Según la tradición bíblica, mientras Baltasar entregó mirra para resaltar la condición humana de Jesucristo (la mirra se usaba para embalsamar a los muertos), Gaspar entregó incienso (bálsamo de dioses), Melchor, el más anciano, entregó oro, símbolo de reyes.
EL INCIENSO :Durante milenios esta mezcla de resinas (gomorresinas) extraídas de la corteza del tronco de diversas especies del género botánico Boswellia se usó para perfumar el ambiente, ahuyentar a los demonios y honrar a dioses y hombres. Su empleo está descrito en diversas culturas precristianas, desde Egipto, Cartago (fenicios) y romanos, hasta culturas orientales.
MIRRA :La mirra es un exudado de aspecto rojizo o marrón (véase fotografía) con sabor acre o amargo, que se extrae de diversas especies del género botánico Commiphora que crecen espontáneas en los países de la península de Arabia, Etiopía, Eritrea y Somalia. El árbol productor de mirra se aclimató a otros lugares, como la India y Turquía. Llegó a estar incluido en la Farmacopea francesa (1949) por sus propiedades antisépticas. Hoy día su utilización se restringe a la perfumería.
En la antigüedad la mirra se usaba para embalsamar y perfumar los cadáveres.
Tanto el INCIENSO como la MIRRA no me parecen regalos adecuados para un recién nacido.
ResponderEliminarLos escribidores de la Biblia en demasiadas ocasiones se pasaban de fantasía en sus relatos.
Estoy de acuerdo con Pedro. Obsequiar a un niño con productos como la Mirra que era para embalsamar cadáveres, no tiene mucho sentido.
ResponderEliminarY mucho oro no debieron de traer porque José y María siguieron viviendo en una cuadra.
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