Nos cuenta JUAN MANUEL SABUGO que la "Naturaleza ni es sabia ni es buena". Y lo explica.
La tecnología y la ciencia han otorgado al hombre oportunidades y medios inimaginables. Los científicos e ingenieros llevan siglos mejorando la vida de las personas, descubriendo curas, diseñando máquinas, facilitándonos las tareas o guiando nuestro desarrollo artístico. Sin embargo, paradójicamente, la buena prensa y el cariño popular están del lado de la naturaleza, de lo telúrico.
Casi nadie se atreve a cuestionar frases como "la naturaleza es sabia", "no te hará daño, es natural" o "no te tomes eso, es todo químico".
A Charles Darwin, como a tantos científicos, le costó muy caro hacer públicas sus investigaciones. La sociedad no supo entender sus afirmaciones acerca de la descendencia del hombre en su evolución como especie. Las mofas públicas se convirtieron en una moda social. Una de las muestras más bochornosa (que aún perdura) fue la utilización de su caricatura con cuerpo de mono en uno de las más famosas bebidas espirituosas de España: Anís el Mono.
La mayoría de la gente conoce a Darwin y su Teoría de la Evolución pero de una manera errónea. Suele atribuirse una sabiduría natural en dicho proceso, y nada más lejos de la realidad. Las especies se adaptan al medio gracias a mutaciones en su ADN. Pero esas mutaciones se producen de una manera fortuita.
Sólo el azar y las radiaciones del sol permiten el cambio. No hay inteligencia oculta que guía a la evolución, no hay sabiduría ni intención, sólo mera casualidad.
No hay mayor desatino que destruirse a uno mismo. Éste es el principio de las enfermedades autoinmunes. El sistema inmunológico trata de combatir a los intrusos, trata de mantener a raya los agentes externos que puedan dañar nuestro cuerpo. Sin embargo, gran parte de las peores enfermedades se deben a que nuestro sistema inmunológico confunde a agentes propios, producidos por nuestro cuerpo, con agentes externos. Nuestro organismo intenta destruir parte de su propio organismo. Y la paradoja es que esa defensa equivocada provoca un deterioro más o menos grave en nuestra salud.
En muchas ocasiones la inteligencia humana es capaz de distinguir lo erróneo del proceso, pero es evidente que la naturaleza no entiende de razonamientos.
Es ridículo renegar de lo natural. Es parte de nuestro ser y motivo de disfrute.
Sin embargo, resulta incomprensible la confrontación generada entre lo natural y lo fabricado por el hombre. Solemos utilizar la palabra "artificial" como sinónimo de falso, de copia, de algo carente de valor real, engañoso.
No es ésta la posición que se merece la tecnología y la ciencia dentro de los logros de la humanidad, la mayoría de las veces como defensa del inhumano comportamiento de la naturaleza.
NOTA DEL BLOG.
Sí hay acciones de la Naturaleza que son muy sabias : la creación de esas yogurinas que gustan algunas veces de venir por este blog y otras muchas más. Pero aún le queda mucho por evolucionar a la Naturaleza, en su azaroso devenir, hasta que deje de producir seres como los políticos que tenemos en España.
Totalmente de acuerdo con su nota; si la Naturaleza es capaz de producir maravillas, como María de la O, como otra María de la J. que conozco, no cabe duda de que es MUY SABIA. Nuestros políticos son sencillamente, fallos en su sistema de producción.
ResponderEliminarDON BWANA.
EliminarMe alegro de que apruebe mis particulares conclusiones. Porque en la creación de tanta y tantas criaturas como María de la O demuestra la Naturaleza hasta exquisito gusto.
Los otros son imperdonables fallos. Ansí que no nos vengan los ECOLO-BOBOS con tantos humos y prédicas.
La naturaleza no es un ente, ni es una pachamama, es un conjunto fabuloso de equilibrios, que van cambiando segun las especies van evolucionando en funcion de 1000 factores. Como se dice, la evolucion es bastante fortuita, pero ojo, tambien es imparable y practicamente incontestable
ResponderEliminarLo del hombre es otra cosa, pues este cree que la simple voluntad puede obviar los resultados generados. Grave error que se suele pagar de las peores formas.
SEÑOR OGRO.
EliminarVeo que lo tienes muy claro :"un conjunto fabuloso de equilibrios y cambiante"
Cuando el homo sapiens le mete mano casi siempre rompe alguno de esos equilibrios y basta con ver los rios o las costas desbordados por haberle comido terreno a los cauces del agua. Pero en parte doy la razón al científico autor de esta teoría respecto a que muchas enfermedades son evitadas por la mano de la Ciencia y no por dejar a la Naturaleza que siga su curso.
Recuerdo que en las Memorias de Pío Baroja y referiéndose a cuando ejerció de médico que decía que a falta de remedios científicos para la mayoría de las enfermedades que trataba (no había en su época ni antibióticos ni ibuprofenos):"dejaba actuar a la naturaleza como solución".
Lo que no quita, a lo que explicas, que un montón de fanáticos se han pasado de frenada en sus prédicas de que todo lo farmaceútico o "artificial" hay que desterrarlo y usar unicamente productos "naturales", es decir hierbajos y similares.
Una de las facetas que nos distingue de los irracionales, es saber adaptar la naturaleza a nuestras necesidades y no al revés, como no tienen más remedio que hacer los animales.
ResponderEliminarEso no quiere decir destruirla, ni modificarla sin sentido, pero es cierto que hay mucho de moda insensata en esto de que todo lo natural es bueno per se.
DON TRECCE.
EliminarCompletamente de acuerdo con todo el contenido del comentario.
Los incordiantes esos de ecologistas pretenden que comamos solo hierbas y nos curemos todas las enfermedades con pocimas vegetales.
"no te hará daño, es natural"
EliminarA ese tipo de tonterías suelo responder sugiriéndoles que si de verdad se creen esas tonterías, tomen una infusión de cicuta. O que la próxima vez que cojan una infección no tomen antibióticos, que las infecciones son naturales.
DON REPUBLICA.
EliminarBien contestado. Todos esos ECOS que predican la maldad de la Química y de la Tecnología son los primeros que van a las farmacias cuando están enfermos.
Un muy cordial saludo