de tránsito. Sólo a través del transporte individual (pies, bicicleta, ciclomotor o coche) somos capaces de trasladarnos desde esos puntos de encuentro hasta nuestros destinos particulares.


Cuarto
, el transporte colectivo también reduce la privacidad e intimidad de la que podemos gozar en un automóvil: nos expone a la mirada de todos los acompañantes.







Acodado en mesa_FORTUNY


Desde luego, el transporte público puede ser muy útil (especialmente cuando la construcción de carreteras sigue siendo una tarea del Estado y, por tanto, los atascos son harto frecuentes),pero debe tratarse de una elección libre, no de una imposición moralizadora.

Afortunadamente, todos estos motivos han provocado que el Día sin Coches se convierta, año tras año, en un rotundo fracaso.

Puede que una parte de la población, haciendo alarde de progresismo y "conciencia social", afirme estar de acuerdo con sus reivindicaciones últimas. De la misma manera que nadie está dispuesto a renunciar a la lavadora o al frigorífico, el coche constituye un elemento indispensable para nuestra vida cotidiana. Eliminarlo supone un frontal ataque a nuestro autonomía individual y bienestar ; la mayoría de la población sigue negándose a suicidarse.

Quizá por ello, las Administraciones –como representantes de un interés colectivo que a nadie interesa– imponen su práctica cortando a la circulación los centros de la ciudad.

Desde luego, esto sirve para ilustrar cómo la propiedad pública de las calles provoca comportamientos despóticos y caciquiles que, en algún momento, podrían empeorar (por ejemplo, todas aquellas acciones de tener las calles en permanente estado obras con cualquier excusa).






presuntuoso_ROUAULT



Vemos cómo los ecologistas no dudan en moralizar al mundo a golpe de pistola, es decir, utilizando la omnipotencia estatal para prohibir y restringir el uso del coche. No son equivocados predicadores que pretendan convencer a la sociedad de que tiene que cambiar de costumbres; lo suyo no es la persuasión, sino el uso de la fuerza.

El ecologismo puja por reducir la ciencia a un catastrofismo al servicio del poder político, por impedir el uso de la razón para la satisfacción de las necesidades del individuo, por impedir la elección y el uso de los mejores medios para alcanzar nuestros fines y por subordinar al género humano a la naturaleza.

Practicando el irracionalismo más disparatado, los ecologistas pretenden que el hombre se coloque al servicio de las plantas, los insectos, las ranas o las bacterias.
Como dijo Al Gore, no queda claro que la vida humana posea un valor superior al de los árboles. De hecho, muchos ecologistas ya han decidido que tiene un valor incluso inferior.

El ataque contra el coche representa un ataque contra nuestro modo de vida y nuestra naturaleza humana. Un claro síntoma de la terrible enfermedad intelectual llamada "ecologismo".

Tellagorri





Niño mirando de frente-BUIGAS


12 comentarios:

  1. Se nota que los políticos no utilizan el transporte público... y los jipis tampoco (o sí, como les gustan el hedor y los piojos, tan amigos ellos de la poca higiene).

    Si su "frecuencia" fuese mayor y permitiesen que no fuésemos como pollos de engorde sería un defensor del transporte público, pero como alternativa que pudiese escoger libremente, sin que me obliguen machacándome a impuestos varios por acceder, aparcar y circular por la ciudad con mi coche.

    Y los que sean de Madrid o vayan a Madrid sabrán bien de lo que hablo.

    Pero lo que más me atrae de todas estas medidas es el retorno a la edad media, para no gastar luz por que no volver a la hoguera (también para calentarnos), volver a las granjas para ser autosuficientes (evitamos el transporte de camiones), fabricamos nuestros harapos, quien necesita el cine con las sombras chinescas, etc...

    Todos al paro pero contentos sabiendo que respiramos un aire más limpio... eso sí, ellos con chófer en coche oficial, faltaría más, siempre sacrificándose por nuestro bien

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  2. Yo sí tomo el autobús para desplazarme por la ciudad, pero lo hago por comodidad mía, no porque me lo imponga ningún político.
    Me hace mucha gracia que nos "empujen" a entrar en un medio de transporte público mientras ellos van en unos cochazos e incluso en aviones del Estado pagados por todos los ciudadanos.

    Un beso.

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  3. Completamente de acuerdo con todo lo expuesto, incluídos los comentarios anteriores al mío.
    Es significativo que la izquierda esté empeñada en prohibir cosas al pueblo 'por su bien', como si todos los demás fueramos párvulos a los que hay que llevar de la mano hasta para cruzar la calle.
    Y lo del 'día sin coche' mientras ellos andan en esos trasatlánticos con ruedas y chófer, es de chiste, si hubiera motivos para reir.
    Que no es lo mismo predicar que dar trigo, vamos.

    Un salufo.

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  4. Pues en mí Universidad cada vez hay menos espacio para aparcar y estoy seguro de que cuando terminen el dichoso tranvía (no os imagináis los descalabros que han hecho con las calles) seguirá faltando espacio para aparcar.

    A mí, desde luego, ya no me mete nadi e en un autobús como enlatado si no es por causas ajenas a mi voluntad. De hecho prefiero incluso ir andando que en autobús.

    Y cada vez más impuestos y cada vez menos libertad.

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  5. ALAWEN

    Gracias por la visita y el comentario.
    Ya veo que coincidimos, porque es de bulto que los políticos usan vehículos de más 100.000 euros (comprados con nuestro dinero) y que tienen el morro de restringir al máximo que los contribuyentes (cosa diferente de la de ciudadano) no vayamos en rebaños controlados.

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  6. PON
    Cada vez habrá menos sitios de aparcamiento porque los políticos se niegan a crear los adecuados.
    En USA, Alemania o Francia tienen muchísimos más coches y jamás hay ese problema.

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  7. ELENA
    Es un tema de conveniecia o de cada individuo el usar medios colectivos o particulares.
    Cuando a muchos les resulta un engorro ir a buscar su coche para luego llegar a donde es dificil de estacionar, es lógico que elija el bus o el tren. Pero no por imposición.

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  8. ISRA

    Tal como lo comentas sí quisieran los políticos que la plebe vivieramos en estado de feudalismo medieval y a poder ser con derecho de pernada.
    Leo hoy que sólo la Junta andaluza dispone de 245 Audis8 blindados para sus cargos, además de chóferes. Y cada vehículo de esos no baja de los 30 millones de pesetas de costo.

    A mí me revienta que, sabiendo que hasta el último conserje de un Ministerio es enviado a entregar una carta en coche oficial, quieran los políticos imponernos el usar sólo bus y tren.

    Y aplican todos los medios disponibles para disuadirnos de coger el coche propio.

    Cualquier día exigirán que para conducir un SMART tengamos que superar pruebas anuales de las que hacen a pilotos de Fórmula Uno.

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  9. TELLAGORRI, estupendo post. La izquierda con su discurso del "cambio climático", nos dicen que es "para nuestro bien".

    Los cargos de la Junta de Andalucía, no sólo tienen chófer también un "acompañante que acompaña al chófer", y cuando el clima es muy caluroso, antes de montar "al jefe" encienden el aire acondicionado media hora antes, son órdenes.

    En Sevilla nunca he visto a ningún político en un atubús, bicicleta, ni siquiera en el San Fernando, "un ratito a pié y otro andando". Sólo para salir en la foto de los periódicos.

    Ahora por fín tenemos la primera línea,¡de cuatro!, construida del metro, después de sesenta años.

    Donde vivo no hay transportes públicos, tendría que andar tres km., por la tanto utilizo el coche particular que me sale más económico y más limpio.

    Saludos

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  10. PASION

    No dejes que nadie perturbe tu INDIVIDUALIDAD, sea con el traslado de un sitio a otro, o sea con selección de basuras, otro timo montado entre políticos y algunos industriales.

    Aquí nos cobran al año más de 200 euros por recogida de basuras, y luego ponen una docena de contenedores de diferentes colores para que vayas echando en ellos, bien separados, los productos orgánicos, los inorgánicos, las botellas de cristal, los frascos de plástico, etc. et.

    Y esos contenidos son vendidos a fabricanres-recicladores que luego obtienen tremendos beneficios.

    Pues que separen los políticos las basuras que para eso nos cobran un impuesto abusivo, y además luego las venden.

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  11. Es curioso, sobre todo si analizamos la adicción que tienen al vehículo oficial.
    Saludos

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  12. Tambin promueven su no uso a través de campañas institucionales como esta de ahorra energia, del ministerio del ramo, pero como en otros miles de casos sin dar ejemplo. En este post que acabo de leer se ve su doble rasero
    http://ceroizquierda.blogspot.com/2009/11/criseando.html

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