16 junio 2009

Mercado y Estado




A principios de los 90 el mercado, armado con las nuevas tecnologías, comenzó a destruir todos los modelos económicos antinaturales. Pasó la factura a los países en que había enraizado el corporativismo: Japón, los tigres asiáticos, México, América Latina en general. Hubo devaluaciones, quiebras nacionales, suspensiones de pagos, derrumbes bursátiles. Se sacudió el árbol para que cayeran los malos frutos.

Ante la arremetida del mercado, los grandes interventores clamaron por que el Estado se fortaleciera y controlara a aquél. Volvieron a aparecer las regulaciones draconianas, los impuestos esclavizantes, etcétera.

Las consecuencias las estamos viviendo.

Todavía no entendemos que la única forma de lograr la paz financiera mundial pasa por reformar las economías de los países donde todavía el corporativismo es el común denominador y liberar los mercados. Los recursos deben asignarlos los mercados, no burócratas corruptos.

Los grandes especuladores, como Soros, ahora con ropajes de redentores piden que intervenga el Estado. Entre tanto, en Venezuela, Bolivia, Ecuador, etcétera, acceden al poder personajes que prometen luchar contra los mercados y sus injusticias. Pero lo más grave es que la presidencia de los EEUU ha ido a parar a un gran enemigo del mercado, Barak Obama, a quien Chávez ya llama "camarada".

La lucha es franca y abierta, entre el mercado y el Estado. En ella participan dos clases de políticos: los hábiles, que han dado paso al mercado, y los torpes, que lo quieren destruir. La lucha es a muerte, pero no hay duda de que el ganador será el mercado.

En este milenio, los políticos exitosos serán los que entiendan que Estado y mercado deben ser aliados. Que el Estado no debe ser propietario, productor, proveedor, consumidor, juez y parte. Que el mercado puede ser un agente de justicia y prosperidad; pero que, cuando se le reta y ataca, es cruel y despiadado: los japoneses llevan veinte años de castigo y siguen sin enterarse.

Esperemos que no nos tome otros veinte años rectificar la ruta trazada por Obama Corporation.

Sevilla_APELLANIZ


3 comentarios:

  1. Está claro que el cáncer es el intervencionismo, mientras no terminemos con eso seguiremos sufriendo reveses que eran previsibles.
    Saludos

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  2. Vaya Tellagorri, jamás pensé que diría esto, cuan equivocado estás en tu análisis, y a los hechos me remito, nada para crear riqueza y prosperidad a los individuos como los planes quinquenales soviéticos que deberían ser el espejo en que se mirasen todos nuestros dirigentes.

    El mercado sólo trae alienación, frustración y problemas, ... con lo cómodo que es que el estado te lo proporcione todo, a cambio, lo único que te pide es que no abras la boca, además, si te metes en el aparatchik, ya vives como dios (pajin, zp, blanco, bibi...)

    grrrrrrrr mercado,

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  3. CABALLERO ZP
    Yo lo veo así, el intervencionismo arruina hasta al más rico de los países. Y está demostrado. El Estado sólo debe de actuar para GARANTIZAR LA SEGURIDAD de los ciudadanos de forme efectiva, actuación que suele ser deficitaria en España.

    ISRA
    Pos, sí. Desde la perspectiva de un miembro del Partido socialista o del PNV o de ERC nada mejor que vivir del Estado. Pero sólo los afiliados.

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