Estación del barrio palestino de Shuafat. Jerusalén Este. El tranvía llega con una puntualidad inusual en estas tierras. Sami Craki se sube y habla por el móvil. En árabe. Es palestino. Sonríe. Estamos en una de las primeras paradas de la moderna locomotora que une la vieja y dividida Jerusalén. Para los palestinos es una colonia en territorio ocupado. Para los israelíes, un barrio más de la ciudad. Para Craki, simplemente la primera estación del tranvía más fascinante de la región:13,8 kilómetros y 23 paradas para cruzar una villa con sobredosis de santidad, historia, arqueología, tensión, conflicto y fe.
Sentados juntos pero no revueltos, musulmanes, judíos y cristianos, palestinos e israelíes, religiosos y laicos, musulmanas tapadas de arriba a abajo y ultraortodoxos judíos vestidos como en el siglo XVIII, mientras algunos jóvenes juegan con su iPhone 6.
Craki, palestino, usa a diario el tranvía para llegar a la estación central de autobuses arropada por el majestuoso puente diseñado por Santiago Calatrava. "Me encanta Jerusalén", Vive en el imponente Monte de los Olivos. Antes de tomar el café, divisa cada mañana las milenarias murallas del Rey David, las iglesias greco ortodoxas, el Muro de las Lamentaciones y la Cúpula Dorada.
El kilómetro más sagrado del mundo es también el explosivo foco de las disputas de dos pueblos y tres religiones. Craki nos enseña desde la ventana un bloque de cemento que interrumpe la entrada a la estación. Lleva allí cuatro meses desde que el palestino Abed Al Rahman Al Shaludi desviara intencionadamente su coche para arrollar a cuantos vio en su camino. Dos muertos.
Los palestinos venden las viviendas a los israelíes a través de un intermediario porque son vistos en Silwan como "traidores" que merecen la pena de muerte. Para los nuevos vecinos no es colonización sino el regreso al barrio levantado por yemenitas judíos en 1880.
Las paradas se anuncian en árabe y hebreo. La calma en el tranvía, inaugurado en agosto de 2011, invita a pensar que Jerusalén justifica la etimología de su nombre: ciudad de la paz. Pero es sólo una ilusión. Al día siguiente, este periodista fue testigo de unas pedradas lanzadas desde Shuafat. No son las primeras ni serán las últimas, y recuerdan a los 840.000 habitantes de Jerusalén que viven instalados en un barril de gasolina que puede prender a la mínima cerilla.
"La calma es engañosa. Los palestinos atacan a los judíos incluso sabiendo que al final les puede perjudicar. Nos odian más de lo que se quieren a ellos mismos. No me fío. En cualquier momento te pueden apuñalar o atropellar", dice Avi, que no sabe a qué partido votará este martes. En los barrios árabes de Jerusalén Este comentan que la frustración por el desempleo, la ocupación y la continuación del conflicto israelí-palestino, así como el extremismo religioso, explican la reciente ola de violencia.Mientras muchos israelíes recuerdan que los habitantes de Jerusalén Este que cometen atentados disfrutan de servicios sociales estatales, muchos palestinos protestan ante la clara discriminación en las inversiones públicas.
La tragedia es que las dos partes tienen razón. La ONG Ir Amim reveló hace cuatro años que el presupuesto destinado a los barrios árabes alcanzaba sólo el 10,7% pese a que su población representa casi el 40%. El paupérrimo campo de refugiados de Shuafat está olvidado por las autoridades israelíes, que no entran por temor a ataques, y aislado por un muro de hormigón construido en respuesta a la Segunda Intifada.
Pero no pocos israelíes se preguntan hoy por qué deben controlar barrios y dar seguridad social a 300.000 palestinos que no se identifican con Israel. El liderazgo palestino critica el tranvía unificador y advierte que sin la división de Jerusalén y la conversión de su parte oriental en la capital de su Estado no hay paz posible.
La Colina Francesa alberga la Universidad Hebrea de Jerusalén, un prestigioso centro académico que mezcla orígenes, religiones, ideas y nacionalidades. Maram Hanna (20) y Salma Deeb (20), dos chicas árabes del norte de Israel, estudian en Jerusalén. Comparten cuarto en la residencia estudiantil del hospital Hadassah Ein Kerem. El centro no sólo es famoso a nivel internacional sino que proporciona miles de empleos y esperanzas. Cuentan que en el hospital los trabajadores israelíes y palestinos conviven sin problemas. "Nos gusta vivir en Jerusalén", comenta Deeb, que se declara "palestina musulmana orgullosa". Hanna añade: "Hay más convivencia entre judíos y árabes de lo que aparece en los medios. Fíjese en el tranvía".
El tranvía saluda a la Puerta de Damasco, emblemática entrada al casco histórico y su caótico zoco. Sólo aquí puedes ver cómo un comerciante palestino tocado con la kefía vende a un turista judío de Miami una camiseta del Ejército israelí mientras dos frailes españoles observan una pequeña cruz de la tienda en su camino al Santo Sepulcro. El lugar donde el cristianismo sitúa la sepultura Jesús. Y todo en bíblicas callejuelas adornadas por centenares de sofisticadas cámaras de seguridad y selfies de peregrinos. De camino a la céntrica Plaza Sion aparece Efraim Etzelberg. "Hoy me subí al tranvía para ir al banco. Estoy muy contento con su servicio. Ahora voy a estudiar Talmud", cuenta con una sonrisa que moldea su espesa barba blanca.
Junto a los árabes, los jaredim (ultraortodoxos) son los que más crecen en Jerusalén. Básicamente por la media de cinco hijos por familia, aunque también porque muchos jóvenes judíos de todo el mundo la eligen para vivir al ser la ciudad más sagrada de su religión.
Dos vagones más adelante encontramos a Aya Margulis. Acaba de dejar a sus dos pequeños en la guardería y el coche aparcado en el Monte Herzl. La colina que lleva el nombre del fundador del sionismo alberga el Museo del Holocausto y el cementerio donde están "los grandes de Israel". Margulis trabaja desde hace 10 años en una asociación dedicada a cuidar a ancianos inmigrantes. "Trabajo con una mujer árabe y compartimos sensaciones e inquietudes sobre la educación de nuestros hijos. Hablamos mucho del futuro. Es una ciudad que genera muchos conflictos y enfrentamientos pero también convivencia. Pero eso no es noticia", lamenta.
Jerusalén es también una ciudad bohemia con mucha marcha. Nos citamos con el saxofonista Oded Ben Yitzhak (28). De día estudia música en la universidad, y de noche exhibe su talento en pequeños locales. "Lo que más sorprende de Jerusalén es que puedes encontrar muchos lugares de ocio en la noche", confiesa.
(sal-emergui)
Solo gracias a la democracia israeli podemos mirar este intento de convivencia entre religiones. Si no fuera por la fuerza personalizada en esa democracia, todos sabemos que los arabes lo arrasarian con todo, y expulsarian, como llevan haciendo décadas, a cristianos y judios de tierras ancestrales de estos durante siglos; antes de que esa rata de Mahoma apareciera matando por doquier. Porque mucho se habla de "territorios ocupados" por los israelies; nada se habla de como se están expulsando a cristianos y judios de tierras donde estaban aposentados desde hace siglos y mas siglos. Expulsados o asesinados, pueden elegir.
ResponderEliminarLos musulmanes parecen incapaces de generar riqueza mas alla del oro negro. Sus pensamientos medievales, su misiogonia, su sumision a los imanes les llevan arrastrando SIGLOS en una decadente y perpetua edad media. Y peor, son los representantes de una religion que supone una gran parte de las actuales barrabasadas cometidas por el ser humano.
SEÑOR OGRO
EliminarSí, señor. Perfecto comentario a lo que suponen los moros y sus medievales ideas religioso-civicas.
Empezando porque la ciudad, Jerusalem, es de fundación judia y con tres o cuatro mil años de antiguedad. Los moros no tienen más Historia desde su nacimiento que la equivalente a cuando Leovigildo gobernaba en España, y Childeberto II era rey de los francos. O sea que cuando nació el PROFETA Europa era la heredera de tres mil años de civilización greco-latina. Para que nos vengan con gaitas de "infieles".
En un tiempo se ganaban la vida haciendo la guerra y saqueando y ahora, como dices, gracias al petroleo. Jamás han inventado nada parecido a una bicicleta, con las muy excepcionales figuras de Avicena y Averroes que al menos tradujeron textos de medicina de los griegos.
Necesitan unos tres mil años más para tener un moro que se parezca a Velazquez o a Mozart o a Leonardo.
Un universo contradictorio para una convivencia en la cuerda floja.
ResponderEliminarDON TRECCE
EliminarComo comentas, es aquello un mundo tan antagónico entre tres partes que no hay otro lugar en el Planeta en el que coincidan los santuarios sagrados de TRES RELIGIONES.
Pero como los muslimes son absolutamente intolerantes con los ajenos a ellos, la convivencia se mantiene a base de Ejército y policias.
sionista, que eres un sionista... vamos, a quién se le ocurre siquiera insinuar que los judíos dejan subir a sus tranvías a los moracos, a pesar de que estos les quieran pasar a cuchilla, es evidente que es una situación que en cualquier momento puede estallar, peor ya sabemos por qué lado salta todo, otra cosa es que les importe una higa la opinión pública a los judios cuando se trata de responder proporcionalmente a un ataque, si aquí hubiésemos hecho la décima parte con los etarras estarían donde merecen, unos muertos, otros colgados y el resto en la cárcel hasta el fin de sus días.
ResponderEliminarComo se enteren los moritos de los jueces que tenemos por estos lares se los llevan allí y en 10 meses todos los judíos presos y ellos delinquiendo a sus anchas ¡¡que mejor (y mayor) ejemplo de la libertad de expresión de un pueblo oprimido!!.
Pero vamos, podríamos darles lecciones de cómo convivían "pacíficamente" las 3 culturas en el España medieval (ya lo sé, a lo mejor no se ha entendido el sarcasmo...)
DON ISRA
EliminarLo dices con cashondeo, lo de sionista, pero lo grave es que todos los zurdosos autodenominados "progres" (del retroceso) y los nazios varios se lo creen a pies juntillas. Además los nazios odian a las razas "inferiores" como moros, complutenses, madrileños y murcianos, pero mucho más a los judíos.
Los judios saben mejor que nadie que al moro hay que tenerlo a diez centímetros de la punta de la espada y así hacen dentro de su territorio.
No digas muy fuerte lo de los jueces de las Españas que enseguida viene un quatarí a comprarlos y se los llevan, lo cual no me disgustaría en absoluto.
Lo de la "convivencia" de las Tres Culturas en Toledo y en tiempos de barbados hidalgos castellanos, NO ME LO CREO. Lo más probable es que los unos usaran a los otros de siervos, sin remuneración ni alta en Seguridad Social..
Muy bonito, que maravilla.... que gran mentira. Esto en lógica se llama generalización apresurada, lo usan mucho en la prensa cuando quieren vendernos un mensaje interesado. La super mega convivencia en Jerusalen y la paz gracias a un tranvía, cuando lo único que se ve es a un grupo de gente sobreviviendo lo mejor que pueden en un entorno hostil.
ResponderEliminarEvidentemente que generalizar que los palestinos e israelies están todo el día a tortas tampoco es correcto, y es bueno que recordemos que se puede llegar a convivir, pero esto no anula el problema de fondo.
Estos intentos me recuerdan a aquella campaña turística que puso en marca la inefable Rosa Diez (ahora incorrupta y virgen vestal del antiterrorismo) para el país vasco en los años 90, aquello del "ven y cuentalo" que buscaba minimizar la imagen negativa que teníamos en el resto de España por obra y gracia de los "gudaris".....
DON CSC
EliminarNo puedo rebatirte lo que dices ni apoyarlo porque no conozco Jerusalem ni sé cómo vivem, pero tengo claro que los palestinos que trabajan dentro de territorio israelí buen cuidado tendrán de no perder el trabajo y la vida, porque los judios no se andan en bromas con esas cuestiones dentro de su territorio.
Respecto a los moros que viven en zona Palestina bajo dominio de Hamás y pandilla se pasan la vida tratando de asesinar judios pero lo tienen muy crudo. Tras el escarmiento de Auschwitz,Belzec, Sobibor, Treblinka y demás, no van a volver a esclavizarlos jamás a los judios.
Algo parecido al ambiente de Israel era en un tiempo lo que sucedía, y que tú citas, en territorio Sioux ( o sea Pais Vasco).
Yo he estado allí una vez, solamente con judíos, pero yendo por la calle y hablando con ellos se ve que existe una falsa normalidad.... y que aunque lo conllevan bien y muchos intentan convencerte de que no es para tanto, en realidad están a la que salta.
EliminarYo tuve todo el tiempo la sensación de que había algo en el aire, algo que pasa también cuando vas por ejemplo por Bogota, o por ciertos barrios que existen en todas las ciudades.... igual es cosa mía, pero no acabas de estar tranquilo.
Fue un viaje de negocios y aunque siempre había tenido ganas de unas vacaciones en tierra santa, no me gusto el ambiente y de momento no tengo ganas de volver.
DON CSC
EliminarTe entiendo perfectamente porque esa misma sensación de "INQUIETUD TENSA" es la que hemos respirado y vivido durante décadas en el País Vasco los que no somos nacionalistas. Hasta el punto de que cuando ibas a comprar un diario como ABC o El Mundo tenias que adquirir otro local para taparlos por la calle.
En la oficina, en el taller o en los bares jamás se hablaba de política de ningún tipo, y ningún taxista o quiosquiero te contestaba jamás a una pregunta relacionada con el tema etarra.
Imagino que algo parecido es lo que sentiste en aquellas tierras.
Bogotá debe de ser una de las ciudades más peligrosas del Mundo para los turistas, junto con las ya famosas mexicanas de Sinaloa..