Tampodka o curda usando la bisectríz

Los amigos de Paula la llevaron, a rastras, a urgencias, en Asturias. Una borrachera importante. De esas en las que hay pérdida de coordinación, en la que no puedes caminar, en la que te quedas tan dormido que asustas.
Lo atiende un especialista. Se da cuenta que ni siquiera ha cumplido los 15 años, que su estado es completamente atípico para una chica de su edad.
 —¿Cuánto y qué ha bebido?— pregunta el doctor.
 Los chicos se miran y no atinan a responder. Se miran y no saben cómo decirle la verdad. Uno lo hace.
 —No ha bebido.
No les creyó. Era evidente que tenía un colocón muy importante. Que estaba alcoholizada. Eso indicaban los síntomas de Paula. Uno de ellos confesó.

Le explicó que lo que había hecho era utilizar un tampax mojado en alcohol, en vodka específicamente. Que el efecto había sido inmediato. El nombre del método: Slimming o VodkaTamponing o Tampodka (por la mezcla de nombres del tampón y licor más utilizado para este fin, el otro es el Whisky).

¿Una aventura de chiquillos? ¿Una minucia para no tomar en cuenta?

"Alcohol, sexualidad y hábitos anticonceptivos", demuestra por primera vez que el Tampodka es una realidad presente en España. En una encuesta incorporada al informe, realizada a 3.000 mujeres de todo el país, aparece un dato insospechado: "seis mujeres adultas"  admitieron haber usado tampones impregnados de alcohol para embriagarse. Lo desvela el coordinador del estudio, Iñaqui Lete Lasa, jefe del servicio de ginecología del Hospital Santiago de Vitoria.

El informe cuantifica por fin la magnitud aquí de una práctica importada de EEUU.

 —¿Cómo se absorbe el alcohol?
 —Es una zona muy irrigada y va directamente a la sangre.
—¿Es doloroso?
—No necesariamente. La mucosa vaginal es más dura que la mucosa gástrica. Y ya se utiliza la vagina para administrar distintos fármacos.

Paula, adolescente, es parte de los que han aprendido esto por internet, por las redes sociales, por ser más popular, por ahorrar. La primera vez que se escuchó del Vodka Tamponing, se difundió por la red así, sin censura. Un capítulo emitido en CSI Las Vegas, en 2008 recogía esta nueva forma de alcoholizarse. Ayudó a convertirla en una leyenda urbana. El último numero de 2012 de la revista española Anales de Pediatría daba la voz de alarma. Un texto titulado Nuevas formas de consumo de alcohol  (firmado por tres especialistas, uno de urgencias del Hospital Universitario de Canarias, otro del Hospital de Navarra más uno de la unidad de toxicología clínica del Hospital de Valencia) alertaba de que, en las urgencias hospitalarias, se deben "conocer las tendencias en el consumo de alcohol que adolescentes y jóvenes pueden incorporar en su ocio". Y apuntaban al Tampodka.

"También conocido como tampax on the rocks, consiste en la aplicación en vagina o ano (así lo usan los varones) de tampones impregnados en alcohol... Evita el fetor enólico, por lo que parece ser popular... para sortear el control paterno".

El canario Guillermo Burillo, uno de los autores del texto de alerta citado antes, asegura que esta ingesta vaginal se da "prácticamente en todas las regiones de España". No es anecdótico y, hasta ahora, no está plenamente cuantificado, dice.

Sus padres, alarmados porque una chica de 14 años se alcoholizara así, la enviaron a rehabilitación. José Miguel Gaona, doctor en psiquiatría y experto en tratamiento de adicciones, hace un símil para entender que significa el Tampodka. "Es como si en lugar de esnifar cocaína se la inyectaran directamente en la vena. Ese nivel de adicción".

Por M. Mucha

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