22 julio 2013

Ojo al iPhone

A los 23 años, Ma Ailun se encaminaba a iniciar su vida como adulta. Había cumplido su sueño de trabajar como azafata de vuelo. Lo hacía desde mayo de 2011 para una de las firmas punteras del país, China Southern Airlines. Tras firmar el contrato de matrimonio, se había mudado recientemente con su marido, dedicado al transporte de mercancías. Ambos vivían en la prefectura de Changji, en la provincia de Xinjiang. Eran musulmanes.

Ya se habían tomado las fotos de boda. Sólo la ceremonia tradicional estaba pendiente. Se debía celebrar el 18 de agosto. El 11 de julio, Ma estaba sola en casa. Como es habitual en el gremio, trabajaba dos o tres días seguidos y luego descansaba. En la tarde, después de una ducha, fue a responder a una llamada de su iPhone 4 mientras el móvil estaba enchufado a la red eléctrica para cargar la batería. Algo falló. Todavía no se sabe qué.

Cuando el marido llegó horas más tarde encontró a Ma tendida en la cama. Tenía gran parte de la piel quemada, teñida de negro. A las doce y media de la noche llamó a la policía local, que más tarde certificó lo sucedido: Ma había muerto electrocutada por el más lucrativo invento de la compañía norteamericana Apple.

"Vamos a investigar en profundidad lo sucedido y a cooperar con las autoridades", aseguró la firma.

China es el mercado de más rápido crecimiento para Apple. El país asiático representa en la actualidad alrededor del 19% de las ventas totales de la compañía, de acuerdo al informe de resultados del segundo trimestre de este año. La facturación global de la empresa estadounidense en 2012 ascendió a unos 120.000 millones de euros, casi un 12% del PIB español.

Millones de jóvenes en el país asiático ahorran durante meses sus exiguos salarios para comprar un iPhone o un iPad, verdaderos símbolos de estatus en el país.

El artilugio fue un capricho que se permitió con sus primeros sueldos. Lo compró en un distribuidor oficial de Urumqi a finales de 2012, de acuerdo al relato de la cuñada. Le costó 3.700 yuanes (unos 470 euros al cambio actual), una verdadera fortuna en comparación con los salarios habituales de los recién graduados, que suelen estar en torno a los 250 euros.

El último caso que han reportado los medios es el de Wu Jiantong, un pequinés de 30 años que sufrió una descarga cuando fue a recoger su iPhone 4 mientras estaba cargando el pasado ocho de julio, según diario el local Beijing Wanbao. Desde entonces, Wu permanece en coma en un hospital del distrito de Haidian de la capital.

El caso de la azafata puede convertirse en una nueva prueba de fuego para Apple, que ya atravesó una crisis de credibilidad en China este año.

Por Torres



6 comentarios:

  1. No tengo el menor interés en ese tipo de artilugios ultra modernos, por lo que es más fácil que me caiga un rayo que sufrir una descarga de esos paratos. Ya me resulta complicado manejar mi viejo Nokia para enredarme más de la cuenta, como les sucede a los propietarios de esas virguerías encima expuestos, por lo que se cuenta, a morir electrocutado.

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    1. DON BWANA
      Siga usted con su Nokia o similar y no haga caso de modas que, como en el caso de la chinita, puede darle un disgusto en forma de calambrazo a lo bestia.

      Lo curioso de estos paratos es que los que lo utilizan lo usan para todo menos para hablar con otro. Se ha infantilizado de tal forma el gentío que se mata por tener juegos elestrknikos de matar marcianitos. Esa gente en los ratos libres oposiciona a ser metido en listas electorales de cualquier Partido.

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  2. Tanta tecnologia telefonica para al final decir unas cuantas sandeces.Solo que a esta pobre chica le salio algo caro el dichoso artilugio,un saludo,

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    1. Esa tecnología es otro de los come-cocos de las grandes Corporaciones para tener entretenido al gentío con TONTADAS.

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  3. Estos accidentes provocados por estos móviles, es por el continuado abuso de la red eléctrica para cargar la batería. Si en lugar de utilizar la red eléctrica se cargaría la batería con orina, como he leído esta mañana en un blog chino, estos accidentes no sucederían ...

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    1. DOÑA LUCRECIA
      También es verdad. Lo raro es que el Bwana sea ahora chino y no me ha dicho nada de su nueva nacionalidad.
      Yo tengo un Samsung Galaxy y cada mañana le meo sin miraminetos. Queda cargado para todo el día.

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