03 agosto 2009

CULTURA ¿Cual?


Parece obligado elucidar a qué nos referimos con la voz cultura. Pero verán vuestras mercedes que tal elucidación no es tan relevante, puesto que el nacionalismo opera de la misma manera intrusiva, obsesiva, mitificadora y mistificadora, sea cual sea la acepción de cultura que escojamos. Se me ocurren alguna de esas acepciones.

Cuando decimos "cultura" solemos decir una de estas cosas:

Podemos apelar al sentido que le da el hombre de la calle, generalmente más sensato que los intelectuales: la cultura como un acervo que la sociedad presiente; una herencia de valores y de símbolos, de historia, de literatura y de arte que cada individuo nota como algo que está ahí, algo a lo que, por un lado, pertenece y que, por otro lado, puede aspirar a interpretar y, con algo de ambición, a ensanchar con su contribución.

Podemos reservar la etiqueta cultura para el mundo académico, para las actividades de la Universidad, e incluir sus manifestaciones extrauniversitarias, pero sólo las directamente tributarias de lo que establece "la Academia" en un sentido amplio.

Podríamos optar también por el sentido antropológico de la cultura, y que incluiría absolutamente todo. Todo lo que alguien es capaz de registrar al observar a una comunidad específica. En la acepción antropológica, es cultura la ablación del clítoris, es cultura cualquier serie infecta de televisión (como un culebrón venezolano), y, por supuesto, es cultura lo que hace Ferrán Adriá cuando ofrece a su selecta clientela una espuma de zanahorias con esencia de tomillo y promesa de nabo.

Hay un concepto de cultura bello y melancólico. Cultura sería lo que queda después de haber leído mucho y haberlo olvidado todo. Creo que se debe a André Maurois. Esta visión resulta seductora, pero uno no sabe muy bien qué hacer con ella.

Hay quien se empeña en dar un uso bastardo, sistemáticamente bastardo, a la voz cultura. Es algo muy periodístico. Nos hablan de la "cultura del botellón", de la "cultura del porro", y cosas por el estilo. Es la cultura de la incultura.

Cultura puede ser cualquiera de las cosas expuestas, según gustos y escuelas, según el uso que se quiera dar –descriptivo, instrumental, estético– a ese concepto escurridizo.

De lo que no cabe duda es de lo que los nacionalistas entienden por cultura, a juzgar por sus actos.

¿Qué es cultura para los nacionalistas? Cultura es lo que ellos digan. Cultura es sólo lo que el nacionalista decide que es cultura. Ni más ni menos. Por ejemplo, cultura catalana o vasca es lo que digan las autoridades políticas catalanas y vascas, nacionalistas hasta el paroxismo, nacionalistas hasta el envenenamiento.

Tellagorri

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4 comentarios:

  1. Y la cultura más importante hoy en día, la de la subvención, esa de la que se valen tanto los nacionalistas como los no nacionalistas para granjearse las simpatías de autoconsiderados intelectuales de nuestra sociedad y que no dejan de ser estómagos agradecidos que venden su alma por un minuto de gloria o una tajada presupuestaria.

    No sé si con la perspectiva de los años se podrá identificar lo que sufrimos hoy día como cultura (basura), pero la sensación que tengo hoy es que no hay nada que merezca ese calificativo, salvo casos excepcionales y dramáticamente aislados.

    Pero sí es verdad que la cultura oficial nacionalista es la más preocupante, los subvencionados al fin y al cabo, a cambio de unos cuantos lametones al amo, "sólo" se llevan nuestro dinero, los nacionalistas a ese expolio de nuestros bolsillos añaden el fomento al odio a la exclusión y al enfrentamiento.

    No es cultura basura, es basura con mayúsculas.

    Tellagorri, buenísimo post, unos cada día escribiendo mejor y otros fomentando la cultura con el Fary...

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  2. La palabra "cultura" es una de las grandes triundadoras de la postmodernidad. A base de significarlo todo, ha llegado a no significar nada. Se ha convertido en una especie de ascua a la que incluso el más lerdo arrima su sardina, en la esperanza (fundada) de que la "culturización" de la sardina la convierta en besugo.
    Hace pocos días un hostelero pamplonés (faja, manta y trabuco), se quejaba de que no ganaban lo que antes porque se había instalado la "cultura del botellón". Se callaba el malandrín que a eso el contraponía la "cultura del cubata a diez euros".
    Cuanquier actividad, por inane que sea, acompañada del abracadabrante "cultura" se convierte poco menos que en el asombro de Damasco. La cultura del vino, del aceite, de las setas, del bordado lagarterano, y así hasta el infinito.
    Yo me declaro instalado en la "cutura del hastío", porque a base de culturas infinitas, nos hemos vuelto uno de los paises más bárbaros, blasfemos, feos, malhablados y cutres de la historia.

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  3. ISRA y ALFREDO

    Definís muy bien lo que hoy se contempla bajo el palabro CULTURA, y si encima aparece con K, es mejor salir corriendo.

    Como dice Alfredo estamos, más bien, en la KULTURA del HASTÍO.

    Y de acuerdo con ISRA, a la cultura de la incultura le han añadido el adoctrinamiento en el odio y la exclusión.

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  4. Sobre gustos sí que hay mucho escrito...El que dice lo contrario es que no lo ha leido.

    sds

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