25 julio 2009

La semana trágica de 1909

Hace ahora cien años, grandes columnas de humo oscurecieron el cielo de Barcelona, mientras ardían sus principales iglesias y conventos. Momias extraídas de sus tumbas eran paseadas por toda la ciudad. Lo que empezó como una huelga acabó convirtiéndose en un violento estallido de rebelión popular.

La semana trágica. La semana del 26 al 31 de julio en Barcelona se desencadenaron unos hechos terribles que han pasado a la historia con el nombre de la Semana Trágica. Un nombre que describe a la perfección la revuelta popular que empezó con una huelga general, convocada para impedir el embarque de los soldados reservistas españoles hacia Marruecos desde el puerto de la ciudad, pero que desbordó a las fuerzas políticas y acabó con la quema de un gran número de iglesias, conventos y escuelas religiosas.

Se recuerda el furor anticlerical (probablemente con mucha razón por parte de la masa) y las causas que concurrieron en aquellas jornadas revolucionarias.

La crispación ciudadana de las clases trabajadoras es, sin duda, una de los principales detonantes.
Desde mediados del siglo XIX, las calles de Barcelona eran periódico escenario de huelgas y barricadas. Incluso en 1835 ya se había efectuado una violenta quema de conventos que conllevó varias víctimas mortales.

Bullangas y revueltas obreras jalonaron los años de 1840-50 para desembocar en las bombas y petardos anarquistas del fin de siglo. Además, la depauperada clase obrera demandaba constantemente una mejor educación.

Sólo a partir de una mejor instrucción podrían elevar su nivel cultural y optar por mejores trabajos y salarios. Pero la educación escolar estaba desde 1851 condicionada por el Concordato entre España y el Vaticano, y la iglesia ostentaba prácticamente el monopolio de la educación en España.

¿Porqué será que en este país el odio de los más miserables economicamente siempre es contra el CLERO en primer lugar, y contra la Aristocracia en segundo puesto?

A mi entender, porque siempre hemos carecido de una copia de la Revolución Francesa, en la que los burgueses quitaron de enmedio a la Nobleza y al Clero, dejando equilibrado el aspecto social. Hasta el año 1931 (desde 1789 de los franceses) no hubo en España verdadera explosión social y ésta fue manipulada por los socialistas y comunistas en beneficio propio.

Y aquí esa revolución la hicieron los obreros (tanto en 1900 como en 1931) mientras que en Gran Bretaña (Oliverio Cromwell) y en Francia (los ilustrados) los revolucionarios auténticos lo fueron los miembros de la BURGUESÍA.

En España nos saltamos la revolución de los burgueses para desembocar en la de los obreros al estilo de la Rusa. Otro país en el que tampoco los burgueses se movieron y luego tuvo que venir la sangría feroz durante décadas de los seguidores de Lenin y Stalin.


Tellagorri

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4 comentarios:

  1. En España la burguesía ha estado muy mal vista, porque se asocia (con razón) a conceptos tales como el trabajo, la disciplina, el orden, el lucro, la cultura, los buenos modales, y un cierto concepto de la estética. Dichos conceptos chocan de plano con la sustancia civil española, que consiste en vagancia, indisciplina, desorden, miseria, incultura, burricie y feismo.
    Así nos va

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  2. En el post que publico hoy, (viaje V)casi toco el mismo tema. !Como coincidimos, maestro!...
    Un fuerte abrazo, querido Tella.

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  3. Alfredo

    Lo has definido muy bien. El concepto que se tiene de la burguesía ha sido y sigue siendo el de conceptos tales como el trabajo, la disciplina, el orden, el lucro, la cultura, los buenos modales, y un cierto concepto de la estética.

    Y, sin embargo, sólo la burguesía puede salvar a una sociedad de caer en los extremismos bestias de comunismo y fascismo.

    CHARNEGUET

    Ahora mismo me voy a leer tu V capitulo del Viaje a Francia, porque esos relatos son inimitables y poca gente en Internet es capaz de hacerlo parecido.

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  4. Como siempre, llegamos tarde a casi todo y armando mucho más ruido que el resto.

    De todo modos parece ser que o se hace a las bravas o no se hace, y aunque en Francia lo hiciera la burguesía, 150 años antes, el derramamiento de sangre de "el terror" (1793/4)no tiene nada que envidiar al frente popular.

    Está claro, de los errores no aprendemos.

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