11 junio 2007

EL FALSO CAMBIO CLIMÁTICO MUNDIAL


Toda la propaganda que se acumula sobre el cambio climático que se está produciendo surge de unos seudo-científicos, que ya han sido denunciados por los auténticos, y que lo que persiguen es impedir la industrialización de Africa y la destrucción de la existente en Europa y USA.
Basta con ojear unos pocos datos aportados por científicos serios y que resumidos son :
- En el último siglo tanto la superficie arbolada como el número de árboles en el planeta no ha dejado de crecer. Las plantaciones humanas no explican el suceso. No olvidemos que el CO2 es el alimento que utilizan las plantas para producir oxígeno.

- Los eco-progres hablan del 1,5% de la superficie de la Antártida que pierde volumen de hielo.
No mencionan el otro 98,5% que lo gana año tras año.

- Los mismos se alarman ante el centenar de glariaces que se están deshelando pero no dicen nada del resto de más de 160.000 glaciares que existen en la tierra y que permanecen impertérritos.

- El desierto del sahara está reduciendo su superficie año tras año.

- Tampoco dicen que la prohibición del DDT condena a la muerte a 10 millones de personas cada año.

El filósofo José Manuel Rodriguez Pardo lo explica así :

Fenómenos más cercanos, como los tornados sufridos en Barcelona recientemente, han provocado auténtica fiebre por cumplir el Protocolo de Kioto y otros medios para paliar el efecto invernadero, al parecer responsable, según ciertos meteorólogos y políticos, de un cambio climático cuyos síntomas se van agudizando, a tenor de lo que hemos relatado hasta ahora.


Son estos mismos personajes quienes sentencian, sin mayores preámbulos, que uno de los países más afectados por ese cambio climático será España –a pesar de haber reducido su industria a la mínima expresión hace ya varios años–, donde las temperaturas aumentarán drásticamente a medio plazo y su fauna cambiará hasta ser invadida por especies de latitudes más cálidas, según afirma la Ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona.

A decir verdad que España está conociendo ya mismo a nuevas especies invasoras, pero no a causa de un presunto cambio climático, sino por la acción del mercado pletórico del que los españoles adquieren nuevas mascotas extravagantes, como boas constrictoras, caimanes y otros especímenes que liberan una vez que se han cansado de ellos o son incapaces de mantenerlos, dado su exagerado tamaño.

Quizás de estos fenómenos, explicables desde otra perspectiva bien distinta, la señora Narbona y otros sabios climáticos hayan obtenido algunas de sus teorizaciones.

La desaparición de esos gases vertidos a la atmósfera por efecto del cumplimiento del Protocolo de Kioto no provocará más que una incidencia mínima en la temperatura global del planeta (alrededor de unas décimas de grado de cara a los próximos cien años) a costa de unas pérdidas considerables en la productividad de las empresas, como señalan los detractores de estas prácticas.

De hecho, muchos consideran que el Protocolo de Kioto es una estrategia política para desposeer de las pocas industrias que atesoran los países en vías de desarrollo, en base a su carácter contaminante; otros entenderían, en el mismo contexto pero con un sentido distinto, que la reducción de la emisión de dióxido de carbono en los países en desarrollo implicaría el traslado de esas industrias a otros países donde los costes de producción serían más bajos, dentro de la propia dinámica del capitalismo y la dialéctica de Estados.

Además, la incidencia y degradación de la atmósfera debida a los gases de las industrias son en general muy inferiores a lo que los más catastrofistas señalan; incluso las erupciones volcánicas provocan mayor daño a la capa de ozono (hoy recuperada de su agujero antártico) que los gases vertidos a la atmósfera en todo este tiempo de revolución industrial.

Por lo tanto, de ser cierto que los gases vertidos a la atmósfera producen el efecto invernadero, entonces éste se habría producido ya desde tiempos prehistóricos, incluso millones de años antes de la aparición del hombre en el planeta.

De hecho, no sería descabellado considerar que el sintagma cambio climático es redundante, pues el clima no ha hecho más que cambiar desde las edades más antiguas.

El clima ha cambiado desde la Prehistoria (glaciaciones) hasta la actualidad, pasando por la Edad Media, donde era tremendamente caluroso; tanto es así que los vikingos bautizaron a la gran isla cercana al Polo Norte como Groenlandia, "la tierra verde", a pesar de encontrarse hoy día totalmente cubierta de hielo y nieve.

No obstante, las cuestiones puramente científicas o técnicas acaban siendo desbordadas por los diferentes acontecimientos vividos estos últimos meses.

En suma, muchos han llegado a celebrar, al igual que celebraron el 11-S, que el huracán Katrina no ha sucedido en un país pobre, sino en el auténtico motor del planeta, Estados Unidos, como si los estadounidenses "se lo hubieran merecido". Incluso los "intelectuales" (o impostores) de la prensa nacional han presentado como hipócrita la actitud de Estados Unidos solicitando ayuda, destacando el proverbial egoísmo yanqui (algo completamente falso, pues Estados Unidos fue el país que más dinero y recursos humanos aportó para paliar los daños de la catástrofe del Océano Índico).

Resulta sospechoso que quienes apelaron a la ética cuando se produjo un conflicto político como la guerra de Iraq (con el ¡No a la Guerra! ya conocido), ahora intenten analizar esta catástrofe humana desde la perspectiva de la política, en forma de un peculiar chantaje.

Parecen olvidar que el principal deber ético, cuando se produce una de estas catástrofes, es auxiliar a los que aún permanecen atrapados entre las aguas, sin comida ni hogar, independientemente de sus preferencias políticas (sólo así se entiende que Cuba, uno de los principales rivales políticos de Estados Unidos, le haya ofrecido ayuda).

Y quien considera que una ayuda en estos casos debe servir para obtener determinados réditos políticos, carece por completo de la más mínima ética (lo que de paso serviría para darse cuenta de que, bajo la mansedumbre ética del ¡No a la guerra! se esconde la mala fe de quien sólo busca réditos políticos, como así sucedió del 11 al 14 de Marzo de 2004, cuando el PSOE prefirió utilizar todo tipo de añagazas y calumnias para ganar las elecciones, antes de preocuparse por la atención de los heridos en la matanza de Atocha).

2 comentarios:

  1. y para arreglarlo, los "ecolojetas" proponen medidas como hacerse pipí en la ducha...menudo filón para el negosi han encontrado con la pamema ésta,ya está el personal creyendo que se acaba el mundo como en el año mil...le saludo y felicito por el blog

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  2. magnifico.

    le faltan algunos matices - comprendo que es un tema , tremendamente , extenso.ñ

    acabo de crear mi blog , ahora no hay casi nada , pero estoy preparando un trabajo del cambio climático en - profundidad - cuando lo tenga te lo paso , la verdad creo que te va encantar.

    posdata;

    el articulo del cambio climático lo publico el 31 de diciembre.

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