16 enero 2018
Escombrera de corrupción
La Audiencia de Barcelona impuso ayer condenas de hasta nueve años de cárcel a doce personas por el expolio continuado de 23,7 millones de las arcas del Palau de la Música de Barcelona. Catorce de esos millones fueron desviados por miembros de la trama para su lucro personal, y otros 6,6 millones en mordidas se camuflaron para financiar a Convergencia Democrática de Cataluña.
La condena al partido de Jordi Pujol, Artur Mas y Carles Puigdemont no deja lugar a dudas sobre la escombrera de corrupción en que habían convertido su gestión política.
Supone el final de una era y de una generación de políticos que, bajo la coartada emocional del independentismo, se dedicaron a delinquir sin miramientos.
Lo que no existe, lo que no se ha detectado en todo este tiempo, es un rechazo social a la corrupción catalana, ni a la de la familia Pujol ni a la del 3%. El fanatismo independentista se ha impuesto al repudio de la corrupción.
Al menos 23 millones de euros desaparecieron en el saqueo del Palau, billete a billete.
O el nacionalismo se deshace de una vez de Puigdemont, o Cataluña se verá abocada a nuevas elecciones. El daño que está dispuesto a hacer el ex president es infinito.
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Es casi no creíble que estas corrupciones no afecten a los votantes. Lo que demuestra que el nacionalismo degenera al cerebro.
ResponderEliminarDON PEDRO
EliminarParece una broma pero es una realidad el que las corrupciones no afecten al forofismo de los votantes. Las inmensas corruptelas del Psoe no impidieron que Felipe Gonzalez se mantuviera en el Poder durante 14 años seguidos.
Son los mismos que proclamaban a toda hora aquello de "España nos roba".
ResponderEliminarDON CABALLERO.
EliminarContra el fanatismo no hay nada que razonar, y ahí tenemos el viejo ejemplo del PNV vasco que sigue más tiempo que el franquismo a base de chanchullos.
Hay algo aún mas acojonante.. bueno, casi: ver a Artur Mas salir y decir que Convergencia desaparecio, señalando que con la desaparicion del partido ya no hay nada que mirar. Esto es como si un violador se declara libre porque se ha cambiado de casa tras sus fechorias.
ResponderEliminarCreo es un indicador del tipo de GENTUZA que gestiona millonadas y que constantemente recorta libertades fundamentales o que controla la educacion.
SEÑOR OGRO
EliminarCierto, son la gentuza que viene, desde hace 40 años (más de lo que estuvo el Invicto) gestionando las millonadas de dineros públicos sin control de nadie y con puro espíritu delicuencial. Y muy amigos de recortar libertades a los ciudadanos.
Es triste decir que algunos pueblos se merecen lo que tienen; en el caso de los nacionalismos así lo parece; es imposible que un pueblo sensato siga votando a los mismos solo por el "hecho diferencial", palabreja que se inventó Garaicoechea para reclamar más y mas competencias.
ResponderEliminarLa corrupción catalana deja en paños menores a una sociedad que todos teníamos por moderna y avanzada; al menos Barcelona parecía ser la puerta de Europa en aquella España gris de los años 60.
Ahora en el País Vasco se juzga el caso "de Miguel", que afecta al PNV, ese partido virginal en el que miles de vascos nunca han querido ver corrupción.
El nacionalismo es una enfermedad grave que puede acabar con cualquier nación, por que todo lo envenena; es una de las peores sectas que puede existir.
DON JAIME
EliminarCompletamente de acuerdo con la integridad de todo tu comentario.
En aquellos años 1960, tal como dices, considerabamos a Barcelona como lo más europeizado de España. Ahora es una Cueva de mangantes profesionales.
Los del PNV ya saquearon hace años las Haciendas Forales de Vizcaya y Guipuzcoa (hermanos Bravo) y ahora un montón de llos están procesados por lo mismo en Alava. Pero sus afiliados, igual que los miembros de sectas fanáticas, no suelen querer enterarse de esas cosas.
Tú lo has explicado muy bien, contra el fanatismo, poco se puede hacer. ¿Qué argumentos más aplastantes que los que han salido a relucir en el juicio del Caso Palau se pueden emplear? Y, sin embargo, ahí los tienes, poco menos que sacando pecho y riéndose de los ciudadanos de buena fe.
ResponderEliminarDON TRECCE
EliminarTal como comenta Don Jaime, dosnostiarra que conoce bien el tema, no existe enfermedad más peligros y cegata que ser creyente NACIONALISTA.
Lo paradójico del caso Palau es que saquearon una Institución de la que se sienten orgullosos todos los catalanes. Y que el asalto a semejante víctima no afectara a los votantes. Una vergüenza que el fanatismo nacionalista no se inmute ante semejante atraco.
ResponderEliminarDON BWANA
EliminarUna real verguenza el que los catalanes no se inmuten con el saqueo de su institución más querida : EL LICEO.
Lo que viene a demostrar que el creyente nacionalista es un enfermo mental sin remedio.